Una broma de asfalto.

Unos lo están llamando “responsabilidad patrimonial de la administración” y lo ponen con mayúsculas, como si se tratara (a lo mejor se trata) de una de las personas de la Santísima Trinidad. O con siglas: RPA, como CR7 o NPI.

Otros lo están llamando “rescate”, aquella palabra prohibida cuando se rescató a la banca con tantos millones euros que da un poco de pudor escribirlos, y que se vuelve a prohibir ahora porque, en realidad, no se trata de un “rescate” según el propio ministro del ramo.

Otros lo están llamando nacionalización, término que desagrada un poco, porque recuerda a Cristina Fernández de Kirchner cuando allá por el 2012 nacionalizó Yacimientos Petrolíferos Fiscales, de la española Repsol, o a Evo Morales haciendo lo propio con los hidrocarburos bolivianos en 2006, tan, tan y tan criticado.

¿Y a mí que me parece un simple timo?

La pequeña diferencia entre la actitud de estos “mandatarios bananeros” y nuestros sesudos próceres es que, mientras ellos nacionalizaron sectores o empresas que daban dinero y mucho, aquí lo que rescatamos-nacionalizamos-nos responsabilizamos, son unos cientos de kilómetros de autopista bastante más que ruinosos. Y no para explotarlos y acopiar fondos para la financiación de los servicios públicos, sino para sacar del lío a los astutos inversores que contabilizan pérdidas por más de CINCO MIL MILLONES DE EUROS, entre lo que se gastaron de más y lo que no han conseguido ingresar por los peajes. Sacarlos del lío a base de usar esos fondos que ya no servirán para financiar los servicios públicos. Cinco mil millones.

Está todo contado ya. Un emperador bajo y megalómano, enfermo (entre otras patologías) de sí mismo, encargó a su ministro más poderoso construir una red de autopistas alrededor de Madrid y por otro par de sitios (Cartagena-Vera, un poner), a mayor gloria de su propio ego y del crecimiento económico que había propiciado su reciente Ley del Suelo (esa que ella solita provocó la brutal quiebra inmobiliaria de la que tardaremos lustros en salir y arruinó a miles de familias españolas de la entonces pujante clase media). Para asegurar el éxito de su ignominia ingenió un hábil truco: Diles, encargó a su ministro, que pierdan cuidado, que si la cosa va mal yo les saco del lío. Y se lo dijo. ¿Por escrito? Sí, sí; por escrito, firmado y rubricado.

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Una autopista a punto de ser rescatada.

Abertis, Sacyr, ACS, Bankia (Caja Madrid, para entendernos, la de Rato), que no sabían hacer cuentas o, si sabían, las hicieron pensando en otra clase de cuentas, cayeron en la trampa. Pero no había trampa.

En realidad sí la había, pero éramos usted y yo quienes íbamos a caer en ella.

El gran Aznar, principio y fin del milagro económico de las Españas, su ministro Cascos, principio y fin, sin más, y sus ínclitos sucesores, diseñaron en su momento y están dando ahora buena cuenta de ella, una estrategia infalible: garantizar los evidentes riesgos de una inversión que a todas luces nos venía grande con el dinero de todos.

Nos venía grande porque no eran infraestructuras diseñadas para favorecer la movilidad, soportadas por el análisis de estudiosos urbanistas con el encargo de hacer más humanas las grandes ciudades del Estado facilitando la convivencia. No. Eran una macarrada inmensa ideada por un aspirante mediocre a señor del dinero que, además, jugaba sucio.

Estos mismos señores del dinero muy pocos años después inventaron aquello de que habíamos vivido por encima de nuestras posibilidades. Y, pásmense: ¡se referían a nosotros!

El dibujo es de mi hermana Maripepa.

21 respuestas a “Una broma de asfalto.

  1. Imaginemos que hace un año, una gran empresa, favorecida por esta bonita legislación laboral que nos asiste, te pusiera en la calle con una ridícula indemnización alegando unas fatales perdidas. Imaginemos que en un alarde de coraje decídiste coger tus escasos ahorros, la indemnización y hacer efectivo el pago único de la prestación por desempleo y montar un negocio, pagaste tus impuestos, las tasas… Ahora imaginemos que te fue mal. Tuviste que cerrar, pagar a tus proveedores, los impuestos de aquellos seis meses en los que no ganaste nada y que devolver la mierda de subvención de la que te beneficiaste cuando hiciste un contrato indefinido a un empleado, al que además tuviste que pagar su propia indemnización. Claro está, estás en la ruina y no tienes derecho ningún tipo de ayuda, paro ni nada que se le parezca.

    En cambio, aquella gran empresa, que guarda sus miles de millones en países de playas paradisíacas, lejos de las largas manos de Montoro, falseo las cuentas para lograr una concesión pública que después resultó ser como se preveía una ruina, pero en lugar de aftontar las consecuencias como harías tú, el estado les rescata por valor de 5000 millones.
    Con dos cojones!!

    Por cierto… Les hemos vuelto a votar

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    1. En efecto: Estás jodido.

      Has hecho lo que nunca debiste hacer: has arriesgado tu propio dinero, porque no tenías otro, o hipotecado tu casa. Y si te ha ido mal, no tenías el abrigo de nadie. Te hundes y desapareces. Dejas de ser un problema, excepto por tu propia morosidad, de la que la Hacienda, ahora sí, se hará cargo inmediatamente.

      Te ha pasado por vivir por encima de tus posibilidades. No como ellos, que invierten también por encima de tus posibilidades, pero no de las suyas. Porque después seremos tú y yo los que paguemos sus desmanes. Como ahora vamos a hacer, como estamos haciendo con la banca rescatada.

      Así que tenemos que pagar por dos veces: por nuestros errores, si es que los hemos cometido, y por los de ellos, que jamás, como ha quedado claro, los cometen.

      En fin… Algo debe estar muy muy muy mal pensado.

      ¡GRACIAS, JAVIER!

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    1. Piensa que, siendo de tu propia propiedad, es un autopago.

      ¿Hay algo más grande que pagar por lo que es tuyo?

      Nuestro Gobierno lo sabe y está dispuesto a complacernos. Mientras, estas grandes compañías seguirán trabajando para nosotros y así, en otros cinco añitos, les volvemos a recomprar lo que ya les habíamos pagado.

      …A mí, como plan, me parece impecable.

      GRACIAS CHELINES, por contarlo por aquí.

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    1. Sí. Estos sí.

      ¡Pero piensa en la crisis, hombre! Los recortes no solo alcanzan a la sanidad o la educación. Los recortes afectan a los servicios públicos en toda su amplitud. Y lo ahorrado lo empleamos en subvencionar los privados. O en recomprarlos, si a los pobres inversores no les salen las cuentas.

      Pero los muertos en carretera no computan en la cuenta de resultados de ninguno de ellos. Así que son nuestros.

      Y todo funciona.

      ¡Gracias!

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    1. Y con un poco de suerte, pagaremos dos veces. Una por no haberlas cogido y… otra cuando las queramos volver a coger.

      Yo lo veo bien. Así las sentiremos más nuestras.

      ¡Gracias, Pili!

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  2. Esto es como todo…. Los errores económicos de los políticos los pagamos los que menos tenemos.
    Con los grandes no pueden. La escusa perfecta es que ellos son los que invierten. Claro está que con el dinero de todos.

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    1. No se puede contar mejor.

      De lo que yo dudo es de que realmente sea un error. Hay que ser muy malo para hacer esos estudios de movilidad que justificaron las concesiones (súper hinchados), muy malo para calcular tan mal los costes finales (súper sobrepasados), muy malo para diseñar de aquella manera el equilibrio financiero de las concesiones (súper favorables al concesionario)… Estos eran malos, pero ¿tanto?

      A lo mejor no eran tan malos y nada es tan erróneo como parece. A lo mejor en el fondo de toda la operación había trampa y este final aparentemente inesperado, en el que todos ganan, no ha sido una sorpresa para ninguno de ellos.

      Y, claro, al decir todos me refiero a todos ellos. Los que estaban viviendo muy muy bien y muy muy por encima de las posibilidades de los que luego íbamos a tener que pagar.

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  3. Yo lo resumo en la frase de Justo, solo que en afirmativo:
    ¡¡ A mi me parece un timo !!
    Y lo es !!
    No hay paliativos. No hay otra forma de decirlo: Es un timo forjado por aquellos que deben defender lo público y el bien común.
    Estos han optado por defender lo privado y los intereses de unos pocos. Aquellos a los que deben pleitesia.
    Lo peor de todo es que aquellos que deben juzgarles con los votos, no hacen mas que reafirmarles en sus puestos. Y ante eso no se puede hacer nada. Solo callar y decir que tenemos lo que nos merecemos.
    Esperemos a las siguientes elecciones.

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    1. En efecto. Un timo. La pregunta era retórica.

      Lo malo es eso precisamente, quién nos tima. Y sin interrogantes. Sabemos perfectamente quiénes son. Y cómo lo hacen.

      Y el ministro de Justicia dice que las elecciones dan por concluidos los casos de corrupción.

      Y así nos sigue yendo.

      ¡Gracias, Pepe!

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  4. Es el país de grandes obras faraónicas. Sin estudio sin control, da lo mismo si son necesarias o no. Lo importante es hacerlas y venderlas como muy necesarias. Sin estudios previos o estudios pagados para que digan lo que quieren oír. Y todo para llevarse una comisión 3% … Y luego que lo hacen por la patria por nuestro bien. Como tener aeropuertos cada 100 kms. El ave hasra el Rincón más pequeño de España viva el progreso.

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    1. El misterio de las comunicaciones y lo que está dando de sí.

      Aves, aeropuertos, infraestructuras varias monstruosas, sin embargo, no han servido para lo que naturalmente debe servir la democratización de las comunicaciones, que es igualar a los ciudadanos… Recordemos la opinión del ministro Cascos, que decía que era bueno que los ricos pudieran ir por las de pago, para que los pobres fuéramos más holgaditos por las gratuitas… Son ellos. No se esconden. Les va bien así.

      ¡GRACIAS, ANTONIO!

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  5. Y después de esa fabulosa inversión, que no rescate, ¿nos vuelven a rescatar a nosotros? Debería haber prestado más atención en las clases de economía…¡qué cara más dura! ¡ y qué caro nos está saliendo!

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    1. No, no. Nosotros nos rescatamos solos.

      A esa figura de autorescate la llamamos comúnmente «desahucio». Y acaba mal.

      Ya sabes, si debes 40.000 vas jodida. Si debes 40.000.000.000, no.

      ¡Rostro tienen, por dios!

      ¡Gracias!

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  6. totalmente de acuerdo con el comentario de javier que en este caso en lugar de imaginar es real de un autonomo como soy yo que llevo 34 años de peleando en mi negocio y no tengo yates, ni residencia en la costa ni na de na, me he dedicado a trabajar para como cada cual poder vivir , pagar impuestos a pagar impuestos y a pagar impuestos pero a mi no me van a rescatar ( y costaria muchiiiiisimo menos) pero si me van a hundir, hasta el punto que temo cerrar no sea se busquen cualquier motivo para quitarme lo unico que he conseguido en todos estos años una vivienda, el problema es nuestro por no generar deuda lo suficientemente grande para quedar absueltos.

    pero es cierto javier los hemos vuelto a votar

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    1. Y ganarán más veces, sí.

      Son los que simplemente ignoran a estos pequeños negocios que, sin embargo, son el primer generador de empleo del país.

      No les importa. Ni les invitan a los grandes foros donde se ventilan las grandes concesiones públicas.

      Esas son para ellos. Ya lo saben. Nosotros solo tenemos que volver a votarles y pagar sus deudas entre todos.

      ¡Gracias, Juan Carlos!

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  7. El término Timo me cuadra es perfecto , es como el de la estampita pero con estructura. Bien planteado y con futuro. Además nos lo ponen fácil y seguro que después en el pacto por la educación incluirán una nueva asignatura de gestión contable sostenible y emprendimiento. Maravillosa formación de futuro .
    Si si y luego la gente les sigue votando…. pero como decían en algún lugar de este país ‘ que es tonto al que voto .. si …..Pero es mi tonto’.
    Una dura vida soportar..

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    1. ¿Tonto?

      ¡Es listísimo!

      Con todas las que lleva y seguimos confiando. Incluso alguno sigue en libertad y sin inhabilitación para el ejercicio de cargos públicos.

      No. No son nuestro tonto, Pietro, lamento disentir. Son nuestros timadores. Y, sí, con estructuras sólidas y bien pertrechadas. Tanto que siguen ganado. Dinero, prestigio social, elecciones… Lo ganan todo.

      ¡Gracias!

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