¡Una de bravas!

Circulaba por ahí un “meme” (esos chistes que corren por las redes que suelen tener poca o ninguna gracia y con los que algunos amigos te llenan el WhatsApp) que venía a decir que no sé quién que comía tan sano e iba tanto al gimnasio se iba a morir un día y no iba a saber de qué.

Ortorexia. Se va a morir de eso.

Se define como un trastorno alimentario de tipo obsesivo compulsivo que lleva a quién lo padece a comer únicamente los alimentos que considera saludables. Se dice que es tan peligroso como cualquier trastorno alimentario, como la bulimia o la anorexia, pero es más difícil de diagnosticar: Son enfermos tan guapos… Tan guapas… Tan delgados… Tan estilosas…

Me maravilla ese hábito de ignorar sin daño aparente un platito de lechón, para abrazar la ensalada cesare esquivando los pequeños picatostes de pan frito. Me obnubila esa capacidad de auto control mucho más que la figura esplendorosa que suelen lucir. No es que  me disgusten los cuerpos esculturales, es que los gestos avinagrados que les suelen acompañar me ponen un poco nervioso.

¡Esas bravas, por favor! Esa caña bien tirada, esa mojada de pan en el aceite de oliva de primera prensada con el que hemos aliñado la ensalada de queso de cabra… Ese Jumilla que te consigue el hermano murciano que te quiere de verdad, no son para usted. Los ha sustituido por la bebida de soja baja en hidratos y la quinoa que se ha puesto de moda estos días para desazón de mamás y papás que la buscan con ansiedad para procurar a sus pequeños una vida larga y próspera.

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Señora dudando.

Una cultura culinaria como la mediterránea merece mejor destino que apartar los picatostes de la ensalada y huir del aceite de palma como si del mismísimo diablo se tratara. Usted cree que le compensa, porque liga más y está seguro de que vivirá más años. Pero, amén de considerar lo largos que se le van a hacer, viva los que viva, ¿no cree que el chuletón de buey, por más cosas fatales con las que crea que han cebado al animal en vida, merece aprecio por su parte? ¿Qué aquel cocido de su madre, con su apaño de hueso de jamón, chorizo, tocino, morcilla… merece su atención? ¿Le va a compensar no rendirse esta Semana Santa ante esa torrija esponjosa y azucarada, por más entera que sea la leche en la que está empapada?

Déjese de tonterías. Coma bien. Coma de todo. Cene ligero si ve que tal, pero coma usted, de verdad, que esto son cuatro días y, a según qué edades, los placeres se limitan mucho. Si no le queda otro remedio monte en bici o vaya al gimnasio, pero coma, coma. Que lo digo por su bien.

Las tapas de oreja, los judiones con perdiz, los cumpleaños en familia de medias noches con mahonesa, la tortilla de patatas, no son trampas que la naturaleza nos pone para probar nuestra integridad. Son parte de nuestra manera de estar en el mundo. Y no cualquier parte.

No la malogre. Venga, ¡una de bravas! ¡Y salga el sol por Antequera!

La señora dudando es de mi hermana Maripepa. 

28 respuestas a “¡Una de bravas!

  1. Pues yo pensaba desayunar unos cereales «ligs» pero me voy a hacer unos huevos revueltos con chorizo de Alaejos, y… que salga el sol por Antequera o por ande sea.
    Verdaderamente cuanta tonteria hay con este tema.

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    1. Pues es una gran decisión para el desayuno, que ya está contrastado que es la comida más importante del día, aunque sea de mucho guardad, como el que nos ocupa…

      Que no es que tenga yo nada contra los cereales pero… ¡Cuanto mejor estos huevos revueltos!

      Gracias, Pepe. ¡Qué aproveche!

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  2. Ayer, escuchando radio 3, el señor que entre canción y canción nos iba amenizando la mañana, con una voz aterciopelada como pocas,contaba como el triunfo de la torrija desde tiempos inmemoriales, en la era digital, era una de las pocas cosas que nos salvaban de la virtualidad hacia la quenos dirigimos.
    Me iba a zampar una par desayunar hoy para estrenar bien la semana santa, pero tras leer tu artículo seguro que caen dos.
    Hago un arroz y patatas con bacalao que te mueres de lo rico que me sale. Estoy esperando que vengas a comer para que lo opines. Feliz domingo!

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    1. No se hable más. Probaremos ese arroz y patatas con bacalao. Todo es ponerse.

      Y, desde luego, en lo tocante a torrijas, dos mejor que una. Y luego a la milla verde a quitar esas calorías incómodas que se adosan a los abdominales y afean tanto.

      Gracias, Petra. Nos vemos pronto en esa comida pendiente.

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  3. A todos aquell@s que se apartan de la comida sana de nuestra tierra , y se dedican a cultivar su cuerpo , me parece muy bien pero sin dejar de disfrutar de gastronomía popular , de estas carnes a la piedra , embutido de la matanza de siempre o una buena ensalada de tomate y lechuga de la Huerta para desengrasar y ahora en Semana Santa no comer torrijas es un sacrilegio.

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    1. ¡Anatema! Tanto hablar de tradiciones y de lo autóctono y ¿nos vamos a privar ahora de las torrijas? ¡Sacrilegio gastronómico! (Que son los peores).

      Embutidos de matanza, migas del pastor, tomates del terreno… que sí, que sí, que esto de comer aquí lo hemos hecho siempre muy bien y no hay que perder lo que de bueno tenemos.

      Un abrazo, Juan Carlos… ¡A por esa carne roja!

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  4. Se empieza así y se acaba siendo vegano, que lo he visto yo. La estupidez de los postmodernos alternativos no tiene nombre y si no pasaros por el new Lavapiés y sus tiendas y bares alternativos con propuestas revolucionarias como la hamburguesa de tofu con semillas de arándanos en salsa de trufa ecologica y micotica. Yo la verdad es que soy más de no comer entre bebidas.

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    1. La hamburguesa de tofu con semillas de arándanos en salsa de trufa ecológica y micótica es… es… Es una mierda.

      Tenga yo una morcilla que en el asador reviente… y seré incluso capaz de comer entre bebidas.

      De todas maneras (me acaban de regañar muchísimo por WhatsApp por incitar a la glotonería) ¿No estamos más contentos -a lo mejor algo torpones, no digo yo que no- depués de una buena pata de cualquier cosa, bien regada? ¿No es este un camino para la felicidad? ¿Se puede hallar la felicidad en el tofu? ¿En las semillas de arándanos?

      Grandes preguntas… Las grandes preguntas. Pero insisto en lo de la morcilla.

      ¡Gracias, Miguel Ángel!

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    1. Después de una cerveza y un plato de cochinillo, precedido de un pincho de tortilla como aperitivo… creo que estás a salvo de todo mal.

      Y si la cerveza es buena… ¡Lo estas!

      Cuidarse mola, claro. Y más a según qué edades (que no digo que sea la tuya, of course). Lo malo son las patologías que se generan alrededor de estos temas que, por cierto, son eso, patologías. Tan dañinas como otras que tienen peor fama.

      Gracias, Mitin.

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  5. Que buena jornada y que mejor motivo para disfrutar de nuestra cocina y de nuestros productos.
    Sólo pensar en los maravillosos sesos de cordero a la porreta que tuve que lidiar esta semana . Y ya vista la entrada de hoy, sabía que los astros se estaban alineando adecuadamente. Sufriré la cocina manchega con unas torrijas de semana santa . Gracias compañeros.

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    1. ¡Pobre! ¿Tuviste que vértelas con unos sesos a la porreta? ¡Hay trabajos que no están pagados!

      Vamos a por esas torrijas. No va a haber más remedio que lidiar también con ellas.

      Un abrazo, Pietro.

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    1. ¡Esa es la medida!: Una de cal y otra de arena. ¡No todo va a ser verde!

      Tampoco lo hago yo ascos a unas verduritas a la la plancha, tan digestivas. Ni a las judías verdes al vapor que saben poner en algunos sitios. Todo tiene su aquel. Solo hay que saber administrarlo con un poquitín de criterio. Sin renunciar a nada.

      Un beso fuerte, Charo.

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  6. La verdad es que llevas razón, ademas si estudias eso productos llamados «light» etc… al final tienen mas mierda y engordan mas que uno normal.

    Unas uenas migas, con chorizo, gachas, un buen chuleton, etc… que se quita uno de verduritas.
    Fdo. un gordito

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  7. Esto daría para otra entrada. Se ha abusado tanto de la denominación que cabe todo dentro y no todo tan saludable como se pretende.

    Los ingredientes de las gachas suelen estar claros sin que haya que escribir mucho en el costado de ningún paquete. En el caso de las migas… nada que escribir. ¿Engordan? Pues claro. Esa barriguita de persona mayor habrá que conservarla con dignidad.

    ¡Digo yo!

    Gracias Antonio. Haremos un club de gorditos felices. ¡Y sonrientes!

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  8. Yo hoy paso de opinar, más que nada porque soy una vergüenza para el cuerpo cincelado, la culpable, tu hermana y tu sobrina. Hoy ante un arroz con costra y ante la amenaza de tu sobrina de que solo podía comer un plato para que sobras, me he visto obligado a comer en una media fuente para no tener que repetir y ya sabes como son estas cosas, o las acompañas con pan y las riegas con vino o se te hacen bola, así es que no me ha quedado más remedio.

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  9. Ay Tico, yo desayuno leche de soja, tostadas de algún cereal que no sabría dibujar y como, cuando tengo mucha suerte, arroz al horno de mamá … A eso cómo se llama?? Un quiero y no puedo?

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    1. El arroz al horno de tu madre te libra de todo mal. Desayunes lo que desayunes.

      Si la Diosa Fortuna te ha sonreído, tal y como es el caso, y te ha dejado caer entre sorianos, la ortorexia no se cebará contigo. Es una contradicción en sus propios términos.

      Otra cosa sería que apartaras la morcilla murciana o la longaniza… entonces nadie podría hacer nada por ti.

      Pero… ¿verdad que no es el caso?

      ¡Un beso enorme, primita! Hay que organizar un arrocito de esos.

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  10. Pues yo corro solo si me persiguen y… «de lo que come el grillo, poquillo» y, oiga, ya peso menos que antes del embarazo!!! A mí los donuts y donetes nunca me han sentado mal. Eso de pastar entre lechugas y tomates que crujen, ya sabes que nunca lo he llevado bien. Lo malo es que lo de los chuletones tampoco. Que no soy yo de buen comer… que nunca lo he sido. Pero donde se ponga una buena torrija… o un arroz con leche de esos que hacia mi abuelito, que provocaba lucha de cucharas entre los comensales, a esto no se le hace ascos, por mucho aceite de palma que lleve. Besos!!!!

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    1. Del arroz con leche del abuelo… ¡ni comentar!

      Que una cosa es que uno sea de comer más o menos y otra bien distinta que lo que coma le pruebe o que, por el contrario, lo escrute en busca de calorías que apartar.

      Pero el arroz con leche del abuelo no tenía nada que apartar. Hasta la canela en rama caía. Bien masticada.

      Nada, no te pilla lo de la ortorexia. No te pilla.

      Un besazo, Luisita. A seguir con los donetes (y no se te ocurra mirar la composición, el análisis calórico, ni el modo de empleo, ni la posología, ni la procedencia: ya sabes que la letra pequeña no da más que disgustos).

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  11. Ay qué lastima…pero si a mi me gustaría ser un poco más ortoréxica…en serio. Pero siempre hay una Soriano dispuesta a hacerme daño…ayer mismo mi hermana Mar, tan ilicitana ella, después de la procesión del domingo de Ramos nia hizo un arroz con costra del que todavía me estoy relamiendo…y mientras se hacía, mi madre cortaba hueva y mojama…para que no todo fuera embutido, que tiene mucho colesterol…ves! Si lo intentamos, pero el resultado nos sale fatal. Y, por cierto de.postre, como nos había quedado tarta de almendra y merengue del día anterior, pues no la terminamos….mira tu qué tontería…Por favor, QUIERO SER ORTORÉXICA!!! ( por desempachar, mayormente). Besos!!

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    1. ¡Pero Olguica, hija mía, si estás en el espíritu!

      Come, cooome, aunque sea hueva de esta de saltársete las lágrimas. O mojama, mismo. Qué eso es cosa de mucho bien y casi no tiene calorías, ni nada.

      A estas alturas ¿alguien cree todavía en los triglicéridos? ¿Acaso el colesterol existe? Con la cantidad de cosas que nuestro pensamiento abstracto va desechando del acervo de de las certezas… ¿Nos vamos a quedar de verdad con el ácido úrico?

      No reniegues de tus orígenes ¡no a la ortorexia! ¡sí al arroz con costra de Mar! Es nuestro destino.

      UN BESO ENOOOORME

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