No creo incurrir en un delito contra los sentimientos religiosos si digo que José María Aznar es imbécil.
Me pongo así la venda antes de la herida, porque las cosas están muy serias en esta España de hoy y no se sabe a quién venera cada quién: uno trata de preservarse en libertad a cualquier precio.
Echarle la culpa al negro, sin embargo, ha sido excesivo incluso para mí, amante de Max Estrella y de don Ramón María. Hasta el esperpento tiene un límite.
Y lo ha dicho: “Sin los errores de Obama, Trump nunca hubiera sido presidente de EEUU”.
Finísimo estratega, conocido mundialmente por haber visto armas de destrucción masiva donde no las había, y por ser el único en no reconocer su error y disculparse después de la masacre inútil, José María Aznar preside hoy el Instituto Atlántico de Gobierno, creado por él mismo, a mayor gloria de sí mismo, y que pasa por ser (así se autodefine) “factor de transformación, que plantea nuevas exigencias”. Casi nada… ¡Casi nada! ¿Cómo permanecer en FAES, esa organización pequeña y sin miras transoceánicas, con su potencial?
¡Echarle la culpa al negro! ¡Por el amor de Dios! ¿No le dijeron a este muchacho en casa que con los negritos no se mete uno?
Hablamos del hombre de estado. El jarrón chino (jijijijiji). El gobernante que se fue a los Estados Unidos a por la medalla de oro del Congreso y se volvió sin ella, aunque hablando un tejano de lo más académico, porque no fue nadie a verle pronunciar su discurso. Un discurso de tal altura, que ha pasado a los anales de la historia antes de que nadie lo escuchara (entiéndase aquí anal como el sustantivo que es y no como el adjetivo -relativo o perteneciente al culo- en el que está pensando). Hablamos del intelectual que compaginaba las clases magistrales en la Universidad de Georgetown con brillantes reflexiones públicas sobre quién era el Estado para decirle a él lo que tenía que beber y lo que no antes de conducir. El azote de la corrupción durante cuyo mandato el vocablo “sobre” adquirió significados -y valores- inalcanzables y al que ahora la Hacienda Pública reclama unos impuestillos que se olvidó de pagar.El dueño de una ley del suelo que causó la burbuja inmobiliaria más importante de la historia de España. Él. El analista con ínfulas de influencer que conjuga en sus declaraciones los atentados de Manchester con la duodécima del Madrid en puro ejercicio de dialéctica socrática.
Ahora es “factor de cambio”. Analista. Gurú. Europa debe estar tranquila: Él vigila. Nos guarda, escruta el panorama internacional y lo disecciona con certero bisturí. Denuncia al indolente, corrige al errado, señala en la correcta dirección el destino de los pueblos. El Instituto Atlántico de Gobierno desafía a los líderes mundiales con sus propuestas audaces: China, Rusia, EEUU. Todos, en suma, le escuchan temerosos de sus dardos incisivos.
Y no crea que es tan fácil: pruebe usted a decir “ha sido el negro” con los ojos entornados a la par que perdidos en lontananza, sin mover el labio superior y apenas el de abajo. Verá como la cosa tiene su mérito.
La profundidad de su mirada, los recios abdominales, el labio leporino, la labia leprosaria, el tono quedo, todo en él mueve a risa.
Una lanza esta vez a favor del Partido Popular: han intentado hacer que se calle. Vano afán; no se calla. Ni debajo del agua. No se calla. Es un verdadero insulto a la inteligencia de los españoles. Y de los de más sitios.
José María Aznar es el azote atlántico. Es el fiel de la conciencia de occidente. Así que todos con él: ¿Cuál es la causa de que los estadounidenses se decidieran por poner a Donald Trump a regir sus destinos? Los errores de Barak Obama. Ha sido el negro. José María Aznar dixit.
Pensaba por aquí 
Sí, qué grande el josemari.
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¡Grande!
Y eso que no abulta ná…
Y esos muñecos… ¡totales!
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Me encantan los muñecos!
Lo de Aznar tiene mérito. Sobre todo poder seguir diciendo barbaridades 15 años después y saliendo en todos los medios de comunicación. Pero… ¿Crees que alguien le escucha? Además de su señora? O tampoco? A mi cada vez me parece más una caricatura de su sí mismo.
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Pues ¿sabes? Yo creo que más de los que nos imaginamos. Tiene que tener un público denso de señores muy de derechas que echan de menos la autoridad y las burbujas inmobiliarias… de señoras que, abrigo de piel en ristre, afirman que aquello con Franco no pasaba y, en defecto de generales, les vale con este que también es bajito y con la leche revenida…
Seguro que tiene su público. Aunque, como bien dices, no deja de ser una caricatura de sí mismo…
¡Besos y besos!
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Totalmente de acuerdo en lo de imbecil, pero ahí lo tenemos, sacando pecho y de vez en cuando dando la nota y cabreando a su amigo Rajoy pero tenemos que entender que que cuando sale diciendo disparates a costa de enfadar la suyos, se comprende que aunque no es alcoholico ( supongo ) duerme con la botella y eso quieras o no marca.
un saludo y a disfrutar.
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¡Esa gran alcaldesa!
Tan cierto como es aquello de que un tonto jodió un pueblo, esta no lo jodió porque Madrid es mucho Madrid y había habido ya otros tantos intentándolo denodadamente.
Pero sí, tiene que marcar.
¡Qué parejita! ¿Los hacemos socios honorarios del club de jubilados? Igual funciona y desaparecen un rato…
¡Un abrazo, Juan Carlos!
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Buenísimo!!. No incurres en delito alguno, Aznar es imbécil, chulo y tonto. Y lo más lamentable eq se cree muy listo.
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¡Se lo sabe!
Tremenda lección de estulticia la del otro día, bromeando con la copa del Madrid (por lo visto ha ganado una muy meritoria) mientras le preguntaban por los atentados de Manchester.
De verdad que estos sujetos deberían estar más vigilados.
Y estoy convencido de que mucha gente, mucha, lo escucha con devoción. No hay nada como los mensajes facilitos de entender y que muestran autoridad (esa autoridad viril con la que nos regala) para que la peña se vuelva loca.
Lo vamos a volver a ver. Estoy convencido.
Un besazo, Inma. Gracias por venir.
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Los muñecos, geniales!
Aznar (otro muñeco). Qué se puede esperar de un personaje tan ridículo como él?
A mi me produce escalofríos verle hablar sin mover el labio superior.
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Su propia caricatura, como decía alguien por ahí arriba.
A mí escalofríos, lo que se dice escalofríos, no me da. Me pongo de las uñas, eso sí. Creo que es de las pocas personas a las que haría daño (siempre que no me tuviera que enfrentar con su señora, que entonces el dañada sería yo).
Aún así, el día que le escuche decir algo inteligente, con su chulería vallisoletana y todo, le dedicaré otra entrada.
Un beso fuerte, Pili. ¡Gracias!
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El problema es que si se le escucha, tiene su público que no es poco. Es cierto que al estar el PP en el poder con un poco de sordina porque lo importante es seguir gobernando aunque sea en esa política tortuguesa (de caparazón me refiero) y torturador a al que nos tienen sometidos, pero ya veremos cuando las aguas les bajen más revueltas, entonces, tener un líder preclaro no tiene precio, una luz en la oscuridad.
Nada importará entonces que en fondo todos,ellos también, sepan que en realidad es un payaso.
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Lucecita, lucecita, que es chiquitín. (Tenía que haber escrito «jarroncito chino» para ajustarme mejor)
Yo coincido contigo en que tiene su público y que no es escaso. Y, aunque tengamos la impresión de que está más que amortizado (alguien me lo ha dicho en algún comentario por WhatsApp) estoy seguro de que el propio PP, aun a sabiendas de que es un payaso, lo resucitará y le hará un huequecito preeminente… Si no sobresaliente. No olvidemos que ha predicho la caída del partido y que su marcha se ha debido precisamente a eso… a que los ve «flojones»
… Jodeee ¡Cuánta gente habrá esperando esa lucecita en el final del túnel…!
¡Un abrazo, Ricardo! Estaremos para verlo. Y todavía tendremos capacidad de escándalo.
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