Cuarenta mil. Y una vieja

Me indigné un poco porque, cuando investigaba por Internet este asunto de las personas sin hogar (la manifestación del otro día en Madrid llamó poderosísimamente mi atención), la red se empeñaba en mostrarme anuncios de comida riquísima para mascotas a precios desorbitados o la verdad sobre la asombrosa vida de Cristiano Ronaldo.

Yo andaba tan preocupado por la cosa del “cupo vasco” que no había caído en que, mientras compro pienso enriquecido para mis perras (el zinc favorece realmente su sistema inmunitario) y Cristiano Ronaldo hace no sé qué cosas que me importan un carajo, hay cuarenta mil personas en España que no tienen casa.

—¿Cuarenta mil?

—Cuarenta mil.

—Mucha gente parece…

—Un pueblo entero, sí.

—Serán drogadictos.

—Ya. O a lo mejor no.

Asusta un poco saber que hay tres millones y medio de viviendas vacías en España y que un millón y medio de familias viven en eso que se ha dado en llamar “infraviviendas”. Bueno, asusta tanto que nadie habla de ellos.

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Invisible.

—Entonces ¿cuarenta mil?

—Sí. Cuarenta mil.

—Buff. Y no todos drogadictos, ¿verdad?

—No, no todos. Ni casi todos. El otro día unos jovencitos apalearon en Madrid a una señora de 84 hasta dejarla sin sentido.

—Se divertirían.

—Parece. Quemaron los cartones con los que se protegía.

Estos no pusieron banderas de ningún sitio en el pilar del viaducto que les hace de pared. Sus fronteras son otras. Tampoco están preocupados por la “Gürtel”, su problema es otro. No ven nuestras noticias. Es lo bueno de no tener smartphone, que no ves según qué gilipolleces. Lo bueno de tenerlo es que, mientras paseas por el viaducto consultado el Whatsapp, tampoco les ves a ellos. No están. O sea, sí que están, de hecho están ahí, debajo de esos cartones protegidos por mantas raídas, pero no los vemos. Y cuando los vemos nos asustan un poco: los pobres son muy malencarados; por eso no salen de pobres, porque dan fatal en la foto del currículum y no hay quién les de trabajo.

¿Cuánto nos gastamos en resolver este puto lío que, simplemente, nos descalifica como sociedad? ¿Seguimos dejando el asunto en manos de la caridad otro par de lustros, de décadas, de siglos?

—Y no era drogadicta, ¿verdad?

—No. Era gitana.

—Ah.

—Rumana.

—Por eso entonces.

—Se conoce.

—A lo mejor bebía…

—Igual sí.

—¿La policía?

—En sus cosas.

Las cifras abruman. Cuarenta mil: un pueblo entero, ¡y grandón! No se haga líos pensando en que ellos se lo han buscado. Haga como yo, no haga nada, siga buscando el mejor  pienso enriquecido, pero no se justifique. De verdad. Es jodido.

Hay que darle urgentemente una vuelta a cómo nos gastamos el dinero público. Nos gastamos muy poco dinero en las personas (la caída del gasto sanitario da igualmente miedo). Le tenemos que dar una vuelta cuanto antes a la sociedad en la que vivimos, al papel de las empresas, al papel de las organizaciones, a nuestro papel mismo como vecinos del barrio. Estamos haciendo las cosas muy mal. Dentro de nada vamos a  volver a hablar de las calefacciones y de quienes no pueden encenderla. Como el año pasado.

Si usted anda por la calle seguro de haberse hecho a sí mismo, de que lo que tiene es lo que se merece y de que nadie le ha regalado nada, piense que eso exactamente pensaba de su suerte ese al que no ve debajo de los cartones del zaguán del cajero automático, antes de que la cosa se le diera la vuelta.

—Y ¿ha dicho cuatro mil?

—No, no. Cuarenta. Cuarenta mil. Y una vieja.

El dibujo es de mi hermana Maripepa.

22 respuestas a “Cuarenta mil. Y una vieja

  1. Muy cierto es lamentable la situación que viven algunas personas y también es cierto que casi siempre lo único que hacemos como personas es lamentar que mal lo están pasando , también es cierto que compramos lo menos para los dientes de mi gato , cuando posiblemente nos cueste lo mismo que una limpieza de boca de cualquier vagabundo , pero mi parecer es que aunque las personas ayudemos esto es obra para nuestros gobernantes? Te imaginas si cuando se pilla a un corrupto ( vuelve a salir la corrupción) se le despojara de todo lo robados con intereses ? A cuánta gente ayudaríamos ? Seguro que más de cuarenta mil con un dolo caso a si que si andas bien de matemáticas echa números , sobre estos nenes que narrará. Indigentes no te voy a decir por aquí que les haría pero sé que te lo imaginas .
    A partir del domingo que viene seguramente mi entrada será más tarde .
    Ven domingo que estamos en eso que dice ARTURO perez reverte puestos a decir gilipolleces podíamos decir viernes negro.

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    1. Estoy de acuerdo. Este no es un asunto a dejar en manos de la caridad, ni de la generosidad, ni de la buena voluntad de las personas. Es un asunto de Estado.

      Seguramente es el asunto más importante que debe tratar el Estado, aunque parece que no tiene medios suficientes para hacerlo.

      No puede ser que nos gastemos tan poco dinero en las personas. Igual que no puede ser que la totalidad de la policiía madrileña no esté buscando como loca a la cuadrilla de hijos de puta que apalearon a la gitana, por muy gitana, por muy rumana, que fuera. No está en sus prioridades, están con el grupo de WhatsApp ese tan entretenido.

      Insisto: algo estamos haciendo muy muy mal. Y hay cuarenta mil personas que lo saben seguro.

      ¡Gracias, Juan Carlos! Esto tiene un arreglo fatal, pero no podemos dejar de intentarlo.

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  2. La verdad que la cifra asusta mucho, en mi escaso conocimiento sé que tienen ayudas sociales (no se si será bueno o no), algunos serán borrachos, otros no. Está claro que cada uno tiene una tragedia en su vida que les ha llevado a esa situación, siguen siendo personas y NADIE tiene derecho ni a pegarle ni quemarlo, etc. Estamos llegando a la degradación humana, se valoran a las personas por sus posesiones, si tienes un buen coche, un buen teléfono móvil, pisos, casas, viajes, etc.

    Estamos entrando en la generación supremacista, YO SOY SUPERIOR A TI, (independentista, otros por dinero, homofobos, racistas, etc.) y la realidad es que se sienten inferiores y por eso se apoyan en la masa o en el grupo, (violaciones en grupo, manifestaciones agresivas,..)

    Solo tenemos que ver hace unos meses los yihadistas atacaron Barcelona, estuvimos un mes con ese tema, ahora ha habido mas de 300 muertos en Egipto por otro ataque y apenas si sale en los telediarios incluso la gente ni sabe de ese ataque.

    ¿Hacia donde se dirige la humanidad?

    Me da miedo esta sociedad.

    Un saludo.

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    1. Parecía que solo nos afectaba lo que teníamos más cerca y esto de Egipto, como pilla lejos, no tiene la categoría suficiente para estar en portada de los diarios.

      Pero no. No es lo que nos pilla más cerca… Porque estos cuarenta mil los tenemos al lado y tampoco están en los diarios. Ni en las redes (salvo en los grupos de chat de los descerebrados que apalean o violan en manada).

      Habrá que estudiarse dónde pillan las fronteras. Porque, como bien dices, la cosa asusta.

      Yo ya no sé decir si la frontera es el dinero, es la clase social (o sea, el dinero), es la religión o es la nacionalidad. No sé analizar lo que sucede, más allá de comprender que algo sucede, que es enorme y que no es nada bueno.

      Inmigrantes retenidos, personas sin hogar, familias en pobreza extrema viviendo en verdaderas chozas, pobreza energética, conviven con la opulencia del primer mundo sin que a nadie parezca extrañarle, sin que se conmuevan los cimientos de esta sociedad que no sabemos, como apuntas, hacia dónde coño camina.

      Y mientras escribimos esto, cada uno calentito en el estudio de su casa, con un café recién hecho y bollos con mantequilla para desayunar, hay cuarenta mil personas recogiendo los cartones del zaguán del cajero automático de abajo.

      De verdad que algo no va bien.

      Muchísimas gracias, Antonio. HOY ESTAMOS DE ACUERDO

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  3. A todas estas personas, 40000 , ¡que atroz!, deberíamos sumar los que se encuentran cruzando por la puerta a esa sala de la ignominia, lo que ahora llaman los trabajadores pobres. Son todos aquellos que no cuentan para nada, no son parte de nada (de nada de lo que los que llevan las riendas consideran que es importante); incluso, ya que muchos de esos 40000, ese pueblo grande, no tienen ni siquiera papeles para que nuestra sociedad los considere personas, son no seres.
    Solo sombras.
    Ajenos al entramado de relaciones sociales del que nos hemos dotado. Alguien a quien no vemos. Verlos es el recordatorio de nuestras propias miserias.
    A fin de cuentas nos decimos, ¿para que está Caritas?, sin darnos cuenta de que su exclusión también es la nuestra, es el síntoma y no la enfermedad.
    Si dejamos de ser solidarios , como sociedad, como especie, como individuos ¿estamos seguros que continuamos siendo humanos?

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    1. ¡Qué paradoja! Al final los verdaderos seres humanos van a ser ellos. Los que no van a misa, ni a la oficina, no tienen cuentas bancarias, no pueden avalar nada ni tienen quien les avale.

      Es curioso el advenimiento de esta nueva clase social, los pobres que tienen trabajo, sea la consecuencia de la cacareada salida de esta crisis brutal que nos ha devuelto a los corrales. El dinero ha vuelto a imponer sus normas (si es que alguna vez no estuvieron vigentes) y ha dicho: «si quiere que esto ande, déjeme hacer lo que me dé la gana; y no, no voy a pagar un sueldo digno a los trabajadores, ganaría demasiado poco para lo que arriesgo».

      Y aquí estamos, andando. Andando mientras UN MILLÓN Y MEDIO de familias habitan infraviviendas con un parque de tres millones y medio de casas vacías. Andando entre cuarenta mil personas que duermen entre cartones. Haciendo como que no nos enteramos de que los chicos de la casa de enfrente no desayunan si cierran el comedor escolar y viven sin calefacción porque no pueden encenderla… O sea, andando.

      Tal como dices ¿para qué está Cáritas? Ya se ocupan ellos.

      La verdad es que esta semana me daría por contento con que la policía se tomara en serio su trabajo y pillaran a esos jovencitos que le dieron la paliza a la señora de 84. Pero deben andar en sus cosas.

      Esto de no fijar con claridad las prioridades nos está llevando a un sitio en el que estoy seguro de que yo no quiero estar. Y vamos de puta cabeza.

      Gracias, José Ricardo. Esto es un lío muy grande. A lo mejor nadie lo conoce como tú: Ese trabajo que haces te pone muy cerca de una realidad jodidamente tozuda. Y ¡menos mal que se hace!

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  4. Da mucha pena, da pena pensar que somos una sociedad sin empatía. A nadie le gusta no tener un techo, sabanas limpias, comida en la mesa y agua caliente para ir limpio. Esa realidad la tenemos a solo un paso, por desgracia ya no hay trabajo para todos y de la noche a la mañana te encuentras en esta situación. Lástima de estos que utilizan la debilidad de otros para su diversión. Acordaros cuando en la plaza mayor los turistas tiraban monedas para ver cómo competían por cogerlas los mendigos. No todos podemos ser la nietísima para jactarnos de no haber trabajado nunca y vivir, realmente vivir. Porque los que hacemos los demás es sobrevivir.

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    1. Recuerdo aquel episodio con verdadero pavor. Con pavor. Y recuerdo el comentario de algunas personas cercanas (lamentablemente) que lo justificaban diciendo algo así como «¡a ver si no sabemos todos a qué viene aquí esa chusma!»

      Somos esa sociedad sin empatía, sí. Y vamos acopiando esos «modos» en nuestro cuidado y occidental «esquema de valores» (dada vez que hablo de valores me estremezco un poco).

      Todo esto es una enormidad. Y los poderes públicos no han encontrado un hueco para incrustar en sus programas algo tan simple como la justicia. Tan preocupados estamos por garantizar la libertad que no hemos dejado un espacio para la justicia. Y es de justicia, de simple justicia, garantizar la dignidad de las personas. Y se puede.

      …Pero no las vemos. A lo mejor ni votan. A lo mejor ni siquiera tienen papeles… A lo mejor ni son españoles ni nada.

      Da mucha pena, sí. Da mucha mucha pena. Y otro poco de vergüenza.

      Gracias, Victoria. Muchísimas gracias. Ven más por aquí a pensarlo con nosotros. Un beso muy fuerte.

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  5. Menuda panda panda de inconscientes!
    ¿Os imagináis lo que pasaría si en España se diera cobijo a todos estos indeseables? Tendríamos que pagarlo nosotros, con nuestros impuestos! A todos estos vagos lo que les pasa es que no quieren trabajar. Y todos los demás vagos del mundo se echarían al mar en pateras para chupar del bote… A bueno que eso ya pasa…. Y… Y… A lo mejor subia el consumo… y la tasa de natalidad… y habría más trabajo… Y la hucha de las pensiones… Ufff que me lío.
    Pero entonces a quien hostiarían nuestros jóvenes?

    De verdad que creo que está sociedad está muy malita!

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    1. ¿Yo? ¿Con mi dinero? ¡De eso nada!

      ¡Que se hubieran esforzado como yo y tendrían un techo digno dónde cobijarse!

      Y no digo yo que eso de pegarles hasta la inconsciencia esté bonito… ¡Pero es que parece que lo van pidiendo! Y pobres chicos, por una travesura de juventud (como decíamos ayer) no les vamos a joder la vida. Son solo nazis… no hacen daño a nadie que no se lo merezca.

      Estoy acojonado pensando en cuanta gente firmaría debajo de esta sarta de barbaridades sin dudarlo un minuto. Mejor lo dejamos aquí. No demos más ideas.

      GRACIAS, Javier. Un beso muy fuerte.

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    1. No. No te equivocas. Yo también me voy a tomar el aperitivo. Es domingo, ya sabes…

      No sé cómo se arregla. No sé lo que tengo que hacer. No sé si cuando digo que no es un problema de las personas sino de las instituciones, lo digo solo para lavar mi conciencia burguesa. No lo sé.

      Lo que sí sé es que los presupuestos que se destinan a asuntos sociales decrecen a medida que crece exponencialmente la desigualdad en España. Que no es un problema de caridad ni de buena voluntad. Que es un problema de estado. Que tenemos la obligación de construir un modelo de estado que impida que estas situaciones se puedan producir y que ataque los problemas cuando se produzcan. Esa es nuestra obligación y no (o no solo) la de darle cinco euros al pobre que pide junto al portal de casa.

      Pero vuelvo a no estar seguro de no decir esto, precisamente, para aquietar mi conciencia.

      De verdad, es un lío. Es un puto lío.

      Gracias, Chelines. Muchísimas gracias por estar con nosotros en estas reflexiones. Aunque valgan de poco. O incluso aunque no sirvan de nada.

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  6. Los medios que tienen los servicios sociales del estado, comunidades y ayuntamientos son limitados y cada vez mas. De esto, quien propone el tema sabe un poco.
    No hay mas que ver la hucha de las pensiones.
    Este es un tema muy complejo porque se junta una cuestión prosaica como el dinero y los recursos con situaciones de emergencia y cuestiones humanas que no admiten espera por la gravedad de su situación.
    ¡Cuánto despilfarro hemos consentido en los años de bonanza. Cuantos medios se han agotado para interés político, mediático, etc.
    Los que verdaderamente saben de esto, llevan muchos años diciendo que la solición a cuestiones de inmigración por motivos económicos es la mejora de su situación en sus lugares de origen.
    En España nadie habría emigrado a Alemania si hubieran podido ganarse la vida aquí.
    Hay leyes en otros paises que penalizan a los dueños de viviendas vacías si no las alquilan o ceden en unos meses. Habría que legislar y hacer cumplir las leyes
    Yo creo que el tema es muy complicado y urgente. Las personas que se encuentran en una situación de emergencia no puede esperar y tendríamos que darles una solución ya !!
    Pero habría que hacerlo bien.
    Yo no quiero vanalizar este tema que me ronda incansablemente. Pero estoy harto de abusos y de respuestas filonazis.
    La extrema derecha se frota las manos.
    Quiza este tema de la pobreza yfalta de respuesta y atención básica, sea lo que mas me duela y el tema mas complicado que hemos visto aquí. Me gustaría hablarlo con calma. Proponer soluciones y comunicarnos y explkicarnos mejor.
    Esto si se metece pensar y hablar.

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    1. Propón el foro. Yo estaré más que encantado.

      El asunto de las respuestas filonazis del que hablas creo que encierra una parte importante de la respuesta a la causa del problema. Tengo la jodida impresión de que esta sociedad nuestra camina peligrosamente por ese filo. Tengo la jodida impresión de que este problema existe porque la sociedad lo consiente, porque otros de muchísima más difícil solución, se han resuelto.

      Volvemos, aunque me joda, al turbio asunto del dinero y de quienes lo manejan. Al tema de quién hace visibles los problemas y de qué medios se sirve para ello. Esta es una cuestión invisible, y lo es porque al dinero no le importa visibilizarla. No es asunto que se pueda anotar en las cuentas de resultados de las empresas y, por lo tanto, no existe. Y la sociedad lo asume así. ¿Por qué?

      Me acojona.

      Propón el foro. Vamos con ello.

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  7. Tremendo tema. Tremendo dilema. Tremenda situación la que plantean estos colectivos a nuestra sociedad. Alcoholicos? Drogadictos? Vagos?… podriamos buscar mil excusas en ellos, para no afrontar la responsabilidad que la sociedad de consumo tiene sobre el tema. Una sociedad de consumo que lleva a la masa a trabajar como ellos quieren, que consume lo que mas interesa en cada momento a «alguien». Una sociedad donde el individuo se mide por el ratio de rentabilidad, aunque eso le lleve al borde de la desesperación y del suicidio. Donde quien no cumple con su roll de adosado, cochazo, vacaciones en el mar, etc. se le comienza a ver como sospechoso… de que? De querer ser solo persona? De que se pueda emocionar, simplemente con disfrutar cada dia de respirar?
    Desgraciadamente en mi vida he conocido y conozco muchos casos de gente que vive en las calles, cada uno por diferentes motivos. Por diferentes caminos llegaron al mismo sitio. Y no son mas locos que otros. Muchos de ellos solo pretenden ser ellos mismos, que deje de observarlos el «gran hermano» que supone esta sociedad nuestra del consumo y lo aparente.
    Estoy convencida de que un buen paquete de buenas politicas sociales paliarian a quienes estan a ese lado de la sociedad de modo involuntario. Pero creo que lo que de verdad necesita el ser humano, no es mas que eso, volver a ser humano.
    (Siempre llego los lunes, pues los domingos los dedico a intentar ser humana, lejos de artilujios, jajaja)
    Saludos

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    1. Haces bien en separarte de artilugios el fin de semana. Un rato de «naturaleza y vida» (así se llamaba el álbum de cromos que se estilaba cuando yo era chico) no le viene mal a nadie.

      Estoy completamente de acuerdo contigo. Nada tienen que ver esos que eligen vivir por fuera de la sociedad, sin casa ni ataduras y corren por la complicada senda del «vagabundeo», con los que han corrido esa suerte (¿suerte?) involuntariamente y se han quedado literalmente sin nada por unas causas u otras.

      Y es verdad que un buen paquete de medidas sociales lo paliarían por un coste INFINITAMENTE MENOR del que se ha pagado por rescatar a la banca, pero creo que aún nos falta un paso: el de obligar a que ese paquete de medidas sea de una vez una realidad.

      Lo sorprendente es que no obligamos a nadie a nada. Ni 15M ni hostias. La sociedad no se ha tomado este problema en serio porque 40.000 no somos ninguno de nosotros, aparentemente. Esa invisibilidad es la que me pone completamente enfermo.

      No hemos conseguido… mejor dicho, no hemos ni siquiera intentado, que el gasto público contemple estas necesidades como prioritarias, porque no nos hemos hecho cargo de que este problema realmente es un problema.

      Un beso muy fuerte, Petra. Seguimos por aquí. GRACIAS.

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  8. A mí no me sorprende y el vermut del domingo bien rico que estaba.
    El otro día debatía yo con un cliente acusado de violencia de género, si se ha hecho suficiente sobre el tema, si la ley es buena, si es posible erradicar la violencia machista, y la verdad a mi se me hacía bastante complicado, salvo poner un vigilante a cada humano y un vigilante al vigilante, poco se puede hacer, para que desaparezca, no para mejorar.
    Esto que parece no tener mucho sentido puesto aquí, si lo tiene, y es que este problema si se puede erradicar y además, no debe de ser tan caro, pero no se va a solucionar, ya que a la clase política le da lo mismo a esta gente, le importan un carajo, bueno ni esta gente, ni el resto , salvo una vez cada cuatro años.
    Ellos están para solucionar cosas grandes, de las que importan, modificar la constitución (bueno esa tampoco), que las eléctricas tengan beneficios (esa si, los 2º en precio de Europa), que los bancos ganen (60.000 millones que se perdieron), que Puigdemont pueda cobrar sus dietas ( no sea que mañana nos toque a nosotros).
    Pero la gente en la calle,esa no importa a nadie, y a los políticos menos aún, si todavía corriesen en competición los domingos a las dos, haría por ver la salida, pero ni eso se molestan en hacer, estos pobres nuestros, así es que como nos van a importar al resto.
    Seguir todos esperando competiciones de pobres a las dos y votando cada cuatro años partidos con deudas superiores a los 50 millones de euros y ellos seguirán sin preocuparse de los que no tienen casa, ni de vosotros.
    Mucha suerte el jueves en tu presentación, me encantaría que fuese solo 24 horas después.

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    1. ¡GRACIAS! (Deberíais venir, aunque pille un poco a trasmano).

      La cuestión es exactamente esa. Nuestro grandes políticos (jejeje) se dedican a las cosas grandes y estas, a su vez, debe ser que hay que contarlas de cien en cien mil, y que cuarenta mil se les quede pequeña.

      Al final se ocupan de cosas tan grandes que igual ni las hay y, simplemente, no encuentran nada que hacer para cambiar la sociedad que era (cuando yo me moceaba) el único objetivo de la cosa política.

      En cualquier caso, estos de los que hablamos seguro que no tienen papeles ni para votar, así que… ¿qué cuenta nos vamos a hacer de ellos?

      Un besazo, chaval. Convence a tu chica y veniros a la presentación… por jueves que sea.

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