8M

Los medios tradicionales están dando enorme importancia a la huelga (o el paro) que se se ha convocado para el 8 de marzo, día de la mujer, en defensa de la igualdad.

Es curioso que, con la que está cayendo, solo jubilados y mujeres estén poniendo el grito en el cielo en estos tiempos de zozobra en la que todas, todos, estamos sufriendo los desmanes de un sistema que ha dejado de responder a lo político y a lo social y solo se pone en marcha cuando se trata de abordar problemas económicos. Y solo se pone en marcha cuando se trata de favorecer a los poderes económicos, por decirlo de una manera más cordial.

El apoyo social de las reivindicaciones de estos dos colectivos está siendo, sin embargo, desigual. Solo se escuchan loas al movimiento de los mayores, supongo que porque todos pensamos que algún día vamos a llegar a serlo (algunos estamos a punto), pero como no todos vamos a llegar a ser mujeres, no sucede igual con la ola en la que se ha subido el movimiento feminista.

Inicialmente solo se escucha denostarlo al PP y a Ciudadanos (los dos han perdido el pudor y así, sin pudor, dicen lo que piensan y allá te las compongas). Pero rascando un poco se ve claramente que no todos vamos a llegar a ser mujeres. Hay más: ni siguiera todas las mujeres se sienten en la necesidad de reivindicarse como tales respecto del papel que los hombres les estamos dejando jugar.

Excusas del tipo “qué vamos a ganar con un paro dos horas” o “yo soy la primera que reconozco que soy un poquito machista” están al cabo de todas las conversaciones, ello seguramente porque los atavismos culturales de esta sociedad nuestra en general y de este país nuestro en concreto, nos llevan a no reconocernos como iguales aún en nuestros días.

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Los últimos meses han supuesto un estallido de reivindicaciones feministas que van desde el mítico “me too” (señoras del mundo del cine hasta los ovarios de que los machitos del negocio se la tengan que meter para llegar a algún lado), hasta la pelea por denunciar la brecha salarial que es una circunstancia simplemente insoportable. Pasa por la desigualdad en el tiempo de trabajo o el acceso al empleo, por la infinitamente mayor dedicación a las tareas domésticas o al cuidado de los hijos o de los mayores, el dificilísimo ascenso a los puestos de responsabilidad…   De la violencia machista mejor ni hablamos.

Pues bien, me sé una excusa o varias para cada una de estas realidades sociales exasperantes. Y las he oído esgrimir insistentemente a muchísimos hombres y a no pocas mujeres en estos últimos días.

A las reivindicaciones del colectivo de jubilados solo se oponen los ricos y los imbéciles; solucionarlo con planes de pensiones privados a base de ahorrar dos euros al mes, es una idea tan peregrina que defenderla queda para sujetos de la catadura moral y nivel intelectual de Celia Villalobos. A las reivindicaciones de las mujeres, sin embargo, además de los ricos y los imbéciles, calladamente, nos estamos oponiendo todos. Todos (casi todos) y muchas (muchas más de las que se dejan oír). El status quo actual no nos parece desmesurado. Ni mucho menos.

Ahora ya no es el tiempo de tomar conciencia. Este ya pasó. Ahora hay que salir a la calle y firmar, una por una, cada una de las denuncias y exigencias del Manifiesto 8M que, desesperadamente, grita ¡MUJERES LIBRES, EN TERRITORIOS LIBRES!

Y creo que no hay más excusas.

Por cierto, dice un cura que la Virgen haría la huelga. Alabado sea Dios.

El dibujo es de mi hermana Maripepa.

6 respuestas a “8M

  1. ya era hora de que nos vallamos dando cuenta de la perdida de igualdad de las mujeres , yo conozco el entorno de la mujer rural, las mujeres de capital en igual medida lo han sufrido , como yo voy dejando (muy a mi pesar ) eso de ser joven y por suerte o desgracia he vivido los años 60-70 viendo como las mujeres de la familia tenian que tirar de todos los carros, del trabajo en el campo llueva o no, haga frio o calor y si se negaban correazo al canto, se encargaban de los hijos , de la casa , de la ropa desde la mañana hasta la noche ahh y por las noches preparando comidas para todos por que al dia siguiente tenian que trabajar.
    mi apoyo total a las mujeres esas hasta hace poco desconocidas que gracias a ellas somos lo que somos, que pocos reconocimientos a esas luchadoras de cualquier movimiento si se destacaban eran perseguidas y mucho mas, cuantas mujeres (yo conozco alguna viejecita) han tenido que soportar los abusos del señorito y de algunos mandatarios con poder por que si no se despedia al marido y eso marcaba a cualqiuer mujer y lo sufrian como las almorranas en silencio.

    yo naci en el 1958 ( bueno el 31 de diciembre) en el 1973 empeze a trabajar (ajusta cuentas de la edad) osea que en este año cumplo 45 años cotizados seis para jubilarme un total de 51 años (espero que pueda seguir cotizando) y luego que? a cobrar si es que puedo una paga de mierda y sin intentar ofender a nadie, politiquillos como el rufian del rufian primero no saben lo que es trabajar y lo segundo es que se llevan los dineros por el careto.

    bueno lo dejo que me estoy calentando y puedo poner cosas que alguien se moleste y me tache de lo que no soy.

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    1. ¡Joder!

      El entorno que describes es seguramente el más duro por el que pueda haber pasado una mujer en España. El entorno rural.

      La mujer rural es la verdadera heroína de este asunto tan turbio de la desigualdad. Sin absolutamente ninguna salida (eso de separarse e independizarse debe ser cosa de gente muy rica) y con un día a día demoledor, han sacado adelante a toda una sociedad que se quitaba el hambre a hostias, en una economía de subsistencia, sin ningún acceso a la cultura, a la información…

      Y esto de la jubilación… traerá más cola. No sé qué coño van a hacer tantos autónomos que han cotizado por la mínima porque no tenían otra forma de sacar el pequeño negocio adelante y se enfrentan a una jubilación de 400 euros.

      Bueno, sí sé que van a hacer: tirarse a la calle.

      Y sé lo que no van a hacer: decirle a sus hijos que ahorren dos euros diarios.

      Deberíamos ir pensando en ir cambiando esto.

      Gracias, Juan Carlos. Nos vemos el día 8 en todas las manifestaciones, en todas las calles, en todos los gritos.

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    1. God sondag! (Buen domingo, por si alguno no hablara danés).

      Vamos a echarlos, vamos a echarlos… Joder, yo no me quiero ir a vivir a Dinamarca, no quiero renunciar a mis vecinos, ni a los bares en los que pasé la adolescencia (que así me ha ido), ni a mis nietos (que seguramente no se querrían venir a vivir conmigo), ni al sonido de las calles de mi barrio cuando se hace de noche y solo quedamos muy pocos cerrando locales.

      Lo que quiero es que nos despertemos de este letargo que nos ha atrofiado las ideas. Hoy, en concreto, lo que quiero son mujeres libres, en territorios libres. O, como soy chico, personas libres, en territorios libres… Con todas sus consecuencias.

      Un beso muy fuerte, Cristina.

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  2. Queda poco que añadir.
    Que en esta sociedad adormecida en la que vivimos sean los «viejos» los únicos que se tiren a la calle para defender los derechos de todos es vergonzoso. Que las mujeres, mejor dicho dicho una parte de las mujeres, ni siquiera la mayoría, se echen a la calle, no para mejorar sus derechos, si no para que se hagan reales los que en la teoría tienen desde hace décadas, es sencillamente insufrible.
    Mientras, los demás, condescendientes, paternalistas, aprobamos sus reivindicaciones, cómo dejándoles hacer… Cómo si no fuera con nosotros, cómo si no fuera por nosotros y como si necesitaran lo más mínimo nuestra aprobación!!!
    Al menos nos queda el saber que aún hay quien se echa a la calle. Quizá quede alguna esperanza.
    Buen domingo!

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    1. Alguna esperanza queda.

      Las tendremos que depositar en jubilados y mujeres, porque los demás dormimos.

      El manifiesto 8M dice cosas que debemos decir todos, activamente, con una sola voz, alta, firme.

      Es muy importante que hagamos esta huelga, o este paro. Lo es porque nos afecta, como las jubilaciones, a todos. Y es nuestra esperanza.

      Y no, no necesitan nuestro permiso. No necesitan nuestra comprensión paternalista. Necesitan que sepamos que una sociedad igual es buena para todos. igual de buena para todas y todos.

      Gracias, Javier. Un beso fuerte.

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