Barcos de guerra

El Príncipe Heredero de Arabia Saudí viene a España y se hace pública su intención de negociar un contrato para la construcción por Navantia de cinco corbetas “Avante 2200”.

La ONG se ponen en pie de guerra y piden por todos los medios a su alcance que el contrato se paralice. Que no se le vendan armas de guerra a un país del que se pueda sospechar que va a usarlas para vulnerar los derechos humanos o para emprender acciones bélicas contrarias a los tratados internacionales.

Rafael Hernando, que no es un tipo listo (ni discreto), se enfrenta a ellas diciendo algo así como que todas estas ONG que se oponen al encargo y viven de los impuestos de los españoles deberían contratar a las personas que dependen de él.

El negocio de las armas nos repele a todos (menos a Rafael Hernando). Sirven para matar las venda quién las venda. Lo que pasa es que, según quién las compre, intuimos que las usará para matar mejor o peor (si se puede diferenciar entre matar mal o bien).

Nadie tiene dudas de que el naval constituye uno de los sectores estratégicos más importantes de España, que carece de otra industria pesada desde que Aznar decidiera venderle la gran ENSIDESA a un coleguita en plena fiebre privatizadora.

En el sector naval militar solo otras siete u ocho empresas compiten con la española Navantia en todo el mundo. Es un sector altísimamente especializado, complejo y lo representa una empresa pública que, entre Ferrol, Cádiz y Cartagena emplea a 5.500 trabajadores y generó en 2010 en torno a 38.000 empleos entre directos e indirectos.

De otro lado, las relaciones comerciales entre España y Arabia Saudí pasan por los contratos petrolíferos y los de infraestructuras ferroviarias, unos hacia acá y otros hacia allá. Este de los barcos podría suponer unos 2.000 millones. Fomento está identificando oportunidades por 32.000 millones más en contratos para los próximos 10 años.

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A lo mejor estas cifras son las que hacen que tengamos tan buen concepto de essa gran nación y otro mucho peor sobre, por ejemplo, Venezuela, que no sabemos que esté escabechando ningún país cercano, pero cuyas cifras de negocio con España no alcanzan, ni con mucho, estas magnitudes. En cualquier caso, también a Venezuela le vendemos armas.

La lista de países a los que exportamos material de guerra es larga y la legislación que controla este negocio laxa porque, si bien es cierto que exige como condición que el comprador certifique que no las va a usar para hacer con ellas cosas feas (usarlas para vulnerar los derechos humanos o para emprender acciones bélicas contrarias a los tratados internacionales), también lo es que la autorización de la venta se firma en un acta secreta en el seno de una comisión interministerial de la que poco o nada se sabe.

Al final, por resumir, los extremos del debate parecen ser dos:

Uno, que Arabia Saudí no es una democracia. Ni se parece. Su actividad bélica en Yemen en la actualidad está horrorizando al mundo.

El otro que España vende armas. Y no pocas. Y que son para matar.

Y la conclusión es difícil.

Podríamos dejar de vender armas. Nadie duda de la turbiedad de este negocio. Luego vemos cómo estabilizamos la balanza comercial,  como reconvertimos esta industria, o cómo nos proveemos de las necesarias (si es que es necesario proveerse de armas), porque tendríamos que dejar caer nuestra industria naval militar: los encargos de la Armada Española no alcanzarían ni con mucho para mantener el sector, mucho menos en un nivel tecnológico puntero, como es el caso.

También podemos, solo, dejar de vender armas a los “malos”, como así se exige en los tratados internacionales y en la legislación europea y española. Ahora tocaría que listáramos el censo de “malos”. Pero elijamos antes con mucho cuidado a quien haya de determinarlos, por si no pensáramos todos lo mismo y cada cual se pudiera construir su propio “eje del mal”. De paso, podríamos poner un punto de transparencia en estas decisiones y en los currículos de quienes las toman, no sea que la cosa sea más turbia de lo que parece. Curiosamente, Arabia Saudita no está en lista alguna que le impida este tipo de compras. A saber por qué.

También podemos romper las relaciones comerciales y diplomáticas con Arabia Saudí (decisión que, sin duda, sería muy celebrada entre otros por mí). Entiéndase que dejamos también de construirles infraestructuras de “alta velocidad” o de comprarles el petróleo con el que echamos gasolina a nuestros coches y encendemos la calefacción.

En mi opinión, lo que no se puede hacer es, solo, dejar de venderle cinco corbetas “Avante 2200” a Arabia Saudita. Sirva de aclaración que la corbeta se destina habitualmente a la vigilancia y protección de las aguas territoriales, que no suele desplegarse a escenarios alejados del país en acciones de guerra, a pesar de que lleva un cañón en la proa que la diferencia claramente de un barco de recreo.

Esta manía de buscar (y a menudo encontrar) soluciones fáciles a problemas tan complejos, conduce directamente a la melancolía. La geopolítica es una disciplina que exige de cierto conocimiento global sobre las cosas del mundo, amén de algún entrenamiento y sobre la que, para hacer criterio, se precisa de mucha información.

Opinar sobre todas las cosas es bien fácil y ahora también lo es propagar nuestra opinión a los cuatro vientos, pero valore que le vendemos armas para la guerra a regímenes de los que ni usted ni yo nos enorgulleceríamos. Es solo que, como no lo sabemos, no ponemos el grito en el cielo por ello.

El dibujo es de mi hermana Maripepa.
Los datos técnicos sobre la industria naval militar, de mi amiga Montse, que es de Ferrol.

8 respuestas a “Barcos de guerra

  1. Buenos días realmente hoy lo pones bastante difícil por un lado tenemos el negocio de España en la fabricación de esos barcos, con el consiguiente empleo a miles de personas directas e indirectas que se beneficiarían de esos puestos de trabajo.
    por otro el daño y la destruccion que esos barcos podrían hacer pero pregunto ¿ realmente son barcos de guerra o son de control y vigilancia armados pàra evitar piraterías o similares, ? si es asi y es con ese fin independientemente que los puedan utilizar para otros menesteres también se fabrican armas para seguridad de nuestras fuerzas del orden publico por que son necesarias para su seguridad y la nuestra ¿económicamente le favorece a España romper relaciones comerciales? no tengo ni idea, viéndolo por el interés económico lo veo bien pero si por el interés moral es conveniente se rompen y no pasa nada.

    hoy me pillas fuera de juego tengo poca información sobre el caso he estado mas centrado en otros temas y he descuidado esta información que me llega con tu entrada como nueva noticia.

    buen dia

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    1. Llegar a la conclusión de que los buenos y los malos se diferencian por el volumen de las relaciones comerciales que tenemos con ellos siempre es decepcionante, aunque esa es noticia de la que sospechamos desde hace muchísimo tiempo.

      El volumen de negocio que se gestiona con Arabia Saudí es acojonante y, a lo mejor por eso (nunca se sabe) obviamos que se trata de un país de sátrapas en el que las mujeres no pueden conducir y a los maricas se les cuelga de grúas en la vía pública, entre otras lindezas.

      Además, están interviniendo en Yemen y produciendo una masacre que Naciones Unidas ha calificado como monstruosa.

      Aún así, a lo mejor por esto mismo del pastón que mueven, no están vetados en ninguna lista países con los que no se puede comerciar.

      ¿Venderles armas? Bufff… complejo. No mola nada. Pero hay demasiadas aristas en esto. Una es esta que comentas, que aquello que han venido a comprar no se utiliza para la guerra (acabar con toda posibilidad de negocio con este país sería económicamente desastroso, parece). Otra que Francia está al acecho para hacerse con el contrato sin más miramiento. Y otra más que la industria naval militar española mueve muchísimo empleo, muchísimo, y lo que fabrica son armas: barcos armados que sirven para la guerra. ¿Deberíamos dejarla caer?

      Demasiadas cosas a tener en cuenta en un asunto de 2000 millones. El turbio asunto de las armas.

      De verdad que es difícil hacer criterio en esto.

      Un abrazo enorme, Juan Carlos. ¡Gracias!

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  2. Vaya por delante que pocos negocios pueden ser más horrendos que este de la guerra. Lamentable, además, es el hecho de asumir , como sociedad, que las guerras, ya que va a existir, pues que nos resulten más rentables que a los demás. Ahí es cuando entra en juego nuestra diosa más querida: doña Economía. Con ella mejoran los aromas, se suavizan los principios y las lineas rojas se pintan en unas paredes y no en otras. Asíse puede entender este hermanamiento occidental con una monarquia medieval, religiosa y expansionista con Arabia Saudita.
    ¿Pero quienes somos nosotros, pobres mortales, para contradecir los designios de tan gran señora? ¿Que es eso de querer paz o libertad? No seamos niños y escuchemos, con arrobo, a sus profetas como el señor Hernando

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    1. Mis tripas tienen la inclinación natural a alabar todo aquello que a Herando le parece mal y, a sensu contrario, bendecir todo aquello que él detesta.

      Así, solo escucharle a él basta para alinearse con las ONG que suelen tener mejor criterio en líneas generales.

      Doña economía manda, así es. Ella hace que las líneas rojas tornen de un rosa melífluo que invita a traspasarse. Países como Arabia Saudí, del que cualquiera podría avergonzarse, pasean por el mundo a sus mandatarios con séquitos de 700 personas (para mí viajar con los niños ya representa un problema) y todos los demás países los reciben en loor de multitudes.

      Pero si viviéramos en Cádiz (astillero que se va a llevar la construcción de los buques) nadie tendría duda alguna. Nadie. La decisión de no vender los barcos (que nadie se va a atrever a tomar) tendría que venir acompañada de otras tantas, sobre el sector, sobre la economía, sobre las relaciones bilaterales con según qué países (que tampoco nadie va a tomar) que paliaran sus consecuencias y normalizaran lo que a todas luces es normal (que no se trata con los ‘malos’ y se acabó).

      Así que… cinco corbetas, ¡marchando!

      Gracias, Ricardo. Un abrazo muy grande. Y gracias por las piezas que nos mandas para el finde… ¡potente manera de empezarlos!

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  3. Navantia vende cinco cargeros para transportar 1.000.000.000.000.000.000.000.000.000. de libros con destino a las bibliotecas que se van a construir por toda Africa, con ayuda de la cooperación española.
    El Principe heredero de Arabia Saudí, pagara la construcción de los barcos y organizará su distribución por todo el área.
    Este proyecto cuenta con el fervoroso apoyo del gremio de libreros y de los editores.
    Existe una avalancha de estibadores voluntarios, porque esta acción les parece estupenda.
    El gobierno español esta recibiendo las enhorabuenas de todo el mundo mundial que cree que, con acciones como esta, se cambia el mundo y se ayuda a ser mejores personas.
    Pues a mi me gustaría que fuera esta la noticia. La otra me jode.
    Ahora, analizar y que estuviera en mi mano la decisión de compra (empleos, trabajo, etc. ) no me gustaría tomarla.

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    1. Pues esa no la he leído… Y me temo que por mucho que la busque no voy a encontrarla. Los libros creo que dan menos dinero que las armas… o a lo mejor muchísimo menos…

      Esa no la discutiría nadie. Esta, la de verdad, es más jodida.

      De todas formas, la decisión no está cuestionada más que por un puñado de ONG que pintan poco o nada, así que… a vender barcos.

      ¡Gracias, Pepe! Espinoso… cabrón…. sin salida… turbio asunto.

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  4. Esto me recuerda a cierto alcalde podemita en concreto de Cádiz, que cuando no era alcalde estaba en contra de todo incluido Arabia Saudi (casualmente enemigo de Irán y este ultimo subvenciona a podemos y antes pagaba hasta el teléfono de Pablo Iglesias) y claro cuando llego el pedido de las fragatas no dijo nada, era mucho dinero para la bahía de Cádiz y claro podría costarle su sillón de mando.

    ¡Ojala no hiciesen falta fragatas, ni bombas ni armas…! pero la realidad es distinta, si no las tienes eres presa fácil. Y no me vayas a decir Suiza, que esta rodeado de países demócratas civilizados y con armas, me gustaría ver que pasaba con Suiza en medio de África. Bueno que no existiría hace muchas décadas.

    Ya que hablas de Venezuela, esperaba que hablases del premio World Press Photo 2018, si esa misma imagen hubiese ocurrido aquí. PUFFF todo lo que protestarían los catalanes, Podemos, IU etc. pero como ha sido en Venezuela, TODOS callados.

    Por cierto, ahora todos protestan por el ataque a Siria, que poco he visto protestar cuando el ataque da civiles con armas químicas, imágenes de niños mujeres, etc.. no he visto ha nadie decir nada.

    La verdad esa guerra creo que es una forma de enfrentarse indirectamente los 2 poderosos (EEUU y Rusia) para mostrarse sus armas, gastarlas (se caducan y que mejor que usarla en real) para justificar el gasto descomunal en armamento. Y claro usan un país estratégico por situación y por el petroleo.

    Lo siento ojala no tuviésemos que vender armas, pero quien es el asesino el que fabrica el arma o el que la dispara. Aquí tenemos tanques y no han matado a nadie, es una forma de evitar una guerra el miedo a las armas del contrario. Y soy pacifista me gustaría que el mundo no hiciesen falta ni policías, ni militares ni siquiera gobierno. Pero eso es el paraíso que nos venden las religiones el infierno es esto y existirán guerras siempre.

    Lo siento creo que son necesarias las armas por culpa del ser humano. Que pasa en Nigeria, no hay petroleo nadie se preocupa que unos yihadista secuestren mujeres las violen , maten … y nadie hace nada. Si esas personas tuviesen armas seguramente los yihadistas ni se acercaban, pero claro son pobres e indefensas.

    Pensé que hoy hablarías de un tema que me preocupa mucho, y es la condena de un anciano por matar a un ladrón que estaba en su casa con armas, cuchillos maltratando a su mujer, lo siento eso si es una vergüenza de la justicia.

    La verdad hace muchos años que no creo en la justicia.

    En parte estoy de acuerdo contigo no me gustan las armas, pero creo que son necesarias para convivir en este mundo.

    Y me gustaría equivocarme pero vamos directo a una guerra mundial indirecta (espero) y una guerra civil española.

    Un saludo.

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    1. ¡Antonio! No se te escapa la ocasión para poner a parir a Podemos, sus confluencias y sus países amigos…

      ¡Cualquiera diría que alguna vez los votaste y te defraudaron! Pero sé que no es así, que tú eres hombre de orden y que votas como Dios manda, como así debe ser.

      Por cierto, a mí me pasa lo mismo con Aznar, y te aseguro que no le voté nunca.

      Antes de entrar en materia una corrección: el anciano mallorquín al que te refieres está, de momento «investigado» (antes imputado) por el juez que instruye la causa. De aquí a la condena, si se produce, pasará un ratito. Hablaremos de ello, sin duda, porque también es un tema espinoso y nada ‘plano’ el de si se puede matar o no a uno que entra en tu casa. La opinión de Trump la conocemos, pero no es global, afortunadamente.

      Y de las armas… ¡Ay de las armas!

      No dudo de que las armas tengan que existir y que, por ende, alguien las tenga que fabricar y vender. A mí, como a ti, me encantaría poder opinar lo contrario, pero no sería realista. Lo que está en cuestión es a quién y por qué procedimientos un gobierno puede vender armas. Y qué tipo de armas.

      Si el Estado Español fabricara y vendiera armas químicas no tendríamos ninguna duda en bramar contra ello. Si se las vendiera a Estado Islámico, tampoco. Aquí las líneas rojas a las que antes se refería Ricardo estarían claras.

      El problema aparece cuando las lineas rojas las decolora el dinero, el poder, los intereses de algunos… Y el otro problema, cuando gran parte de la prosperidad de una ciudad, una región, depende de un contrato y los principios de todos se desvanecen un poco.

      Lo que quiero decir es, simplemente, que para juzgar una decisión de esa naturaleza hay que poner sobre la mesa un montón de cuestiones que tienen que ver con la geopolítica, con la geometría variable del poder, con la economía, con la moral, con la estrategia de los sectores industriales… en fin, que es un asunto muy, muy, muy complicado sobre el que cuesta trabajo formar opinión.

      Dices que de la magnífica foto que ha ganado el premio World Press Photo no se habla porque manifiesta un conflicto en Venezuela… Querrás decir que no hablan los de Podemos, porque no hay estado más denostado por nuestro Gobierno a pesar de que, según las noticias que nos llegan, no está machacando a ningún país vecino. Y, sí: si aquí nuestros manifestantes salieran ardiendo, hablaríamos sobre ello.

      Finalmente, espero que te equivoques de plano: espero que no estemos yendo en directo a una guerra mundial, por indirecta que sea y que no esté larvada una civil, tal como indicas.

      Al cabo, te doy la razón. El petróleo convierte a una monarquía feudal sin ninguna pinta de querer evolucionar hacia formas de estado más actuales, en un paladín del concierto de los pueblos. Y se entiende fatal.

      Un abrazo, Antonio. Muchísimas gracias. Nos vamos a ver el jueves en la presentación del libro de tu chica (Ciudad Real, Residencia Universitaria de Santo Tomás, por si alguien se anima). MUCHÍSIMO ÉXITO y muchísimas felicidades.

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