Preguntas difíciles

Michael J. Sandel (premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales 2018) vino a decir que en un momento en que la democracia se enfrenta a tiempos oscuros, hacer preguntas difíciles sobre cómo debemos convivir ‘es nuestra mayor esperanza para arreglar el mundo en el que vivimos’.

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Ensayemos las preguntas. ¿Qué bienes es imprescindible proteger para que no se rompa definitivamente la convivencia en este mundo que nos toca?

¿La igualdad? ¿La de todos los hombres y mujeres? De… ¿todos? ¿La igualdad de oportunidades? ¿Cree usted que una niña marroquí que cursa segundo de primaria en el colegio del barrio debe tener las mismas oportunidades que su propio hijo o hija para alcanzar los puestos directivos de las grandes compañías o los altos cargos de la Administración?

¿Las defensa de las libertades individuales? ¿La libertad de expresión? ¿Aunque ofenda los viejos principios sobre los que se sustentó su educación y la de sus padres? ¿La de elección del propio sexo o del momento en el que desea que suceda su propia muerte?

¿La justicia? Me refiero a la justicia social, esa que predica que nadie puede carecer de todo mientras un par de centenares de personas acumulan la riqueza del planeta. ¿Cree usted en la redistribución de la riqueza? Se hace a través de los impuestos. ¿Permitirá que aumenten los suyos para que otros disfruten de una parte de lo que usted ya tiene?

¿Cree en los servicios públicos universales y gratuitos? Universales quiere decir para todos. También para los que han venido huyendo de la guerra o de la miseria. ¿Cree que un libio tiene el mismo derecho que usted a ser intervenido en un hospital público de una dolencia que le causará la muerte? ¿En el mismo orden? ¿Guardando la misma lista de espera?

¿Piensa en los poderes del Estado como reguladores de la convivencia? ¿De los mercados? ¿De los salarios? ¿De los precios? ¿De las condiciones que deben mantener los alimentos que ponen a la venta los comercios? ¿Considera que es el Estado el que ha de garantizar que los servicios básicos o los bienes de consumo esenciales para la vida alcancen a todos, sin excepción, ‘sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social’?

¿Cree usted en el estado de derecho? ¿Piensa que esas normas que regulan la convivencia están por encima de su voluntad particular, sus apetencias, su derecho a acumular riquezas incluso sorteando la fiscalidad (que es esa que preserva el derecho de los demás a disfrutar de lo que es de todos)?

Preguntas difíciles.

Asomarnos a la realidad aunque sea sin demasiada profundidad ya nos deja intuir que, en efecto, la democracia se enfrenta a tiempos oscuros en esta sociedad que desconfía (no sin razón) de los partidos políticos y en la que emergen líderes sin más bagaje que el tirón mediático que se convierten en los referentes electorales más efectivos. La extrema derecha (cuyos líderes devienen en caudillos) acelera su presencia en los parlamentos europeos amenazando con romper por la vía democrática a la democracia misma. La derecha más moderada radicaliza sus posiciones en busca de un discurso que cale en el electorado a base de consignas efectistas que proponen soluciones fáciles a problemas muy difíciles. La socialdemocracia ha perdido el hilo de la historia, ha abandonado sus referencias ideológicas y ha recortado a 240 caracteres sus postulados cada vez menos consistentes, más manidos. La izquierda radical continúa sustentada en propuestas imposibles que tienen que ver con la autarquía económica, con la negación de todo aquello que hoy en día es innegable, como la propiedad, el comercio o el orden económico internacional. Los nacionalismos siguen emputeciendo el mundo.

¿Se ha respondido? ¿Cree usted en la democracia?

De todos los sistemas de los que la humanidad se ha dotado para organizar la convivencia es el menos malo, el más igual. Es el que otorga a más gente el derecho a decidir y el que articula mecanismos para que los que somos más, podamos acotar (aunque solo sea en parte) el poder de los que, siendo menos, lo detentan.

Mis respuestas me empujan a la izquierda de la misma forma que (ahora que la democracia se enfrenta a tiempos oscuros) me empujan a hacer abstracción de las decisiones particulares sobre asuntos concretos, para pensar en global.

Ahora no me quiero detener en si Franco deber ser enterrado en la Almudena o si me jode que le suban los impuestos al gasoil. Quiero subir un peldaño y mirar un poquitín más grande. Creo en la democracia, creo en los servicios públicos universales, creo en las libertades individuales, en la justicia social, en la redistribución de la riqueza. Y quiero que me represente alguien que piense lo más parecido posible, porque igual, igual, lo que se dice igual, no sé ni siquiera se sería lo conveniente.

No lo sé pensar de otra manera. Soy un tipo de izquierdas.

Si usted se ha dicho en alguna ocasión que no es ni de izquierdas ni de derechas en un alarde de equilibrio ideológico entorno a la virtud, haga el ejercicio de responderse a sí mismo. Quizás se sorprenda.

El dibujo es de mi hermana Maripepa.

16 respuestas a “Preguntas difíciles

  1. Joder de preguntas , pero cada una a cual mejor lo difícil es poder contestarlas yo soy de los que pienso que todo ser humano es igual sea de donde sea cristiano, ateo o de cualquier tipo de religión, derechos a ser atendidos pero también con sus obligaciones de acatar las normas del país en el que se encuentren y si debería ser los políticos que nos gobiernan los que deben hacer cumplir que esa ayuda social sea distribuida de forma igualitaria para todos y lo que está claro es que el que más tenga más pague y mas contribuya a que cualquier ciudadano tenga una vida digna, pero amigo eso no será nunca así por que cuando un corrupto defrauda se le condena a pasar tres dias en la carcel y tenemos que agradecer que por lo menos piden perdón si alguien se a ofendido pero las perras no se devuelven. Buen domingo fresquito y con nieve .

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    1. ¡Qué difícil parece priorizar lo que en realidad es prioritario! Aunque solo fuera poner una pizca de sentido común en las decisiones y tomar primero las que más prisa corren…

      A estas alturas de la jugada, nos toca asumir nuestra condición de animales políticos y comprometernos con la opción que hayamos elegido, sin ambages, sin dudas, sin poner en cuestión cada una de las decisiones que no son de nuestro agrado, sabiendo que muchas de ellas no lo serán pero que, en su mayoría, en su inmensa mayoría, son las que más se parecen a nuestra forma de entender el mundo.

      Subir un escalón y mirar en global quién te representa realmente y apoyarlo.

      Gracias, Juan Carlos. Sé que hoy has tenido que hacer cosas para poder participar porque andas bajo la nieve (después de la migas…) ¡Un abrazo muy fuerte!

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  2. Apreciado Justo la pregunta inicial que hoy parece que esta fuera de contexto es::intervencionismo de estado? En que medoda?
    Crees que el capital va a cuidar de las personas? O tan solo cuidara de sus clientes para que sigan siendo clientes y hasta que puedan seguir siendolo?

    Quizas peque de simplista pero creo esta reflexion tan básica a distinguir izquierdas y derechas no esta presente en las reflexiones actuales.

    Un saludo

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    1. ¡Claro!

      Yo sí creo en la necesidad de un Estado fuerte que intervenga en la economía, en la cultura, en la energía, en aquellos órdenes de la convivencia para los que los más poderosos necesitan regulación que ordene el uso que hacen de todas sus prerrogativas. Eso es lo que conduce a la igualdad, o así lo pienso yo.

      Por eso insisto tanto en que hay que tomar opción y defenderla y, en mi caso, esa opción está a la izquierda porque creo en un Estado regulador fuerte y con una intervención decisiva en todo aquello que tiene que ver con el bienestar de las personas, en el sentido más amplio.

      Gracias Inma. Muchísimas gracias. Un beso muy grande.

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  3. Apreciado justo
    Creo hay dos preguntas iniciales que no parecen estar nada de moda la primera, crees que es necesario de intervencionismo del Estado? y la segunda, en qué medida?
    El capital cuida de las personas en tanto en cuanto son sus clientes y su objetivo es que sigan siendo sus clientes y la duración del tiempo de cuidado es hasta que puedan seguir siendo clientes
    La reflexión básica entre derecha e izquierda creo radica en estos conceptos
    Ojalá estuviera presente en los debates tertulias
    noticias y enfoque político del público en general nos íbamos a ahorrar un montón de confusiones.
    Un abrazo

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    1. Veo que se te coló el borrador y se publicó…

      Yo también creo que esa discusión del tamaño del Estado y de la misión que la sociedad le otorga tendría que estar presente en tertulias y debates. Es verdad que ahorraría muchas confusiones. Sobre todo la de saber qué es lo que realmente está pensando quien habla… Se esconde mucha derecha radical en palabras que parecen progresistas.

      Otro beso enorme, Inma. ¡Otra vez gracias!

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  4. Puede que sea muy ilusa pero mi respuesta a tus preguntas es un SI rotundo, tambien soy de izquierdas pero acrata y por eso (y la historia lo repite) el poder corrompe. Y si soy ilusa porque no creo en este orden establecido que machaca al debil y premia a las malas personas, un orden que no da tregua al que poco o nada tiene. Ojo cuando me defino como acrata hablo desde mi interior, de mi forma de hacer, de mi congruencia. Pertenezco a un colectivo mil veces descriminado y a quienes roban la voz: el de las personas con diversidad funcional. Asi que me he pasado la vida recibiendo pedradas, a nosotros nunca se nos evalua por lo que somos sino por lo que muestra nuestro fisico y esta vision nos roba oportunidades de SER. Por eso mi si rotundo TODOS merecemos llegar a donde queramos llegar, TODOS merecemos SER.

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    1. Perteneciendo a un colectivo eternamente discriminado, entiendes mejor que nadie la necesidad del Estado y lo poco presente que está ahí donde se le necesita.

      Ahí dónde se le necesita, no solo en las cuestiones económicas o de bienestar social, sino también en la propia educación que fomenta, generadora de una sociedad que no tiene presente las cosas más básicas, como la no discriminación de las personas diversas por cualquier circunstancia.

      Seguramente es a eso a lo que me refiero cuando hablo de la necesidad de un Estado que intervenga en la convivencia, sin entorpecer las libertades individuales, pero sin permitir el abuso de unos sobre los otros.

      Por eso somos de izquierdas y estamos obligados a apoyarla y perfeccionarla para que sean más los derechos de esos TODOS que tanto derecho tienen a SER.

      Muchísimas gracias, Inma. Me ha encantado leerte y que nos ayudes a entender mejor esta sociedad nuestra.

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  5. Derecha o Izquierda.
    La respuesta de la derecha es fácil. Defiende los intereses de una parte a costa de la otra. Basa la vida en el comercio y todos somos clientes. No hay nada público porque todo es negocio y como es negocio es privado.

    La respuesta de la izquierda a las preguntas es mas complicado porque quiere contentar a las dos partes y eso tiene el peligro de que termine cabreando a las dos y a ninguna de las ocho preguntas tiene una respuesta completa.
    Aparte de que te has dejado una pregunta en el tintero o peor.. no la has tenido en cuenta..
    QUE HAY DE LO MIO.
    Que es lo que genera cualquier tensión en política poder conjugar todas las «que hay de lo mio», no es nada fácil nadie quedara contento, inicialmente. Luego el tiempo y el uso todo lo acomoda.

    De todas maneras siempre nos queda: Un mundo feliz (en inglés Brave New World) del escritor británico Aldous Huxley, 

    Feliz domingo

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    1. Sí. Me dejé la que realmente importa.

      Reconociendo esto ya queda claro que no es necesario hacerse preguntas de ninguna otra clase. Y ya queda claro que no es necesario buscar soluciones a una convivencia que se presenta oscura porque, en realidad, no hay necesidad de convivir siempre que lo mío vaya bien.

      Es posible que la cosa vaya así… y que alcancemos esa felicidad del mundo de la que habla Huxley. Nos la habremos ganado.

      Un abrazo, Javier. Gracias por estar siempre atento.

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  6. He procurado responder una tras otra a cada una de las preguntas y he descubierto una cosa que me ha llamado la atención : no soy ideologicamente de izquierdas, lo soy personalmente. En esa reflexión me creído percibir que para ser de izquierdas, hoy, no necesariamente hay que serlo ideologicamente, hay que serlo comprometida mente, con una fe ciega en la igualdad de las personas, en la igualdad de sus oportunidades, en la justicia social y, hoy en día, en la satisfacción de sus necesidades básicas,….
    Frente a esto, todos aquellos, da igual que se declaren de derechas o de izquierdas, que apuestan, unos a las claras, otros por dejación, por eso que se ha dado en llamar neoliberalismo.
    ¿Confuso?. Sí, a mí también me lo parece, pero asumo que los tiempos en que vivimos también lo son.

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    1. No, no hay confusión.

      Todo se ha polarizado así. Hay una gran posición neoliberal , ideológicamente cómoda porque no exige gran cosa y prima lo que te pasa a ti en casa frente a todo lo demás, y otra que no sé cómo coño se llama que apuesta por un reparto más justo de las oportunidades en general, a través de la intervención del Estado en todo tipo de actividades. A esta llamamos izquierda (ya no socialdemocracia, ya no socialismo, ya no marxismo).

      Parece que no hay más. O al menos a mí no me suena. ¿Verdes? ¿Animalistas? No son sino grupos de presión, con presencia parlamentaria en muchos casos, cuyos postulados se contraen a sus respectivos focos de interés.

      No veo confusión.

      Lo que tampoco veo es el apoyo que la izquierda necesita para consolidarse como opción seria de gobierno… Somos demasiado exquisitos en nuestros planteamientos y no le pasamos ni una al que gobierna cuando es ‘de los nuestros’. Y así nos va de mal.

      ¡Gracias, José Ricardo! Fortísimo abrazo.

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  7. Un estado fuerte, preocupado por el pueblo y el bienestar social donde las clases sean igualitarias?
    Como era aquello de «ni un español sin trabajo ni un hogar sin pan»?.
    Era un movimiento de izquierdas. Coño , no, eran los principios fundamentales del movimiento.
    Franco era de izquierdas.

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    1. Lástima que el concepto de ‘españoles’ del sujeto aquel se contrajera a los que lucharon por Dios y por España… Si no fuera por eso hubiera pasado por un socialista (nacional-socialista en realidad) sin tacha.

      No, no. Este sujeto no era de izquierdas. Era bajito, algo cabrón, un poco asesino y, si acaso, ligeramente autoritario… De izquierdas, lo que se dice de izquierdas… oye, no lo veo.

      Pero todo esto es tan cambiante…

      ¡Gracias, Miguel Ángel! Te veo en la línea… ¡Abrazos y abrazos!

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