Mentiras cochinas

Cuando una persona afirma que en los colegios de una comunidad autónoma cualquiera se incita a la homosexualidad, hay que sugerirle que no diga mentiras porque está muy muy feo.

Si a lo que dice que se incita es a la zoofilia, a esa persona hay que inhabilitarla para el ejercicio de funciones públicas. No lo explico porque es evidente. Y lo evidente no tiene explicación, ni precisa de ella.

Pero sigamos.

Cuando una persona dice que las feministas son como las hermanastras de la Cenicienta (esas que eran muy feas y que todo el rato le decían lo que tenía que hacer), hay que sugerirle que no diga gilipolleces. Pero si lo dice una calcomanía del Manuel de Falla de aquellos billetes de cien, no basta con descojonarse de la risa. Se impone hacerle notar que el argumento no es solo ridículo, sino que pone de manifiesto su verdadera naturaleza de señor feísimo, en la que nadie antes habría reparado. Eso es, simplemente, porque a nadie ofende un señor o una señora fea en política, pero si además de ser feo es tan, tan, tan tonto, la fealdad hace inmediato acto de presencia y te descojonas.

Puede pasar también que una candidata amenace a su audiencia con una foto de Lenin (aquél señor tan malo que abanderó la revolución Bolchevique contra la Rusia de los zares), blandiéndola cual mortífero artefacto con el alegato igualmente mortífero de que hay un concejal-fan del nefasto personaje en un Ayuntamiento de los grandes. Ante ello solo cabe el silencio, si acaso, aliñado con esa mirada de entre ternura y estupefacción que solo según qué alcaldesa es capaz de ensayar.

Así es la cosa.

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Repasar las imbecilidades vertidas durante esta campaña, que van desde la añoranza del atasco madrileño hasta la negación de la violencia machista, daría para varios cientos de festivales del humor, si no fuera porque la cosa tiene maldita la gracia: son los aspirantes al gobierno de gran parte de nuestras instituciones los que las profieren, así que las almas sensibles sufrimos mucho al escucharlas.

Es imposible verter los ríos de tinta necesarios para desmentir tanta atrocidad. No: los docentes de la enseñanza pública no incitan a nuestros hijos a la zoofilia; los atascos no son deseables; el feminismo no consiste exactamente en emular a las hermanastras de las princesas de los cuentos. Es imposible evitar que quienes argumentan con semejantes imbecilidades ocupen las portadas de los periódicos, las primeras de los telediarios, las páginas principales de los digitales.

Y ¿qué hacemos?

Seguramente nada.

Seguramente nada de nada. Porque la gente normal cambia el canal y, los pocos que aplauden estas ocurrencias como los penaltis que pitan al equipo rival, no tienen intención alguna de creerse lo contrario.

Es espectáculo, repentización, divertimento o simplemente estulticia. Lo que no es, es política.

Ande, vamos a votar. No vaya a ser que…

El dibujo es de mi hermana Maripepa.

7 respuestas a “Mentiras cochinas

  1. Recuerdo cuando era niño que se nos decía mentir es un pecado, pues debe ser que no por que los señores y señoras del golpe en el pecho mienten mucho y además en TV y en prensa a si que me voy cuenta que no era pecado y no lo es , pegadles creerse esas mentiras con la que nos han bombardeados en esta campaña el coordinador de los distintos partidos debe de pensar que el resto de los mortales tenemos que ser tontos (aunque es cierto que hay muchos tontos) para vociferar en los mítines para que la mentira fuese mas creíble pero no nos vais a engañar .
    Jornada electoral a cumplir con nuestro deber de ciudadano.

    Buen domingo

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    1. Ese es el verdadero pecado: ¡Creerles!

      Pero algo me da que esas mentiras repetidas mil veces no se han convertido en verdad y que, por ende, los resultados de hoy no van a ser los que los mentirosos hubieran querido.

      Tiempo al tiempo: en apenas doce horitas tenemos la verdadera verdad: la de las urnas. Veremos quién se creyó y quién no toda esta sarta de barbaridades.

      Un abrazo amigo. ¡Jornada electoral!

      ¡GRACIAS!

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  2. Primero.
    Vaya recopilación mas estomagante. «Esto no te lo voy a perdonar nunca Manuela» .

    No hay derecho un domingo tan bonito y leer, juntas, todas las sandeces que se han dicho antes y durante la campaña electoral.
    Esta semana me he leido el libro Los Asesinatos de Atocha y estoy especialmente sensible con Manuela Carmena.

    Mentir… me molesta muchísimo que me mientan (mal).

    Mentir es un arte que requiere una fructifera imaginación, buenas dotes actoriales y una excelente memoria para sustentar la mentira sin cabos sueltos.

    Me encanta mentir (bien). Por eso me molestan tanto estos mentirosos sin inteligencia, lo considero cono intrusismo que degrada la profesión.

    Mas aue nada porque hay quien los cree.

    Por cierto te has dejado atrás lo del colectivo de medicina y enfermería, ese estuvo gracioso.
    Igual que la ex presidenta del Congreso. En dos días se ha cargado tido su prestigio, o por tener memoria de pez, que no creo, o por ser tan estulta de creer que la tenemos los demás.
    Vale que te contradigas con dos años de diferencia. ..pero dos dias…

    Ale..a votar con alegría que hace domingo de cañas.
    Observé el mes pasado en el barrio donde ne crié que todas las terrazas estaban hasta arriba.
    Feliz domingo

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    1. Pues esto va a ser de lo más importante del día: que se llenen las terrazas y empiece cuanto antes la celebración…

      Esto lo digo porque sigo creyendo que tanta mentira, tanta memoria de pez o tanto suponer que somos todos medio bobos, no se lo va a terminar de creer casi nadie. A lo mejor es más una esperanza que una convicción, pero en ello confío.

      Por cierto, coincido contigo en que, hasta para mentir (bien) hay que tener cierta inteligencia. Y no parece ser esta una cualidad muy muy común…

      Un abrazo, Javier. Vamos a por ello.

      Muchísimas gracias por estar siempre por aquí.

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  3. Ya está,de nuevo cumplida una de las obligaciones más placenteras para un demócrata de izquierdas y su familia, 5 votos para la izquierda en mi casa siempre gana el mismo equipo ,el de rojo, poco me importan los mentirosos siempre del otro equipo y de eso sí que estoy satisfecho ya que además , me parecen mentiras tan estúpidas que pienso de quien las cree es aún más estúpido que quien las cuenta ,no es que me tranquilice, pues de dictadores estúpidos está la historia llena , pero al menos se que no están en mi equipo , a ver si hoy de nuevo los ganamos por goleada. Feliz domingo de elecciones

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    1. Ya quedan pocas horas para ver qué ha pasado, aunque con el tapón de las Europeas tardaremos un poco más en enterarnos.

      A pesar de todas las sandeces que hemos oído en campaña, todo apunta a que prevalecerá el sentido común y los mentirosos de toda la vida se quedarán en la cuneta.

      Feliz tarde, amigo. Y felices cuatro años de gobiernos razonables… Nos los hemos ganado.

      ¡Gracias!

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