Pin parental

No es una broma. Es una manifestación del modelo de sociedad con el que la ultraderecha española está dispuesta a hacernos comulgar y, lo que es más delirante, de lo que sus socios de la derecha aparentemente no extrema están dispuestos a permitirle con tal de permanecer en el poder ahí dónde lo tienen o de obtenerlo ahí donde todavía lo tienen por conquistar.

No, no es una broma. Se trata de la patente paterna para privar a sus hijos del derecho a la educación. Como la tal Monasterio (esa que, además de visados colegiales, se inventa ensoñaciones del tipo de que en los colegios públicos se fomenta la zoofilia) tiene tanto miedo de que los niños se den cuenta de lo que es y le tiren piedras cuando vaya por las calles intentando estafar a nuevos clientes, su formación política ha puesto a circular el plan más retrógrado en el que ningún derechista hubiera podido pensar: dotar de apariencia de legalidad a la capacidad de los padres para decidir sobre en qué materias se puede impartir docencia a sus vástagos y sobre cuáles no.

IMG-20200119-WA0000Es curioso que lo trate de imponer la ultraderecha (a la que a partir de aquí llamaremos simplemente ‘la derecha’, porque ninguna que no se haya desvelado ya ‘ultra’ planea por nuestras instituciones), que lo trate de imponer la derecha, decía, que nos martirizó con aquella Formación del Espíritu Nacional a todos los que transitamos por las escuelas en España hasta los años 70. Todos los que transitamos, porque a las que transitaron se la sustituyeron por la asignatura de Labor, muchísimo más adecuada para el papel que a ellas les habían reservado en la sociedad.

De manera que se hace norma, en los sistemas de enseñanza vigentes en aquellas comunidades autónomas gobernadas con la ayuda de Vox y como conditio sine qua non, que los padres hayan de autorizar expresamente a las escuelas para que sus hijos reciban formación en según qué materias.

Educación sexual no, educación en la diversidad no, educación en la sostenibilidad del planeta no, educación en la igualdad no, educación en la libertad no, educación en las normas que rigen la convivencia no. Educación para comprender el mundo que les rodea, convivir con normalidad con lo que la sociedad en general ha aceptado ya como normal, no.

Ellos saben que los niños tienen acceso a Internet, todos, todas, en sus casas, en sus móviles, en sus tabletas, por mucho pin parental (el de verdad) que sus padres hayan puesto en sus dispositivos. Saben que toda esa información circula libremente y que su acceso es tan simple como buscar una dirección web determinada (y saben cuál es). Saben que es necesaria la intervención profesional de los docentes para normalizar todo aquello que desde las redes se sirve sin ninguna interpretación. Saben que los modelos de familia han cambiado, que las reglas para cuidar el planeta son imprescindibles, que la violencia de género (la llamen como la llamen) solo se evitará desde las escuelas, lo saben. Y les importa un huevo.

No importa si es o no posible desde el punto de vista legal coartar de esa forma indecente la libertad de los críos. No importa si son o no contenidos curriculares, ni si influyen en la evaluación de los alumnos. No importa la estructura administrativa con la que se quiera revestir una medida que, a todas luces, haría retroceder a nuestra sociedad algunas décadas si se lograra universalizar. No importa.

Lo que realmente importa es el modelo de familia que esta gente tiene en la cabeza y que tratará de imponernos a todos a poco que tengan el menor resquicio de poder:

Mis hijos son míos y no del Estado, y lucharé para que este Gobierno radical y sectario no imponga a los padres cómo tenemos que educar a nuestros niños. Saquen sus manos de nuestras familias,  ha dicho Pablo Casado

Estáis pisoteando el derecho a la libertad de educación. Pretendéis moldear a los niños con vuestras chaladuras y sectarismos. Seguiremos protegiendo a las familias de vuestras pulsiones totalitarias. Dejad a nuestros hijos en paz, ha dicho Santiago Abascal.

Los padres son custodios y no propietarios de sus hijos, había dicho antes el papa Francisco. Y había añadido que el modelo es crear las condiciones favorables para el crecimiento armónico y pleno de los niños, para que puedan vivir una vida buena, digna de Dios y constructiva para el mundo. Tremendo que sea el papa (¡el papa!) el que venga a corregir las pulsiones reaccionarias de nuestra derecha doméstica.

Pero sigo con las citas. Pablo Iglesias, vicepresidente del Gobierno, ha matizado que a los niños y las niñas se les inscribe en el Registro Civil, no en el de la Propiedad. Y luego ya está Hermann Tertsch, al que aludo el último por remarcar la estulticia que preside su pensamiento (en letra cursiva), que ha dicho que el pin parental sirve para evitar que su hijo pretenda penetrar a su hermanito para liberarlo del heteropatriarcado.

Ya se ha convenido que solo la educación será capaz de corregir los comportamientos insoportables que padecemos por el machismo, por la homofobia, por la xenofobia o por el totalitarismo ideológico. Ya sabemos que no será la Constitución ni el Código Penal, que solo será la educación la que nos saque de la violencia contra el diferente, contra las mujeres. Estamos peleando por una educación más plural, más libre, más igual, que estimule la capacidad crítica, que enseñe a pensar… y ahora nos salen con estas.

El Gobierno ha anunciado recurrirá la cosa (vigente ya en la Región de Murcia y a punto de estarlo en Andalucía) ante los tribunales, ya lo sé. Pero somos usted y yo los que de verdad, de verdad, no podemos permitírnoslo.

Estamos usted, yo y los maestros de este país nuestro. Y nos toca hacer lo posible antes de que el creacionismo se convierta en la doctrina oficial del sistema educativo en España.

El dibujo es de mi hermana Maripepa, que es maestra de escuela y que ha dicho: lo que no me mola ni un poco es que nos obliguen a hablar de esto.

12 respuestas a “Pin parental

  1. esta claro que en este caso el Papa tiene razon ,lo mismo que pablo iglesias aunque ninguno de los dos sean santos de mi devocion, los señores de VOX ayudados por sus lacayos los señores del PP quieren volver a los años del canto del cara al sol obligado y a besarle la mano al cura, pues no yo a mis nietos (cuando los tenga ) no los quiero ver asi como a mi me obligaron , si quieres como si no, levanta el brazo y canta cara al sol con la camisa nueva.
    desgraciadamente estos señores tienen seguidores, claro que si son como los que tiene en mi pueblo no me extraña que piensen conseguir volver a los años 60.
    Una pena,estos seguidores de Vox ¿estaran poseidos?

    un saludo, buen Domingo de mañana fria y prevision de tarde lluviosa.

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    1. A mí es que cara al sol me lloran mucho los ojos, por eso me da tanta grima lo de cantar cosas en el colegio.

      Tal como dices: Quieren llevarnos a esa época terrible. Son herederos de ese tiempo oscuro, lo añoran y lo quieren de vuelta.

      Ya está en Murcia. Ahora a por Andalucía. Y veremos cuánto tarda en Madrid y allá dónde sus votos son necesarios para gobernar: Los van a poner caros… este año el pin parental, el que viene el creacionismo… y así hasta conseguirlo.

      Jugar con la educación es lo más peligroso y, claro, lo más efectivo. Ellos lo saben. Y son 52. Ya veremos dónde terminamos si les seguimos votando.

      ¡Un abrazo! A ver si estas lluvias esponjan la tierra y los cerebros de alguno (de paso).

      GRACIAS

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  2. Hace unos meses, cuando solo asomaban, decíamos 2ue había que pararlos. Ahora que, ya están aquí, que han venido a quedarse, empezamos a sufrir las consecuencias. Todo es de ellos, de su dinero y de su moral barata, sus hijos y los nuestros, sus tiempos y sus normas.
    No los van a parar las leyes (también son suyas), ni quienes están para hacerlas cumplir, la ley y el orden es más fácil de gestionar que el pensamiento y la libertad.
    No van a desaparecer, nos lo va a controlar la «derechista cobarde» ni el «pufo naranja», no. No queda más que el compromiso social con los valores de una sociedad democrática…, creer que podemos, apostar por el diálogo social y hacernos fuertes, pero, la verdad, también creo que para todo esto nos pilla ya mayores.

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    1. El compromiso se murió con la pretendida desaparición de las clases sociales. En el mismo momento en el que todos nos creímos que estábamos instalados de pleno derecho en la clase dirigente porque nos podíamos comprar un BMW de importación.

      Esto nos ha pillado con el paso tan cambiado que lo único que se advierte son las cara de estupor ante lo inevitable. Tengo la impresión de que, precisamente llamando a la libertad, hay más paisanaje de acuerdo que en contra de la medida. No haber aprendido a razonar trae estos lodos.

      Y, como bien dices, nos pilla mayores. Nos pilla mayores, amigo. Esto no lo vamos a saber evitar.

      Como con la cosa del cambio climático… las consecuencias de la imbecilidad que se está instalando a nuestro alrededor no la vamos a sufrir directamente en carne propia. Lo malo es entender que, sin embargo, somos los responsables de que haya llegado.

      Un abrazo, amigo José Ricardo. Por resumirlo rápidamente, estamos jodidos.

      ¡Gracias por venir!

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  3. Terminada la guerra (in)civil, uno de los colectivos que con mayor furia sufrió la represión de los vencedores fue el docente, hasta tal punto que Pedro Laín Entralgo, intelectual que sirvió fielmente a la ideología impuesta por las armas, se refirió, en sus memorias, a esa persecución como atroz desmoche. Maestros y maestras, docentes de Institutos y Universidades, fueron perseguidos, torturados, depurados y, en muchísimos casos, asesinados, durante y después de la guerra. Y no se trata de una simple apreciación mía sino de una realidad documentada tanto en la tendenciosa Causa General como en multitud de informes, estudios, ensayos y tesis doctorales.

    Podría referirme y pormenorizar sobre las vidas de varios maestros y maestras de la provincia de Huesca, por ejemplo, que padecieron lo inenarrable por el delito de enseñar, de ayudar a construir el futuro de niños y niñas en libertad. Delante de mí tengo una viejísima caja metálica que perteneció a José Vispe -don Pepe-, maestro rural que murió desnutrido, enfermo y apaleado en la cárcel de Torrero de Zaragoza. Podría hablar de la maestra de Villalangua, que se suicidó cuando fueron a buscarla para pedirle cuentas… O de Ramón Acín, maestro de maestros, fusilado… De tantos y tantas… Pilar Ponzán. Simeón Omella. María Sánchez Arbós. Ángel Fuertes Vidosa. Evaristo Viñuales. Lorenza Sarsa. Francisco Ponzán. Carmen Sender Garcés… Vidas cercenadas y vidas errantes cuya dignidad y recuerdo traspasó los años de silencio en la memoria viva de quienes fueron sus alumnos y alumnas.

    Largo prólogo, lo sé. Perdón. Pero lo he considerado apropiado para entroncar con el delirante argumentario de estos chuscos pelayos y pilaresprimoderivera que pretenden acallar la escuela que no se adhiere a la rancidez de sus proclamas. Porque para estos intérpretes torticeros de la Constitución la docencia o es servil cómplice de sus patochadas o insurgente, y en este último caso hay que ir acotándola, restringiéndola, depurándola. Desmochándola.

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    1. Gracias.

      Muchísimas gracias.

      En efecto, tal como tan bien nos recuerdas, los maestros, los profesores, los enseñantes en general, fueron de los que se llevaron la peor parte de la represión franquista. No podían soportar a los librepensadores y muchísimo menos, tenerlos precisamente donde se fraguaba el futuro de la patria. Y los quitaron. Claro está, los quitaron en la forma en la que sabían quitar, con la indignidad con la que quitaron a todos los demás.

      Recuerdo el relato de Manuel Rivas, La lengua de las mariposas, fantásticamente llevado a la pantalla por José Luis Cuerda y la crueldad con la que los propios niños trataron al maestro cuando se impuso la guerra y estuvo ‘socialmente’ mejor visto jugar a la contra que a favor.

      Lo recuerdo con pavor, porque el género humano es como es y no como preferiríamos que fuera, e imagino muchas pedradas a muchos maestros, ahora que educar en libertad parece que vuelve a pasarse de moda.

      Y lo recuerdo con pavor, porque no hemos tenido la valentía, en estos cuarenta años ya de democracia, de tomar la educación por los cuernos y propiciar algo tan aparentemente sencillo como la educación en libertad de calidad, dotándola del método y de los medios precisos y de los profesionales imprescindibles.

      Ahora vienen a por la educación pero, como hubiera dicho Bertolt Brecht, es demasiado tarde.

      La verdad es que yo tengo miedo.

      Muchísimas gracias por traernos esta reflexión y recordarnos de dónde coño venimos.

      ¿Cuántos maestros leerán estas líneas?

      Gracias.

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      1. Esa es la eterna cuestión>: Nunca se ha encarado la enseñanza independizándola del partido o partidos que gobiernan. «Escuela y despensa«, clamaba Joaquín Costa, que consideraba la enseñanza y los recursos de un país como pilares fundamentales para el desarrollo.

        Leía ahora la certera reflexión de Almudena. Efectivamente, en la Enseñanza, la transversalidad aparece en todas y cada una de las asignaturas>; la igualdad, el respeto, la multiculturalidad, la sexualidad, no son elementos de charletas ajenas a la praxis educativa sino que forman parte del currículo. Y, ojo, que la adaptación que del currículo hace cada Centro se hallan contenida en el Proyecto, que se aprueba tanto en el Claustro como en el Consejo Escolar -tu hermana Mari Pepa conocerá mejor los entresijos-…

        Y sí, también recuerdo la emotiva película que mencionas; me recordó las tristes historias escuchadas en familia que tanto me han hecho valorar y admirar la profesión docente, tan a la baja desde que el psoecialista Maravall, en aquellas feroces huelgas de enseñantes que terminaron con su dimisión, utilizó los medios para desacreditar al profesorado tildándoles de «vagos que sólo buscan dinero«.

        Gracias a ti, Justo. Seguiremos en la onda.

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      2. Pagamos ahora (a ver cuándo coño dejamos de pagarlos) los errores capitales de aquel socialismo incipiente que dejó marcas todavía sin resolver.

        La Educación no formó parte de la estrategia de aquellos primeros gobiernos y su pieza clave, la formación de los docentes, la inversión prioritaria, no formó parte de los presupuestos generales del Estado en ninguno de aquellos ejercicios económicos. Ni en los posteriores.

        Esas asignaturas pendientes nos han traído hasta aquí, cuando atacar la educación pública es tan sencillo después de haber raquitizado sus recursos.

        Y ahora ¿se harán con ella? ¿Conseguirán consolidar esa suerte de Educación Concertada como la universal, protegiendo el negocio de sus allegados? Y, allí dentro, ¿conseguirán también imponer esa marca ideológica de cuño novecentista en las cabecitas vírgenes de nuestros niños?

        Lo tienen a huevo. Y la culpa es nuestra.

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  4. Creia que esa formación en valores se impartía de forma transversal en todas las asignaturas curriculares, que vigilen a los profesores de matemáticas, lengua, historia, etc. en el aula porque también pueden colarse ideas «peligrosas»y «sectarias». Me gustaría saber a qué colegios van los hijos de los políticos porque creo que si no es a un colegio público no pueden hablar con autoridad de la educación pública.
    En cualquier caso sigamos discutiendo sobre la importancia o no de alguna asignatura, de las actividades complementarias,… cualquier cosa con tal de no intentar de verdad un pacto por la educación que es lo verdaderamente trascendental para nuestro país.

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    1. Lo harán (lo de vigilar a los profesores de matemáticas, lengua, historia…), o lo harían si supieran.

      La derecha no va a transigir jamás con un pacto por la educación (¿recuerdas a Ángel Gabilondo intentarlo hasta el último minuto de su mandato y al PP echarse atrás sin ni siquiera sentase a negociar?) porque la educación que pretenden está absolutamente alejada de los más elementales valores cívicos. Ellos son herederos y producto (ya ni siquiera lo ocultan) de un sistema educativo que promovía la uniformidad contra la diversidad, la desigualdad contra la igualdad, el pensamiento único contra el librepensamiento, la moral cristiana contra todas las demás. No soportan la pérdida de privilegios que supone una sociedad con capacidad crítica, armada con instrumentos para razonar y rebatir los argumentos pueriles con los que la dominan.

      No habrá pacto por la educación. No lo quieren. O el que quieren no deberíamos nunca permitirlo.

      ¿Sus hijos en la escuela pública? ¡Qué enormidad!

      Yo aún imagino una enseñanza pública, universal y gratuita, exenta de curas, alejada de los viejísimos prejuicios que todavía la dominan, alejada del negocio secular de quienes la monopolizan, libre e igual.

      Pero no la veré.

      Muchísimas gracias, Almudena. Gracias por venir. Un beso muy fuerte.

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  5. Estoy totalmente de acuerdo con tu hermana. Me niego a hablar de esto y de esos.
    Que clase de moral tiene una persona con voz de monja roba niños, que no tiene ningún problema en falsificar visados de planos, con el riesgo de seguridad que eso entraña.
    Por otra parte parece un contrasentido dotar de autonomía a un cigoto del tamaño de una mota de polvo y en cuanto se desarrolla apropiarnos de el.
    Creo que en el fondo la culpa de toda esta absurdez es de la mecanización de la agricultura. Este foro es para pensar, pues a pensar.
    Hay que hablar menos de estas estupideces de gente con una deficiente oxigenación cerebral, leer mas la Constitución y a los padres que veten la actividad escolar de su hijo; denuncia donde corresponda, exactamente igual que si no lo escolariza.
    Feliz domingo y cuidado con el viento

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    1. ¡Eso intentamos! Pensar y pensar en alto.

      Pero ¿cómo vas a denunciar a quién ejerce libremente su derecho a que su hija sea educada para ser parra fecunda en el centro de la casa?

      ¿Acaso no te das cuenta de que lo único que pretenden (como dice el gran Hermann Tertsch) es que los niños no quieran penetrar a sus hermanitos?

      Claro que coincido con mi hermana y contigo en que lo realmente asqueroso es que nos obliguen a hablar de esto. Sin embargo… nos obligan.

      No te haré caso en esta ocasión y seguiré hablado de ello. Porque tanta pobreza intelectual es obligatorio combatirla. Y solo lo sé hacer con palabras:

      Sé lo que pretendéis, seguiré gritando. Y haré todo lo que sepa hacer para impedíroslo.

      Un abrazo, Javier.

      Gracias otro domingo por pensarlo con nosotros.

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