Entre balcones

IMG-20200509-WA0006– ¿Cómo va a ser?

–Va a ser con miedo.

–¿A qué?

–A las demás personas.

–¿Entonces?

–El mundo va a llenarse de mamparas.

–¿Y los besos?

–Con el codo

–¡Vete a la mierda!

–Ya lo verás. Se han acabado los besos.

–Pero ¡cómo van a darte miedo las demás personas!

–Por si lo tienen.

–El bicho…

–El bicho. Cada uno en su burbuja imaginaria, cuidando de que nadie se te acerque y te lo pueda contagiar; con un espray de lejía en un bolsillo y un botecito de hidroalcohol higienizante en el otro para limpiarse las manos.

–Y una mascarilla.

–Eso es. Gestos sin boca. Palabras sin gesto. Precisión en las horas, en las cosas que hacer, en las frases que cruzar. Todo medido.

–Muy nórdico.

–Por eso les va tan bien.

–Me aburro (de pensarlo).

–Ya.

–¡Un mundo sin cuñados! Igual no está mal.

–Para eso tienes que quitarte del WhatsApp.

–Es verdad. Siguen ahí. ¿Qué vas a echar de menos?

–A lo mejor nada.

–¿Nada?

–A lo mejor los besos que me he dejado sin dar. ¿Y tú?

–El mes de abril, el olor de los perfumes, el tacto de las manos de la gente, los encuentros, la ternura, las charlas con el café, las voces de los niños en la calle…

–Los niños ya no estaban en la calle.

–Es verdad.

–Tampoco la ternura estaba. Ya no estaba. No era práctica.

–Es verdad.

–El café ya no invitaba a charlar: te levantaban a medio terminar para ‘doblar’ la mesa.

–Es verdad.

–Hemos desaprovechado nuestro tiempo. Y se nos ha hecho tarde. ¡Qué tontos hemos sido!

–Eso también es verdad.

 

(Nota al pie: Antonio González Pacheco (Bily el Niño) se ha muerto esta semana. ¡Que costumbre tan fea hemos cogido de dejar que los torturadores se nos mueran con todos sus ‘honores’ puestos!)

Y el dibujo es de mi hermana Maripepa.

18 respuestas a “Entre balcones

  1. cuando yo era joven, asi empezaba el relato de mi abuelo, cuando yo era joven saliamos sin miedo a la calle, hasta nos sentabamos al fresco con los vecinos, jugabamos con chicos y chicas, saliamos de la adolescencia intentando un pequeño juego amoroso robando algun beso, ahora como lo tenemos que hacer (vamos me refiero a los chicos y chicas yo ya no estoy para robar besos a nadie.) tenemos que mentalizarnos que si queremos volver a la antigua realidad (la nueva me da miedo pensar como será ) tenemos que ser conscientes y respetar las medidas por lo menos hasta que tengamos farmacos y vacunas que controlen al bicho, saludar a un amigo y no poder darle la mano , o a una amiga y besarla con mascarilla ,como que no procede, por eso vamos a seguir aguantando ya llegara el dia y no tardaremos mucho de poder salir a pasear a tomar cañas, o al cine sin MIEDO,

    Sobre Bily el Niño sabes cual es mi opinion , mi extrañeza que haya vivido tanto desde que sus torturas dejaron de ser amparadas por la ley, que no se presente ningun torturado a pedirle explicaciones y a regalarle una bala ¿ esos maltratos y vejaciones no se podian haber castigado ? yo si hubiese tenido poder de decision en este caso lo habria juzgado y siendo muy benevolo le habria dado a elegir la forma de liberar sus culpas, invitandole a su retirada de la circulacion ,supongo justo que te imaginas las formulas que le daria a elegir para no atentar contra su integridad.

    buen domingo en la fase O.

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    1. Las imagino… pero no te imagino ‘no atentando’ contra su integridad (ni a mí tampoco).

      Pues nada… Supongo que los más jóvenes serán más intrépidos y, si algo tiene de bueno la juventud (a parte del hecho innegable de que se cura), aprovecharán sus ganas y sus hormonas para saltárselo todo y vivir su juventud sin el pánico al contagio. Eso, claro, una vez que el peligro de verdad, ese que nos tiene ahora confinados, haya pasado.

      Podremos salir sin miedo. La gran pregunta es ¿seremos capaces?

      Lo vamos a ir viendo queramos o no.

      GRACIAS, AMIGO. Un abrazo de estos prohibidos.

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  2. Pues yo en mi barrio no veo mucho miedo. La gente sigue quedando, los niños se abrazan y se besan (animados por sus madres para hacerles la fotito), los bancos están abarrotados de gente con la yonkilata, lo de la distancia de dos metros…a veces lo veo, pero poco. Y todo esto en horario infantil. Me puedo imaginar lo que va a pasar cuando abran los bares y cómo se van a respetar las limitaciones.
    No te preocupes, Tico, no vamos a tener tanto miedo.

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    1. Entre los descerebrados y los hipocondríacos, digo yo que habrá un término medio.

      Los que ahora andan por ahí expandiendo el virus y poniendo en riesgo la desescalada, contra los que siguen parapetados en casa armándose de mascarillas FTTPXJ>UNE325, visores de rayos ultravioleta para la temperatura y guantes eyectables… A ver quién gana esta batalla.

      ¿Crees que seremos los mismos después de este puto lío?

      Mi confianza en el ser humano (si alguna vez la tuve) se estaría desmoronando a pasos agigantados…

      Un beso muy grande, Ana.

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  3. Tendremos que acostumbrarnos a “la nueva normalidad”, como lo hicimos cuando se prohibió fumar en los bares, que decíamos que eso era impensable y ahora es como un recuerdo lejano…
    Lo que está claro, es que esto no ha terminado, y la gente sale muy despreocupada y es un error.
    Yo solo espero que las cosas no cambien tanto como dices, y que en algún momento podamos volver a cómo vivíamos antes, que no se quede en un recuerdo lejano…
    Cuidaros mucho y da recuerdos!
    Un besazo

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    1. Y lo haremos. Nos acostumbraremos.

      Lo que pasa es que será peor, porque será con miedo.

      Eso, o hacemos el esfuerzo intelectual de recordarnos según éramos (que ya no sé si somos) y volver a ser los mismos.

      Pero no será fácil. Ni rápido.

      Un beso muy fuerte, Elena. Pronto nos vemos.

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  4. Nos hemos perdido muchas cosas, en muy poco tiempo y lo que nos queda por perder, pero habrá que afrontarlo, es lo que hay.
    La verdad entre un hipocondríaco y un gilipollas, me quedo con el hipocondríaco (yo tengo varios masters en hipocondrias) al menos no contagiamos, no excluyó que esto linde la gilipollez pero ya puestos donde esté un buen hipocondríaco, que se quite todo. Esta semana he superado un paludismo, un caso grave de dengue y tengo dudas entre una malaria o una varicela, a ver qué dice la wikipedia de mis síntomas.
    Por cierto lo único bueno de nuestro torturador (presunto ,ya que no dio tiempo a juzgarlo). Es que nadie ha dicho una palabra a favor, que ya es raro cuando uno se muere.

    Desde la fase cero un abrazo muy grande (virtual por supuesto).

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    1. ¡Cierto! a nadie se le ha ocurrido decir esto de que siempre mueren los mejores… Esto es que ciertos tics continúan mal vistos en esta sociedad de rojos impenitentes.

      Y, sí… yo también prefiero un hipocondríaco que un descerebrado. Pero quiero mucho que ese miedo que ha aparecido en la escena no nos vuelva a todos gilipollas.

      Seguramente seré un esfuerzo: ya sé que no saldré mejor de esta jugada, pero quiero no salir peor.

      Un abrazo enorme, de los ‘apretaos’… de los que nos damos siempre, que son los que me molan.

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  5. Hemos desaprovechado el tiempo eso es cierto… pero nunca es tarde si la dicha es buena…!!! Existen personas a las que ya había que tenerles miedo antes pero no por “un bicho”… hay “cosas” que son más peligrosas que un virus… y también se contagian, hacen daño y también pueden llegar a matar!! Yo estoy deseando poder dar algún que otro abrazo de esos “apretaos” que me dejé pendiente de dar a esas personas que lo merecen y nunca me dieron miedo… aunque tengan que ser con mascarilla!!
    Algún que otro café de los que siguen con una copa para acompañar una charla interesante con amigos también deje pendiente pero no se han perdido… los hemos retrasado y como la dicha es buena recuperaremos ese “tiempo perdido”…
    De momento… abrazos y besos virtuales.

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    1. Aquellas personas de las que debimos huir y no huimos seguirán siendo igual de ruines e igual de contagiosas. A lo mejor sí hemos aprendido a decirles que no, ahora que hemos tenido que decir tantas veces que no.

      Solo queda mantener la cordura. Hacer el esfuerzo de retener lo que hemos sido para no perder nada cuando volvamos a poder serlo de nuevo. Para que no nos atormente hacernos conscientes de todo aquello que escatimamos cuando vivir era fácil.

      Ahora ya no será fácil. Pero será posible.

      Espero esas charlas, esos cafés, esos abrazos, esas copas que no tienen franja horaria.

      Un beso muy grande, Marga. ¡GRACIAS!

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  6. Hay quien está deseando que olvidemos a COVID-19, un virus que mata. El problema es que no ha sido dominado en in porcentaje que nos de seguridad. Por mucho que, con la primavera, hayan florecido epidemiőlogos y todo tipo de expertos como margaritas.
    Claro los economistas, esos que no «vieron» la crisis de 2008 hablan de cifras y porcentajes comparandoles con qué. . Con la caida del Imperio Romano.
    Veo cierto deseo en determinadas esferas, la urgente necesidad de volver a nuestra «vida normal»
    Resulta que en esta vida «anormal» hemos descubierto que hay muchas de esas «cosas» que no necesitamos.
    Ahora no consumimos mas de lo necesario. Excepto féretros, ese consumo si anda disparado todavía. Conviene no olvidarlo.
    El contacto no me preocupa tanto, una mirada puede valer tanto como mil gestos. No hay que obsesionarse.
    Se llevó a Billy el niño, los que usan ahora lo que fué sus dominios no han dicho ni una palabra. Eso también es un virus que flota en el aire.
    Abrazos
    Felíz domingo

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    1. Incierto y, por eso, más miedo. Ya no solo al contacto o al contagio, también a la caída.

      Augurios, solo augurios, sin más argumento científico que la sospecha y los datos acumulados de lo que ocurre, combinados con la experiencia de otras crisis que nada tienen que ver con esta.

      Las familias ya sospechan que algo no va bien, que el ERTE se saldará con el despido, que las ayudas llegarán tarde, que la hipoteca no va a haber quien la soporte.

      Salir a trabajar… ¿salir a trabajar? Será otro lujo que extrañar mañana. Como el de salir a cenar, o abrazar a tu amigo.

      Y cada vez un poco más nerviosos, un poco más duros, un poco más enfadados, un poco menos sociables… dejando que se vea esa parte tan fea que antes no se veía apenas.

      Vamos a verla. Sí.

      Tardaremos en volver a ser los mismos.

      Un abrazo fuerte. Muchísimas gracias por participar siempre con nosotros. Y Bily el niño… muerto. Y los suyos… en silencio. Más vale así.

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      1. Una mala notícia. Si hubo un imbécil, con perdón, que habló de Billy el niño, Alfonso Ussía.
        «Hacía su trabajo, los otros no eran angelitos» dijo.
        Que le pregunten a Lydia Falcón. Detenida y torturada por el atentado de la calle del Correo.
        Reitero, ese virus sigue con nosotros.

        Abrazos

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  7. Pues sí, fíjate, se ha pirao el tipo al lugar ese de donde no regresa ni dios y no le harán los honores la tropilla de fans —que los tiene, oye — por aquello de que también en las inhumaciones hay restricción en cuanto a asistentes. Ah, pero los mandobles que atizó se quedan en los méritos y condecoraciones —y en la piel y el recuerdo de los que recibieron los golpes, desde luego — que, supongo, aumentarán la pagueta de la viuda —que no sé si la hay—. Y a todo esto, ya estamos de la pandemia hasta el flequillo recién cortao —que las peluquerías no dan abasto — y hasta más arriba de expertos, tertulianos, especiales televisivos, ruedas de prensa del Jefe de la Cosa —qué arte para largar sin decir, — intervenciones (modo campaña electoral) de la ruín oposición y exposiciones a lo paulocoelho de tanto sobrao que dice ser médico, psicólogo o masajista de chakras. Qué pena que la lluvia no limpie el paisaje de tanta bacteria parlante…

    Me ha encantado el artículo, Justo.

    Un abrazo.

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    1. Supongo que, según están las cosas, una manifestación de apoyo a los torturadores hubiera sido ya la hostia, así que bien está que se haya muerto en silencio, a pesar del escarnio público que suponen cuarenta años de sobresueldos por las hostias infligidas.

      Todo es un esperpento.

      Por mi parte y por aportar mi granito de arena, voy a proponer que las comparecencias de Sánchez de los sábados trasladen a los domingos y que valgan de misa, y así los creyentes se ahorran una encíclica, que ya les irá bien.

      En realidad, la lluvia no nos va a servir de mucho contra la bacteria parlante que lo inunda todo.

      Un fuerte abrazo. Gracias, como siempre, por tus comentarios. ¡MUCHAS!

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