Hebreos y filisteos se disputan el territorio de Palestina desde que el tiempo es tiempo. Los judíos se consideran descendientes de los primeros y los palestinos de los otros y en esto basan la consideración histórica de los derechos de propiedad sobre la tierra que ambos (uno con más fortuna que otro) pretenden ocupar. Los judíos arguyen además ser el pueblo elegido de Dios (eso tiene que ser un plus lo mires por donde lo mires) y se refieren a Palestina como la tierra prometida, cuyas fronteras, según la Biblia (el Gran Israel), van mucho más allá de la porción que Naciones Unidas les concedió cuando los ingleses abandonaron el llamado dominio británico, partiendo en dos lo que hasta entonces administraba: 45% para los palestinos, 55% para los judíos que entonces apenas ocupaban el 7%.
Lo cierto es que ni unos ni otros resultan ser los ocupantes originarios de la región, ambos se asentaron parcialmente allí desplazando a los cananeos: los hebreos procedentes de Mesopotamia y los palestinos no se sabe bien de dónde, aunque se especula que fueran uno de aquellos ‘pueblos del mar’ y su origen se podría incardinar en Creta. Cosas de la Historia.
La creación del Estado de Israel se circunscribe al 14 de mayo de 1948 y es consecuencia de la Resolución 181 que adoptara la Asamblea General de la recién creada Organización de Naciones Unidas el 14 de mayo del año anterior. No importa demasiado profundizar en los datos demográficos. Apuntar que el crecimiento de la población judía en la región se produce a finales del siglo XIX y en la primera mitad del XX, consecuencia del antisemitismo creciente en Europa que acabaría en el Holocausto nazi y del éxito del sionismo (movimiento Amantes de Sion), que nace en Rusia en 1881 y que propugna la emigración de los judíos a Palestina para crear allí un estado propio.
Guerras, matanzas, escaramuzas, actos terroristas de una y otra parte, trufan la historia de la disconvivencia entre dos pueblos, a uno de los cuales (Palestina) la conveniencia política de la muy convulsa época obligó a repartir su territorio con el otro (Israel) que, con todo el apoyo internacional (básicamente europeo y estadounidense), se hizo fuerte en la región y sojuzgó al que más de once siglos antes la había ocupado, incluso durante el mandato británico.
La victoria electoral de la organización terrorista Hamás en Gaza, complica las cosas (más) en 2006 y divide al Gobierno palestino en dos facciones que se niegan mutuamente la legitimidad: Hamas en Gaza y Al-Fatha en Cisjordania, tensionando la Autoridad Palestina hasta los enfrentamientos armados entre ellos. Tras esta desintegración del Estado Palestino, los acuerdos internacionales alcanzan mayor dificultad, al carecer de una voz única y estar Hamás en contra, prácticamente, de cualquier acercamiento de posturas respecto al conflicto.
Entre tanto, por no extenderme más en lo que es un conflicto archiconocido, cabe hacer mención a las múltiples resoluciones de Naciones Unidas que condenan la ocupación de territorios árabes por parte de los israelíes, que no han dejado de intentar expandirse o de expandirse sin más a costa de usurpar a Palestina lo que inicialmente se acordara al dividir en dos la región tras el fin del mandato británico.
Le será fácil al lector encontrar la Resolución A/ES-10/L.2298 del 21 de diciembre de 2017, de la Asamblea General; la del 22 de noviembre de 1967, seis meses después de la guerra de los seis días, del Consejo de Seguridad; la Resolución 446, también del Consejo de Seguridad, de 22 de marzo de 1979; o la Resolución 2334 adoptada por el mismo órgano el 23 de diciembre de 2016, que reafirmó «que el establecimiento de asentamientos por parte de Israel en el territorio palestino ocupado desde 1967, incluida Jerusalén Oriental, no tiene validez legal», «expresando grave preocupación por el hecho de que la continuación de las actividades de asentamiento israelíes están poniendo en peligro la viabilidad de la solución biestatal basada en las fronteras de 1967».
El Estado de Israel continúa empeñado en construir ese Gran Israel que la Biblia le concede, que va desde el Mediterráneo hasta el río Jordán y ha desoído cuantas resoluciones, tratados e intentos de paz se han sucedido desde que los Amantes de Sion dispusieron que lo del pueblo elegido de Dios era verdad y que tras la diáspora la tierra prometida era la que era y les correspondía por derecho (divino, claro, que lo que es el Derecho no les acompaña).
¿Por qué, a pesar del reconocimiento formal de la ilegalidad del sometimiento (el apartheid) que Israel practica sobre el pueblo palestino, el apoyo internacional de facto es a Israel? ¿Tecnología? ¿Potencia Militar? ¿Armamento? ¿Esos lobbies internacionales en los que los judíos tienen una presencia tan influyente? ¿Las consecuencias que tendría un bloqueo del estrecho de Ormuz (por el que circula el 30% del petróleo del mundo) con todos los países en conflicto? ¿Es simplemente dinero?

Ahora Hamás ha cometido una secuencia pavorosa de actos terroristas contra Israel, exponentes máximos del odio, con muerte de civiles, secuestro de hombres, mujeres, niñas y niños, misiles lanzados indiscriminadamente sobre ciudades judías. Hamás, no olvidar, es una organización terrorista chiita, paradigma del fundamentalismo islámico. Ha querido provocar y ha provocado el odio más feroz de un enemigo ancestral infinitamente más poderoso que él.
Israel tiene el poder absoluto sobre la situación. Ya ha condenado a la franja de Gaza, aislada, sin alimentos, sin combustible, sin agua, sin electricidad. Ha dado un plazo para la evacuación del norte de la franja que ha terminado a las 15:00 horas de hoy, hora española y ya ha asegurado a través de un ministro del Gobierno de Netanyahu que Gaza será más pequeña después de la guerra.
El odio que destila el Estado israelí no es contra Hamás, es contra el pueblo palestino en Gaza, un lujo que un estado no se puede permitir. El pueblo palestino en Gaza no es una entelequia, son personas aterrorizadas que saben que van a morir a las manos crueles de la venganza. ‘Si te quedas te matan; si sales también’, declaraba una mujer de 30 años conminada a abandonar su hogar con sus hijos, en el norte de Gaza, por el ultimátum israelí. 35.000 personas se han refugiado en un hospital intuyendo que será el único sitio seguro del norte de la franja. A la hora de terminar estas notas aún no se ha producido la agresión anunciada.
Y la barbarie llama a la barbarie. Ya se han registrado disparos entre fuerzas israelíes y la poderosísima Hezbolá (otra organización terrorista de la rama chií del Islam, de marcado carácter antisionista, financiada por Irán). Hezbolá ha entrado en acción este miércoles desde la frontera con Líbano. Aunque las noticias son contradictorias, se da por seguro que lanzaron misiles antitanque contra fuerzas israelíes. Ahora la frontera parece estar en silencio.
El secretario de Defensa de Estados Unidos ya ha ordenado el despliegue de un grupo de ataque de portaaviones en el Mediterráneo oriental. No parece querer intervenir en el conflicto directamente (por su apoyo incondicional a Israel), sino enviar un mensaje a Hezbolá y a sus partidarios iraníes para que se abstengan de entrar en la guerra y contener la expansión de la contienda a los países árabes limítrofes, que provocaría una hecatombe económica imposible de predecir.
Y ¿tanta muerte?
¿Le habrá valido la pena a Netanyahu evitar la prisión a base de desmembrar las instituciones del Estado (la justicia en primer lugar, la educación o el ejército para seguir hablando), traicionando el sagrado deber de la seguridad en una región altísimamente inestable, entre otros motivos, por el propio sionismo?
¿Responderá Hamás ante el pueblo que gobierna por los miles de muertos ya provocados y los que provocará (también de imposible predicción) la imperdonable sucesión de ataques terroristas del sábado sobre suelo israelita?
¿Perdonará o, lo que es peor, justificará la comunidad internacional la venganza del Gobierno corrupto de Israel sobre el pueblo gazatí?
¿Quién gana qué con tanto derramamiento de sangre inocente? Odio es mucho, pero ¿es solo odio?
Me siento incapaz.
Nota importante: existe una investigación de la Unión Europea sobre X (antes Twitter) por la intoxicación que está produciendo respecto a las noticias sobre el conflicto. Procure informarse a través de fuentes fiables. X no es una de ellas.
El dibujo es de mi hermana Maripepa.
En esta entrada puedo opinar poco porque entre otras cosas soy incapaz de ver el beneficio del vencedor, Israel gana pero que? no lo veo los que si ganan son los de siempre, los señores de la guerra y la reconstrucion del pais.
Quien pierde¿ esta claro los de siempre los curritos de a pie soldados y miles de ciudadanos que les destrozan la vida, pero los dirigente sufren pocos daños, por eso soy incapaz de ver el beneficio de una guerra.
Ese tema si se tendria que buscar formulas para que las guerras no existieran, porque no solo sufren los mas directos como que pierden la vida y los supervivientes su vida,y a los demas nos repercute a nivel mundial a todos nos afecta muy mucho en el bolsillo.
Buen domingo sin lluvia
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Difícil… difícil.
Ganan los señores de la guerra, la industria del armamento, los dueños del petróleo, los fundamentalistas religiosos que van al cielo, los fundamentalistas religiosos que mandan al sus enemigos al infierno… gana el odio.
El odio parece la moneda de cambio más lucrativa, La venganza gana… yo qué sé… el miedo gana.
No habrá vencedores, ni vencidos. Habrá un orden internacional distintos y aquí quien perderá será occidente.
GRACIAS, AMIGO. Fuerte abrazo
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Como ateo que soy, me cuesta creer que los demás crean en dioses y mandatos divinos pero llevo toda mi vida viéndolo y la historia está repleta de ello. El fanatismo religioso es el peor y más peligroso de todos. Pero una cosa tengo clara: los poderosos no son fanáticos religiosos, lo son de sí mismos, de sus intereses, del poder, eso sí, han sabido inculcarlo y usarlo muy bien. ¿Ocupar la Tierra Santa? ¿Otra vez de cruzadas? No me convence. No puede ser sólo eso. Hoy día ya no, al menos en este lado del mundo.
¿Intereses económicos, geopolíticos, de liderazgo e influencia? Pues claro, es evidente. Si no, ¿por qué iba a haber sido y seguir siendo EEUU el incondicional apoyo de Israel? Por algo los mandaron para allá.
Al final de la Lista de Schindler, los judíos que han sobrevivido a la barbarie de aquel campo de concentración se encuentran con un grupo de soldados que les dicen (no es literal, por supuesto): hacia allá no os dirijáis, os matarán, en esa dirección tampoco, allí os odian y en esta otra menos aún, ahí no os quieren, id por allí, a ver qué os encontráis. Metáfora de lo que le ocurrió a esa etnia formada por gente de muchos distintos países. ¿Por qué se hizo aquello? ¿Por qué no regresó cada uno a su país, ya terminada la guerra y siguió practicando su religión y recuperando su vida? ¿Por qué se colocó a todo un pueblo en una zona t,an escabrosa ya en esos tiempos? ¿Por seguir el mandato divino? !Anda ya!
¿Y en el otro lado del mundo? ¿Es el fanatismo religioso el que mueve a esos locos?
!Qué va! En todo caso, es más de lo mismo, es ese fanatismo inculcado por los que mandan, los que piensan en sus intereses políticos y económicos, su poder, el poder. La diferencia es que siembran en un pueblo mucho más ignorante y pobre, mucho más fácil de manejar. Y ahí está el asunto, que ese pueblo clama a su dios para que lo libere del hambre y la miseria.
¿Por qué ha actuado de una forma tan salvaje y osada Hamás, qué pretenden?
Saben de sobra que no conquistarán ni un metro cuadrado de territorio ya ocupado por Israel. Buscan llamar la atención de la comunidad internacional, quieren que no se olvide su asunto, quieren que actúe la ONU, floja de nacimiento y moribunda desde la guerra de Irak, quieren que se mojen todos los países, quieren cizañar a los vecinos islámicos, países en los que tienen muchísimos intereses yanquis y europeos, quieren su pedazo de tierra, quieren que se cumplan los compromisos incumplidos, quieren un país respetado. ¿Y quién no?
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Completamente de acuerdo contigo y haciéndome las mismas preguntas que te haces.
Entre tanto, la sangre que se derrama, el terror que se siembra, la destrucción que se produce, recae sobre quienes han tenido el infortunio de nacer en Palestina en lugar de en Alicante.
Difícil. Muy difícil encontrar el encaje. Imposible de asumir que la industria del armamento sigua siendo la más poderosa del mundo. Imposible de asumir el hecho de que se siga matando en nombre de cualquier dios.
Si cualquier excusa es buena, ya sería de agradecer que, al manos, se supiera la verdad.
Un abrazo enorme, amigo. GRACIAS
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Allá por el 2008, recopilé, en la bitácora que tenía por entonces, unas sesenta resoluciones de la ONU dictadas «contra» Israel y que, «gracias» al derecho a veto de los EEUU, quedaron en papel mojado.
Y así se alimentó a la Bestia y se le dio alas e impunidad y se trocó el diálogo por terrorismo (el de unos y otros) y la barbarie sigue campando mientras el gobierno de Israel acusa, a cualquiera que no calle y saque la realidad de debajo de la desvergüenza gubernamental, de judeófobo.
A nada conduce mentar a Alá o a Yavé que, de existir, hace siglos que se hubieran colgado de una soga, horrorizados de los monstruos que los utilizan para justificar sus despropósitos.
Aquí, despojados de cualquier razón, solo quedan dos organizaciones terroristas (una revestida de Estado todopedoroso) que torturan y asesinan a la población civil palestina e israelí.
La justicia, que no la venganza, es el único camino.
Buen domingo, amigo Justo.
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¡Justicia!
No la permitiremos, ni los EEUU, ni los que nos beneficiamos del tráfico del petróleo que aún es pilar insustituible de la economía de occidente.
La venganza es mucho más práctica, Dura unos minutos (ninguna guerra ha soportado Israel por mucho tiempo, ni podría) y no remueve el orden internacional.
Ahora veremos si la dimensión de este conflicto permite una venganza rápida y aplaudida por occidente, o al mundo árabe le dará por apoyar a sus hermanos palestinos y se liará la de Dios es Cristo.
Si es venganza, se ventilará con unos cuantos miles de muertos inocentes. Si es justicia la cosa se pondrá peluda.
Y da un asco…
Enorme abrazo, amigo.
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«Grupo terrorista» esa es la muletilla que todo el mundo ha tenido buen cuidado en resaltar todo aquél que se ha referido a Hamás. Por supuesto que Israel quiere aniquilarlos, sobre todo para que no digan cómo y porqué fueron creados y de dónde les llega la financiación para tanto cohete. Hamás es el caballo de Troya, introducido por Israel, para dividir el Estado Palestino. El caballo se le desbocó como les pasó a sus aliados con los talibanes; o no… porque el ataque de Hamàs no tiene ningún sentido ni lleva a ningún lado. Sólo sirve para darle la excusa que necesita Israel para exterminar palestinos.
Toda la semana ha sido un juego de hipocresía. Efectivamente EEUU ha movido su portaaviones más grande con todo el aparataje. Alguno ha salido de Rota, por cierto. Pero, por desgracia, no llevan cascos azules. La UN, aparte de liarla, seguramente por pasta, junto con el otro, UK ese que aliado con Francia e Israel le montaron uma guerra a Ehipto cuando les quitó el suculento negocio del Canal de Suez, es totalmente inútil. Es más Israel está asesinando a sus cooperantes en Gaza sin que nadie diga ni una palabra. Todo es pura manipulación. En realidad los asesinados por Hamás estaban en territorios ocupados. No hace falta decir, antes del ataque de Hamàs, cuántos soldados israelíes han matado de un tiro en la cabeza a niños palestinos. Cuántos han detenido sin que se sepa donde están. Quizás algún israelí muerto lo fué en uma casa expripiada a un palestino.
A la resistencia francesa, la mayoría republicanos españoles, por cierto, los «boches» les consideraba un grupo terrorista, los franceses de Vichy también. Ganaron los aliados y se convirtieron en héroes. Israel nunca ha dejado de ser terrorista, antes y después de ser estado, fundado por un polaco.
No hace falta pensar que pasará, Gaza será más pequeña o desaparecerá como territorio palestino. Netanyahu correrà más la línea y los palestinos que queden serán expatriados. No hay mas que leer la historia hacía atrás.. De los países europeos que decir, si les mandasen a los palestinos la misma cantidad de armas que a los ucranianos. La única diferencia entre Rusia e Israel son las fronteras,
el dinero y una cantidad inconmensurable de hipocresía.
Esa sería la palabra que define todos estos conflictos. Francia sufrió ayer un ataque yihadista, pero claro Francia tiene metidas las narices en sitios que hacen muy ricos a empresas francesas.
La hipocresía…
Perdí la cuenta cuantas veces han repetido elecciones en Israel; decir que es un estado democrático es… Hipocresía
Feliz domingo, abrazos.
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El terrorismo de origen islamista no hay que negarlo. Ni justificarlo. Esa es mi opinión: no vale matar.
Razones para el odio sobran en el mundo y en la zona más.
El terrorismo de origen no islamista, el del Estado (ya fallido) de Israel, tampoco hay que negarlo, ni ocultarlo como de manera hipócrita hace occidente sistemáticamente. El holocausto al que Israel somete a Palestina, tampoco hay que negarlo.
Sobran razones para el odio. Sobran. Y para la venganza. Sobran. Pero la masacre de hombres, mujeres, niñas y niños no tiene otra justificación que la ley de talión. Y no mola nada.
Hamás es una organización terrorista que justifica sus crímenes en que otros ya mataron antes a los suyos. El Estado de Israel también.
No soy equidistante. Detesto el sionismo, creo firmemente que el pueblo palestino tiene la razón. Y, aún así, detesto a la gente que mata por Dios o por quién coño mate. Y eso incluye también a Hamás. Detesto a la gente que mata y a quienes justifican la muerte de inocentes, sea en guerra o en paz.
Israel se ha propuesto ocupar más territorio, Quiere Gaza. Y la comunidad internacional se lo va a permitir. Va a costar muchísima sangre que nunca hubo de derramar. Israel se tomará la venganza a lo grande, en nombre de Dios. Y lo consentiremos.
Hamás ha despertado a una bestia incontrolable. Y no lo entiendo.
A lo mejor no falta mucho tiempo para que todos comprendamos. El precio será incalculable.
Un abrazo, amigo. MIL GRACIAS por tu reflexión en la que solo en parte estoy de acuerdo… No se mata.
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Yo no he justificado ninguna muerte, todo lo contrario, Hamás es un grupo terrorista pero las muertes que causa, además de su cerrazón a cualquier tipo de negociación, sólo beneficia a uno. Netanyahu y los judíos de ultraderecha, blanco y en botella… Digamos que esos muertos israelies son daños colaterales, un precio barato si Netanyahu consigue expulsar s todos los palestinos de Gaza; y lo hará. Y se acabó parte del problema de Oriente Medio. Y todos contentos.
Ya lo he dicho: La hipocresía.
Creo que ya lo comenté en Alemania los judíos votaron masivamente a Hitler. El enemigo era el comunismo ruso.
Israel se creó a base de dinero (judío)
Pongamos que Israel es un niño rico y malcriado.
En su niñez fué víctima de abusos.
Como nadie le trató el, al crecer, se convirtió en el mismo maltratador. Ahora es un maltratador adulto y rico.
Ah… Es patético ver a la ultraderecha española poniéndose banderas israelíes. Hace cuatro días sus abuelos estaban matando republicanos españoles en campos de concentración nazis, junto a los abuelos de esos judios.
Un fuerte abrazo.
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Esto no tiene solución a corto plazo.
Es muy triste.
Debería haber como antaño un campo de batalla y ahí enfrentarse todos los psicopatas y dejar a las personas tranquilas.
No a la guerra!
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El día que EU dejé de apoyar a Israel ( bloquee las resoiluciones de la ONU, le venda armamento) ese día se podrá iniciar el camino a la creación de un estado Palestino ( respetando las resoluciones dela ONU) coexistencia con Israel, antes toda manifestación en su contra será perder el tiempo…
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Completamente de acuerdo.
Deberíamos saber hasta qué punto la economía de EEUU depende del dinero judío. Esto nos daría pistas de en qué momento ese apoyo se podría dejar de producir. Hoy por hoy parece impensable…
¡¡Gracias!!
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No se muestran tus comentarios, amigo
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