El descontento que acarrean las grandes crisis que hemos vivido y estamos viviendo, generan un rechazo por lo establecido fácil de rentabilizar por formaciones que aparecen de nuevas en la escena política.
Los nuevos líderes, los que no tienen cuentas que rendir porque nunca tuvieron la responsabilidad de tomar decisiones, protagonizan discursos de esperanza (más viscerales que realistas) que prenden con facilidad en una población cansada de promesas incumplidas y de esperar mejores tiempos.
Luego se desvanecen. Y luego sabemos de ellos que, en realidad, no eran más que el espejismo de algo en lo que necesitábamos creer. Nada más.
El poso que ha dejado la nueva política en nuestro parlamento está por definirse aún. En un par de legislaturas más sabremos si es bueno o es malo.
Un parlamento a la italiana, sin italianos. … More Los pies de barro