Todo se polariza. Todo menos los polos geográficos, que son cada día menos polares.

El mundo se ha polarizado entre los que matan y los que mueren. Cuando los que se mueren son niños (en cifras que dan escalofríos) y de lo que se mueren es de hambre, la polarización parecería estar establecida entre los hijos de puta y los que mueren por causa de los hijos de puta. Pero no, no hay consenso en esto.
Por eso en Estados Unidos uno que es tonto y otro que es más tonto agrandan la polarización entre quienes ayudan mucho a los que matan niños (de hambre) y los que los quieren ayudar muchísimo.
Algo debe estar pasando en la descomposición orgánica de la gran democracia mundial cuando sus partidos políticos, con inmenso poder, son incapaces de parar a un necio o de jubilar a un anciano. Pero ahí están, necio y anciano, el uno con más de cien causas judiciales pendientes y el otro con más de cien años (es una forma de hablar), batiéndose por la Casa Blanca a ver cuál de ellos apoya más al matador de niños (y hombres y mujeres…) con hambre y bombas.
La polarización doméstica es más mundana. Aquí nos polariza Carles Puigdemont y su amnistía personalizada; Ábalos y las mascarillas defectuosas que vendía su colega por ministerios y organismos ministeriales; las feministas y las formas polarizadas de entender el feminismo; las feministas y los machitos que, cada vez más jóvenes, se radicalizan contra la amenaza que supone que una mujer, mujer, quiero decir con vulva, aplaste sus derechos de varón y suba por encima en el escalafón social y/o profesional.
La polarización doméstica, la de aquí, está entre los que aceptamos con tibieza el devenir de acontecimientos ante los que más bien nos encogemos de hombros (na, que no dimite) y los que aventuran el fin de los días tras cada asunto que trae causa de cualquier decisión que provenga del Gobierno progresista.
Tanto sobreactuar, tanta coz, tanto pasear las pretendidas vergüenzas de la patria por tantos foros como aquellos en los que les dan voz… mueve un poco a risa: ver a Esteban González Pons implorando lastimero la ayuda de sus correligionarios europeos para salvar a España de la destrucción… mueve a risa.
Polariza un poco, pero da más risa.
Y así se polariza Europa en el campo, porque los agricultores necesitan usar pesticidas para ser competitivos; y España en las ciudades, porque una vicepresidenta quiere que los camareros se puedan ir pronto a la cama; y el mundo en los partidos políticos, que son incapaces de encontrar líderes que no den vergüenza ajena para combatir en el escenario electoral primero, y luego gobernar el mundo.
Luego, la Santa Madre Iglesia hace la suya y, por polarizar, nombra jefe de los suyos al tal Argüello, don Luis, el obispo tuitero, youtuber, azote de gobiernos progresistas y del avance en derechos sociales, excomunista (no en vano), opinador de todo menos del asunto de la pederastia en la Iglesia que no le concierne, se ve.
Polarizar.
Polarizar desde el estómago, porque si no es visceral no es polarización.
Si es tan solo oponer las ideas y debatirlas, opinar entre una u otra forma de entender el poder del Estado o de prestar los servicios públicos, sin más apasionamiento que el que viene de la razón misma de lo político, no hay juego.
Oponer las ideas pasa por tenerlas, que esa es otra historia; racionalizar pasa por el uso de razón. El uso de razón no está de moda. La pertenencia lo está. La identidad lo está. La pertenencia deber ser patrimonio del duodeno, la identidad del colon. Ambos sentimientos, tangencialmente procesados por el cerebro (que inhibe la razón al manifestarlos en gestos, ademanes, banderas y exabruptos locuaces dirigidos a la asadura de los seres humanos), se excretan en forma de heces corrosivas que lanzar contra quien osa ponerlos en cuestión.
O sea, mierda.
¿Para qué un proyecto común? ¿Qué coño es un proyecto común, abandonada (felizmente) aquella vieja idea de ‘la unidad de destino en lo universal’?
¿No será mejor tirarnos mierda?
¿Matamos más niños de hambre? ¿Votamos a Trump? ¿Seguimos la cuenta de Argüello en X? ¿Nos hacemos de Vox? A lo mejor así conseguimos acercarnos a la imagen que tenemos de aquellos a los que nos queremos igualar.
Enarbolar los mismos signos identitarios, votar como ellos, bramar contra lo que ellos braman, defender sus intereses (en lugar de los nuestros), gastar sus marcas de colonia o conducir sus coches; sentirnos en el lado de los triunfadores apoyando sin ambages sus teorías de la conspiración sobre los atentados del 11-M, hoy tan presentes, con las que nos trataron de timar de manera tan zafia (que esa sí que fue la gran mentira), pensar lo que piensan, probablemente, nos hace sentir como ellos.
Pero no. No somos ellos. Y yo doy gracias al Dios de Argüello por ni siquiera parecerme.
El dibujo es de mi hermana Maripepa.
Pensaba que no ibas a decir nada del 11M.
Lo que pasa en nuestro país viene de 300 años atrás, no ha cambiado mucho. Es el tiempo que llevamos disfrutando de esa derecha nuestra tan traidora, tan poco patriota y tan corrupta. Gobernados por curas y militares, un asco.
De toda esa relación de desgracias globales que has descrito tengo un punto de partida, la pérdida de las elecciones de Al Gore en favor de George Bush Jr, ese borracho.
Por cierto acabo de darme cuenta que las elecciones USA son en año bisiesto, para mí, por una cuestión estadística/supersticiosa, los años bisiestos nunca traen nada bueno, ni en el ámbito general ni en el personal.
Como decía en la legislatura de George Bush comenzaron a pasar cosas, el 11S quedó marcado para siempre como un punto de inflexión que comenzó a degradar el mundo globalmente, desde ese día nada volvió a ser igual.
Antes de la nuestra hubo otras civilizaciones que desaparecieron, se degradaron, la nuestra lleva el mismo camino. Las familias cada vez son más pequeñas, ya no hay primos, no nacen hijos, la misma configuración de la «sociedad civilizada» lo impide, solo se reproducen de forma masiva las familias reales y los futbolistas ricos. Para el resto es un lujo inalcanzable.
Gaza… Escuchas lo que hacen los sionistas y da tanta rabia y tanta impotencia que piensas que Hitler se quedó corto con el Holocausto o que Telaviv necesita cuatro bombas atómicas.
Pero claro ésto son solo elucubraciones producto de la rabia.
Siempre he pensado que a los matones hay que enfrentarlos, lo cual siempre me ha dado muchos problemas. Netanyahu es un matón de libro. Pero solo es la consecuencia de dejar a los matones anteriores hacer lo que les dió la gana. Éste ha imitado la «solución final» de los nazis. Exterminados los palestinos se acabó el problema, lo mismo que pensó Hitler. Los nazis tenían varios campos de concentración, los sionistas, israelíes o judíos, como quieras llamarlos tienen solo uno, se llama Gaza.
De lo de casa, escuchar al PP hablar de corrupción también dan ganas de vomitar. Pero nuestro país es lo que es, una masa informe de gilipollas que actúan contra sus propios intereses.
Un ejemplo: ayer el MWH en España tuvo un precio máximo de 3€ y durante muchas horas fué 0€. En Francia el precio era de 42€. El timo ibérico lo llamo Feijóo, el es el timo celta.
Por cierto, los super subieron precios porque los costes de la luz se dispararon. Yo no he visto en ningún sitio que hayan bajado a los números de Agosto de 2022, al contrario se incrementan.
Los huevos, por ejemplo, siguen costando el 95% más que entonces.
Pero aquí lo que importa es la amnistía de los cojones. Al PP y a VOX, esos que dicen que la amnistia solo favorece a Puigdemont y a Sánchez hay que decirles a la cara, osea en el Congreso, que como ya no pueden asesinar maestros, como hacían antes, los quieren meter en la cárcel.
Ah, hay un partido al que no le ha salpicado la corrupción, al contrario, ha logrado meter un juez corrupto en la cárcel y va a por otro que ve terrorismo en un infarto, pero está casi desaparecido, también por sus errores, la tensión, persecución y descrédito al que fueron sometidos es imposible de soportar. Y aún son el pim pam pum de todas las tertulias, sobre todo las muy burdas.
Otro día hablamos de la corrupción en la Guardia Civil y el ejército, que tiene tela.
Muchos abrazos y feliz día.
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La caída del muro de Berlín y el calentamiento aparente de la guerra fría hizo al americano buscar otro enemigo contra el que desgastar el armamento y encontró en Aznar y el amigo británico dos grandes soportes para su hazaña.
Polvos y lodos.
Ya no hay nada genuinamente americano ni nada absolutamente ruso. Todo es medio chino y medio europeo, Medio de asesinos y medio de cómplices. El gendarme francés abandonó África en un mal momento, aunque fueran requerimientos de la II gran guerra… En fin judíos haciendo de nazis resulta un espectáculo demasiado bochornoso, si no fuera por lo vomitivo. Pero ahí están los judíos haciendo de nazis sin que nadie se lo impida. Y los rusos haciendo de rusos sin que nadie se lo pueda impedir, aunque se intente. Se ve que Europa queda más cerca de Europa que la propia África.
Muerto de vergüenza por lo falaz, lo imbécil, lo grotesco, que resulta el PP contra la puta amnistía, sabedores de que es esa y no otra estrategia la que los mantiene fuera del poder y alejados (en lo formal) de sus socios naturales… Muerto de vergüenza al mirar desvanecerse los últimos rescoldos de lo que fue la gran esperanza de la izquierda, entre pataletas y soluciones descafeinadas entre el Gobierno y el liderazgo de la izquierda del Gobierno.
Y muerto de miedo.
Muerto de miedo: hay niños muriéndose de hambre en Gaza. Aún no son mis hijos. Pero me muero de miedo.
GRACIAS AMIGO
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Trump y Biden. ¿No tienen a nadie más los puñeteros republicanos? ¿No tienen nada más los flojos demócratas? Nunca fue USA santo de mi devoción pero ver tan paupérrima oferta me preocupa y entristece.
Por aquí seguimos enredados en nuestras tonterías y nuestros “líderes” (ninguno lo es), carentes de todo atractivo, se enzarzan día tras día en los asuntos que menos interesan. Las noticias cansan, el discurso aburre, la desidia se apodera de cualquier ciudadano con dos dedos de frente. Tú lo has dicho, ahora mandan las tripas. Y cuando mandan las tripas todo se mezcla, hablas como te hablan, atacas como te atacan, acusas como te acusan y así hasta conseguir confundirlo todo, hasta que todo parezca lo mismo y el ciudadano acabe diciendo aquello tan repetido de “todos son iguales”.
Polarizar. Los extremos se tocan, los polos opuestos se atraen.
Pero no, no es lo mismo.
Vale, que a lo mejor lo merecemos, bueno. Pero la voz no la vendemos … al menos, algunos.
Al obispo tuitero lo que le pasa es que es creyente no practicante, al contrario que el amigo Max en “Cerrar los ojos”, que se confiesa practicante no creyente. Jajaja, qué bueno. Más de estos vendrían mejor.
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Dejamos la educación en manos de la Santa Madre Iglesia y educaron a las generaciones que habían de sostener el futuro en la fe.
Y ahora que ya nadie se cree nada… ¿en qué fijarse para encontrar sentido a un mundo que está dejando de tenerlo?
Pues en Abascal, ¡en quién va a ser! En Puigdemont no porque nos cae muy gordo, en Feijóo menos, porque tiene toda la pinta de ser lo que parece, en Sánchez menos, porque no hay enemigo más sencillo al que freír. Ni pensar en Yolanda, pobre, que no tiene media hostia… Pues ¡en Abascal!
Solo saben acudir a las tripas, porque las ideas volaron en la catequesis. Y el juicio crítico con la confirmación.
A Biden y a Trump ni siquiera les hizo falta que se les volara nada… la senilidad y la catetez hicieron de cada uno lo que hoy nos enseñan.
¿No hay nadie más?
No. No hay nadie más.
Fortísimo abrazo, amigo.
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