Se hace política todos los días.
Se diseña el trazado de nuevas vías de comunicación, se expanden las redes de contactos, se renuevan los códigos técnicos para la prevención de incendios, se matizan las claves del comercio internacional, se elaboran los presupuestos regionales, se mejoran las infraestructuras físicas y lógicas de los sistemas sanitarios o educativos… Todos los días.
Usted vio que cambió el sentido de la dirección de un par de calles de su barrio y, probablemente, advirtió que en algo se mejoró el tráfico rodado, o sufrió la incomodidad de unas obras que, sin saberlo, mejoraron el sistema de alcantarillado de la ciudad.
Todos los días se hace política. Porque la decisión de instalar una red separativa de aguas pluviales en su municipio es una decisión política que implicó asignar una importante partida presupuestaria a este y no a otro fin. Y eso es la política.
El otro plano sale en la tele. Algunos lo llaman también política, del mismo modo que a lo que antecede lo llaman gestión. La ‘alta política’. Este es el plano en el que se exhiben los que están llamados a tomar las grandes decisiones, donde la política en un juego de captura de votos que últimamente deviene en el espectáculo bochornoso del populismo.
Nada nuevo. A finales de los años 80 se empezó a describir el fenómeno del politainment (política + entretenimiento en inglés USA) que ponía de manifiesto las técnicas utilizadas por las grandes figuras públicas en su afán por aumentar sus audiencias televisivas, obviando los aspectos más serios y complejos del discurso y centrándolo en las partes más fáciles y populares. En los 90 la comunicación política derivó descaradamente al sensacionalismo. Y en la era digital, con su capacidad de viralización de contenidos y de contacto directo con las audiencias, el banquete de la política-espectáculo está servido.
La desafección de la ciudadanía con lo político (obvia consecuencia de la desconfianza en las instituciones) destruye la lógica de los discursos, de los programas, de los proyectos y banaliza la comunicación hasta convertirla en esto que hoy padecemos: ganará las elecciones un tipo que hará su campaña blandiendo una motosierra.
De la imbecilidad del sujeto (algunos sospechamos de la presencia de un cuadro patológico mucho más grave) no puede caber duda, pero ganará las elecciones. Las consecuencias de su mandato son imprevisibles, pero su triunfo es inapelable.
Y en semejante escenario ¿quién puede ganar unas elecciones?
El electorado no buscará al sujeto que representa un proyecto de futuro para su ámbito territorial, porque hace mucho rato que no cree que ningún proyecto de futuro encarnado por nadie vaya a resolver su problema concreto ni mejorar sus condiciones de vida: ninguna institucionalidad lo representa, en realidad. Así que buscará al showman capaz de remover sus partes blandas, convenciéndolo de que otra realidad es posible (lo sea o no) tras romper esta que hoy conocemos y que no nos satisface.

Y aquí tenemos al magnate ególatra abusador de modelos, a la niña de los ojos de aquel monstruo de las comunicaciones, al tipo que escucha el consejo de su perro muerto (este de la motosierra, sí), al anciano que lleva desde los 60 viendo dos películas al año sobre el Holocausto nazi, al que cuando pierde asalta las cámaras legislativas…
Las grandes frases, fáciles de recordar incluso para la persona débil mental que se afana en repetirlas y diseñadas para las redes sociales: el ‘América first’ de Donald Trump; el ‘viva la libertad, carajo’ y el ‘socialismo mata’ de Javier Milei; lo de ‘sí a la familia natural’ de Giorgia Meloni; lo de’ jamás la violaría, diputada, no lo merece’, Jair Bolsonaro; o ‘el mayor peligro es que hay millones de inmigrantes amenazándonos desde el Sur’, de Viktor Orban… Las grandes frases, decía, crean escuela: ‘IFEMA nos ha demostrado que en los hospitales que tienen techos altos los pacientes sanan muy bien’ (no hace falta citarla); ‘esa derechita cobarde’ de Santiago Abascal; o el amenazante ‘el que pueda hacer, que haga’ del ínclito José María.
Blandir el grito de libertad e identificarla como la capacidad de cada cual de hacer lo que le salga de los cojones, es garantía de triunfo. Aquí estamos.
¿A que parecen imbéciles?
Sí. Y sin duda lo son. Pero ¿usted y yo? ¿Usted y yo no los votamos?
Imbécil quiere decir ‘tonto o falto de inteligencia’ (RAE). ¿Cómo tan zafia estrategia como la del politainment nos ha convertido en imbéciles a usted, a mí y a tantos más en tantas partes del mundo?
Parece que el mundo se ha polarizado en dos categorías de imbéciles: los que nos dejamos llevar, imbéciles, y los que nos llevan, imbéciles también, pero muy peligrosos.
El dibujo es de mi hermana Maripepa
Yo sigo erre que erre, os han fumigado con algun producto especial para imbeciles, como se puede catalogar en el caso de España que señores y señoras enganchados al carro de vivir sin trabajar manteniéndose solo con las ayudas, planes de empleo y similares que gracias aun gobierno socialista están viviendo dignamente, sean votantes de vox !!!!por dios que orgullo ser un seguidor de aquel señor que muy parecido a ellos estuvo sangrando aún partido popular que confío en el colocando en un chiringuito especial para el, se cierra el chiringuito el señor Abascal a la calle y piensa, ya está montó un partido para joder al pp por despedirme y no faltaran tontos que me sigan y sigo chupando del frasco, lo mismo no se dio cuenta que faltaba mano de obra en la construcción.
Si imbeciles sí pero algunos elevados al cuadrado.
Buen domingo
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Lástima que tanto imbécil esté tan fumigado de ese producto fatal…
Se entiende muy mal aquello del obrero de derechas, pero un obrero de ultraderecha, simplemente, es que no sabe lo que se le viene encima: ese orden que echan de menos no sabe que lo excluye.
Nos han fumigado…
Fuerte abrazo!!
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Imbécil es la socorrida palabra que uso para contestará ciertos posts. Con Núñez lo uso hasta el abuso. No me molesto ya en debatir ni argumentar, para qué.
Discrepo un poco contigo, ellos no son imbéciles con pedigrí. Son parásitos inútiles con una capacidad especial para reconocerse y apoyarse. Los imbéciles categoría premium son los ignorantes que les ponen donde están, los fachapobres, los de su cuerda, obvio, no.
Milei, ese cruce entre perro y humano, en realidad debe ser un octopus, dijo que se cortaría un brazo si subía impuestos. Reducir los servicios a cero y subir impuestos si que es un robo. Dice que es economista, se supone que debe saber qué es y como funciona un presupuesto. Tú ejemplo: El ayuntamiento decide mejorar el alcantarillado, eso cuesta 10. Eso es el presupuesto, su obligación política, después viene la parte fiscal, como se pagará eso. Imaginemos que el Ayuntamiento recauda los 10 pero no mejora el alcantarillado, después presume de «superávit» ese es el robo. Aquí, a veces, se gastan el presupuesto pero el alcantarillado no mejora, doble robo.
Los imbéciles premium se lo premian con cuatro años de mandato más.Me he agarrado al alcantarillado, dejar morir 7291 ancianos a pesar de que el Gobierno inyectó dinero para que se medicalizaran las residencias, también sirve.
Feliz domingo, abrazos.
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Sí. Sirve.
Quisimos llamarlo Estado del bienestar y, en efecto, avanzamos en él. Doble robo, como bien dices: regalarle a tus amigos lo que se pagó entre todos.
Armarlo costó décadas. Regalarlo se hace en dos patadas.
¿Imbéciles? Acabo de escuchar a Ayuso gritar «¡esta es la casa de todos, carajo!» Aprendiendo del maestro. Imbéciles. Corruptos…
Y ¿nosotros?
Más.
Un abrazo, amigo
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Qué tiempos, ponemos al tonto del pueblo a mandar
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Algo estoy haciendo mal, no sale publicado mi comentario.
Vuelvo a intentarlo por enésima vez.
Doy por hecho que no tienes pensado visitar la Argentina, mucho menos afincarte allí. Has dejado por escrito lo de la imbecilidad del sujeto y la sospecha de un cuadro patológico más grave. Como lo de ingerir sustancias, ya sabes (también este bocazas está más guapo calladito). Estás vetado, tienes prohibido el paso y, lo que es peor, como se entere el de la motosierra, te va a poner a caldo. Menuda lengua gasta.
Sí, así está el mundo, ya lo dijo Gabilondo al despedirse del análisis político, que ya no se habla de la política de las cosas, ahora sólo interesan las cosas de la política, el show a fin de cuentas.
Ahí, en Madrid, tenemos un buen ejemplo: una subnormal arrasa en las urnas. “Socialismo o libertad” y se queda tan ancha … y arrasa. Estupideces como esa repite en cada sesión parlamentaria, en cada mitin, en toda ocasión que se le presenta. Lo dicho de esta subnormal vale para cualquiera de los otros asnos que mencionas. Burros al poder.
¿Cómo no vamos a estar desencantados?
Pero … tendremos que seguir ahí, intentando que reine la cordura, aportando nuestro diminuto granito de arena.
Hace muuuuchos años un amigo, dueño de un pub, se quejaba amargamente de que el local se le estaba llenando de gentuza y no veía la forma de echarlos. Le dije que la forma de solucionarlo no era echarlos, era llenar el local de buena gente.
Saludos a todo el que piensa por aquí.
Chulo el dibujo, Maripepa.
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Acabo de oírla gritar «¡esta es la casa de todos, carajo!». Lo he comentado ya, pero es que estoy desolado. La pobre chica aprende del maestro y el maestro es Milei.
No hay solución. Esa mujer seguirá ganando y el mundo seguirá perdiendo.
¿Cómo se despierta de esta barbaridad?
Solo pensar que hace falta despertar de esto me lleva en directo a la melancolía.
¿Dónde vive esa buena gente con la que llenará el local tu amigo?
Fuerte abrazo, amigo
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Pues mira, ahora sí ha salido.
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Seleccionar todo y copiar antes de enviar.
En la primera no te había iniciado sesión, porqué, un misterio. Si le das scroll abajo a la derecha salen tres puntos horizontales. Es el menú. Allí puedes iniciar sesión.
Abrazos.
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Eso hago siempre, Javier, seleccionar todo y copiarlo, pero esta vez (tampoco es la primera) no se publicaba al darle a comentario.
En lo otro me fijaré mejor.
Gracias.
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Jajajajajajaja
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así que además de convulso el mundo está imbecil..
Que razon tiene Reverte con su famosa frase,.- Para que sirven las urnas si los que votan son unos imbéciles analfabetos!
Alguien sabe si los extraterrestres van a hacer una parada en nuestro planeta? O si pasarán de largo.
Como siempre, un gran artículo.
abrazote🤗
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Pues no descarto que hagan una parada, pero seguramente será breve: pararán, echarán un vistazo y se irán a otro planeta más sencillo y del que prevean un tiempo de duración mayor… este está ya amortizado.
Así que: parada, prospección, anotación en su diario de a bordo ‘en vías de extinción STOP no gastar mucho aquí STOP’, y reemprender la marcha.
Gracias, Pacix. Un beso muy grande.
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Muy bueno, Justo. Este me lo había perdido.
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¡Gracias, amigo!
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