Llamamos cariñosamente a esto que sucede ‘independencia del poder judicial’. Nos rasgamos las vestiduras cuando alguien trata de subvertirla. Con toda razón.
Así, permitimos sin pestañear los desmanes más delirantes y los casos de lawfare más flagrantes, por tratar de preservar esa independencia que, en realidad, no es más que una fantasía.
Ello, salvo que por independencia queramos leer impunidad. Porque si para preservarla se nos manda soportarlo todo (y así parece que se nos manda) habremos dejado a sus señorías prevaricar a sus anchas, sin que su órgano de Gobierno esté dispuesto a perseguir sino las que van en contra de sus actuales protectores: la derecha.
Excesos en toda regla. Siempre sin morder la mano que les da de comer.
Excesos. … More Medir con dos varas