José Luis Arrese fue ministro de la Vivienda entre los años 1957 y 1960.
Le debemos una parte singular del paisaje urbano de pueblos y ciudades: aquella plaquita negra que dibujaba en plata el yugo y las flechas del Movimiento Nacional sobre el lema ‘Vivienda construida al amparo del régimen de Vivienda de Protección Oficial.’
José Luis Arrese tuvo una idea que hizo fortuna allá por el año 1958 de la victoria: convertir a España en un país de propietarios en lugar de un país de proletarios.
Se ve que ya por entonces las frasecitas ocurrentes tenían su recorrido, aún sin redes sociales. Y esta lo tuvo.
Y también se ve que el franquismo ya sabía que, constituido en propietario, uno se vuelve conservador. No digamos si, además de ser propietario de una vivienda que constriñe en 60 metros cuadrados tres habitaciones, baño, salón y cocina independiente, luces un Seat 600 flamante que aún puedes aparcar a pocos metros del portal de tu casa ante la mirada envidiosa del resto de tus vecinos.
Con tantas cosas valiosas a conservar, uno se vuelve conservador.
Aquellos polvos traían causa de las huelgas de alquileres que habían encrucijado a propietarios de todo orden en Barcelona y Tenerife (1931 y 1933). José Luis Arrese sabía cómo hacer que nunca volviera a pasar (amén de resolver alguna otra cosilla de la sociedad de la época): de proletario a propietario.
El Plan Nacional de la Vivienda no tenía desperdicio. La mecánica consistía en correr el Estado con el 60% del coste de la operación, pero no subvencionando a los futuros propietarios, proletarios todavía, sino hinchando las arcas de un puñado de constructores cuyos emporios, en no pocos casos, aún permanecen activos.

Eran viviendas de mierda, bloques de mierda, calidades de mierda. Eran para un proletariado en pleno éxodo rural al que consideraron de mierda y al que hacinaron en barrios de mierda en Madrid, Barcelona o el País Vasco. Los conformaron con aquella honrosa condición de dueños para calmar la sensación reinante de injusticia social que, incomprensiblemente, se había enseñoreado de un pueblo de vencidos. ¡Serían propietarios!
El resto es Historia. Historia de la gran banca (el mercado hipotecario se liberalizó), Historia de la especulación, Historia de la Spain different que se inventó Manuel Fraga para ofrecer al turismo más ladrillo en la costa y a las constructoras más oportunidades para enriquecerse.
Y ¿después?
Pues como siempre, de aquellos polvos, estos lodos.
Después el llamado decreto Boyer y la liberalización de los alquileres, la gran depresión de 2007, el frenazo en seco de la construcción de vivienda ‘protegida’ y el cierre a las generaciones pujantes del acceso a aquella ansiada condición de propietario. Un momento que pilló a los mayores endeudados hasta las cejas (pagando hipotecas millonarias por viviendas que se habían depreciado muy por debajo de la deuda que aún mantenían) y a los jóvenes con un mercado del alquiler desregulado y en plena pujanza, de difícil o muy difícil acceso para ellos.
La práctica desaparición de la promoción pública de vivienda y el alocado desbordamiento del turismo como principal aportador del PIB nacional, la entrada en escena del alquiler vacacional apoyado por plataformas tecnológicas de última generación, la gentrificación del centro de las ciudades y, en definitiva, el aumento desmedido de la demanda de vivienda en alquiler, trufado con un mercado sin regulación… pues estos lodos.
Y ¿resolverlo?
Ni soñarlo. Poner en circulación el número de viviendas que harían falta para acomodar la oferta con la demanda, implicaría invertir en las próximas cuatro décadas el 0,4% del PIB y si hace usted la cuenta de cuánto supone se mareará.
Regular en serio (más allá de los tímidos esfuerzos de Isabel Rodríguez) un mercado absolutamente desregulado tendría un coste económico y político que nadie parece estar dispuesto a pagar: la propiedad privada, usted ya sabe.
¿Otra huelga de alquileres? Ya sabe usted que no. Pasar de proletario a propietario nos desclasó. Ya no quedan proletarios. Y ahora que nos hacen falta recurrir a aquella vieja conciencia de clase, nos hemos dado cuenta de que ya no está.
Después de muerto, mucho después de muerto, José Luis Arrese, el Campeador, ha ganado su última batalla para el franquismo.
El dibujo es de mi hermana Maripepa.
El alquiler es una gran medida para todo aquel que no puede directamente comprar un piso , claro si tienes un empleo fijo es preferible la hipoteca por que pagas todos los meses un alquiler pero al final es tuyo el piso, sobre el problema de los alquieres en España se podria solucionar facilmente, solo hay que regular un tiempo minimo de desahucio a todos aquellos sinverguenzas que no quieren pagar ni salir fuera del piso (llamese kikito) seria mucho mas facil y mas baratos los alquileres, el problema es ¿quien arriesga a alquilar su piso si no sabe si va a cobrar el aquiler? se le garantiza que al que no paga se le pueda obligar a abondonar cuanto antes? distinto son los casos de imposiblildad de pago por estar en paro mucho tiempo y no tener ingreso , en esos casos se rebaja el alquiler y el gobierno ayude a esas familias a tener un techo hasta el momento que pueda cambiar su situacion, pero eso es soñar despierto, la mayoria de los pisos estan cerrados precisamente por ese miedo , bueno habra quein diga pues si tienes dos pisos uno lo puedes ceder, claro el problema es que has estado pagando una hipoteca de la que se han aprovechado bancos y gobierno por la parte de impuestos que se pagan a la vuelta de 20 años, como que no mola que tu piso se lo quede un sinverguenza de los muchos que saben que no les pasa nada.
buenos dias
Me gustaLe gusta a 1 persona
El problema de la seguridad jurídica para el arrendador no cabe duda de que retrae a muchos a poner su piso en alquiler.
Los procesos de desahucio por impago son largos y caros para el dueño del piso y aquí no puede intervenir la situación del arrendatario (el piso es mío y quiero tener una renta por él: no me dedico a los servicios sociales; eso es cosa del Estado).
Tampoco las ayudas del Estado son suficientes para arreglar el problema: la mayor parte de los arrendadores, simplemente, las incorporan al precio de la renta.
¿Cuántos prefieren tener su inversión improductiva antes que correr el riesgo de un mal inquilino? No sé si está medido. Seguro que sí.
Regular esto podría ser parte de la solución (una parte pequeña), con mucho cuidado de no atacar la seguridad jurídica del arrendatario para favorecer la del arrendador. El caso que pones de ejemplo es palmario, pero no siempre las cosas son así de obvias.
Regular el mercado. Pero los dueños de pisos no quieren regulación: prefieren cobrar por su casa lo que el mercado les permita y el mercado, ya lo hemos visto, es insaciable.
La seguridad jurídica ha de ser para las dos partes. No regular el mercado supone poner en circulación vivienda asequible. Y esa vivienda no está construída.
Le toca al Estado y a las comunidades autónomas atajar el problema. Y mucho me temo que no hay dinero para ponerse con ello.
GRACIAS, AMIGO. Iremos viendo qué soluciones le dan a la cosa. Porque ahora el problema está en la picota.
Me gustaMe gusta
Air» (aire) y «bnb» (bed and breakfast, cama y desayuno
Perdon por ir tan tarde pero ayer se me fué el día. También me entretuve mandado un correo electrónico al Ministerio de la Vivienda. Este más o menos
👇👇
Pero si lo tienen facilísimo. Solo tienen que seguir a rajatabla el espíritu inicial de Airbnb. ECONOMÍA COLABORATIVA.
Que cada piso destinado a alquiler turístico, obligatoriamente, tenga «bicho» como se dice en el argot. Debe habitar en el, obligatoriamente, el propietario o un arrendatario en el que conste en el contrato que acepta las condiciones de uso turístico. Lo que el mismo Airbnb llamaba el anfitrión.
En los años 2018/19 salían anuncios a una página en todos los periódicos, de inversores interesados en comprar edificios enteros. De aquello viene esto. También los bancos, como Santander, se deshicieron empaquetados de su parque de viviendas heredados de la crisis de 2008. La mayor estafa que se ha perpetrado en España. Esa es la mejor solución, si los grandes tenedores quieren explotar sus pisos, tendrán que arrendarlos, además a un precio asequible pues el arrendatario va a ejercer de anfitrión para el. Sin fiestas y sin molestias para los vecinos.👈
Están todo el día hablando del «problema de la vivienda» opinólogos que no saben distinguir entre arrendador y arrendatario.
En parte tienes razón, el régimen franquista impulsaba la propiedad para tener amarrados a los obreros, compraban lo mismo que construían, Mi primer trabajo fué en una constructora, allí había una vietnamita (multicopista) para imprimir las letras de los inmuebles que se vendían. Mi padre era apoderado de una constructora que construïa en Leganés, todas las calles con nombre de río eran suyas. No todo era VPO, además el VPO era para los simpatizantes del régimen. A mí padre, tres años en un campo de trabajo en Canarias por rojo, ni de coña le iban a dar un piso de esos. Por suerte el y nosotros su familia disfrutábamos de un piso en alquiler por la LAU de 1950. Esa a la que le metió el tijeretazo la ley Boyer en 1985.
Esa Ley de Arrendamientos Urbanos otorgaba un arrendamiento vitalicio para el titular y su familia (hijos) lo que se llamaba prórroga forzosa y que se extendía por «mortis causa» a su viuda o hijos, con la condición de estar viviendo y censados en el piso. También tenían el derecho de tanteo. Si el propietario vendía el inquilino tenía preferencia sobre cualquier otro comprador, el precio de compra se fijaba mediante la capitalización de la renta, muy por debajo del mercado libre.
Recordarás un anuncio que había en Pl de España (Madrid) LOPEZ BREA CASAS DE RENTA ANTIGUA. Se hinchó a comprar bloques enteros y vender por pisos negociando con los inquilinos. Mis padres compraron así y también en mi trabajo, casi un bloque entero por diez millones de pesetas, en Chamberí, ahora cada piso no baja de los dos millones de euros. Eso de que a Díaz Ayuso el suyo le costó un millón no se lo cree ni ella. Esto ocurrió en todo Madrid, particularmente afectados el barrio de Salamanca, Chamberí, Atocha, Delicias. La calle Atocha es la calle de los rollers. Recuerdo haber estado en dos fiestas, una en la calle Barquillo y otra en uno de los edificios de la Pl de Oriente frente al palacio real. Sobre todo en ese necesitabas un plano para no perderte. Los dos sujetos a prórroga forzosa en ese tiempo (1998).
La Ley de Propiedad Horizontal de 1960 es lo más democrático asambleario que firmó Franco en su vida. Eso sí, para celebrar una junta de Comunidad de Propietarios era obligatorio un permiso policial solicitado con 72 horas de antelación en la comisaría de policía correspondiente y todas las pólizas. A la solicitud solo le faltaba la relación completa de copropietarios. Lo sé, tenía como tarea diaria ir a solicitar esos permisos. También iba todos los días a Montalbán a Hacienda. Vivía al lado del cuartel de la guardia civil más grande de España y también iba a un par de ministerios. Además del edificio de sindicatos en el Pº del Prado, cada vez que me llaman filoetarra me dan muchas ganas de cagarme en sus muertos. Tofos los días atentados y todos los días un riesgo constante. Ese que no sufrió el percebe de Feijóo que todos los días usa políticamente a las víctimas.
Ese era el contexto en que se movía la vivienda. Esto de los pisos turísticos les ha pillado con el paso cambiado, entre otras cosas porque el arrendamiento no es rentable para el Estado. El IVA, las licencias y el impuesto de transmisiones es dinero en mano. Y el problema, en este caso, no es todo del franquismo. En Madrid hubo un plan urbanístico llamado el cinturón verde. Estuve en un curso organizado por mi trabajo con ponentes del Ayuntamiento de Madrid. Salí del curso con la convicción de que o me compraba un piso ya o no podría. Efectivamente, compré en marzo de 1986, en octubre había duplicado su precio. Y yo aguantando a la vendedora diciéndome que yo era muy «listo» Le pagué un 25% de intereses en cuatro años. Quién era alcalde en el momento que se produjo el primer boom, se pagaban cimisiones por devir donde se vendía un solar… El Profesor Don Enrique Tierno Galván. Quien modificó la LAU, Miguel Boyer, quien firmó el concordato con la iglesia y metió la escuela concertada, Felipe González. Creo que el PSOE o se comió un marrón o nos la coló bien colada, media de cal y diez de arena. Así se construía en el franquismo y su prórroga felipista.
Sobre mi relación con la propiedad inmobiliaria . He trabajado toda la vida en la gestión. Es muy posible que los informes económicos de la Comunidad y los recibos de la cuota que pasa el banco los diseñara yo. Por motivos familiares he ejercido de promotor y contratista (construcción llave en mano) mi hermana funcionaria del MOPU y después del IVIMA. Creo que ni Gil Marín conoce tantas facetas del mundo inmobiliario.
Feliz semana, que tocará Errejón. Vamos bien jodidos. Paciencia.
Me gustaLe gusta a 1 persona