El Día del Orgullo Gay, el Mes de la Mujer. El Día del Holocausto o el Mes de los Pueblos Indígenas ya no están en el calendario de Google.
Google también ha eliminado las medidas de ‘diversidad’ que se aplicaban en sus procedimientos de reclutamiento de personal. Buscaban alcanzar la paridad racial y entre mujeres y hombres. Las enormes Ford o Boeing las dejaron de aplicar en el mismo momento en el que Trump ganó las elecciones. Silicon Valley no tardó en apuntarse a la moda con Meta y Amazon (de X ni hablamos) y la semana pasada Google se unió a este escogido grupo de empresas. Apple se lo está pensando. En la era Trump tampoco importa la paridad, ni la diversidad. El hombre blanco manda. El hombre naranja manda.
Me he metido en Google Earth. El Golfo de México ya aparece grafiado (entre paréntesis) como “Golfo de México (Golfo de América)”
Y es todo verdad: en América (en Norte América para mejor precisión) hay un golfo.
Me he tomado la libertad de escribirlo con minúscula, a pesar de referirme a un golfo mayúsculo, un tipo que se ha propuesto romperlo todo a mayor gloria de sí mismo y de los emporios empresariales de su grupo de magnates, sin importarle un pimiento el derecho internacional (del interno ni hablamos), las reglas del comercio mundial o la estabilidad de determinadas regiones del Planeta Tierra.
A esto veníamos.

Se ve que el miedo es un arma poderosa cuando se sabe usar con diligencia. Y se ve que Trump mete miedo. Porque, solo con mentarlos, el mundo ya se pliega a los dictados venidos y por venir de un magnate megalómano que ha resuelto cambiar las reglas del juego a su favor (al suyo) para apartar a los Estados Unidos de su vieja condición de ‘vigía de occidente’ y convertirse él mismo en su sheriff (de acuerdo con la definición enunciada por su vicepresidente).
La broma de la solución del conflicto de Oriente Medio (convirtiendo Gaza en un resort sin gazatíes) o el de Europa del Este (negociando con Rusia una solución sin Zelenski y sin Europa), el desprecio a toda organización supranacional que pudiera mermar su hegemonía y la batalla arancelaria emprendida contra todo aquel país del que sospeche un desequilibrio en su balanza comercial (o que cobre el IVA), amenazan con doblegar, como ya ha hecho con su entorno cercano, la voluntad de los pueblos del mundo.
Donald Trump, por resumir, ha convertido el atlantismo en una cárcel de la que urge salir. Baste recordar la inaudita insolencia del vicepresidente estadounidense, J.D. Vance, durante la conferencia de seguridad celebrada este viernes en Múnich, regañando a las naciones europeas por su laxitud en las políticas migratorias y sus ataques a la libertad de expresión, y amenazando con el cambio de rumbo que augura en Alemania tras sus elecciones del próximo día 23 de febrero.
Para enorme desgracia de la vieja Europa, su extrema derecha pujante (¡pujante!) aplaude los postulados del que aún consideran el amigo americano (el enemigo americano en realidad) y culpa a la inoperancia de los gobiernos locales, por mor de no plegarse a los mandatos del oligarca, de los posibles males arancelarios y de los infiernos que caerán como plagas ordenadas por la Ira de Dios.
Así Abascal y así Feijóo, alineados con lo más granado del fascismo imperante y aplaudiendo los males que puedan caer sobre España y los españoles como consecuencia del desacato que supone no plegarse a la voluntad omnipotente del verdadero poder.
(Decía Santiago Gerchunoff en un artículo publicado esta mañana en elDiario.es que abusamos el término “fascismo” por la incapacidad de la izquierda para diagnosticar el presente… Y tiene razón).
Europa, pues, parece tener dos caminos a tomar: uno es aceptar la condición de vasallaje y renunciar a la toma de decisiones en materias, por ejemplo, e defensa o de inteligencia artificial, asumiendo la condición de protectorado con un mercado cautivo. El otro dotarse de esa autonomía estratégica que parece ser su objetivo desde que el tiempo es tiempo sin que nunca se haya tomado en serio la tarea de conseguirlo.
Empezar a funcionar como un bloque autónomo y fijar sus relaciones con los demás bloques de acuerdo con sus propios intereses, implica, en las actuales circunstancias mirar a Oriente: mirar a China. Convertirse en el centro estratégico de un marco triangular de relaciones entre Occidente, Europa y Oriente.
Y no es descabellado pensar que una estrategia europea autónoma de desarrollo tecnológico, hoy cautivo de Silicon Valley, que es clave en el desarrollo globalmente considerado, pase por el mercado chino: China lidera, de acuerdo con el estudio realizado por el Australian Strategic Policy Institute, cincuenta y siete de las sesenta y cuatro tecnologías que analiza, entre las que destacan las baterías, el 5G y el vehículo eléctrico.
Es cierto que existe una enorme diferencia de culturas entre el gigante asiático y el viejo continente, en especial en materia de democracia y derechos humanos, pero también lo es que compartimos con ella objetivos comunes de enorme relevancia, muy marcadamente los que tienen que ver con cambio climático y energías renovables, asuntos de los que los EEUU de Trump se han alejado de forma tajante. Y también es cierto que esa hostilidad de la Unión Europea hacia China (que se debe en gran medida a sus relaciones con Rusia y Corea del Norte, en la narrativa democracias versus autocracias), está a punto de desvanecerse al adoptar los Estados Unidos el feudalismo como forma de ejercer el poder.
El Gobierno de España (Pedro Sánchez, por ser más preciso) parece intentar liderar una posición de fuerza frente a las amenazas comerciales y políticas de la Administración Trump y su equipo de magnates que, a su vez, afiance el modelo socialdemócrata que el PSOE defiende para España y para Europa.
En la reciente comparecencia ante diputados y senadores socialistas, clásica al inicio de los períodos de sesiones, Sánchez afirmó: “La coalición negacionista de la derecha y la ultraderecha tiene claro lo que quiere conseguir, pero nosotros también. Ellos quieren reconquistar un pasado que no existe, y nosotros construir un futuro mejor”.
Y yo estoy de acuerdo.
El dibujo es de mi hermana Maripepa
Google, somos muy perezosos. Basta con ir al navegador y cambiar el buscador predeterminado, Bing es una opción, de paso también el navegador, el de Google aquí, está inhabilitado desde siempre.
Milei, acabo de leer una noticia en El Diario, ha sacado una especie de criptomoneda fake que apesta a estafa. El dijo: nunca negociaré con comunistas chinos. Bueno… mientras se puso en posición de tacto rectal para negociar con los chinos, esos comunistas, su amigo Trump aprovechó la abertura para meterle unos cuantos aranceles. Ahora le puede contar la experiencia a su amiga Isabel, a la de Alemania y a Meloni, a ver si les gusta.
En todo este rifirrafe escuché que habíamos exportado a EEUU 90.000 millones de toneladas de aceite de oliva. Aquí se disparaba el precio por escasez, decían. Se me ocurrió mirar cuanto costaba una botella, sin lujos, de plástico, en Aldi de Miami y era más barato que Mercadona en Madrid. Cuando aquí le ponían antirrobos como al Jack Daniels.
Europa, que tienen en común Trump y Putin, ambos le quieren meter el taladro a la UE, porqué muy simple el euro. La que debería ser la gran amenaza para el dólar, recuerda aquello de Dragui, haremos todo lo necesario. España tiene como primer proveedor de gas a EEUU, como le paga, en USD. Eso para ellos es como pagarles con dinero del Monopoly. Como diría Mota, las gallinas que entran por las que salen. Imagina que mañana decimos, pues no, le compramos el gas a Canadá y México y les pagamos con euros. Esa arma es más fuerte que mil portaaviones. Arma que se dió a EEUU en, no recuerdo el nombre del tratado, después de la llGM.
También están las bases militares, es increíble lo que EEUU tiene regado por el mundo. En Alemania tiene 32.000 soldados y un montón fe bases. Eso es casi una ocupación. La presidenta de Honduras le dió un aviso: si nos intenta aplastar con sus aranceles nos replantearemos lo de sus bases, que están aquí gratis.
De nuestro «patriota de guardia» mejor no decir nada. Hace mucho se hace pajas mentales con Blas de Lezo y los tercios. Pero de el gobernador de Louisiana, Gálvez, Pensacola, Nueva Orleans y el Mississippi no tiene ni puñetera idea. Zapatero se quedó sentado en un desfile, el «patriota» va a Whasington a lamerle los pies a a Trump. Su intervención en el Congreso es de vergüenza ajena. Yo creo que cada español, en su ADN tiene un yankee go home. Porque con amigos como ese para que queremos enemigos.
La OTAN de quien nos va a defender, de Rusia no, de Marruecos menos. A ver si esto va a resultar como jugar al Risk entre dos, que el ejército aliado cambia de bando en cada turno. Por cierto, la partida así jugada no se acaba nunca.
Muchos abrazos y feliz domingo.
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El poder del dinero contra el poder de la razón. Mejor no aventurar el resultado, por lo que pudiera pasar.
No creo que tarden demasiado las reacciones mundiales a la voluntad del sheriff… más bien creo que, mandando el dinero, pronto le verá las orejas al lobo. Y espero con todas mis ganas que sea má pronto que tarde.
Entre tanto, pleitesía. Los de casa por joder a Sánchez aunque con Sánchez nos jodamos todos, los de fuera de casa porque, de momento, la cosa se compra en dólares.
Y Gaza, y Rusia, y Groenlandia, y México…. y al final China.
¿Nos gustan? Pues igual no. Pero nos disgustan menos.
Un abrazo amigo. Más pronto que tarde… o eso espero con todas mis ganas.
GRACIAS
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La verdad es que la cosa no iba bien y ahora como eramos pocos pario la abuela, y va mucho peor, se nos avecinan malos tiempos, muy malos nos van a martirizar y dejarnos ver lo que a ellos les interese y eso en que puede acabar? espero que no sea algo tragico, que no quiero poner el nombre, pero a ese loco que le gusta la fruta o lo paramos o nos jodera sin baselina y eso debe doler bastante, pues eso esperemos que se le pueda dar una solucion aunque sea descabellada porque si no menuda nos espera.
Buen domingo
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Aunque parezca una cosa más bien infantil… yo lo espero. Y aunque parezca más una ilusión que una esperanza, espero que la solución venga de España (como la solución ibérica o como tantas otras).
De momento, España, Sánchez, lleva la iniciativa. Con las RRSS y con la economía… A ver si esto nos hace más fuertes y enfrentamos de una puta vez los dos modelos: el de pagar impuestos para sostener los servicios de todos, contra el de pagar cada uno por los servicios que necesite cada uno… Por si a cada uno no le llegara el dinero para tanto.
A ver si el amigo europeo nos sigue los pasos y, en el frente común, el dólar se pliega frente al euro.
Un abrazo, amigo. Mañana más. Mañana otra… Y nosotros a seguir en la brecha.
GRACIAS
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