Da cierto pudor pretenderse uno mismo tenedor de las grandes verdades (compréndase tenedor como aquel que tiene, no como utensilio punzante para clavar en rodilla ajena) y más ahora, cuando la verdad dejó de importar después de que Tamayo y Sáez nos demostraran que sostenerla o no es tan irrelevante como haber o no comprometido fidelidad a una causa.
En esta maraña de actualidad política, tan fácil de banalizar como difícil de comprender, parece conveniente parar un momento y rebuscar un pelín más allá de los acontecimientos de rabiosa actualidad. Mirar los acontecimientos nos deja siempre a punto de la caducidad informativa: con ese mal sabor de boca que produce la certeza de que la noticia que ahora parece crucial va a ser engullida inmediatamente por la siguiente.
Paremos un instante. Busquemos las certezas.
Certeza número uno. La era de Sánchez ha terminado.
Certeza número dos. El tiempo de Feijóo nunca ha empezado.
Certeza número tres. Imposible responder a la sencilla pregunta ¿y ahora qué?
Trivializar el momento es bien sencillo: ¡todo es una mierda! El PP lleva consiguiendo trasladar esta idea a la conciencia colectiva cuando gobierna el PSOE desde los tiempos de González (este señor que fue un presidente de izquierdas y se le pasó luego). Aznar, Pedro J. y Anson fueron los primeros padres de esta forma de entender la política que aún permanece en el libro de estilo del Partido Popular.
¡Todo es una mierda! Es mentira, pero no importa. Porque parece verdad.
Lo cierto es que este país nuestro disfruta de cifras inéditas en democracia en cuanto a empleo, a economía, a igualdad, a renta, a posición internacional, a derechos individuales.
Esto es verdad, pero tampoco importa. Porque no está puesto en valor en el discurso político y, por lo tanto, es muy sencillo hacer que parezca mentira. O que parezca irrelevante.
Con todo, parece que esa certeza número uno se consolida. La era de Sánchez está terminada y no importa intentar predecir cuándo será el último minuto: si el presidente dará el paso a un lado (no lo parece tras el Comité de ayer) o si el adelanto electoral se perfeccionará este otoño o en la primavera del año 26. Piénsese que adivinar la estrategia sería tanto como sucumbir a la montaña rusa de la actualidad rabiosa: la que hoy pareciera acertada mañana estaría caducada a la luz de novísimos acontecimientos que, a su vez, pasado mañana serán viejos.
La transición será dolorosa. Siempre lo son. Los caudillajes pagan este peaje. Los personalismos exacerbados (y no se conoce otro medio de liderar las organizaciones) dejan huecos muy difíciles de rellenar.
Para el desconcierto, la certeza número dos entronca de manera cuasi desastrosa con la certeza número uno. Porque, si es verdad que la era de Sánchez anda tocando su fin, es igual de cierto que el tiempo del bobalicón de Feijóo, ni ha empezado, ni se espera que dé nunca comienzo.
El bobalicón de Feijóo, pobre hijo, no pinta un carajo.
Se lo comen por la derecha, por la izquierda por la parte de arriba y por las partes de abajo (con perdón). Aznar con esa vocación indeleble de actor porno de segunda fila, siempre intentando demostrar que es el que la tiene más larga, lo deja en ridículo cada vez que abre el pico. ¡Alberto, mata! Parece ordenarle, y Feijóo que no sabe, que no puede, que solo le sale repetir (otra vez) que el Gobierno mal, mal, muy mal y que ¡elecciones ya! (como dijo el primer día de la legislatura que Sánchez se empecina en agotar). ¡Que mates, hostia! Parece insistirle, que a la cárcel con Sánchez (como todos los que fueron sus ministros), que miente (como en Irak, como en los atentados del 11M). Flaco favor, flaco favor le hace. Por larga que crea que la tiene, que en eso es mejor ni entrar ni salir.
Aysuo que amaga pero no llega a dar (bastante ha dado); solo acojona. EmepuntoRajoy que aquello son como hilillos de plastilina, que los trenes llegan tarde (en su época se le estrelló alguno con regulares consecuencias) y que lo gallego no está vendiendo mucho esta temporada a pesar de Miguel Tellado… Mal.
A Feijóo no le salen las cosas. Ni Cuca lo aguanta ya. No le hace casito más que el juez Peinado (y la Sala Segunda del Tribunal Supremo), y todo el mundo sospecha que esa cremita de la espalda que luce en la foto (esa foto), se la había untado uno muy malo que traficaba con drogas. El tiempo de Feijóo ni ha empezado, ni se espera que arranque. Resumido: el bobalicón de Feijóo no tiene media hostia.

A así la tercera gran Certeza: ¿y ahora qué? no tiene respuesta.
Si la respuesta es Feijóo con Abascal (no hay números por la derecha para otra cosa), es mejor dejar la incógnita sin cerrar.
En este momento solo me parece cierto que el 7 de julio, San Fermín.
El dibujo es de mi hermana Maripepa
tocados…..y hundidos.
Al final siempre es la codicia…..
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Y el rabo, ¡joder!
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Este pais va muy mal como no le demos una solucion democratica que nos salve estamos perdido, no podemos estar en mano de partidos minoritarios que solo buscan su interes a cambio de apoyo, pues no, cual es la solucion? no se pero supongo que la hay, porque mientras sigamos asi vamos muy MAL el señor Feijo y el señor Sanchez deberian buscar la solucion, yo hoy no la puedo dar porque estoy trasnochado y el cerebro no funciona muy bien porque despues de 2 horas de procesion como que el cuerpo no se queda muy bien.
Buen domingo y seguimos de fiestassss.
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Después de dos horas de procesión supongo que puede uno pensar cualquier cosa y no lúcida.
No creo que el país vaya tan mal como dices. Lo que sí va mal es la izquierda del país… esta sí que va mal.
Cuidado con los partido minoritarios. Piensa que si no fuera por ellos el PP estaría gobernando a placer y con mayoría absoluta. El bipartidismo murió para bien a la vista de lo visto. Lástima que la izquierda no haya sabido aprovechar bien la oportunidad…
La izquierda va mal…. pero después de dos horas de procesión no creo que puedas ver nada bien.
Un abrazo fuerte, amigo. Te has ganado una siesta importante.
GRACIAS
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Roba pero deja, decían en Venezuela a los políticos hace años.
Sánchez està acabado, no sé, puede que sí.
Eso de hacer el egipcio está tan arraigado en España que hasta tiene su propio género literario. Es posible que aquí se castigue más lo contrario, estar entre ladrones y no llevarse ni un mal euro. Eso más que como honrado, en este país te deja como tonto.
Ojo, no confundir tonto con mediocre. Núñez Feijóo es un gran mediocre, el típico mediocre gallego. Uno de ellos se mantuvo 40 años y al otro, el del punto, lo echaron de pura chiripa.
Aquí no nos andamos con tonterías, si alguien hace algo bien se le echa a la puta calle y punto (Rajoy).
Mientras en parlamentos europeos como Italia y Francia piden un patriota como el, hasta los canadienses le han aplaudido mientras abucheaban a su primer ministro.
Sí, luego vendrán esos llantos tan hispanos, como los maga de Florida. Cubanos y venezolanos votando a Trump y este en agradecimiento expulsa a sus familiares. Pero aún así le siguen apoyando.
En Madrid Díaz Ayuso maltrata laboralmente a los sanitarios, maltrata a los ancianos en las residencias, incluso los deja morir. Y cuál es el «castigo» mayoría absoluta.
Hay algo que no se entiende en Sánchez, como se puede fiar de tres elementos, que vistos juntos, nadie, ni loco, les confiaria una hija adolescente.
Que un personaje como Koldo trepe tanto solo tiene una explicación, la mediocridad, es el mejor combustible para hacer subir a un inútil. No sé si Koldo lo es, conseguir hacer tantas y tantas grabaciones y que te las pille la policía en un registro, cuando ya sabes que te investigan… No sé que les pasa a los políticos con las tarjetas SD, las confunden con las SIM, como hacía la ultraderecha con Pablo Iglesias. Una tarjeta SD de 2 TB no la encuentra la policía ni aunque esté un año registrando. Y alguien que ha grabado tanto sin que le pillen algo sabrá de eso. Visto su pasado huele un poco a montaje/confite.
Ya nos enteraremos cuando por fin logren echar a Sánchez.
Que los jueces ayudan a ello es indudable. Las 20 causas de Podemos lo testifican. La causa de aquel teniente de alcalde de Izquierda Unida, en el Ayuntamiento de Sevilla que tuvo que esperar a que el TS dijera que era inocente mientras Zoilo le decía que si se retiraba… la instrucción desaparecía. Quién era (eres) la jueza de instrucción… Adivina.
Feliz domingo, abrazos y no paséis frío.
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Parece como si fuera verdad que la Historia se repite y que estemos reviviendo momentos de González y Zapatero. No va más allá. Ni siquiera hay ahora motivos más sólidos.
Ellos algo más soficticados, con redes sociales y socios judiciales más evidentes, pero igual de zafios. Supongo que no tanto como Koldo o el tito Berni, pero tan zafios como de habitual.
Siempre consiguen acabar con los gobiernos socialistas… es curioso, porque lo conseguirían igualmente sin jugar tan sucio… son ciclos, en definitiva, pero las cuatro legislaturas de González se les hicieron muy largas.
No hay cuidado… acabarán por gobernan. Es ley de vida. Será Feijóo o no, Será a la próxima o no, pero acabarán por gobernar, será con Vox y será más peligroso y regresivo que nunca.
Estos son tiempos de cambio, da igual cuánto se prolonguen: son tiempos de cambios. Habrá que hilar muy fino para que no se perpetúen una vez lo consigan.
Tengo la impresión de que esto acaba aquí… no ahora, pero sí aquí.
Un abrazo fuerte, amigo.
GRACIAS
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