Es un sitio como cualquier otro. Muy de agradecer si están cayendo las mares sobre Badalona. Es decir, mucho mejor que un parque, porque los árboles no protegen de la lluvia y el cemento del puente, sin embargo, sí. Cualquiera sabe eso.
Es que no hay que quejare por todo.

El alcalde de Badalona lo sabe. Él es un hombre de recto proceder y, seguramente, temeroso de Dios. Estoy casi seguro de que sacar a cuatrocientas personas, casi todas inmigrantes ilegales, de un viejo instituto en desuso fue una decisión meditada, responsable, ponderada, tomada en el contexto correcto después de barajar los pros y los contras. Pesa la seguridad por encima de todas las circunstancias: badaloneses y badalonesas no merecen menos.
Así que cuatrocientas personas en plena ola de frío y bajo una lluvia de consideración quedaron a la intemperie para preservar la seguridad de Badalona, se entienda esto bien o no, sin que el Ayuntamiento ni su recto alcalde se sintieran en la necesidad (o con la preocupación) de proveer a su cobijo.
Todo normal.
En realidad exagero porque, si es cierto que el buen alcalde negó que pudiera utilizarse para tal fin el viejo albergue municipal, también en desuso, lo es igualmente que permitió que los desarrapados (que hasta negros había, en serio), pudieran acamparse temporalmente debajo de un puente de la C-31. Humanidad llamamos a gestos como este que nos inunda el corazón en estas fiestas.
Tal y como puede imaginarse, organizaciones de todo tipo, algunas poniendo el grito en el cielo y otras más en silencio, han ido buscando soluciones y albergando a los que han ido pudiendo en las condiciones que han ido consiguiendo. Es Navidad, ya sabe.
Algunos protestan contra este tipo de medidas, pero las redes sociales están al quite y la respuesta mayoritaria (así lo he constatado buceando un poco) ha sido ‘Llévese usted a una familia inmigrante a su casa, rojo de mierda, y no proteste tanto’. Es sabiduría popular en estado puro. Esta nueva sabiduría popular que se enseñorea de nuestros pueblos y ciudades y, por lo que se ve, también de nuestras urnas.
Todo normal. Insisto. Todo en orden.
El lunes 22 un grupo de unos doscientos badaloneses y badalonesas de toda confianza se concentraron ante las puertas de la parroquia de la Mare de Déu de Montserrat, para protestar por la iniciativa de Cáritas de acoger a un grupo de estos inmigrantes en un espacio habilitado al efecto en su interior. ¡Bendito sea Dios —pensé—! ¡No habrán descuidado el montaje del belén para acudir a esta algarada! …Qué tonto —pensé de inmediato—; el belén estará puesto ya desde el puente de La Purísima.
Y es que los refugiados de la antigüedad, aunque lo hicieran en tierras palestinas, tenían otro qué. Otro encaje, por decirlo de alguna manera, pensara el rey Herodes como pensara que, por lo que se ve, no era muy amigo de niños yendo y viniendo de los sitios. Como nosotros mismos, sí.
No importa extraer conclusiones: lo evidente se define como aquello que no tiene explicación.
Ni siquiera creo honestamente que se pueda hablar de hipocresía, de una sociedad ‘farisea’ como con tanta precisión trataban las Sagradas Escrituras a aquella suerte de ‘sepulcros blanqueados’.
Por resumir (si hiciera falta) podríamos decir que nos han ganado. No es solo en España, es en el mundo: nos han ganado. La inconsistencia que se ha adueñado del pensamiento en nuestra cultura no da para grandes reflexiones. Y no importa buscar culpables.
Nos han ganado. Lo han hecho mejor: usted es capaz (a lo mejor usted no, eh) de bajarse a la calle a protestar en la puerta de una iglesia contra el acogimiento de personas sin hogar y subir a casa acto seguido a cantar villancicos con los niños para transmitirles el inmenso amor del niño Jesús. Es así. No hay más que hablar.
Ya estamos convencidos de que vivimos en un estado fallido (a pesar de estar en uno de los mejores momentos de nuestra historia) y de que la culpa la tienen (además de Sánchez, obvio), esas hordas de inmigrantes que vienen a colapsar nuestra sanidad, a quitarnos el trabajo y a acabar con el dinero de nuestras pensiones.
Y ¿para qué vamos a pensar un momento sobre ello mientras preparamos la bandeja del turrón, si les han dejado acampar guarecidos de la lluvia debajo de un puente de la C-31?
¡Feliz año nuevo!
Somos gente con suerte.
El dibujo es de mi hermana Maripepa.
Es lo que nos toca, y vamos a pedir que tengamos puente, por que al ritmo que llevamos compadezco a los que en años próximos por desgracia se encuentren o nos encontremos en la calle, no va a quedar títere con cabeza como consintamos que el señor libertador criticón que en algún momento un político haya tenido algún contratado cercano, ( que han sido muchos los elegidos) ese este santo señor les llama chiringuitos para los amiguetes, la mente de los humanos es muy olvidadiza y digo ese señor santo entre los santos, libertador de España , ¿ no nos acordamos que este señor» estuvo viviendo muy holgadamente del chiringuito que le tenia colocado el PP? que frágil es la memoria , y se lo estamos poniendo a huevo porque el no va a ganar por mayoría , pero va a gobernar, y se hará lo que el diga o el otro señor no gobernara.
Le pedire a los reyes que nos bañen con una buena dosis de cordura y despertemos.
Buen domingo., cuidado con las inocentadas , que en Extremadura se adelantaron.
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«vivir debajo de un puente» eufemismo o especie de refrán usado por la generación de mis padres (y madres). Eso junto con: ya verás en la mili. Aquellos tiempos de buen vivir, donde efectivamente hay quien vivía debajo de un puente. Carpanta, el siempre hambriento, por ejemplo. Y no procedía de ningún país «exótico» repleto de recursos naturales explotados por «señores de bien» tan afines al alcalde de Badalona. Que mal le cae ahora a esa ciudad aquella cançó de Serrat. Badalona ya no es tan bonita con tanta escoria en su ayuntamiento.
Por dar ideas, aquí dejo una noticia que ha pasado absolutamente desapercibida ( no sea que se jodieran las elecciones de Extremadura). Sentencia sobre la Púnica, 233 millones de euros robados, varios alcaldes del PP a la cárcel. Seguro que con esos 233 millones se les puede dar cobijo a esas 400:personas. Lo digo por aportar.
https://www.eldiario.es/madrid/caso-punica-corrupcion-madrid-cambio-ladrillo-eficiencia-energetica-mano-pp_1_12867564.html
Sobre belenes turrones y mazapanes (dulces de origen árabe) no digo nada. Mejor cortar o que te corte un profesional, un buen plato de un Joselito, por ejemplo, antes de que estemos totalmente islamizados por esos 400 y la religión nos prohíba degustar tan exquisito producto. Tan hispano y tan… Romano (ups esos también nos invadieron y nos sometieron).
Que feo y que triste hace el mundo tanta hipocresia «religiosa».
Feliz año, un fuerte abrazo.
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