Adiós, ETA

Parece ser verdad que hay víctimas de varias clases, según denuncia la Asociación de Víctimas del Terrorismo al analizar el comunicado en el que ETA anuncia su disolución. Y ¡cuánto nos gustaría que fueran solo de una!

Nos gustaría, nos encantaría, que todas las víctimas fueran de primera división, o de división de honor si fuera el caso.

Nos encantaría que el Partido Popular hubiera tratado por igual a todas las víctimas, ya fueran las del terrorismo etarra, las del terrorismo de origen islamista o las del genocidio franquista. Y todavía nos gustaría más que las decisiones del Gobierno de España no hubieran estado secuestradas por una asociación concreta, desoyendo las pretensiones de todas las demás.

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ETA dejó de asesinar en 2011. Nadie se atribuyó el éxito de ese ‘cese definitivo de la lucha armada’ comunicado por la banda aquel 20 de octubre. Cinco años después, la banda fija para el 8 de mayo, apenas dentro de 15 días, su  disolución definitiva.

Pero queremos más.

El PP, por boca de Alfonso Alonso (su presidente en el País Vasco), ya ha dicho que el comunicado es ‘una profunda humillación a las víctimas del terrorismo’. La Asociación de Víctimas del Terrorismo asevera y amplía: ETA ‘justifica su actividad terrorista una vez más’.

Ninguno dice algo así como ‘bien, coño, bien: se acabó al fin’. Eso no lo dicen. Dicen otra cosa; dicen de la fortaleza de la democracia, del triunfo de la Ley… Solo algunas voces ‘no alineadas’ se han mostrado felices por este final, reconociendo a pesar de sus heridas que esto acaba aquí y que es muy bueno que así sea.

Los unos quieren asegurar que la ‘política vencedora’, la de no ceder, la de no negociar, la de no hacer política, esta a la que han obligado al Gobierno a través de toda la presión que un grupo de presión puede ejercer, no se mueva ni un ápice. Asegurar, por ejemplo, que la política penitenciara diseñada para la lucha contra un grupo terrorista en activo, continúe siendo la misma tras la evidencia de su desaparición y no otra, como cualquiera podría reputar sensato.

Y ¿los otros? Los otros quieren seguir sacándole partido a la posición. Buscan que la asociación a la que alimentaron cuando no gobernaban para garantizar su voto y el desgaste máximo del partido en el poder, esa asociación de la que después han sido presos durante su ya largo período de gobierno, no se les vuelva en contra. Garantizar el puñado de voluntades que les tocan, no poner en riesgo, en horas tan bajas, ni una sola de ellas.

Lo de los unos ya se comprende porque, desde el dolor, las cosas se ven como se ven y se dicen como se dicen. Por eso se recalca tanto (y es tan evidente)  que desde el dolor (desde la ira) no se puede gobernar, ni legislar, porque se producen aberraciones no deseables desde la consideración del bien común. Lo de los otros también se comprende. Y tiene un nombre. Lo que pasa es que es muy feo: se llama ruindad. Ruindad política. Eso que podríamos definir como ‘administrar la cosa pública con actitud mezquina, despreciable, anti-patriótica o vil’.

Estas víctimas, las víctimas del terrorismo etarra, sí que son víctimas. No como las del 11-M, que son mucho menos víctimas porque cometieron la impudicia de no prestarse al juego de mantener la falacia de que la autora de aquel atentado había sido ETA. No como las del genocidio franquista de la posguerra, que siguen enterradas por las cunetas de España (y en algún monasterio) sin que la Ley para la Memoria Histórica obtenga ni un céntimo para su financiación de los Presupuestos Generales del Estado. Estas, las verdaderas víctimas, tienen voz. Y tienen votos. Para muestra, piénsese que durante los años en que el terrorismo no ha existido (no ha matado) se han multiplicado en los tribunales de Justicia las condenas por enaltecerlo.

Pues bien, las políticas de lucha contra el terrorismo (que incluyen necesariamente las penitenciarias) no pueden ser las mimas cuando una banda armada está matando que cuando no lo está. No hablemos de negociación si no se quiere (aunque lo hayan intentado todos). Pero huyamos de la venganza, porque el Estado no se venga.

El escenario del 8 de mayo próximo será que ETA está disuelta. Esperamos del Gobierno de la Nación que obre en consecuencia y adecue sus políticas al hecho objetivo de que ya no hay ETA matando. Es por el bien de todos. Sobre todo, por encima de todo, es por el bien de las propias víctimas.

Y yo sí me voy a atrever a decirlo: ¡Bien, coño, bien! Se acabó al fin.

El dibujo es de mi hermana Maripepa.

10 respuestas a “Adiós, ETA

  1. Buenos dias, hoy si coincidimos casi en todo, totalmente de acuerdo que hemos tenido victimas de varias categorias cuando todas son victimas son iguales no se pueden diferenciar y con politica y dialogando se puede conseguir el cese total de esta banda pero cierto es que no se puede castigar al que mata como al que enaltece, tu ya sabes mi opinio sobre cual seria la condena para los que matan, para los que enaltecen un poco menos, por que no llegan a matar pero lo proponen.

    hoy en Ballesteros como veras en prensa, estamos dolidos, un muchacho hijo de un paisano, que aunque no residia aqui si que tenia vinculacion con el pueblo desgraciadamente la busqueda por su desaparicion termino con el fatal resultado de aparecer muerto en el pantano de Granatula.

    buen dia

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    1. Por delante todo el sentimiento por la muerte de ese chaval. Las muertes nunca vienen bien, pero cuando son de chicos tan jóvenes duelen más. Con toda la familia y con todo el pueblo en este rato tan, tan malo.

      El caso es que ETA dice que se marcha. Todos lo esperábamos. Y todos nos alegramos, a pesar de que desde 2011 nadie hacía mucha cuenta de ella. Nadie, excepto los que seguían y seguirán sacando partido al dolor y a la muerte: de esa indignidad me quejo este domingo. De la ruindad de no permitir a la sociedad este momento de alegría para intentar dar una vuelta de tuerca más en torno al odio, a la venganza.

      Un juego tan sucio no debería pasarle desapercibido a nadie.

      Un abrazo fuerte, Juan Carlos. Otro para todos los allegados y familiares de Miguel Ángel. Gracias por compartirnos también este mal momento.

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  2. Si un ejemplo de uso obsceno de la política hubiera que poner, quizás el ejemplo más claro pudiera ser el de la manipulación del dolor de las victimas del terror y la barbarie.
    Nadie como el PP para ejercutar esta obscenidad. Negando el derecho a media España a dar tranquilidad a sus vidas encontrando a sus muertos, obviando el dolor de los que se negaron a acompañarlos en su gran mentira de los “muertos de Atocha”, ninguneando a aquellos otros que, desde su sufrimiento,, sólo querían cerrar heridas frente a la venganza y la revancha.
    Ahora parece que nunca existieron aquellas manifestaciones negando una salida, vituperando a Zapatero por “vender a España (pronúnciese con el pecho henchido como legionario en Semana Santa)” y apostando por lo que siempre, aún hoy, le ha dado rédito político: el rencor.
    Cordura, concordia, convivencia, sobre ellas debemos cimentar el futuro, el de nuestros hijos.
    Ya se, ya se!!! Va a ser mucho pedir ¿verdad?
    Un abrazo

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    1. Pues no, nadie se acuerda.

      Nadie se acuerda de cómo el PP abandonó el pacto anti terrorista apenas quedó en la oposición tras la victoria de Zapatero, para poder utilizar a los muertos como armas arrojadizas, ni de cómo boicotearon, con qué indignidad, todos los intentos de aquel gobierno por alcanzar la paz. Porque no querían paz. Querían victoria, solo victoria. Y votos. Victoria para recaudar votos saciando la necesidad de venganza que intentaron inyectar en toda la sociedad, cuando la sociedad (al menos la parte de la sociedad que yo he conocido) lo que quería era salir a la calle sin el miedo a que un desalmado te descerrajara un tiro en la nuca.

      Con qué desprecio se ha tratado y se sigue a todas aquellas que no eran ‘sus víctimas’… Pues también ahora, cuando la banda anuncia que desaparece, quieren victoria, humillación.

      ‘Vender España’. ¡Qué atrocidad! ¡Qué bien nos han sabido ‘vender su España’. Qué juego tan ruin. Y qué rentable.

      Estos son los que ahora nos vienen contando que en política no vale todo. Y dan un asco…

      Gracias, José Ricardo. Cordura, concordia y convivencia. Podríamos aprender a reclutar votos sobre estas tres premisas. Otro gallo…

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  3. Fantástico, me rindo ante la evidencia como bien dices «Es por el bien de todos. Sobre todo, por encima de todo, es por el bien de las propias víctimas.»

    He tenido suerte, ni yo ni mi entorno directo hemos vivido el dolor de la perdida en manos del terrorismo, en ninguna de sus formas, pero como parte de la ciudadania de este país, pido a gritos, que juntos festejemos la completa disolución de ETA. Celebrarlo no significa olvidar ni pensar que nunca ha pasado nada, no eso no es ni será posible.

    Dejemos de untar de odio la convivencia democrática, seguiremos persiguiendo y festejando los positivos resultados policiales que cercenan cualquier acto terrorista. Pero celebremos todos y todas juntas que ETA ha muerto, pero lo mejor no es que otros la hayan matado, lo mejor es que son ellos los que se han dado cuenta de que no puede haber otro camino para discurrir por una convivencia sana.

    Ojalá podamos hablar de que ya no hay muertos en las cunetas, ojalá esos otros puedan por fin llevar el descanso a miles de familias que siguen buscando a sus familiares en lugar de esconderse y murmurar…. Como bien dices Justo, «Es por el bien de todos. Sobre todo, por encima de todo, es por el bien de las propias víctimas.»…..

    Un placer como siempre

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    1. Otro igual tenerte por aquí.

      Ricardo comentaba antes que estas cosas se levantan sobre la cordura, la concordia y la convivencia.

      La Oficina del Alto Comisariado para la Paz que organizó el Gobierno de Colombia en la lucha contra las FARC, instauró un método al que llamó de ‘Sistema integral de Verdad, Justicia, Reparación y no Repetición’. Por bien que parecieron ir las cosas, perdieron finalmente un plebiscito que todos apostamos por que se ganaría. La cuestión es que se apostó por la generosidad y el perdón, y hay sectores de la sociedad que no están ni por lo uno, ni por lo otro. Victoria y humillación no son las claves de un proceso de esta naturaleza, pienso.

      Me resulta especialmente desalentador que las víctimas que, organizadas en un grupo de presión con importantísimo apoyo del partido en el Gobierno, más han gozado de verdad, de justicia, de reparación, se nieguen ahora que se inicia el camino definitivo de la no repetición a la cordura, a la concordia, a la convivencia.

      Me resulta escandaloso que el odio se utilice como estrategia política. Además de peligroso.

      Verdad, justicia y reparación para todas las víctimas. Y no repetición de ningún acto sangriento.

      Completamente contigo. Vamos a celebrar la desaparición definitiva de ETA. Ojalá la Asociación de Víctimas del Terrorismo lo celebre también. Y perdone. El Partido Popular, que haga lo que quiera.

      Muchísimas gracias, Joaquina. Gracias por venir. Tienes razón, no tenemos que olvidar nada, ni debemos. Solo tenemos que apostar por una vida en paz.

      Un beso enorme.

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  4. El otro día pensaba que ETA es a mi vida civil lo que fue la guerra y la posguerra a la generación de mis padres, ambos niños durante el cruento y largo desgarro político de España. No la viví ni me la contaron bien como yo sobre ETA tal vez tampoco podré hacerlo a mi hija.

    Lo cierto es que recuerdo como con once año me sacaron urgentemente del colegio cuando mataron a Carrero. La creciente ola de atentados que se empezó a cebar con la transición política comenzó a justificar el asedio del bunker fascista del régimen a sus enemigos.

    Algunos en plena adolescencia no íbamos tranquilos al colegio por significarnos como demócratas en sitios donde campaban los ultras a sus anchas y vimos como finalmente los abogados laboralistas de Atocha se llevaron la peor parte.

    Después vino el asalto militar al Congreso, que sólo el jefe, legitimado por encima de los demás, por suerte pudo parar. Pero ETA no cesaba. Y lo hacía a menudo, algún año, sólo en Madrid, cada semana.

    Mis años en la Universidad, compartiendo coche con otros amigos estudiantes, fueron testigos de incesantes operaciones jaula que nos hacían sentir en estado de sitio cada vez que ETA mataba.

    Desgraciada rutina que explotó cuando con extrema crueldad acabaron con la vida de Miguel Ángel Blanco, henchido de dolor cívico fui a aquella enorme manifestación, que si no mató hirió de muerte al terror etarra. Fuimos todos, incluso los que no pudieron, y se notaba.

    Después conocí a algunos concejales del PP vasco, gente sencilla y heroica que poco me recordaban al estatal. Por eso, asistí estupefacto en sus últimos años a las estacas en la rueda que este partido ponía al gobierno de la nación para sacar réditos políticos.

    Triste herencia que, coincido contigo Justo, nos ha dejado conductas interesadas por aquel partido que no ha dudado en utilizar a una minoría de las víctimas y sigue. Así, quedan heridas por cerrar para que esto no se repita y para ello hacen falta tiempo y otros actores.

    Sin embargo, como dices, lo principal es que ya no sangren ni las hagan sangrar con el pretexto de lo que nunca quisieron ser, porque, con diferentes grados, víctimas hemos sido todos los demócratas, que merecemos con el final de la violencia más y mejor democracia.

    En fin, perdona que escriba poco y cuando lo haga sea en esta forma de testimonio y me extienda tanto. Un abrazo fuerte.

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    1. Más y mejor democracia.

      Esa debe ser la clava. Más democracia y de más calidad.

      Seguramente es verdad que hayan de ser otros actores los que modelen, con el paso del tiempo, la convivencia y la concordia que se necesita para estar definitivamente en paz. Hoy en día, la verdad, no concibo que quién representa a la derecha española, se alinee tan gráficamente como heredera del franquismo, negándose a desterrarlo definitivamente y continúe explotando el dolor de las víctimas (unas por activa y otras por pasiva) para sus fines bastardos… Mejor dicho, que para sus fines lícitos (continuar en el Gobierno) utilicen medios tan bastardos.

      A nosotros nos tocó vivir una parte no tan mala de la represión y una parte no tan mala del terrorismo (ETA, GRAPO…) y, aun así, coincido contigo en que toda la sociedad fue víctima y a toda la sociedad nos toca resarcirnos. De una parte, bien parece que no nos van a dejar hacerlo nunca. De la otra, de esta que ahora se debate del fin del terrorismo, tampoco parece que estén dispuestos a permitirlo.

      La derecha española en el poder es una desgracia. No me refiero a la gente de derechas, a muchos de los cuales respeto y he respetado (mi padre) con todo mi entendimiento. Me refiero a quienes la están representado organizados en un partido político que más se parece a una asociación de malhechores (Fiscalía dixit) hasta el punto de que pronto será condenado por los tribunales de Justicia como partícipe a título lucrativo de una de las tramas de corrupción más importante que hemos padecido.

      Así que seguramente vuelves a tener razón. No serán estos actores los que nos ayuden a restañar tantas heridas. A estos les vale con seguir ganando elecciones a costa de lo que sea.

      Nos tocó la mejor parte o, al menos, no la peor. Aun así, las heridas de todos siguen estando entre todos. Y cerrarlas no parece ser la intención de nadie por el momento.

      Muchas gracias, Julián. Aunque vengas poco siempre vienes estupendamente. Aquí tienes tu hueco. Gracias por tu reflexión.

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  5. El comunicado de ETA es miserable.

    Con lo fácil que hubiera sido decir “pedimos perdón por todos los asesinatos y por hacerle la vida imposible a tanta gente que tuvo que marcharse del País vasco por vivir aterrorizados”,

    Podríamos analizar cada frase del comunicado para descubrir que no se arrepienten de lo que han hecho y que lo único que buscan es que saque de las cárceles a todos los asesinos, que se perdone a los que aún no han sido detenidos y que todos los delitos se queden sin castigo.

    Tendremos que olvidar que con procedimientos fascistas sembraron la enfermedad en la sociedad vasca. Ahora la siembra ya da sus frutos: las mentes adoctrinadas ya se ha convertido en una opción política, BILDU, con la que conseguir sus fines. -No voy a comentar nada sobre “la pelea de bar” en la que veinte o treinta hijos de ETA, fruto de la siembra ponzoñosa, lincharon a dos Guardias Civiles y a sus novias-.

    ETA utiliza un lenguaje que lleva a muchos a darles la razón. El PSOE, por boca de Pedro Sánchez dijo el otro día sobre el comunicado de ETA que “es el gran paso para la paz definitiva”. ¿Paz? Yo no sabía que habíamos estado en guerra.

    Bueno, Justo, aun así tienes mucha razón en lo que dices: “…sobre la cordura, la concordia y la convivencia debemos cimentar el futuro, el de nuestros hijos”.
    Así pondremos fin a esta página tan oscura de nuestra historia.

    Por cierto, creo que se quiso hacer lo mismo hace más de cuarenta años, durante la transición, sobre lo que ocurrió hace ochenta y seguimos erre que erre sacando a pasear al dictador todos los días, especialmente cuando se acercan las elecciones.

    ¿Con la guerra civil no deberíamos hacer lo mismo para cimentar en futuro sobre la cordura, la concordia y la convivencia?

    Un abrazo.

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    1. Es difícil comparar cosas que no son comparables. O a mí me lo resulta. La postguerra y el terrorismo etarra están en relación, pero no son acontecimientos de la misma naturaleza, ni siquiera parecida.

      A parte de las cifras (siempre las cifras) los muertos de ETA no están en las cunetas. Digo esto, exclusivamente porque la reparación de las víctimas no ha sido, ni de lejos, parecida, ni su verdad, ni su justicia. Los muertos son muertos y están muertos, pero, de verdad, el tratamiento de un asunto y el de otro no han tenido absolutamente nada que ver. Así que no, en mi opinión no es el mismo tratamiento el que toca a un asunto y al otro.

      El comunicado es miserable… ¡Miserable! Yo no lo leo así. Desde luego, cabe esa lectura, pero no conozco a nadie que sepa de sí mismo que es un hijoputa, malo, malísimo y que no justifique de alguna manera sus propios actos. Y, claro, me parece legítimo que busquen una salida para sus presos. En absoluto me parece infame que se justifiquen, a pesar de que desde nuestro punto de vista su acción haya sido a todas luces injustificable. Llamamos a esto ‘empatía’. Y a aquello ‘negociar’.

      Negarlo todo, negarse a todo, negarse a negociar, negarse a la generosidad, negarse al perdón, no me parece una buena lógica para la salida de este conflicto. Tanto odio no es la base de nada.

      Y, sí: paz. No es muy frecuentemente que estoy de acuerdo con Pedro Sánchez. Pero esto que pasa en el País Vasco desde que ETA dejó de matar (2011) se parece mucho a la paz, en tanto que lo otro se parecía mucho a la guerra, con muertos y todo. Sí había una guerra. Sangrienta, cruel, desoladora… guerra. Y esta disolución anunciada para mayo, sobre la paz que ya impera a pesar de altercados injustificables y absolutamente aislados, se parece mucho a esa paz definitiva con la que todos soñamos.

      No me parece que estemos delante de un problema. Más bien me parece que estamos delante de una solución.

      ¡Hoy no estamos de acuerdo! Fantástico poder enfrentar nuestros puntos de vista y exponerlos con naturalidad, sin miedo a nada. Fantástico.

      Gracias, Lorenzo. Este contrapunto nos sirve para pensar también desde esa clave y modelar nuestro criterio sobre las cosas. No es que hable de mí en tercera persona, como el Papa. Es que me refiero a todos los que seguimos estas líneas con esa intención de leer mejor cuantos más puntos de vista.

      Un abrazo muy fuerte.

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