Quemando fotos


4 respuestas a “Quemando fotos

  1. Muy fina es la línea que separa el derecho a expresar tus opiniones de la manifestación de odio, que no es un derecho ni algo que convenga difundir en la sociedad, es, de hecho, un delito. ¿Cómo discernir dónde acaba una cosa y empieza la otra? No digamos probarlo.

    Llevado el asunto a tribunales, lo dejamos todo a la interpretación de sus señorías, unas señorías que últimamente cojean ostensiblemente y a mí no me gusta un pelo el píe del que cojean.

    Llevado el asunto a nuestro juicio particular, algo inevitable (ni deseo que se evite), la interpretación es más subjetiva todavía, más contaminada en muchos casos, más orientada y dirigida, en infinidad de ocasiones dirigida, por no decir manipulada, por oscuros intereses, por los charlatanes de turno, por la lucha de poderes, los objetivos electoralistas, las estrategias partidistas, etc.

    Yo me entero de que han colgado un muñeco del presidente del gobierno y lo han golpeado y tal y cual y no me escandalizo, no me gusta teniendo en cuenta la situación que vivimos pero no me rasgo las vestiduras. Luego veo las imágenes del suceso en un noticiario y lo primero que me llama la atención es el odio con que se ensañan en ese símbolo los energúmenos de turno, veo sus caras, observo sus gestos, oigo a quienes los animan, aplauden y vitorean, noto su desprecio y su violencia, siento su rabia, su furia, momentos de ira y ahí sí, ahí me escandalizo. ¿Cómo se llega a eso? ¿cómo hemos llegado hasta ahí?

    Un juez no fue capaz de ver intimidación en un grupo de fornidos hombres con el miembro por fuera rodeando a una chica ebria en un portal. ¿Cómo va a ser capaz de ver el odio que yo aprecio en esas imágenes? Y yo lo tengo claro y cualquiera que lo vea pero puede que un juez no, por muy independiente que se reclame.

    ¿Normalidad? Si esto es la normalidad, ya no necesito darle más tiempo a 2024 para empezar a despotricar de él. A ver si llegan las uvas.

    Saludos a todos.

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    1. Más nos valdría ser nosotros mismos los que los hiciéramos desaparecer en las urnas que esperar a que la justicia los extinguiera. Porque no lo hará.

      Y a lo mejor lo tenemos que agradecer porque, según su sentido de la justicia, ellos ya habrían hecho desaparecer a más de cuatro partidos políticos. Todo lo que no es con ellos es contra ellos, y contra ellos son capaces de las armas más turbias, las más retorcidas, sean legales o no, legítimas o no, que eso les importa un huevo.

      La sociedad misma tendría que saber repudiar la violencia. El drama, el verdadero drama, es que no solo no la repudia, sino que la aplaude.

      Mal camino… Malo.

      Muchas gracias, amigo. Fuerte abrazo.

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  2. Me recuerdas al PSOE pidiendo al PP que sea un partido de estado y respete las instituciones. Ellos son más de formatear discos duros, como hizo Aznar al salir del gobierno, o la alcaldesa de Pamplona, o el famoso disco de Bárcenas roto a martillazos, con lo fácil que es ponerle un imán. Les faltan buenos informáticos en el PP, además de otras cosas.
    Hay que recordar que esa reunión de camellos en que se ha convertido Ferraz la inició una tal Aguirre.
    Creo que el del muñeco de Abascal o es tonto o es de vox, nadie en su sano juicio haría algo así. Solo consigues que se justifiquen las burradas que dice y hace la ultraderecha.
    Ojo, ya sabes que soy partidario del sartenazo en la cara al matón de turno y en caliente. Eso lo sé desde que tenía diez años, hay que pararle en seco antes de que se envalentone y vaya a más, como hizo Ortega Smith.
    Vox se pegó un batacazo en las municipales y en las generales, por eso ha incrementado tanto el ruido.
    Lo del presidente de Comunidad es meterte en mi terreno. Lo tiene fácil para que un juez le admita la dimisión y mandar a todos los vecinos al carajo.
    Muñecos colgados en la escalera no sé, pero batallas campales he conocido unas cuantas.
    Arreglar la fachada no es solo una cuestión estética, también puede estar relacionado con una impermeabilización más eficiente.
    Una duda que tengo, en Madrid hay casi un millón de personas en lista de espera. Supongo que existirá lo que yo llamo efecto onda, supongamos que yo estoy en lista de espera para algo qué, sanitariamente, debería hacerse con más premura. Eso me tiene cabreado con quien gestiona la sanidad de mi CCAA. Supongo que a las personas más cercanas a mi, tres, les pasará lo mismo. Eso serían casi cuatro millones de personas (efecto onda). En éste caso madrileños. Yo no votaría a quien está afectando a mi salud con su gestión, las personas cercanas a mí tampoco.
    Sin embargo Díaz Ayuso tiene mayoría absoluta, ojo… Con una buena participación. Porqué Juan M. Moreno hace lo mismo en Andalucia, pero allí más del 45% de los andaluces no fueron a votar.
    Ahora todo son quejas. Todo ese ruido de presidentes colgados llena el espacio que debería ocupar que la Paz está colapsada y se han suspendido las operaciones por falta de medios.
    Quién en su sano juicio y su instinto de supervivencia intacto vota a esa gente.
    Feliz domingo, abrazos.

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    1. Se ve que el ruido, el ardor guerrero, el odio derramado, tienes más fuerza que el sentido común o incluso que el instinto de supervivencia que debería despertarse cuando un gobierno hace zozobrar la sanidad.

      Las vísceras son más potentes que la razón, esto ya se ha demostrado con creces. Que las vísceras no se hayan removido después del puto desastre de la pandemia en las residencias de mayores, no tiene explicación posible a mi entender. Pero así ha sido.

      El sentido común, ya sabes, que debería ser previo al sentido jurídico y aún previo al sentido político, no es el más común de ellos. Y las urnas dan buena prueba.

      Por cierto: aunque fuera un problema de aislamiento perimetral… yo no colgaría un muñeco del vecino del tercero en el hueco de la escalera…

      Un abrazo, amigo. Gracias por estar siempre por aquí.

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