Javier Milei, el invitado del viernes, gritaba enardecido ¡libertad! desde algún balcón de la Real Casa de Correos en la Puerta del Sol de Madrid, ante la presencia arrebolada de la presidenta de la comunidad autónoma. Lo vi por la tele.
Lo mismo en alguna ocasión usted ha mirado a Isabel Díaz Ayuso con ojitos de comprensión. Algo así como diciendo ‘no es muy lista, pero es muy trabajadora’.
Con la tontería, la libertad se ha convertido en el eje del discurso político de todo aquel que no encuentra la manera de comunicar su propuesta cuando, contada en corto y por derecho, insultaría a la ciudadanía.
Porque no es la libertad de morir dignamente, ni de la de interrumpir libremente el embarazo, ni de la de decidir sobre el género con el que te identificas o el de la persona con la que pretendes compartir tu vida. Tampoco la libertad de transitar por la calle a la hora que te dé la gana sin el riesgo a ser violada (que las visten como putas, que ya lo sabemos), ni de la de librarte de tu agresor sin más limitación que coger el portante y darte el piro.
Es otra libertad, aunque suene a lo mismo: la de mercado. La que da dinero sin repartirlo entre todos, porque pagar impuestos es coartar la libertad. La de pagar el salario que te venga en gana a quienes producen para ti o la de calentar el planeta a placer, porque fijar un salario mínimo o limitar la emisión de gases de efecto invernadero, es cercenar el derecho a la competitividad. Esa otra libertad.
La confusión es tanta que una comunidad autónoma en la que se destruye el sistema sanitario público y digno que tuvo, so pretexto de ofrecer la libertad de elegirlo (toda libertad se traslada al ejercicio de un derecho) aparece como paraíso de aquella, en ese inmenso equívoco entre dos términos que fonéticamente suenan parecido pero que, en su semántica, no pueden ser más dispares: libertad versus liberalismo.
Ni Isabel Díaz Ayuso habla de libertad, ni Javier Milei tiene la más mínima preocupación por el particular en lo que al género humano concierne. Hablan ambos (y tantos como ellos) de liberalismo. De neoliberalismo. De neoliberalismo salvaje. Y eso camuflan.
Sentado este principio, se nos plantea la duda de si es ignorancia supina lo de los dos presidentes, es populismo barato y zafio o, por el contrario, es de una inteligencia superior al conseguir engañar a tantos durante tanto tiempo.
De una inteligencia superior no parece estar dotada la presidenta de Madrid, pero las apariencias engañan: tampoco Albert Einstein parece estarlo si solo nos fiamos de esa foto en la que aparece con la lengua fuera y los pelos a la válgamedios. Del tipo de la motosierra tampoco cabe sospecharlo, aunque quién sabe.
Fue el mismo Einstein el que afirmó que “la imaginación es más importante que el conocimiento”, y de una imaginación portentosa sí que hace gala la presidenta (la brillante idea de las macetas en lucha contra el cambio climático da fe de lo que digo).
Imaginativa, Isabel Díaz Ayuso ha coronado la acción internacional de la institución que preside condecorando a Javier Milei con la Medalla Internacional de la Comunidad de Madrid, justo cuando entre España y Argentina hay una crisis diplomática que ha hecho que el Gobierno retire a nuestra embajadora en Buenos Aires.
En España hay una ley de Acción Exterior (impulsada por el Gobierno de Mariano Rajoy para que los indepes catalanes no fueran por ahí abriendo embajadas —eso es ‘olfato’—). Pero esto a la presidenta le importa, lógicamente, un huevo. Y Condecorar a Javier Milei se le ha antojado una idea llena de inspiración, siendo el propio Milei inspiración para todas y todos. Es ‘en reconocimiento a los vínculos históricos, culturales, lingüísticos y económicos que unen la región con el país hispanoamericano’, y no (no hay que ser malpensado en estos asuntos de Estado), no porque ande por ahí echando pestes contra Pedro Sánchez, que esto es casualidad, ni porque se la esté midiendo (en términos políticos, quiero decir: Ayuso la tiene más grande en general) con Abascal por ver si Milei quiere más a papá o a mamá, esto es, por ver cuál de los dos dirigentes se acerca más a la ignominia.
Es porque Javier Milei se ha convertido en otro gran referente de la libertad-carajo en esa acepción que tanto confunde. Tal es su lucha por la libertad-carajo que ha desmantelado toda la red de servicios sociales en Argentina, para que cada cual sea libre de buscarse la vida como buenamente pueda, y estas (entre otras atrocidades) son cosas de muchísima ejemplaridad.
Lo anunció en la Cámara Legislativa madrileña con carita de buena niña, explicando que ese sí que es un hombre aclamado por sus votantes, no como Sánchez, dejó elíptico, que gobierna (perdedor) sin legitimidad alguna, entregado a tirios (indepes) y troyanos (etarras) que corrompen el Estado.
Y así juega a poner en jaque a todas las instituciones del Estado, carente de otra idea que no sea la de poner en jaque a todas las instituciones del Estado, incluyendo al principal partido de la oposición, el suyo, cuyo líder nominal (quien lidera realmente el PP es un misterio digno de Cuarto Milenio) no se presentó en el acto por vergüenza torera (nunca mejor dicho); incluyendo a la Casa Real, que tampoco fue partícipe de la visita presidencial; incluyendo a las Cortes Generales, desoyendo la Ley promulgada en 2014 por unas cámaras de su mismo color; y con foco principal en La Moncloa, por probar fortuna de si esta vez el presidente Milei disparaba otro par de insultos contra quien él gusta llamar Pedrito. Y así lo hizo. Bien pensado, cuando atacó a hermanos y parejas… ¿en el hermano de quién estaría pensando? ¿En la pareja de quién? Seguro, sí, de Sánchez.
No se líe: es estupidez. Dañina, desde luego, como el daño que haría un elefante en una farmacia, pero con el dulce sabor de la inocencia impostada que, para tantos, resulta tan estimulante.
El dibujo es de mi hermana Maripepa
Pensaba por aquí 
todo aquello que vaya en contra el temido Pedro Sanchez bienvenido sea, Ayuso tiene que hacer lo imposible para echarle mierda a este gobierno , ella y el resto de defensores de la patria PP , VOX y proximamente SE ACABO LA FIESTA , todos contra el tio y el tio solo.
Pues nada vamos a seguir asi, y al que no le guste ajo y agua.
Como la cordura no llegue a las cabezas sensatas, entonces si se va a acabar la fiesta.
buen domingo
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Así mismo lo veo yo, amigo.
O nos proponemos en serio esto de la cordura, o la fiesta se nos acaba de verdad. Y, de verdad, no me veo en manos de esa recua de indigentes intelectuales gobernando España, Europa y, a la vista de cómo van las cosas, el mundo…
¡Cordura!
Un abrazo enorme y un recuerdo enorme para nuestro compañero José María, que se va de este mundo después de haberle dedicado una parte grande de su vida al servicio a los demás desde su Tenencia de Alcaldía. Enorme.
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Nosotros, hoy, en la República Independiente de Nuestra Casa, con la intervención de padre, madre e hija (el hijo está de exámenes y no ha podido asistir) hemos realizado un acto oficial en el que hemos declarado a Milei persona non grata. Sin medallita ni tontás, somos gente muy alejada de la pomposidad.
Podéis considerarlo un acto de revancha y no nos molestaremos por ello, hasta nos parecerá bien, pero lo cierto es que la razón de fondo está en la frecuencia con que últimamente nos visita el susodicho y, por aquello de que más vale prevenir que curar, no queremos que el sujeto se lleve a confusión y piense que es bien recibido en toda España. No, en nuestra casa no, por aquí nos asustan las motosierras, nos molestan los escandalosos, no gustamos de la política-show ni nos dejamos engañar por el discursito de la “libertad”. Ésa, la del liberalismo.
Le recomiendo al sr. Feijoo hacer lo mismo en su casa porque me temo que muchos de sus votantes no habrán entendido bien de qué ha ido todo esto. Sí, ya sé que con criticar o intentar desgastar a Sánchez cualquier cosa le vale pero la imagen del elemento en cuestión (el melenas blandiendo la motosierra, gritando, insultando, desgañitado, sacudiendo las manos como un poseído …) no creo que sume sino más bien lo contrario. Me parece a mí que esto solo le sirve a la frutera, Virgencita de las Terrazas, para captar cuatro votos de los que dudan entre Vox y PP y, por supuesto, tocar las narices. Y ahí está su error, que con esto está tocando las narices ya a mucha gente, a mucha más de lo que ella cree. Igual le sale el tiro por la culata.
Saludos a todos los que piensan por aquí.
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Alinearse con la ultraderecha circense no creo que le reporte mucho rédito electoral. Agarrará cien votos de los que dudan entre Vox y el PP, pero se le caerán los de quienes, militando intelectualmente en una derecha coherente, se dan cuenta de que nada está más lejos de esa política espectáculo de circo.
No sé si la cortedad mental de la presidenta madrileña le habrá dado para imaginar que cuando Milei habla de hermanos y parejas, siembra la duda entre si se refiere a los de Sánchez o a los suyos… pero seguramente no.
De lo que sí estoy seguro es de que una parte muy importante de los votantes del PP (no los que dudan entre el PP y Vox, pero sí muchos otros) se habrán sentido insultados con el espectáculo del viernes.
A ver si cunde.
Fuerte abrazo, amigo
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Era un elefante en una cristalería, aunque creo que ya no quedan. También puede ser una cacharrería. En fin…
A Milei le han pinchado la misma medalla (pagada con impuestos) que le dieron a Guadó, ese que intento estafar a el mismísimo Trump y de el nunca más se supo.
por esos atriles, banderas, parafernàlias y vestidos para la ocasión, pagados con impuestos, van pasando personajes cada vez más cutres a la vez que siniestros, con ayuda, también del enano del ayuntamiento, que tampoco hay que perderle de vista.
Milei necesitaba pasar por Madrid para seguir su viaje, no oficial, pagado con impuestos. El avión presidencial, que no iba a usar, pagado con impuestos, necesita repostar sus 47.000 litros de nafta ⛽ y el mantenimiento. Y para eso qué mejor, tratamiento de jefe de estado y a enchufar la manguera, pagado con impuestos. Qué yo sepa su amigo Musk no le financia los tres millones de dólares que cuesta su viaje particular.
Es incomprensible que gente muy leída, como son los argentinos, no le cuelguen como a Mussolini a la vuelta de su viaje, tienen el instinto de supervivencia atrofiado si dejan que ese personaje cumpla el año. Pero Argentina es Argentina. Como decía el chiste: no te pases con la mierda que te saldrá Milei.
Nosotros, los madrileños no estamos para tirar cohetes, aunque sea San Juan, la mayoría absoluta de Díaz Ayuso es el 37% de los votantes. Y si hablamos de las europeas con más del 50% quedándose en casa…
Si no habitas tu casa y no la cuidas se acaba derrumbando, lo mismo pasa con la politica. La ultraderecha, paradigma de la mediocridad unida, gana espacio mientras la izquierda se pelea para ver quién es más gilipollas. Y eso lo bordan. Leo sus peleas en X y siempre me acuerdo de aquel capullo, creo que entonces era de Podemos, que en el autoservicio del Congreso llevaba dos botes de Coca-Cola en plena huelga-boicot de la marca. No se puede ser más impresentable. Otro mediócre que seguro sigue en politica, para muestra desgràcia.
Lo del discurso de Milei con el hermano y la pareja tuvo su aquel. Milei o no se asesoró bien o confirmó que es un ignorante con motosierra. La del vestido azul convive o se trisca a un delincuente confeso. Ella como funcionaria pública, tenía la obligación de denunciarle, no me creo que no supiera lo que hacía. Eso la convierte en una presunta delincuente, lleva el discurso de Milei a la absurdez absoluta y a todos nosotros nos convierte en imbéciles. Milei tenía que haber pasado por la aduana de la T4 y que le olieran los perros.
Mira tú que si al final Puente tenía razón. La cocaína se mantiene en el pelo durante seis meses.
Feliz domingo, abrazos.
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Al repasar esto de lo que andamos hablando me doy cuenta de dónde ha quedado el discurso político. De qué cosas hablamos… De qué cosas la ‘actualidad’ nos empuja a analizar.
No queda ni una sola idea sobre la que debatir.
Han conseguido que nuestros comentarios giren sobre las imbecilidades a las que asistimos.
La izquierda se desvanece, amigo.
Milei y Ayuso lo han conseguido.
Da miedo decirlo… da miedo pensarlo.
Un abrazo, Javier. ¡Gracias!
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