No lo digo por molestar; es que se ha terminado el recreo y toca Conocimiento del Medio o, por mejor decirlo, reconocimiento del medio.
El mobiliario de la oficina no habrá cambiado nada. Ni el paisanaje. Alguno dirá algo así como que Harris ha dado la vuelta a las encuestas y usted lo mirará incrédulo. Ha leído en el diario que España es el quinto país que más migrantes deporta de la Unión Europea y recuerda que esta tarde tiene que empezar con las compras de la vuelta al cole de los nenes.
Usted tiene dos nenes que, ellos sí, van a volver al colegio este septiembre. Y hay uno por ahí que habla de Donald Trump y de sus mañas de campaña. Que no es que le traiga sin cuidado, bien por Harris, pero que ahora no está pensando en eso.
El jefe siempre llega un poco más tarde. Para eso es el jefe. Y va de veraneo más lejos. Para eso es el jefe. Y le tortura con una cantidad indecente de fotos de sí mismo en los lugares más insospechados… para eso es el jefe.
Y usted le sigue dando vueltas a ese artículo que prácticamente le había pasado desapercibido: el quinto país de la UE, pero el que más deporta entre España, Italia y Grecia, que son los países que más migrantes reciben desde África. Y el PP quiere más. Necesita más.
Al PP, igual que a su jefe que va ya por la foto 127 con lujo de explicaciones, los migrantes que se han deportado (2.515 en el primer trimestre de este año según Eurostat) le importan un carajo, pero la xenofobia se ha puesto de moda en la derecha mundial y pugna con Vox (el PP) por ver cuál de las dos formaciones es la más execrable, con tal de acaparar los votos de las personas execrables que aplauden las deportaciones masivas de personas migrantes.
No importa poner ejemplos, piensa usted a la altura de la foto 133. Se ha negado a escuchar el rifirrafe entre Gobierno y oposición sobre el particular. Y no ha querido comprender el concepto de ‘migración circular’ que Sánchez ha tratado de hacer bueno como respuesta al drama migratorio en su gira por los tres países de África de los que llegan más personas a Europa, en concreto, Mauritania, Gambia y Senegal.
Solo se acuerda de que tendrá que pasar por los grandes almacenes para hacer esas compras que harán que los nenes vayan flamantes al cole el primer día de clase, con todos sus libros a estrenar, sus carteras nuevas de Bebé jefazo y las deportivas de marca extranjera que ya sustituyeron hace un par de lustros a los zapatos de antes.
No. Cuando el móvil de su jefe exhibe sin pudor la foto 171, usted ha decidido que no quiere procesar ni un dato más. La imagen de personas deportadas que tienen hijos como usted, derechos como usted y una preocupación por la supervivencia con la que usted no ha soñado ni en sus peores pesadillas, se ha apoderado de su cabeza. Ha sido la foto 171. La foto es fruto del ‘síndrome del salvador blanco’ que le sobrevino en Botsuana. Fue después del recorrido turístico por el Delta del Okavango (en medio del desierto del Kalahari): tras disfrutar de un safari en 4×4 y un paseo en mokoro (canoa local) y fotografiar elefantes, leones y búfalos (fotos 142 a 170 del reportaje), su jefe se decidió, intrépido, a darse un paseo por la Botsuana de verdad. Y ahí había personas deportadas, hermanas de personas deportadas, hijos de personas deportadas que no tendrán cole al que volver.
Su jefe le explicará que esos sí que no tienen preocupaciones. Que les basta con encontrar algo para comer en ese día para acostarse felices. Y usted comprenderá enseguida que su jefe es imbécil. No se lo dirá, porque aprendió que la hipocresía es la madre de la permanencia en el puesto de trabajo (y de alguna cosa más), pero lo procesará —no como un dato— en la memoria ROM de su cerebro azotado.

Así que mañana empieza otra vez la vida. Al menos esta parte de la vida.
Esta parte de la vida que consume un trozo enorme de la tarta a costa de quienes, simplemente, no les ha tocado tarta. La parte de la vida a la que llamamos, por el eufemismo, primer mundo y que tratamos de proteger con armas y bagajes defendiéndonos de estos que vienen a quitarnos trozos y trozos de tarta.
Y usted y yo, ya ve, formamos parte de ella.
El dibujo es de mi hermana Maripepa. Es recuperado de otra entrada antigua, pero las vacaciones, a veces, trastocan los planes.
para poder comprender el porque de las fotos del jefe , primero tenemos que saber los ariculos del jefe:
ARTÍCULO. I.- El Jefe tiene la razón
ARTÍCULO. II.- El Jefe siempre tiene la razón
ARTÍCULO. III.- si no la tiene debe aplicarse el Art. I.
ARTÍCULO. IV.- El Jefe no duerme, reposa;
ARTÍCULO. V.- El Jefe no come, se nutre
ARTÍCULO. VI.- El Jefe no bebe, degusta
ARTÍCULO. VII.- El Jefe nunca llega tarde, algo lo detiene;
ARTÍCULO. VIII.- El Jefe jamás abandona el trabajo, es llamado;
ARTÍCULO. IX.- El Jefe jamás lee el periódico durante el trabajo, se informa.
Y asi unos pocos mas, por lo tanto el jefe es el jefe.
el señor Feijo no presume de fotos , y no es que no le guste es que no es muy fotogenico , la verdad sale mal, y al contrario con Sanchez que donde va a parar.
Tendran algun problema los niños por no tener plaza en el colegio? el problema es de los padres por que los niños encantados que se alarguen las vacaciones no se si afortunadamente o no eso a mi ya no me pasa, y de eso de la tarta a muchos solo nos toca limpiar el plato.
Buen domingo de inicio de Septiembre.
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En efecto, a los niños no hay que preguntarles… ¡cómo comparar una clase de ‘mates’ con una mañana buscando de comer en el estercolero o al lado del río que baja lleno de basura!
A según qué jefes habría que enviarlos a tomar por culo… pero para eso hay que ser funcionario. A las personas humanas corrientes (los que no lo son) eso puede costarles el empleo…
¡Gracias, amigo!
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Síndrome de la puerta cerrada. Es muy común entre los migrantes en EEUU que han pasado la primera fase, ya tienen la Green card y se han mimetizado en el paisaje. Por eso votan a Trump, no quieren que detrás de él llegue otro migrante, más precario, con más necesidades, que le quite un trozo de la tarta.
Con la xenofobia me pasa lo mismo que con la muerte de parejas e hijos. Me moriré sin entenderlo.
Desde hace muchos años tengo amigas y amigos colombianos. Tengo un amigo que es ingeniero industrial, tiene un bar, además de hacer proyectos de energías renovables. Digamos que tiene una buena situación económica. He vivido sus procesos desde la ilegalidad hasta convertirse en parte importante de nuestra sociedad.
Uno de ellos, un caleño grande y negro como un armario me dijo: bueno pero es que vd Javi no es racista. Como si eso fuera un mérito. Es una persona con la que puedo bromear diciendo que el no reclame el oro que nos robamos porque sus antepasados vinieron después. Por eso es tan neregro, no les dió tiempo a criollarse. Es un buen parcero.
Recuerdo que durante la pandemia el primer sector tuvo serios problemas para sacar el trabajo adelante. Nadie de todos esos blanquitos, o más bien rosaditos, fueron a Lleida a recoger manzanas, por ejemplo.
Toda esa gente que habla de la «gentuza que entra en España» se comen los tomates que recolectan bajo el plástico. Las incoherencias de ser un imbécil.
No digo nada del jefe que presume con sus fotos. Siempre me ha gustado guardar las distancias con el que ordena la transferencia de mi nómina.
La experiencia me ha enseñado que cuanto más «buen rollo» y más confianza, más cabrón y menos de fiar.
Y sí, por desgracia, nos la suda todo. Metidos en faena con llegar vivos a las diez de la noche, mamados de cansancio, tenemos de sobra.
Que sí, que lo de Gaza es una cabronada pero yo llevo 400 pavos por cabeza en material escolar… Y es lo que hay.
Feliz domingo y suerte en la selva de septiembre.
Abrazos.
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Está claro que el problema más grande de cada uno es el problema más grande que tiene y que, por mucho que los de los demás sean enormes, a cada uno nos interpelan los nuestros.
Dicho esto ¿no es una barbaridad que hayamos aprendido a soportar sin inmutarnos el drama de tantas personas?
¡Claro! Las zapatillas de los nenes, la matrícula de la Universidad… ¡Claro! Pero ¿de verdad nadie se quiere hacer consciente de que vivimos en un mundo irreal? ¿de que solo unos pocos disfrutamos de los bienes que son de todos y de unos pocos más que esquilman el planeta?
No puedo entender que en una sociedad tan avanzada tecnológicamente (y atocinada moralmente) no se haya encontrado una solución al que, tras el cambio climático y el armamento, es el problema más importante que realmente tenemos.
Pero así va. Y por la pinta que tiene… así irá.
Gracias, amigo. Fortísimo abrazo.
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