Hemos hablado tanto de ello, tanto, que da casi pudor insistir.
Pero los incidentes de Valencia invitan a dar una vuelta más sobre el particular.
Se había dicho siempre aquello de ‘difama, que algo queda’. Y este parece el modo, porque ha hecho fortuna y se ha convertido en la manera de hacer política que tienen las oposiciones (no solo en España) o que manejan la derecha y la ultraderecha incluso estando en el poder.
Difama, que algo queda. O siembra la duda, que a alguien aprovechará. Desprestigia, que la desconfianza mueve más montañas que la fe. Miente, aunque sea con datos verdaderos, que poderse, se puede. Machaca, que el hartazgo te llevará a la gloria.
Que la derecha carece de un discurso atractivo con el que conquistar a la sociedad, es un hecho objetivo. No porque su discurso no enamore, sino porque carece de él, más allá de lo que ha podido cortar y pegar de los viejos postulados de la socialdemocracia que, con intención o no de ponerlos en valor, ha incorporado a su ideario electoral y vende como el verdadero adalid de la justicia social… ¡cosas!
La ausencia de discurso y la convicción de que el poder les corresponde por derecho divino (Caudillo de España por la Gracia de Dios, rezaban las monedas del franquismo referidas al propio Francisco Franco) han ido articulando una forma de alcanzarlo (el poder) que cada día se vuelve más insoportable a los ojos de cualquier persona con un mínimo de instrucción.
Y perdóneme aquí el sufrido lector si aparezco como un elitista que, lejos de serlo, afirmo que una educación pública en la que se invierte (y bien invertido) el dinero que se invierte, debería haber dado para que absolutamente todos hubiéramos alcanzado ese mínimo de instrucción que digo que nos haría abominar de ciertos discursos. En algo muy principal hemos debido equivocarnos (a lo mejor nunca debimos dejar la instrucción en manos de la Iglesia y de los negociantes -como si lo uno y lo otro no fueran la misma cosa-).
Hay teorías y teóricos (no importa recitarlos) que, con todo acierto, propugnan que la desinformación a gran escala (nada más fácil de articular hoy en día) genera el caldo de cultivo necesario para la contracultura. Crear antisistemas es prácticamente gratis y manejarlos después tremendamente sencillo. Contra el compromiso se trabaja el hartazgo; contra la socialización, la desconfianza en las instituciones; contra la solidaridad el odio por lo diferente; contra la justicia social, esa podredumbre de idea de la libertad que nos regalan al convencernos de que la de cada uno no termina nunca, ni siquiera allá donde empieza la del otro, según rezaba el aforismo clásico. A partir de ahí, basta con poner al frente a cualquier indigente intelectual capaz de soltar cuatro frescas en lenguaje llano (y a ser posible puesto en jarras): ‘Sánchez, pa’lante’ por poner un ejemplo, y la suerte está echada.
Tremendamente rentable. Rápido, seguro, eficaz. El algoritmo manda. Y ha conseguido que la sociedad carezca de un elemental consenso sobre la verdad de las cosas que le permita formar juicio (a favor o en contra según la ideología) sobre un acontecimiento o sobre las decisiones que se tomaron a su alrededor. Musk ingresa tanto dinero por publicidad llenando y permitiendo que su red se llene de basura, que se puede comprar la vicepresidencia de los Estados Unidos de Norteamérica. Bannon (próximo estratega jefe de la Casa Blanca) gana: ‘La oposición son los medios’, dijo. Y les gana la partida. Porque un bulo se construye en un minuto y se viraliza en quince… El periodista profesional tarda dos días en documentarse para desmentirlo y el desmentido transita por los medios clásicos (tantísimo más lentos). Pero para entonces el bulo viral ya cumplió con su objetivo, está olvidado y la red ha viralizado ya otros cuarenta. Hacer caja tras haber fagocitado la mayor parte de la tarta de la publicidad, objetivo primario, alcanzar el poder para hacer más caja, el horizonte final. Y ahí los tienen.

Y, con estos mimbres ¿cómo se consigue que la incompetencia palmaria del tal Mazón (sujeto que se ha desvelado como deleznable a ojos de cualquier persona con ese mínimo de instrucción) se vuelva contra el Gobierno de España? Fácil: los medios tradicionales perdieron la credibilidad a base de servir a sus señores (esos grandes grupos de comunicación cargados de prejuicios e intereses). La información se consume en las redes (cada uno tiene ya su influencer de cabecera); solo hace falta llenarlas de basura creíble o no, que eso lo mismo da, sembrar la duda, extender la falacia chabacana de que no es una cuestión de protocolos de emergencia, sino de salvar vidas (como si se pudieran salvar vidas sin cumplir los protocolos de emergencia) y terminar la faena con un ‘solo el pueblo salva al pueblo’, que viene a generar la conciencia colectiva de que no importan las máquinas de bombeo de altas prestaciones, ni las excavadoras y demás maquinaria pesada, ni las grúas de gran tonelaje manejadas por personas entrenadas que ponen a disposición de una tragedia las instituciones, que bastan las escobas y la presencia de ánimo de los miles de voluntarios que, sin organización, sin conocimiento y sin más armadura que un escobón y su buena voluntad, se ciernen sobre las zonas arrasadas para echar una mano y arrastrar el barro de las calles. Solo el pueblo salva al pueblo. Y Mazón. El pueblo y Mazón, pero más el pueblo: desconfíe de las instituciones que no salvan al pueblo, vote a Donald Trump, que las va a quitar todas porque, como representa lo que representa, abraza el discurso vacío del antisistema que el propio sistema elabora para que él lo vocifere. Vote a Díaz Ayuso, que a esta sí que se le entiende bien.
Y mintamos, aunque sea con datos verdaderos, que poderse, se puede. repitamos diez mil veces que Sánchez ha dicho que ‘si quieren ayuda (los valencianos), que la pidan’, para que parezca un oligarca desalmado ajeno a las desgracias de su pueblo, aunque en esa intervención haya hablado del despliegue de 2.500 militares, 3.500 efectivos entre policías nacionales y guardias civiles, y 5.000 soldados más que a petición del presidente autonómico se preparaban para acudir a Valencia junto con un buque anfibio dotado de quirófanos. Y, sí: había añadido ‘El Gobierno de España está listo para actuar. Si necesitan más recursos, que los pidan’.
¿Importa que se trate, simplemente, de una falacia maloliente? No. Ni siquiera importa que, en tan solo una semana de tragedia, se hayan generado más bulos tendenciosos que durante los dos años que duró la situación de alerta en la pandemia de covid-19* (diciembre del 19, decía la imbécil), porque la desinformación se ha convertido en un agente político más, con agenda propia y ¡oh milagro de la estrategia!, cuando te pillan y te sacan los colores, los amantes del escarnio gratuito (poco leídos, insisto) llenan las redes de mensajes de apoyo a los productores de infamias.
La verdad, aquél viejo consenso sobre cómo son las cosas y los acontecimientos, ya no importa y, por ende, no importa forjar una opinión que debatir ordenadamente, democráticamente, con las otras que se puedan formarse.
Y ¿qué se puede hacer? Pues nada.
Porque usted seguirá evitando X para estar informado. Pero millones de estadounidenses ya han votado a Donald Trump. Y otros cuantos españoles votarán a Díaz Ayuso.
Ya le digo yo que lo de Feijóo es lo de menos.
*Datos de Maldita.es
Y el dibujo es de mi hermana Maripepa
TE DIGO POR AQUÍ PORQUE NO ME DEJA COMENTAR
El partido popular no tiene candidato, por que el pobre Feijoo tiene menos futuro que mimosin en los hombre de Harrison, debe ser que no tienen otra cosa y claro si no tienen argumentos lógicos pues inventan mentira porque miente que algo queda, y por desgracia lo ocurrido en Valencia les va a ayudar mucho a no tener que esforzarse en hacer un verdadero control de oposición, pero estos señores del PP protegidos por el manto eclesiástico tienen personajes con mucha influencia como la señora Ayuso que por cierto estoy convencido que será la próxima candidata al gobierno de España, estoy diciendo candidata no que vaya a ser presidenta , claro también tienen a Mazón a ese muchachito que le están acusando de haber estado perdido e incomunicado, pero tiene una buena coartada estar 6 horas comiendo con una bella señorita, tiene que estar para todo también en ese momento esta sirviendo al pueblo.
Esto es el cuento de nunca acabar, espero que las cabezas sepan valorar unos y otros.
Buen domingo
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No tienen discurso, ni candidato, como bien dices. Pero han conseguido generar tal odio contra Sánchez, que ganarán aunque pongan una escoba, bien con falda, bien con pantalones, en la candidatura hacia la Presidencia del Gobierno.
Yo también creo que será Ayuso la candidata. Y soy algo menos optimista que tú. La veo presidiendo el Gobierno de España. Y me da una vergüenza que me muero.
Un abrazo enorme, amigo.
Seguimos haciendo lo que podemos. Es poco, pero es lo que podemos hacer.
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Cada vez que oigo eso de: «España es un gran país» se me revuelve todo. Sí, somos un gran país de gilipollas, sin perdón. Los valencianos nos han mostrado la esencia de nuestra «Hispanidad» a muchos su voto les ha costado la vida. A miles la ruina absoluta, pero no importa ppvox sacarían mayoría absoluta.
El temita este me da tanta rabia y tanto asco que es mejor no decir nada.
Aquí dejo el barómetro de la Ser y el País, en el se explica mejor.
https://elpais.com/noticias/barometro-el-pais/
Feliz domingo, abrazos.
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Los seguirán votando. Los seguiremos votando. Ganarán. Han ganado la batalla del ‘relato’ a base de retorcerlo, pero la han ganado.
La incompetencia de Mazón se ha convertido en la inoperancia de las instituciones… y conta la inoperancia de las instituciones nada como un antisistema que las dinamite.
Ese era y es el objetivo: dinamitar las instituciones hasta hacerlas desaparecer. Las haremos desaparecer en pro de esa suerte de libertad que nos han vendido… y cuando ya no estén, echaremos de menos (tanto) aquellas instituciones que la protegían. Veremos que la libertad de la que hablaban era de ellos. De ellos. No nuestra. Y no va a terminar donde la nuestra empiece.
El signo de los tiempos. Nosotros lo estamos queriendo.
Fortísimo abrazo, amigo.
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