Curas, banqueros y leyes.

Uno, si es cura, puede decir tranquilamente que zurdos y pelirrojos son “criaturas de Satán”, sin que nadie pretenda pedirle cuatro años de cárcel por aquello de fomentar, promover o incitar “directa o indirectamente al odio, hostilidad, discriminación o violencia contra un grupo, una parte del mismo (…), por motivos racistas, antisemitas u otros referentes a la ideología, religión o creencias, situación familiar (…), su origen nacional, su sexo, orientación o identidad sexual, por razones de género, enfermedad o discapacidad”.

Tampoco le aplicarán ese mismo artículo del Código Penal al clérigo que justifique la violencia de género contra mujeres divorciadas, ni al que denoste la homosexualidad o se mofe de la igualdad entre hombres y mujeres con el fin de vituperar esto que han venido en llamar la peligrosa “teoría del género” (Francisco dixit).

Otra cosa es que no seas cura.

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Un cura y un banquero en su medio natural.

Si no fueras cura y contaras, un poner, un chiste sobre Carrero Blanco (este al que un atentado hizo saltar en coche por la tapia de un convento y dio tanto que hablar), la cosa podría ser bien otra: el fiscal podría pedirte dos años y seis meses.

Ser banquero tampoco está mal.

Estafar algunos cientos de millones y luego ponerse indemnizaciones por casi diecinueve más en concepto de auto despido: dos añitos. Comprar pañales y algo de comer con una tarjeta que no era tuya, un año y nueve meses por falsedad en documento mercantil y otros seis meses más por estafa (que al avieso fiscal no se le escapaba una): en total dos años y tres meses.

Ser político… depende.

Si lo que fueras es, por ejemplo, concejal (de izquierdas) y se te hubiera ocurrido contar chistes de judíos (de pésimo gusto por cierto) cuando, siendo una persona anónima, tuiteabas gilipolleces a tu grupo de quince seguidores, te podría ir igualmente mal. Al final lo mismo te libras, pero te abren la causa unas cuantas veces, por si acaso. Otra cosa es a quienes, enarbolando la bandera de la justicia infinita (de la Universal ni hablamos), rebuscan en tu historial cibernético y retuitean aquellos chistes malos a sus millones de followers dándoles, ahora sí, una difusión brutal: porque a estos el traído y llevado Código Penal les aplica de otro modo (como… más laxo) y nadie se preocupa por instruirles un quítame allá ese procesillo.

Tampoco será ninguna cosa especialmente mala, si le pones una calle a Pepe el del bar de Pepe (este de lo alto de Despeñaperros que rinde sentido homenaje a la parte más negra de nuestra historia reciente), porque el franquismo no es cosa delictiva enaltecerlo. Quizás unos miles de personas se sientan ofendidas, pero ¿importa eso al Código Penal? ¿A la paz jurídica?

¿Se trata de la aplicación justa y ecuánime de nuestras normas penales? Seguro que sí (¿quién dudaría de ello en público exponiéndose a a saber qué penas?). ¿Soporta el sentido común tantísima aberración? ¡Qué sabe uno! A lo mejor sí.

Podría parecer que nuestras leyes solo nos protegen de las tropelías que incomodan a los que tuvieron la encomienda de escribirlas. Como si les faltara una parte. Como si tuviera que haber otro tomo, escrito ya por nosotros, que nos protegiera de las tropelías que cometen los que dictaron las que hay. Uno que no permitiera que el presidente del Gobierno de España, por poner un caso, fiara a la lluvia el precio de la luz, o que el de los Estados Unidos, por mentar otro ejemplo, considerara la tortura como una práctica admisible  si se administra con esmero. Uno así. Que mandara a la cárcel a la gente muy mala, aunque fueran muy ricos y muy poderosos, no sé si me explico.

Ahora bien, concretando: ¿Es usted cura? ¿Es banquero? ¿Poderoso? ¿Es lo suficientemente de derechas? ¿No? Pues… cuidadito: En este país hay leyes que cumplir.

El dibujo es de mi hermana Maripepa.

19 respuestas a “Curas, banqueros y leyes.

  1. Pensándolo bien, a lo mejor ser cura no esta tan mal, ser banquero, político o poderoso, lo veo mas problemático, a estas alturas, pero sacerdote…
    Puedes decir lo que quieras,sin pensar, en privado, en publico delante de tu incondicional audiencia de feligreses y feligresas, (algunas de buen ver),si dices muchas tonterias puedes incluso salir en la cope, manosear impúberes en la sacristía, que siempre tiene su morbo, ponerte trajes molandas de colorines, llevar falda, acojonar al personal con el infierno.
    No sé tu, pero yo no le veo más que ventajas.Si no fuera por el seminario, que me da cierta pereza, yo abrazaba la palma.

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    1. Pues oye… ¡Nos hacemos!

      La nota de corte para seminarios no tiene que estar muy alta, con esta falta de vocaciones que nos asola. Y, en cuanto a los estudios… A lo mejor eso es peor. A lo mejor ni aprobamos.

      Intentémoslo. El premio es enorme… ENORME

      Un abrazo, Miguel Ángel. ¡Gracias!

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    1. Nononononono.

      Populismo sería si dijera lo que pienso que hay que hacer con curas y banqueros y prometiera cumplirlo cuando gobernara… ESO es populismo.

      Pero ni sé qué haría con ellos (alguna idea tengo, pero no la diré en alto por si las moscas), ni me presento a nada, así que estoy libre de pecado.

      Denuncias… ¡Esto lo leemos prácticamente tú, otros nueve y yo! Así que, como no me pase como al concejal Zapata, que lo hagan famoso cuando sea concejal para tocar los cojones, tampoco creo que llegue a los tribunales. Esto está en la intimidad, podría hasta haberlo escrito en catalán, aunque quede al alcance de cualquiera que quiera pensar con nosotros.

      GRACIAS, CHELINES

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  2. Pues yo me pido banquero. Puedes hacer y desacer a tu antojo y tienes toda una legión de abogados que te cubren las espaldas. Además puedes ser presidente del banco mundial y que te traten como a un jefe de wstado.
    Luego dices que era broma y te vuelves a dirigir un banco al que llevas a la ruina, pero te aprovechas y te llevas unos cuantos milloncejos de paso.
    Lo lamentable es que parece de broma, pero no lo es. Es nuestra realidad. Necesitaríamos una legión de politicos honrados que se dedicaran a servir a los ciudadanos y quw hicieran leyes que cambiaran este circo.
    Y de eso estamos muy escasos. Habalndo de viejos y nuevos partidos, los viejos partidos están a otra cosa y los nuevos aprenden rápido como liarse y mirarse al ombligo.
    ¿ Y despedirlos a todos?
    ¿ y comprar unos miles de politicos de Suecia, Noruega o Dinamarca que se dediquen a trabajar y quitar privilegios a banqueros y curas, como en Islandia que los dejaron caer,?
    Aunque creo que tenemos algo en nuestro clima que pervierte al más íntegro.
    Pero podemos seguir pensando. Seguro que se nos ocurre algo.

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    1. Los politólogos viejos decían que era imposible gobernar en un país que superase los 40º. Y este parece que los supera. O sea, como si fuera el calor lo que nos derrite el cerebro en verano y no alcanza el invierno para volverlo a su ser. Lo digo porque igual si importamos políticos de zonas tan frías dan un resultado similar una vez instalados en el suelo patrio, riesgo con el que veo que ya cuentas.

      Siempre insisto en que no es una cuestión únicamente de la clase política que, por cierto, no viene de Marte, esto es, no es más que una representación votada de nuestra sociedad misma. Las clases dominantes son otras, las que dictan las leyes, las que operan en los mercados, las que toman las grandes decisiones que nuestros políticos más mediocres (y más de la vieja política) refrendan sin mucho complejo y los nuevos vituperan sin proponer ninguna solución que merezca la pena siquiera escuchar.

      Esto está siendo demasiado largo. Ya pasan demasiadas cosas con las que no hay que transigir. Y me temo que la nueva política (tan parecida a la vieja según estamos viendo estos días) tampoco se lo sabe bien.

      Seguiremos pensando. A ver si tienes razón y, en efecto, se nos ocurre algo.

      Un abrazo, Pepe.

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  3. El párrafo clave está el último ¿nos hemos preocupado alguna vez de controlar a nuestros legisladores? No padre.
    Tenemos ánimo de enmienda para hacerlo ahora. Tampoco. Ponemos el grito en el cielo por Trump, pero no vemos lo que pasa día a día en el Congreso aquí mismo.
    Nos preocupa mucho más si se eligen líderes altos y guapos, o señoras con pedigrí «de los nuestros» de toda la vida, o si señores con gesto de enfado permanente o más amable. Pero de lo de enjundia…

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    1. … ni hablamos.

      Efectivamente.

      ¡Y con el cristo que hay montado!

      Este año de congresos se va a saldar con un poco más de lo mismo. Ciudadanos, en plena revisión de su aparato de poder ya tiene su hallazgo: ¡Albert Ribera! Vamos a ver si Podemos encuentra a Pablo Iglesias y si, por ventura, en el PP cala el espíritu renovador y se alza con el cetro del poder ese tal Mariano Rajoy, que es uno de los nuestros de toda la vida. En el PSOE (no quiero aventurarme pero es como una premonición), a lo mejor la tal Susana Díaz nos da una sorpresa y se presenta a la elección de secretaria general… todo pudiera ser.

      Y, arrancando de cero, como se ve, pues hala, a hacer política de esa que han aprendido a hacer tan bien.

      Ahora, de los temas de enjundia no. De esos no hablamos. Que hay muchísimas gilipolleces de las que hablar antes.

      ¡Gracias mitin! Seguiremos pensándonoslo.

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  4. Jajajaja se ve un poco tu anticlericalismo.

    En Cataluña hasta la policía sale a protestar por la impunidad de la cups.

    Los líderes de podemos pueden decir y hacer lo que quieran que un juez «justo» los salvará. O puede decir Pablo Iglesias, «pegaria a Marylo montero hasta que sangre» y no ha pasado nada, ninguna feminista ha dicho nada, si lo llega a decir uno del PSOE PP ciudadanos, estarían pidiendo la dimisión , protestas en la calle,… También puede decir que esta a favor de portar armas y no pasa nada, o hacer chistes de muy mal gusto. Que tú juez amigo te salvará. Y así un largo etc … De frases y acciones y por ser de podemos no pasa nada. Empezando por la prensa que no lo pública o apenas se hace eco de esos temas.

    Hay mucha gente que puede decir lo que quiera y no pasa nada.

    Un saludo

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    1. ¡Otra vez en desacuerdo!

      Esto empieza a ser una costumbre…

      No sé a quién te refieres con lo de anticlerical… Por mí no lo dirás, ¿verdad? No, no. Seguro que no.

      Yo creo que la prensa de este país nuestro, los medios de comunicación en general, le están haciendo un seguimiento absolutamente feroz a Podemos: en términos generales no le pasan ni una (que no digo yo que no se lo hayan ganado a pulso, pero… ¡ni una!). Y tampoco el Poder Judicial es especialmente laxo con ellos: hemos visto archivar y reabrir más de una causa, para volver a archivarla o no tener más remedio que sobreseerla por vergüenza torera.

      Cierto que desde la izquierda, nueva o vieja, se dicen también bastantes barbaridades, pero no creo que la respuesta mediática, ni la judicial, sea proporcionada.

      Sea como fuere, me refiero más a eso que resumió algún prócer del Poder Judicial diciendo que nuestro Código Penal estaba pensado para los «robagallinas», más que para la persecución de los verdaderos delitos mayores, como el blanqueo (que ni tú ni yo vamos a esta nunca en disposición de practicar), la corrpución (idem de lo mismo), en general los que cometen esos que, en realidad, saben que los pueden cometer con práctica impunidad.

      Ello, a pesar de Rufián.

      Gracias, Antonio. Un placer discrepar contigo. Voy a ver si consigo un tema en el que ambos estemos de acuerdo… Para variar.

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  5. Pobres Mortales! Que queréis ser? Curas -con sotana supongo para llevar sueltecillos los bajos-, banqueros, gestores de eléctricas, padres de la patria… y ¿por la cara?. Esto na va así. A ver, ¿dónde habéis estudiado? En los salesianos, en los jesuitas…? ¿en Comillas, tal vez Deusto? ¿con quién jugaba al golf vuestro papá? ¿ se sentaba con vosotros en vuestra clase algún futuro prócer?. Veis.? ¿como las leyes van a ser para aplicarse igual a todas las personas? Si las hemos hecho nosotros para proteger os de vosotros mismos. Además alguien tiene que ir a la cárcel para que sigáis pagando a precio de oro este teatro de democracia en la que vivís.

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    1. Ya… Sí. Si eso es verdad…

      Mi padre, el pobre, jugaba al hokey. Mal. Muy mal. No que jugara mal, sino que mal elegido el deporte. Muy mal. Con un padre jugador de hokey no se va a ninguna parte.

      Y en el colegio de la Merced (barrio de La Elipa) no había mucho prócer potencial. De hecho creo que no hemos tenido un mal asesor de Presidencia de una comunidad autónoma de las pequeñas. Mal también.

      ¿A qué coño aspiro yo? Pues nada, aquí pataleando desde un blog invisible y clamando por lo inclamable: UN PUNTO DE SENTIDO COMÚN PATRIO que nos saque de este lío. Ello en lugar de dar muchas gracias a Dios por haberme dado un Estado de Derecho en el que puedo salir a la calle cada día sin miedo a que un banquero me quite lo que lleve encima.

      … O ¿no puedo?

      ¡Gracias Ricardo! Tu lucidez nos ayuda a volver al camino recto: a nuestro papel en este teatro de democracia en la que vivimos.

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  6. Jajaja, me sorprende lo puesto de los lideres de Podemos, no sabia de su amistad con los jueces, mucho menos de su elección de magistrados para el Constitucional y aun menos del favor de los medios, en fin. Respecto a los curas lo tengo claro y la compañía del altísimo es su más sanador lugar. Banqueros y Políticos deben de ser salvados de mezclarse con el populacho, amén de ser contagiados de justicia. Mientras tanto precupemonos de Trump que hace muros y olvida concertina o de los bancos que siempre tendrán un político que les haga un Decreto a medida, que desprecie al ciudadano, mientras tanto, yo esperaré a que llueva, para poder encender la luz y leer lo que aquí se escribe.

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    1. La verdad, no sé si la luz no ha bajado mucho o es que tiene que llover más. Como somos tan desagradecidos y tan malos hijos que solo nos quejamos cuando sube y no loamos a los directivos de las compañías cuando baja, no sé si puedes o no puedes encender la luz… Por si acaso, sigue a oscuras.

      Y ¿es que los de Podemos todavía no han nombrado un mal juez del Supremo? ¡Buah!

      En fin, ya sabes que yo sigo siendo más de la vieja política. Pero antes soy un terrícola de gafas y de izquierdas y tengo la profunda convicción de que algo tiene que cambiar urgentemente o esto se va a ir a tomar por culo. Y, como no cambiará (también tengo esa profunda convicción), creo que, al menos, tenemos la obligación de explicar que no somos imbéciles, que nos damos cuenta, que no lo sabemos cambiar, pero que unos pocos (a lo mejor no tan pocos) les hemos pillado.

      ¡Gracias, David!

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  7. pues yo lo tengo jodido, no soy cura,ni poderoso ni de derechas por lo tanto asi me va, la culpa se la tendre que echar a mis padres que cuando pequeño no me metieron en un colegio de curas desde donde yo podria haber podido estudiar cualquiera de esas «carreras», cura, estaria libre de culpa por que me lo perdonaria todo la ley humana y la divina , poderoso lo tendria todo en mi mano seria consejero de un banco o director adelantado con el correspondiente sueldo y finiquito (esto esta mal dicho sueldo y finiquito es de trabajadores) compensacion por el trabajo realizado y lo de derechas es el titulo que te dan las dos primeras «carreras».

    por lo tanto estoy jodido.

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    1. Mal, mal. Así nos va a ir mal.

      Lo malo de esas «carreras» es que, además, no se estudian solo en la Universidad o en el Seminario. También hay que haber vivido en un barrio bueno, pertenecer a una dinastía conveniente y, sobre todo, tener una cara como el cemento armado.

      Y ninguna de estas tres condiciones, todas ellas «sine qua non», las vamos a cumplir ni tú, ni yo, ni me temo que ninguno de los que venimos a pensarlo por aquí.

      Así que nos va a tocar seguir haciendo las cosas como personas normales. Lamentable. Cuestan demasiado trabajo y no llevan a ninguno de los restaurantes donde estos almuerzan (que así se dice en fino) con cargo a su tarjeta black.

      Dicho de otro modo. Nos jodemos.

      Gracias, Juan Carlos. ¡Casi se te hace tarde esta vez!

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