–Tengo tres prioridades para nuestra economía–, había dicho la malograda Liz Truss: –crecimiento, crecimiento y crecimiento–. Y basó sus claves del crecimiento en la gran línea de trabajo con la que la derecha suele envenenar a los contribuyentes mientras no gobierna: bajar los impuestos.
Casi siempre, decir gilipolleces le sale gratis a un político (política en el caso que nos ocupa) y más aún en estos días en los que la indigencia intelectual es la norma y el sentido común la excepción en el proceloso mundo de lo público.
Pero no ha sido este el caso de la efímera premier (44 días en el poder no deberían dar derecho a la paga vitalicia), a la que decir gilipolleces, ya gobernando, le ha valido el título de presidenta más volátil de la Europa contemporánea.

Probablemente algún avieso tory dio con la clave de que decir tres veces “crecimiento” no supone desvelar tres prioridades, sino decir tres veces nada, habida cuenta de que si una está pensando en lo contrario, es decir en el no-crecimiento como gran prioridad, no hubiera podido sino callarse la boca. Y esto cundió entre las airadas filas conservadoras de la Cámara de los Comunes, que tampoco pudo ver con buenos ojos eso de bajarle los impuestos a los más ricos so pretexto de que el asunto aceleraría la economía.
Cabe recordar que desde que el Brexit es Brexit, el PIB británico ha caído un 5% y la inversión más de un 14, con lo que la muy exquisita sociedad de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte (UK por sus siglas en inglés) debe andar un poco hasta el gorro de experimentos liderados por mandatarios mediocres o ultramediocres, de la derecha o la ultraderecha.
Hablaba (volvamos al lío) de decir gilipolleces cuando una ya está gobernando.
Insisto en ello porque el bueno de Mariano Rajoy decía lo mismito sobre bajar los impuestos antes de llegar al poder e hizo exactamente lo contrario cuando llegó. ¿Asombroso? No: es la vida misma.
Rajoy se ha desvelado, a la vista de quienes lo han sucedido, como lo más granado de la derecha Española, un verdadero hombre de Estado, y mantuvo mientras fue el jefe de la oposición idénticos postulados que quienes le han ido relevando en el cargo, Pablo Casado, el pobre y Núñez Feijóo, este que aún está por descubrir.
Bajar los impuestos.
Es ocioso decir que las bajadas de impuestos benefician a los ricos, ello porque los que no lo somos pagamos bastantes menos. Igualmente parece innecesario asegurar que si se elimina el tipo del 47% del Impuesto sobre la Renta (una de las grandes propuestas de Truss), difícilmente a usted o a mí nos alcanzará en grado alguno, ya que grava el tramo de rentas a partir de 300 000 euros anuales. Tampoco importa insistir sobre el dato no menor (o sea, mayor, parafraseando al propio Rajoy) de que los servicios públicos hay que mantenernos y, por lo tanto, pagarlos.
La estrategia del presidente Rajoy fue mentir como un bellaco en campaña electoral, asegurando que bajaría los impuestos porque eso aumentaría la recaudación y sería bueno para el empleo, para el crecimiento económico y para las manchas de la piel, ello para subirlos inmediatamente después de llegar al poder allá por el 2011, de tal suerte que apenas un año después de alcanzarlo se habían producido cuarenta subidas (¡cuarenta!), singularmente en el IRPF, el IVA, el Impuesto sobre Sociedades y otros impuestos especiales como los del Alcohol, el Tabaco y un largo etcétera.
¿Mentía a sabiendas?
La efímera Truss decía la verdad. Y no le ha ido bien del todo.
¿Miente Feijóo?
Rajoy se encontró con la excusa perfecta: este Zapatero nos ha dejado el panorama tan hecho unos zorros –decía más o menos– que, muy a nuestro pesar, mucho, hemos tenido que freír a subidas a todo bicho viviente, exceptuando a las grandes fortunas, que eso total no es nada porque son muy pocas.
¿Hará Feijóo lo mismo si es que la ciudadanía opta por permitir que gobierne (el cielo y Yolanda Díaz lo impidan)?
Y ¿qué excusa piensa que pondrá?
¿Nos volverá a intentar hacer creer que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades y que ahora nos va a ir todo mucho mejor pagando un poco más porque Sánchez lo que era es un bolivariano-comunista-proetarra?
Seguramente Feijóo ha leído estos días las noticias y, a lo mejor, hasta alguien le ha dicho algo como Alberto, para el carro que la peña ya no se cree nada y si no mira a la Liz Truss esta como le ha ido…
A lo mejor, solo a lo mejor, la derecha española deja de hacer el imbécil con esto del populismo fiscal y se pone a hacer política.
… Pero no le garantizo nada.
El dibujo es de mi hermana Maripepa.
Hoy tambien de acuerdo, de todos es conocido el sistema politico de la derecha antes de gobernar, luego todo cambia y para muestra un boton, en Castilla la Mancha nos encargamos de traer a gobernar ( digo nos encargamos por que si no fuesemos tan ignorantes no la habriamos votado) a nuestra salvadora de ricos doña Maria Dolores de Cospedal y otras hierbas, que gracias a dios rectificamos y la mandamos a disfrutar en el cigarral de Toledo, que si no aqui estariamos diciendo si buana a mas de un señor de esos que tienen dinero como el marido de la susodicha, ¿como podemos creernos tanta mentira politica? eso si que nos gusta oir pero que luego nos cuesta caro, pues todavia seguimos cayendo en el timo de la estampita a nivel politico.
Un consejo, cuando un politico que esta en la oposicion habla de bajar impuestos es como eso de vamos a contar mentiras , por el mar corren las liebres por el monte las sardinas, si me votas te bajo los impuestos y te podras comprar una limosina.
Y lo jodido es que algunos se creen lo de la limosina.
Veo a Boris Jhonson otra vez en sus fiestas.
Buen domingo
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jajajajajajajaja
¡Ya hasta haces rimas!
Esta la colocamos en el próximo programa de festejos y a ver quién la supera.
En Castilla-La Mancha supimos reaccionar a tiempo. O fue eso, o los desmanes de la Corpedal fueron tan evidentes que todo el mundo se llegó a dar cuenta a tiempo de la inconveniencia de que los señoritos volvieran a campar por sus respetos por las haciendas del lugar.
Este será un año largo: veremos a cuantas de esas mentiras nos tenemos que enfrentar para evitar otra vuelta de tuerca de la derecha casposa de la región…
Fuerte abrazo, amigo.
GRACIAS
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No creo que haya que darle muchas vueltas, estoy en eso contigo, a esa trampa de la derecha, que tanto rendimiento le da, que es la bajada de impuestos y sus absurdas justificaciones.
Sí deberían ser consecuentes con sus palabras. «Truss, es un ejemplo a seguir», IDA dixit…, pues nada mejor. No bajar impuestos, claro, pero lo de irse a casa…..
En nuestro caso volvería Casado, el pobre,…..oh, cielos!!! y Teodoro…..
Esto seguiría siendo un erial pero la función continuaría.
Un abrazo
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¡Joder! ¿Casado, el pobre y Teodoro?
Ahora ya no sé si deberíamos intentar mantener a Feijóo a cualquier precio…
Si la marcha de Truss implica la vuelta de Johnson… ¿implicará la de Feijóo la vuelta de estos dos bufoncillos de corte?
Ya ves, amigo… ¡un mar de dudas! Todas menos una: Truss es, en efecto, un ejemplo a seguir.
¡Abrazo enorme!
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