Así, como si nada

Luego las cosas pasan como sin darnos cuenta.

El lunes nos desperezaremos e iremos a trabajar como todos los lunes. Quizás con algo más de sueño porque la jornada del domingo la estiramos un poquito más para ver cómo había quedado la cosa.

Alguien me dijo que el asunto estaba entre Castilla-La Mancha y Valencia. Que el futuro se jugaba es esos dos territorios. Este estaba preocupado, pero casi nadie más.

Mañana es lunes. Y, aunque sea con un poco más de sueño, nos levantaremos como cada lunes para ir a trabajar.

Porque las cosas pasan como sin darnos cuenta. Como si no hubiéramos sido nosotros.

Ayuso anunció en su cierre de campaña que Sánchez prepara un pucherazo electoral y se quedó tan pancha. Feijóo, junto con un público entregado, aplaudían desaforados una nueva ocurrencia de la presidenta-candidata-lideresa-maestra cervecera.

Se resisten (con razón) al cambio de era que se cierne sobre el mundo porque no le ven más que inconvenientes. Una sociedad global que se ocupe de frenar (si es que esto ya es posible) el calentamiento del planeta, la violencia machista o el hambre, es una amenaza real contra los intereses de quienes viven cómodamente instalados en las estructuras sociales y económicas novecentistas que tanto rédito les vienen proporcionando desde entonces. O desde siempre.

Se resisten (con razón) y no les duelen prendas. Si el precio es la institucionalidad, bien pagado estará. Y ya nos lo advierten: si gana la izquierda, será con trampa. Como a Donand Tump, como a Jair Bolsonaro. Con trampa.

Saben que es mentira. Saben del riesgo que supone minar la confianza de la sociedad en las instituciones y, a sabiendas, nos vienen convenciendo de que todo lo que no sean ellos mismos no es legítimo. Y así, como si no pasara nada, España mañana serán dos españas, la buena y la mala: la que comprendió y votó bien, la que se dejó engañar y votó izquierda.

Se les termina. Están muy nerviosos, porque se les termina. Porque las tendencias postneoliberales de las que alguna vez hemos hablado ya desde estas páginas han dado en poner foco en el capital humano y no en el dueño de los medios de producción que lo emplea, en la justicia y no en la libertad para subvertirla, en la habitabilidad de los territorios y no en la rentabilidad de la economía global.

Y nosotros, como sin darnos cuenta, aplaudimos cada intento exitoso de retrasarlo otro poco. Y, como sin darnos cuenta, permitimos otro pequeño ataque a los servicios públicos, una erosión más de la confianza en las instituciones. Justificamos la insolencia de saltarse las reglas con impunidad (véase con qué tranquilidad niegan la renovación de los órganos constitucionales) so pretexto de que, si viene de la izquierda, simplemente es fatal. Asistimos sin inmutarnos a una campaña electoral infame, ausente de ideología, en la que los mensajes giran en torno a derogar, a las claras, todo aquello que nos proporciona dignidad (y les resta beneficios), por si estuviera manchado con la sangre de las víctimas de ETA. ¡De ETA!

Pero mañana es lunes. Casi nada habrá cambiado en nuestras vidas mañana. Nos levantaremos con un poco más de sueño para ir a trabajar. Miraremos de reojo los resultados de Castilla-La Mancha y Valencia, por si mi amigo tuviera razón y fueran presagio de lo que sucederá en diciembre. De Madrid ni preocuparnos: está todo el pescado vendido.

Está lloviendo, ¡qué pereza! ¿Nos quedamos en casa, cariño? Total… por un voto…

El dibujo es de mi hermana Maripepa.


7 respuestas a “Así, como si nada

  1. Cierto, hoy es un día clave para el bienestar de las personas , unas las mas desfavorecidas que suelen ser siempre las de izquierdas si gana la izquierda respiran con alivio , otras las que se denominan de derechas la victoria del partido de izquierdas no les gusta , pero siguen amasando fortuna, si el partido vencedor es el de la derecha aunque sume a la ultraderecha, las personas desfavorecidas seguirán estando un poco mas jodidas e intranquilas por el porvenir de sus familias, sin embargo la derecha seguirá amasando fortuna con mas descaro, pero pasa algo por eso? nada en absoluto, lo hemos decido en las urnas, no nos engañemos, lo normal en estos casos es pensar antes de depositar el voto a quien votamos , por que si valoramos que es mas importante tener una maceta en tu terraza aunque después pasemos penurias durante cuatro años, se siente, no podemos culpar a nadie , hoy en día estamos muy informados de todo y solamente necesitamos una cosa pararnos un momento a pensar.

    Buen domingo electoral .

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    1. Y ¿cuántos seremos los que nos hayamos parado un momento a penar, no en lo que unos y otro dicen, sino en lo que sabemos que unos y otros harán?

      El recurso a las soflamas incendiarias que practica la derecha tiene su efecto. Nosotros no lo hacemos y, seguramente, debemos estar orgullosos de ello. Pero jugar tan limpio no siempre se premia.

      En fin, la suerte está echada. A esperar a las ocho de la tarde… y a contar votos. Es la única encuesta que tiene valor.

      Un abrazo, amigo. GRACIAS por andar aquí, sobre todo, tal día como hoy…

      (Suerte no te deseo porque sería sarcasmo…)

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  2. Llueve, lo cual es muy bueno. Esperemos que también llueva sentido común y ética.
    Las personas voten y voten a personas decentes.
    Ya con diez años tienes la capacidad de mentir y por lo tanto saber quién te miente; mas con dieciocho y siguientes.
    Esperemos que la sensatez y la buena inteligencia predomine.
    Ésta vez con mas motivos, feliz domingo.
    Abrazos.

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    1. «A ver si quisiera el Señor» que ganara la decencia. Aunque a estas alturas me conformaría con que ganara la política.

      Fuerte abrazo. GRACIAS

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  3. Buenos días,
    La derecha cuenta con los evangelistas curanderos, su diezmo.les atrae mucho.
    Los friquis necesitan curanderos
    A ver que pasa, está la cosa dificil, con tanta caña cervecera hay mucho afectado.
    Allá vamos.
    Feliz día
    Un abrazo Tico

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    1. La verdad es que con esto me pasa como con la naves y los elementos… uno sabe luchar (debatir) contra las personas con ideologías diferentes. Contra los curanderos me acojono: me ganan siempre.

      ¡¡Un beso enorme, Pacix!!

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