Cada vez que escucho hablar de los “valores” se eriza mi piel y un punzante escalofrío me recorre la columna vertebral.
¿Qué se esconde para cada uno detrás de este vocablo cuasi universal? Los valores de la democracia, educar en valores, valores de Occidente… Estos banquillos que modernamente han adoptado el formato de graderío están llenos de personas que hablan de los valores con lágrimas en los ojos, justo antes de meter su tarjeta black en un cajero automático para sacar 600. Poca broma, son 200 más que la ayuda de la que viven unos cuantos españoles. O justo antes de meterse en un despacho a negociar un desfalco en un ere o en un contrato público con la inestimable ayuda de un edil de la Púnica educado en valores .
Educado en valores. Los valores en la escuela. Los valores de nuestra sociedad.

Si han pensado educar a mis hijos en valores ¿les importaría preguntarme cuáles son los míos? O ¿es que saben de unos valores universales que, precisamente, coinciden con los suyos y están ustedes decididos a incrustarlos en sus tiernas cabecitas queramos o no? Lo digo porque, hasta la fecha, nos está yendo fatal.
¿Qué valores en concreto estamos asumiendo como convenientes, mientras toleramos escandalosamente las actitudes más deleznables con un guiño de complicidad y, hasta en no pocas ocasiones, con un voto?
¿Por qué tengo la impresión de que los únicos valores que realmente cotizan son los bursátiles, mientras nos siguen intentando convencer de que lo que diferencia a los hombres del resto de los animales que pueblan el Globo es, precisamente, la construcción de nuestra arquitectura de valores? ¡Yo que pensaba que era la capacidad de disfrutar del arte!
La honestidad, la bonhomía, la solidaridad (esa que impediría que millones de sirios…), parecen valores viejos, del siglo XX. ¿Cuáles serán los valores del siglo XXI; de la era de Internet? A lo mejor nos dan una sorpresa e incorporan la comunicación, el conocimiento, el intercambio de las ideas o el valor, este sí universal, de no tocar los cojones al prójimo.
Por favor, ya no me eduquen más. Déjenme con mis valores y mis cosas. Es que a lo mejor no tengo. Y, si los tengo, les aseguro que es muy probable que se parezcan en nada a los suyos.
Ese nihilismo tuyo no te va salvar del fuego eterno. A ver, uno puede imbuirse en esos valores aceptados socialmente, y luego robar, desfalcar, vender armas, mirar hacia otro lado….
Como equilibras la ecuación de tu moral personal ?
La Confesión, Justo, con la Confesión, su penitencia y tan ricamente.
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Santo cielo! Los valores cristianos. Casi me olvido de ellos, con lo prácticos que vienen siendo…
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Valores.. valores .. me suena . Hace poco leía algo sobre este tema . Lo vi en un artículo del siglo pasado. Pero espera que miro en Internet ……Ya está he visto que alguien los vende en Wallapop y además a buen precio, según comenta los guardaba como una reliquia familiar y esta haciendo hueco en su nueva disco biónico cerebral.
Que curioso … Esto me recuerda a mi abuelo..
Este sí me comentaba que tenía de esto.
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A ver si para este siglo cosechamos alguno con algo de gracia! Eso sí, para no seguirlo!
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Los valores son viejos, como los propios viejos que arrinconamos porque han perdido su valor.
Nos hemos quedado antiguos con esto de hacer las cosas por principios y no por negocios.
Clarificador……., como siempre.
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Qué hartura esto de habernos hecho viejos tan pronto… ¡Justo antes éramos demasiado jóvenes! Así que nunca nos toca a nosotros marcar las pautas.
¡Menos mal! Menudo desastre hubiéramos causado.
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Que no quiero más valor que la palabra sincera, y no la encuentro porque está envuelta con miserias. Sigo buscando una rendija por donde entre la luz clara, pero este otoño, aún tan cálido, oscurece y serpentea.
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Ese es caro para los tiempos que corren. No te iría bien uno un poco más asequible?
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Valores? Dios me libre! Puestos a elegir, sin dudar me quedo con religión. Todo era mucho más sencillo: cielo o infierno. Y ahora que ya por lo visto no hay infierno, no tiene competencia.
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Sin duda: religión y cielo. Lo del infierno no debía molar nada. Y puestos a elegir…
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