La mutación

 

—Perdona Borja Mari, ¿tu cacerola es Inox 2000, induction technology?

—Ay, chico, ni ‘pu…’ idea, me la ha alcanzado la filipina de mamá, ay, como se llama…

—Mira, de verdad, oye, o sea, si tuviéramos que aprendernos todos esos nombres

—Lo que pasa es que mamá a todas las llama Merry, que les da un aire como muy occidental

—¿Ha bajado?

—¡Uy sí! ¡No se pierde ninguna!

—¡Qué suerte, Borjita, osea! ¡Está hecha una cría!

—¡Su dinero le cuesta, no te pienses tú!

—¡Y la clase que tiene, oye mira!

Una prestigiosa universidad europea estudia alarmada la última mutación de la COVID-19 y los efectos perniciosos que está produciendo en un importante sector del grupo humano conocido como de los covidiotas, que ha venido en identificarse como el de covifaltosdesolemnidad.

La mutación, de etiología por determinar, se ha detectado originariamente en el privilegiado barrio de Salamanca de la capital de España y afecta a los individuos pertenecientes a las clases más pudientes. Esta circunstancia ha alertado a la comunidad científica toda vez que, hasta el momento, se había creído que la enfermedad provocada por la pandemia enrasaba a ricos y pobres afectando por igual a los individuos del grupo independientemente de su capacidad económica o posición social.

La rebelión de los cayetanos, efecto de la mutación del virus, se está extendiendo ya por otras capitales del país. Se especula con la posibilidad de que pueda tener su paciente cero en Alemania, donde grupos de extrema derecha muestran similares síntomas a los detectados en el territorio nacional.

Otras líneas de investigación sitúan al paciente cero en los grupos ultracatólicos (alineados con Vox en el caso español) representados por organizaciones como Hazte Oír, la Asociación Católica Propagandista, la de Abogados Cristianos, la Fundación Villacisneros o la presidida por el ínclito Jaime Mayor, One of Us (asociación antiabortista de ámbito europeo que aglutina 48 agrupaciones de toda nacionalidad). Esta corriente basa su investigación en las conclusiones del reciente debate celebrado en Internet bajo el título ¿El fin de nuestro modelo de sociedad? Un debate tras el covid-19, entre las que destaca la propuesta enfermiza de retirar el derecho al voto a los parados y a todo aquel que sobreviva gracias a la ayuda del Estado (se ignora por el momento si esto nos incluye a todos los que cobramos de los presupuestos públicos –funcionarios, políticos o contratistas de la Administración–, o se circunscribe únicamente a parados, pensionistas o personas incorporadas a expedientes de regulación de empleo).

IMG-20200516-WA0015La sintomatología es uniforme: se profieren gritos de ¡no a la dictadura! Bajo la ondeante bandera del franquismo (¡sorprendente!), se canta el Bella Ciao (qué coño sabrán) y se golpean aparatos Thermomix® TM6 con palos de golf de alta gama marca Callaway®, a falta de poder localizar en la cocina aquellas cacerolas comunes y cucharones de palo con las que el pueblo llano se viene a manifestar.  Polos de marca y relojes suizos, acompañan gritos de ¡libertad! y ¡Gobierno dimisión! Todo ello en ambiente de falsa reivindicación proletaria que parece tener por objeto la caída del Gobierno socialcomunista que rige nuestros destinos y amenaza con subirle los impuestos a los poderosos para asegurar el Estado del bienestar (¡anatema!).

Fatalmente, la mutación ha afectado también a individuos aforados en las instituciones democráticas que, lejos de difundir las medidas de protección aprobadas por los comités científicos que asesoran al Gobierno y (sin duda) con el intelecto confundido por la enfermedad, alientan alborotos callejeros ajenos a los protocolos recomendados exponiendo al contagio a los sujetos potencialmente sanos buscando, al parecer, la inmunidad de rebaño. El sorprendente ‘caso Ayuso’ (de estudio singular) ha demostrado, además, que los efectos de la enfermedad se pueden prolongar durante toda la vida del paciente afectado y que, incluso, pueden llegar a agravar las patologías previas relativas a la estupidez humana, lo que vendría a justificar empíricamente el origen del comportamiento de determinados sujetos con responsabilidades públicas durante el proceso pandémico. Es ciencia.

Usted, invadido por el espíritu solidario que ha colmado las nobles conciencias del pueblo durante este proceso, podría estar contemplando el fenómeno con alguna benevolencia, incluso con el punto de ternura que inspiran ciertas afecciones mentales en el prójimo, en la sana esperanza de que la investigación hará que sanen y procurará a la sociedad una vacuna eficaz contra el mal. Científicos dicen haber descubierto ya la secuencia del genoma vírico que afecta a la parte del cerebro que gestiona reglas de las relaciones humanas como la solidaridad, el civismo o el respeto a las instituciones democráticas.

Pero los científicos también lo saben: la gilipollez no tiene cura.

 

Nota: Ayer sábado, muy temprano, se murió Julio Anguita. Era uno de los grandes cuando ya casi no quedaban políticos grandes. Y ya no está.

El dibujo es de mi hermana Maripepa.

12 respuestas a “La mutación

  1. Por desgracia el virus afecta a todo se humano no distingue entre el barrio Salamanca o el de Vallecas y los pijos pudientes también lo pillan , claro ellos tienen una ventaja que se pueden costear la clínica privada y habitación para ellos solos, médicos y enfermeros sin agobio y no dejan a los abuelos fuera de los respiradores, (esto es una suposición mia no tengo datos) , ahí está la pequeña diferencia de vivir en un barrio o en otro.
    El califa rojo debería haber dedicado su vida a preparar políticos de su talla, y mucho mejor nos habría ido.
    Descanse en Paz
    Buen domingo

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    1. Ellos lo tienen más fácil. Es ley de vida. Y lo saben.

      Deben estar desolados no pudiendo hacer lo que les sale de los cojones, que es lo han venido haciendo toda la vida, confinados en sus pisos de 300 m2.

      Y ¿qué mejor ocasión para tirar contra el Gobierno? Me quedé loco viendo las propuestas de la conferencia esa que hicieron los ultracatólicos por Internet, proponiendo quitarle el voto a los parados y diciendo que el Estado no está para ayudar a los necesitados, que para eso está la caridad…

      En fin, es lo que tenemos. Pero no es solo en España: aquí solo es más descarado. Este mal es mundial… esto de la ultraderecha sí que es una pandemia.

      Julio Anguita debió crear un poco más de escuela, sí. Yo nunca estuve de acuerdo con la estrategia de las dos orillas, pero le reconozco como uno de los líderes más lúcidos que ha tenido la izquierda.

      Otro pensador de izquierdas que nos deja solos ante Vox.

      Un abrazo, Juan Carlos… y ¡fase 1! ¡A disfrutarla!

      GRACIAS

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  2. No, ya no está Julio Anguita, rojo confeso. Rojo, muy rojo, al que en el panfleto del exmarido de AnaRosaQuintana califican de sectario acongojante mientras aplauden la “lucha por la libertad” (sic) emprendida por esas huestes de aguerrida ñoñez cuyas heces huelen lo mismo que las del personal que hace cola para recoger bolsas de comida. A mierda. Cómo se hubiera descojonado Anguita si hubiera atisbado semejantes espantajos del mayo madrileño de alto standing infectados con el virus de la memez pura, Este país no tiene, desde luego, desperdicio, porque incluso los detritus más toxicos del fascismo pretenden reciclarse en rebeldes contra la tiranía. Qué descacharrante guión hubieran pergeñado Azcona y Berlanga a costa de las divinas señoras haciendo el ganso con la cubertería que les regaló la suegra o del megapatriota con capa rojigualda enarbolando una olla Magefesa que le cae a alguien en un pie y ponen a la Casa Versace en un compromiso para diseñar, con premura, una escayola acorde con el bolsillo y la tontería del lacerado.

    …y luego que hay repunte coronavírico en los barrios altos. Que se jodan.
    Qué tiempos estos, don Justo. Entre el covid19 que viene y va y los pachangueros ultramontanos tomando las calles armados con los palitroques de golf y el menaje de cocina no damos abasto.

    Un abrazo. Y salud. Y con Julio en la memoria.

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    1. ¡Qué atropello a la razón!

      Cantando el Bella ciao con la bandera franquista y gritando ¡libertad! ¿Sabrán que cojones dicen?

      Tengo serias dudas en esto de los olores (bien es verdad que espero no tener que despejarlas nunca); estoy seguro de que tanta podredumbre moral termina oliendo raro también cuando cagan.

      Sin embargo, no hay contradicción. ¿Dónde se ha visto que ningún socialcomunista pueda decirles a ellos si pueden o no ir al club de hípica? ¿Que prohíba nade sus negocios inmobiliarios? ¡Es una blasfemia!

      Lo malo de todo esto es que no son cuatro pijos haciendo el gilipollas. Está todo muy bien orquestado por ultracristianos muy bien organizados y no solo en España.

      De todas formas a veces da vergüenza ser de Madrid. Invítame a León y nos quedamos por el valle de Laciana contando urogallos, que tendrán conversación más interesante que estos necios. Si vuelvo a tener ocasión de escuchar a Ana Rosa, temo por mi integridad de señor pacífico… Y me importa mucho conservarla.

      Leeremos un poco más a Anguita (y al otro Julio) para que no se nos olvide nada de esta lluvia amarilla.

      Fortísimo abrazo, amigo.

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  3. Primero Anguita, triste pérdida. Alguien que te puede regar con su coherente inteligencia te hace crecer, su falta es insustituible.
    Ser profesor, hacer política, de la buena, y volver a ser profesor, con toda su coherencia intacta, parece una especie de mini pandemia. Me recuerda a Rubalcaba, salvando las distancias, este era bueno con los chistes y las cañas. Aunque su aspecto físico, esos trajes negros, comparados con los impecables Armani de Casado. A Anguita solo le vi una vez, en el Rastro, y sí, parecía un califa.
    Hay otros que parecen sobrevivir sumergidas en vinagre. No hace falta dar mas explicaciones.
    Como decía hoy Juan José Millas hay algunos para los que la política es un gran negocio.
    Eso me lleva a la segunda parte.
    Habrá que votar de nuevo. Muy mal lo tienen que hacer para que yo no tenga claro a quien voy a votar.
    Por otra parte estás muy puesto en marcas de palos de golf y cacerolas, pareces Krupp el rey del acero.
    Pues yo creo que el primer movimiento fiscal es retirar a la iglesia esos 11.000 millones, que se haga cargo de ello el «espíritu borjamari».
    Por otra parte hacerles apoquinar lo que les corresponde de impuestos, a lo mejor es un buen pico. Y todo aquel patrimonio inmobiliario que desmatricularon, ponerlo en orden otra vez.
    En cuanto al «movimiento Núñez de Balboa» utilizando otro eslogan perro-flauta: los queremos libres y muy juntos, no los queremos en la Sanidad Pública, que les monten la UCi en casa su sanidad privada, que tienen mucho espacio. A fin de cuentas, estos reciben una pasta derivada de la Sanidad Pública.
    Hay otro espíritu el «Ortega Smith» al que le deseo un digno entierro, cuando le toque, a ver si esto le hace reflexionar a tanto capullo que anda suelto. Parece que lo del Marqués de Griñón no les ha servido.
    Por lo demás a cuidarse mucho y feliz domingo.

    PD 87 fallecidos acabo de escuchar, con todo el dolor, son buenas noticias.

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    1. En efecto, más que antidisturbios yo enviaría inspectores de Hacienda a disolver esas manifestaciones y estoy seguro de que don Julio hubiera estado de acuerdo.

      Este paquete de medidas que propones me parece más que razonable. Probablemente daría para financiar ese ingreso mínimo vital al que tanto temen. Aunque a lo mejor a ellos no les quedaba para pagarse UCI a domicilio.

      Todo es una barbaridad. Esta crisis brutal está desvelando la verdad de cada uno a pasos de gigante… Y da miedo.

      Del espíritu Smith… ni comentar.

      Todo esto es una barbaridad…

      Un abrazo enorme, amigo. ¡GRACIAS!

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  4. ¿No me digáis que no son buenos? Los que se han dedicado toda la vida a jodernos la libertad al común de los mortales, bramando por la suya e instando a los demás a que reclamemos la nuestra.
    Ellos, la de salir al golf y a continuar extorsionando a esta sociedad. Seguramente, pretenden que los extorsionando seamos su carne de cañón. Como siempre los muertos (ahora por covid) ya los pondremos nosotros, los que no podemos irnos al hospital de Navarra a que nos pongan un respirador de última generación.
    Y claro, son víctimas de la opresión, la del gobierno bolivariano, y para llevarlo mejor y no pasar frío, todos envueltos en una bandera, algunos con la de todos, otros con la suya, con la que fue y aún quieren que sea. Emocionante, ¿no?.
    Lo saben hacer muy bien…., no hay de distraerse, no son una anécdota, son una organización…, y tienen objetivos.

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    1. Completamente de acuerdo; subrayo: no son una anécdota, son una organización… y tienen objetivos.

      Detrás de esos niños beligerantes que ondean banderas preconstitucionales y ciñen palos de golf, detrás de cada algarada festiva de Núñez de Balboa, hay una estrategia bien medida de desgaste de un Gobierno, que lucha como puede y con los recursos que tiene contra una realidad apabullante, sobrevenida, inesperada, mortal.

      La indignidad de jugar con los muertos no es nueva. Que los muertos se cuenten por decenas de miles si lo es. Y supongo que esto multiplica la indignidad también por decenas de miles.

      Son, en efecto, víctimas de la opresión y cantan letanías fáciles que cualquiera puede asumir como propias. Lo saben contar muy bien.

      Van a ganar. estoy seguro. Pero no será porque hayamos dejado de poner en la batalla (no contra el virus, sino contra esta otra pandemia del populismo de extrema derecha cristiana) todo nuestro leal saber y entender.

      Sigamos contándolo. Perderemos, pero sigamos contándolo.

      ¡Fortísimo abrazo, amigo!

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