La mano derecha de Luis XVI

No ha sido una noticia demasiado comentada, porque en España no sabemos darle importancia a lo que realmente la tiene; pero ha sucedido. Ha sido en  Louisville, Kentucky. La mano derecha de la estatua de Luis XVI, que preside una de sus plazas principales, fue arrancada del resto del cuerpo escultórico como consecuencia de los disturbios que se siguen en el país americano por la muerte de un negro llamado George Floyd a rodillas (que no a manos) de un policía.

20200607_000914Ni el hecho de que un señor negro fuera asesinado por un policía de forma especialmente cruenta, ni el otro menos actual de que el tal Luis XVI fuera públicamente guillotinado por su pueblo en la parisina plaza de la Revolución (hoy de la Concordia), parecen ser de relevancia alguna para el duque d’Anjou, don Luis Alfonso de Borbón, bisnieto de Franco y descendiente no sé en qué grado del rey francés ahora mancado. 

El duque muestra en las redes sociales su desolación por tamaña tropelía y hace votos para que sea prontamente restaurada, no ya la mano, sino el mismo honor de su antepasado rey.

Se ignora si hay también en Louisville, Kentucky, un clamor popular por el desaguisado, toda vez que, según el propio duque señala en su alegato, los regalos de Francia fueron muy importantes para los EE.UU. Pero más parece que la conmoción para la ciudadanía de aquel país esté centrada en el asesinato de George Floyd y no en este otro acontecimiento, de suma relevancia histórica, que pasaría desapercibido para la masa inculta si no fuera por la civilísima preocupación de don Luis Alfonso y mía. 

Queda así patente, como ya avanzábamos hace algunas semanas, que en estos tiempos de convulsión o, por circunscribirlo mejor, de crisis social y sanitaria mundial, las estructuras humanas están sufriendo mutaciones nunca antes conocidas y que, dónde antes apenas podíamos distinguir entre ricos, pobres y clerecía,  encontramos ahora estratos variopintos que pasan por infectados, seroprevalentes, inmunes, asintomáticos, sanos, negros (de estos siempre hubo) y ¡nobles! (que también vienen de lejos), donde solo estos últimos parecen haberse encontrado de bruces con la verdad.

La clerecía ya tenía la verdad, solo que ahora no la ejerce sino para reclamar más aforo para sus oficios en los ‘cambios de fase’ del plan del Gobierno para la desescalada. Sin embargo, la nobleza (que también debía tener la suya) no la había manifestado hasta aquí, y ninguna mejor causa que la de hacer valer el pesar inmenso por la mutilación de Luis XVI (en realidad de su estatua) en Louisville, Kentucky.

Existen. Están.

La Real Asociación de Hidalgos de España (existe, está), que agrupa a los hidalgos y otros nobles en una ‘unidad nobiliaria de carácter nacional’, aún no se ha pronunciado sobre el desafortunado mancamiento del Rey. Con toda seguridad el motivo del mutismo se halla en  tratarse Luis XVI de un rey francés cuyo linaje, si existiera, caería fuera del acervo de las fronteras del reino, a pesar de que quien reclama su descendencia sea un español de tan rancio abolengo. Puede ser por esto, o porque estén ahora con mucho lío con eso de haber salido a la luz que gestiona (la Real Asociación de Hidalgos de España) con poco o muy poco rigor, unas cuantas residencias de ancianos de la comunidad de Madrid cuya mortalidad como consecuencia de la covid-19 ha resultado escandalosa.

Y así van pasando los días. Los unos quitándose el hambre como pueden en las colas de los comedores sociales, a la espera de que el Ingreso Mínimo Vital sea un hecho y garantice la dignidad que merece todo ser humano. Los otros cabreados como monos porque están hasta los cojones de que el color de la piel convierta a los más oscuros en dianas de los claros, esquivando a los soldados que Donald Trump ha desplegado en las calles. Y aún un grupo más, ¡los nobles!, vigilantes de lo que en realidad importa, ocupados por si los gobiernos del mundo muestran el celo debido y restablecen las manos heridas de sus estatuas con la probidad que es de exigir.

Casi, en este afán mío de simplificar lo que es complejo para ayudar a su comprensión, podríamos resumir todo lo humano de este tiempo en dos grandes categorías, a saber: unos que son muy gilipollas y otros que no tanto.

El dibujo es de mi hermana Maripepa.

15 respuestas a “La mano derecha de Luis XVI

  1. Digo yo que este muchacho de tan alto linaje, en los momentos que nos encontramos su preocupacion deberia ser como aportar ideas para mitigar la que se nos viene encima a los que no somos nobles, que somos muchos, no muchisimos ( ah que a el no le afecta la situacion ) claro pero si lo pensamos bien que le rompan la mano a un trozo de cemento, piedra o lo que coño sea esa estatua, es muy jodido yo me acabo de enterar y la verdad me he quedado muy afectado, que miles de familias no tenga para comer, eso no importa, ostias que le rompan la mano eso si que jode.

    los señores de Estados Unidos si quieren a los negros, pero para trabajar, la sociedad americana es rara en todos los sentidos, patriotas cuando hace falta, pero eso del color negro a la policia no les cae bien ( sera que por la noche tienen mas problema para detenerlos) y demuestran su superioridad blanca, que por cierto veo mejor a un negro que al peirrojo o colorao como decimos en mi pueblo del señor loco trump.
    Un cirujano de relevancia tiene titulo por que lo a demostrado salvando vidas,un arquitecto puntero tiene titulo por que ahi quedan sus edificios, un sanitario tiene su titulo por reconocimiento de su labor sobre todo en estos momentos algunos entregando su vida, y asi muchos mas llegando hasta los agricultores, pastores que cuidan de nuestra naturaleza, pregunta ¿ eso de noble como se consigue, por que yo a lo mejor soy noble y no lo se, sobre todo viendo lo que aportan esos NOBLES a la sociedad lo mismo lo soy.

    dos grandes categorias unos que son gilipollas y otros que no son tanto, no se por que me huelo que los nobles los pones en la primera categoria.

    Buen domingo

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    1. Es una categoría amplia, sí, pero parece que la nobleza se ha ganado la estancia por méritos propios.

      El débil mental que está preocupado por la estatua de un rey francés (o de dónde sea el rey, que eso lo mismo da), está en verdaderos problemas y, encima, no lo sabe. No se ha enterado de nada desde hace doscientos años y se cree superior al resto de los mortales.

      Pues sí, esto es ‘lo que da la mata’. La sangre azul, un concepto del siglo XV que muy pocos ignoran que está muy pasado de moda. Esos lo ignoran, los que son gilipollas o muy gilipollas.

      Los demás estamos en la ganadería, en el tractor, en el bar, en el hospital o en la oficina, trabajando para que todo vuelva a funcionar cuanto antes.

      (Lo de trabajar, simplemente, no va con ellos)

      Gracias, Juan Carlos. Sigamos siendo de los menos gilipollas y currando como tales. No hay otra manera de salir de aquí.

      ¡Un abrazo!

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  2. Y ese tipo con tanto pedigrí de alcurnia —¿incluímos al bisabuelo, catolicísimo dictador que rubricaba sentencias de muerte en un entro y salgo del palio?— y tanta chorrada habitándole la corteza cerebral, ¿no tiene en las proximidades a alguien con las neuronas mejor enfiladas que se preste a corregirle las torpezas? Porque hay que ser lelo a espuertas para venir con semejante mamarrachada; eso o que el embozo de diseño que se ha mercado le presiona en exceso nariz y boca cortándole el suministro de oxígeno al cerebro. Vaya elemento con ínfulas tan propio para protagonizar las viñetas más despendoladas e hilarantes.

    Rascas suavemente en la pandemia y concluyes que el virus es menos letal que los costrones que va dejando en su paso por el mundo. Vaya tiempos infectos. Entre los Trump, Bolsonaro y demás ralea con mando en plaza, los concertistas de menaje, los racistas estadounidenses, los fascistas españoles y los blasonados alérgicos al sentido común, lo extraño es que no reviente el planeta.

    A seguir cuidándose —del virus y de tantas bacterias humanas.—.
    Un abrazo.

    P.S.- Y más categorías. En la novela El mecanógrafo, de Javier García Sánchez, dice el protagonista: “El mundo se divide en dos: los que aceptan de relativa buena gana su destino y aquellos otros a los que no les queda más remedio que hacerlo. Yo soy de los terceros…”. Pues eso. Seamos siempre de los terceros.

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    1. El pedigrí del rancio abolengo debe obstruir el riego más que los bozales con bandera de España… Creo que el bozal es más efecto que causa en esas mentes privilegiadas que hacen cursos de heráldica para ver si le pueden poner un cuartel más a su blasón u otra punta a su corona.

      La necedad no tiene límites y en estas circunstancias en las que se desnuda el alma de las personas, no hay quien la esconda. Vamos a ver más cosas, estoy seguro, y por más que creyéramos agotada nuestra capacidad de asombro, nos sorprenderán. Todo se justifica en estos días.

      Hagamos eso, quedémonos en ese tercer montón… y ¡salga el sol por Antequera!

      Un abrazo, amigo. ¡Gracias!

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  3. Gracias por ocuparte de este tema que no es en absoluto insignificante, y quizás pudiéramos sacarle utilidad. Dado que este chavalico no demuestra muchas luces para ejercer el trono de Francia, que sin duda pertenece por legítimo derecho a un Borbón y ya que en España disponemos de una reserva de Borbones bastante completa, porque no los exportamos, no sólo a Francia, sino a muchos países que no tienen la suerte de tener un monarca en condiciones,me imagino lo feliz que sería el emérito en cualquier país africano lleno de elefantes y otros animales en extinción, incluso podríamos colocar a Froilan que aquí no le veo salida.
    Podríamos incluso crear una franquicia o una marca registrada. Borbones marca España.
    Podemos incluso concertar matrimonios con presidentes de otras repúblicas para ampliar nuestra fronteras y consolidar nuestro imperio.
    Imagínate una infanta nuestra casada con Trump o Maduro.
    Yo soy le veo ventajas y una fuente de ingresos importantes.
    Un saludo y darle una vuelta a la idea.

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    1. ¡Sí!

      Un book de borbones para poner a disposición de las jefaturas de los estados y ofrecer matrimonios según vaya conviniendo a los intereses patrios. Yo lo veo.

      Ahora bien: me asaltan dudas. Un cruce de Borbón con Trump no sé si daría perrito pequinés, bulldog o mastín de los pirineos y a lomos de un país poderoso, podría resultar inconveniente… No sé si tanto como los originales, pero inconveniente.

      Habrá que escoger muy bien a los ejemplares, a fin de obtener cachorritos de noble con plebeyo adecuados para el ejercicio de los diferentes cargos, que los matrimonios morganáticos es lo que tienen.

      Lo veo, lo veo… ¡Pongámonos a ello!

      ¡Un abrazo, amigo!

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  4. Esta mañana he leido que Victoria Federica, definida como «la sobrina del rey» quinta en la linea de sucesión, se había saltado el confinamiento, trasladandose desde no se qué lujosa finca andaluza a Madrid. 1500 pavos de multa tiene la gracia.
    Ver al rey sentado en un escritorio con chaqueta y corbata negra, pidiendo que la nobleza de leche y aceite a los pobre,. vestido la imagen y piensas: llevará pantalones.
    O esa otra de la familia real de riguroso luto y guardando la distancia sanitaria ¿? en el jardín de la Zarzuela. Imagen digna de Jose Luis Cuerda.
    Recuerdas aquella inmensa ofensa de cuando eramos pequeños «eres tonto y en tu casa no lo saben». Pues algo así ocurre, les pongas en el lado que les pongas, no lo saben porque ellos viven en otra dimensión, no sé si quinta o sexta. Ese Borbón de piedra fué convenientemente decapitado, quizás la mano fuera útil para depositar la cabeza.
    No tienen remedio ni lo tendrán. Muchas vueltas tendría que dar la vida para que acaben trabajando de encofradores y eso les ponga los pies en la misma dimensión que al resto.
    Creo que eso de «la nobleza» destruye el gen de la empatía.
    Feliz domingo
    Abrazos, ahora que están prohibidos.

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    1. Nunca había reflexionado sobre esto, pues no es la nobleza motivo de mi devoción, pero puestos a pensar, desde el otro día, me produce una risa que me meo.

      Me meo cuando descubro que hay una asociación de hidalgos ¡¡¡de hidalgos!!! que aglutina a la nobleza toda y que estudia su heráldica, sus ritos y sus precedencias… y me meo.

      Me entero de que gestionan residencias de ancianos y me meo menos, porque claro, no lo hacen (aquí nobleza no obliga) sino para ganar dinero racaneando recursos y ya se ha demostrado que eso mata.

      Y luego veo a este sujeto dieciochista clamar por la mano amputada de su antepasado de piedra y ya no es que me mee, es que me descojono.

      Pero así parece ser la vida…

      Estos sujetos de opereta viven, por derechos de sangre, mejor que nosotros, comen mejor que nosotros, enferman menos que nosotros y cazan piezas más grandes que nosotros (de hecho nosotros no cazamos pieza alguna).

      El día que se den cuenta de lo tontos que son se van a poner malísimos, pero ¿y si no se llegan a dar cuenta nunca? Continuarán viviendo mejor que nosotros y, algunos, a nuestra puta costa.

      ¿Haremos algo?

      Un abrazo prohibido, amigo. ¡Gracias por tu comentario!

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  5. ¿Como podéis reíros de estas cosas? Echar cochufletas de hidalgos, condes o marqueses!!! Ellos que están entregados al bien de lo súbditos, que les falta tiempo para sus rastrillos y sus caridades. ¡Claro que les preocupa que a la estatua les falte una mano! Para llevárselo crudo hacen falta las dos.
    Un abrazo confinado

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    1. ¿Lo ves?

      Uno nunca termina de alcanzar todas las aristas de un problema. ¡Por eso es tan necesario el intercambio! Y propiciar estos foros en los que, entre todas las opiniones, hacemos que florezca la Verdad.

      Tal como dices, amigo Ricardo, para llevárselo crudo hacen falta las dos.

      Solo puedo añadir a tan profundo pensamiento mi adhesión inquebrantable:

      ¡Viva el duque de d’Anjou!

      Fortísimo abrazo.

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  6. El problema de este muchacho es que no sabe su posición en el mundo, no sabe si está a setas o a rolex.
    Tan pronto es un español mucho español, de bandera con águila de San Juan y gritando fervientemente viva España!!! como que reclama para si el trono de La Corona francesa.
    Querrá ser como Carlos I y V
    De todas formas, que hable con el amigo americano Trump y le resuelva el problema de la mano de su ancestro sin más “dilatación” seguro que a él le escucha.
    Un saludo para todos, buen domingo.

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    1. Fijate, yo creo que el problema es que este muchacho no tiene posición posible en el mundo.

      Iluminados, poseídos de una suerte de verdad en la que solo creen ellos, añorando los privilegios con que sus abuelos fagocitaron para sí lo que era de todos… ya no tienen lugar en este mundo.

      Se resisten, cuelgan sus escudos en el dintel de las puertas de sus casas, se hacen llamar ‘excelencia’ por el servicio doméstico y en realidad, son caricaturas de sus antepasados. Solo están aquí para divertirnos, para recordarnos que aquél tiempo pasado, en realidad, fue peor.

      Gracias Javi Parras. Me encanta verte por aquí.

      ¡Fuerte abrazo!

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  7. Asociación de hidalgos?
    Hidalgo, se puede escribir en minúsculas no?
    Alucino.
    Magnífico relato, dinámico, instructivo y aclaratorio.
    Mi carácter emocional o lo que sea, hace que oiga o visualice las noticias y solo se me ocurre un monton se insultos.
    Siempre un placer leerte, y a tus seguidores también.
    Un abrazote

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    1. Se puede escribir con minúsculas, sí. Y en letra chica chica… pero ellos no lo saben.

      Esto de las palabrotas creo que nos pasa a más de cuatro: no es tu carácter emocional, o no solo… es que las noticias vienen como vienen. Y esta en concreto da para muchas palabrotas.

      Un beso muy grande, Paz; gracias por seguirnos y participar aquí. Hacen falta todas las opiniones, aunque solo sea para saber que no se nos ha ido la cabeza.

      Un beso muy fuerte.

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