La covid-19 o, mejor dicho, el virus que la provoca, el SARS-Cov-2, no se ha tomado las obligadas vacaciones de verano.
Nosotros sí.
Nosotros, digo, los ricos. No nosotros los habitantes del territorio nacional, no todos nosotros, solo nosotros los ricos.
Los tozudos informes con los que se empeñan en amargarnos la vida, estos machacones de la tele con los que solo pretenden coartar nuestras sagradas libertades y nuestro indeleble derecho a no usar mascarillas o a fumar en las terrazas, los informes de las autoridades sanitarias, decía, ya no impactan en nuestra sensibilidad, abotargada por efecto de la repetición. Los escuchamos en modo stand by a la espera de que la información deportiva (no olvidemos que el Madrid, el Barça y el Atleti, han sido estrepitosamente eliminados de no sé qué importantísima competición continental) reclame nuestra atención y fije en nuestras neuronas lo que realmente importa: ‘el Barça cae humillado ante el Bayern’.
Madrid, Barcelona, Zaragoza, Bilbao, están a punto de que sus respectivos sistemas sanitarios entren en colapso. Es una pequeña putada, no por los muertos que la cosa se vaya a llevar por delante, sino porque ya no podemos echarle la culpa a Pedro Sánchez, verdadero hacedor del mal de todos los males, que hizo dejación de sus responsabilidades para descargar el mochuelo a los presidentes autonómicos. Era lo que pedían (y algo furibundos, ahora que me acuerdo), así que ni siquiera de eso le podremos culpar.
Los chicos ricos hemos venido a contagiarnos a las corridas de toros (haciendo, claro, caso omiso de esas recomendaciones abusivas del Ministerio de Sanidad, con las que Salvador Illa solo pretende acabar con las libertades individuales y con la democracia española), en los conciertos de Taburete (donde el dicharachero de Willy Bácenas arroja su protector al público al grito libertario de ’¡ni una puta mascarilla!’), en las exquisitas fiestas de la sociedad malagueña (para las que nunca encontramos una mascarilla a juego con el estampado floral del vestido de firma que estrenamos).
Los pobres, los inmigrantes tienen mucha menos clase para contagiarse. Como no se han podido tomar vacaciones, contraen la enfermedad en la hora punta del Metro de Madrid porque la mascarilla tipo fpp-2 tiene tantas puestas que ya no protege, o en el tajo recogiendo tomates cultivados bajo plástico a 55 grados centígrados (aquí te puedes contagiar de la covid-19 o morir directamente de un golpe de calor, que eso no se elige), o en los barracones en los que sus empleadores los hacinan bajo el eufemismo de alojamientos.
Cada uno en su nivel de dignidad, nos contagiamos. Ellos con más miedo y sin más cojones, nosotros con más razón y con un discurso intelectual mucho más elaborado sobre la libertad y el descaro social-comunista de quienes nos la quiere arrebatar. Nos contagiamos.
Lo jóvenes juegan a ser invulnerables, seguramente porque nadie les ha contado despacito las secuelas de la enfermedad y como se pueden quedar de por vida afectados por cosas feísimas en los pulmones y en las vísceras. Lo adultos jugamos a tener mucho más conocimiento de la realidad del SARS-Cov-2 que las autoridades sanitarias, porque para eso hemos seguido con tanta atención los enormes éxitos de Alemania u Holanda en el tratamiento de la enfermedad, que no han impuesto confinamiento alguno y han dejado a la voluntad de los contagiadores potenciales el acatamiento o no de las medidas de seguridad. Los pobres no juegan a nada: van a currar y sanseacabó. Los ricos nos la jugamos a nuestro mejor criterio. Y nos contagiamos.
(Era muy sencillo poner trabas al Gobierno de España para la prolongación de los períodos del estado de alarma. Ahora es muy sencillo culpar a la acción diplomática del Gobierno de España de las limitaciones que otros estados imponen para venir aquí. Es muy sencillo hacer cualquier cosa menos tomar las precauciones que el sentido común y las autoridades sanitarias nos recomiendan a cada uno. Y ahora, lamentaciones y crujir de dientes, mientras en las comunidades autónomas analizan, a 15 de agosto, si debieron ser más estrictas con la cosa del turismo a la vista de los acontecimientos y, eso sí, prohíben fumar por la calle.)
Y ¿septiembre? Septiembre va a ser la hostia.
La verdad metamonos todos, es que somos bastante irresponsables con el cumplimiento de las normas,no tenemos los que todabia no nos hemos contagiado (toquemos madera) la malo que puede llegar a ser si te contagias, puedes llegar hasta la muerte.
La gente joven no lo piensa , y yo en el fondo los entiendo aunque no comparto su aptitud, por que la sangre esta caliente y quieren marcha, sobre todo despues de tanto tiempo que llevamos sufriendo el bicho, nos dan salida y a correr sin pensar que despues llegan a casa y ahi estamos los mayores.
Las culpas tranquilo las tiene Pedro Sanchez ya lo decia ayer la señora Ayuso que tenian que ser unas medidas generales coordinadas por el gobierno, ¿ entonces por que cojones se pedia que fuesen las autonomias las que dirigieran el cotarro? la culpa de todo la tiene Pedro Sanchez no hay duda ninguna y si no la tiene se le echa por si acaso.
En este caso los señores ricos chulitos, de nada les vale solo para presumir que son machitos, y para echarles la culpa a los pobres que son los causantes de esta pandemia por que tienen la desfachatez de venir a trabajar como temporeros para poder comer.
Señores ricos tiene a mi punto de vista mas delito moral ya que economico no lo estamos condenando, el contagio por una macro fiesta pija o no, que el señor o señoras que vienen a trabajar en lo que los demas no queremos.
Rico absuelto, pobre culpable.
buen domingo de navegacion cantando , con cien cañones por banda viento en popa a toda vela, no corta el mar si no vuela un velero bergantin, ya vale.
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Eso es lo peor: que el viento viene de popa y, en contra de lo que se cree, es un coñazo mortal.
Esto de las formas de contagiarse no deja de ser curioso: unos salen de casa acojonados vivos porque saben que corren el riesgo de pillarlo, pero no tienen más remedio y otros, los de la raza superior, que están convencidos de ser invulnerables y que todo esto lo hace Illa para joderles la vida… ¡Qué inconscientes!
Esos son precisamente los que vienen a decir que los inmigrantes vienen, primero a quitarles el trabajo (como si ellos fueran a recoger tomates en su puta vida) y ahora a contagiar del virus a los españoles.
¡Cosas!
Me voy a ver como van las velas.
¡¡GRACIAS!!
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Hola amigo Justo.
La situación esta descontrolada y nada paeece que vaya a evitar un otoño dificil.
Ni ricos ni pobres se escapan del Covid. Ni de las consecuencias que esta situación tiene y va a tener. Las secuelas no son solo físicas. Nuestra sociedad tendrá secuelas para muchos muchos años y nadie ni ricos y pobres vamos a poder evitarlo.
No compramos nuestra salud y no vamos a estar a salvo mientras todo se rompe. Es un momento de grandes dilemas éticos. Pero…. Y si ya no nos acordabamos de esta asignatura y sólo dabamos estadistica y economia?
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Yo soy del tiempo en que la Religión era obligatoria y el que no quería darla se callaba como una puta y se cagaba en la Corte Celestial a la salida de clase. Así que lo de la ética no lo tocamos mucho.
De ese tiempo parece que son todos los que mandan de verdad; los de la pasta: de ética, lo que se dice de ética, no saben, no contestan.
ECONOMÍA: proteger al turismo, proteger los negocios locales, proteger todo menos la salud. Dilema enorme. Creíamos que se podían compaginar una cosa y la otra, o lo queríamos creer. Y ahora que vemos que en realidad no se puede es demasiado tarde, incluso, para proteger el propio turismo y el propio comercio local. Así de bien lo hemos conseguido hacer a fuerza de gritar que queremos libertad para contagiarnos…
La querían los ‘cayetanos’, los empresarios, los comerciantes. Y la han conseguido.
Para mal.
Un beso enorme, Inma. Muchísimas gracias por contarnos.
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Septiembre, la hostia va a ser de antología, además nos va a pillar cayendo de la actual, se inician las clases, en Alemania tienen muchísimos problemas, en Alemania…
No sé ese empeño en llarmar al bichito COVID 19 o Coronavirus, le llamamos Pedro Sánchez y centramos la atención en lo que importa.
Por cierto, Casado desde su lugar de vacaciones, ha criticado que Pedro Sánchez esté de vacaciones. El que lleva un año qué, lo mas que ha trabajado, es mirar fijo a una oveja.
La otra, Díaz, también de vacaciones, como tu dices ahora se le ha ocurrido la «solución» la misma que negó catorce veces. Bueno la «idea» la comparte con Casado que también dice por la tarde lo contrario que por la mañana.
La mediocridad que tantas veces he visto agarrarse como un percebe a la roca, es como ese ruidito del coche, nunca se arregla solo, al final revienta el motor y nos deja el coche como una sartén vieja. Así estamos con un nivel de mediocridad insoportable.
Por cierto que no le has nombrado, tu amigo Cañizares, ese que se viste de novia, ha dicho que la ciencia sola no acaba con ésta pandemia. Yo, que no dudo de su sabiduría, me he imaginado al espíritu santo en forma de murciélago chino.
Vamos a tener una semana de «caja B» ya veremos el domingo.
Feliz tarde, abrazos.
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Eso es lo que más importa ahora: la dimisión del vicepresidente en todas las portadas, y mientras hablamos de lo que importa, pasamos página de la gran cagada: obligar a Gobierno de España a traspasar el mando a las comunidades autónomas. Nunca lo reconocerán.
El drama es que Simón y Sanchez toman vacaciones. ¡Y ellos no las merecen…! No como Casado. Él sí las tiene bien merecidas
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¡GRACIAS, AMIGO!
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