Las lágrimas de Irene

Estamos dispuestos a celebrarlo todo. Y lo celebramos.

Nada que objetar, por otra parte, porque todo lo que suene a fiesta (nacional o extranjera) nos pone de un humor magnífico y, aunque solo sea por eso, ya vale la pena agendarlo en nuestro nutrido escandallo de excentricidades.

– Perdona, ¿has dicho helow… qué?

– Haloween, idiota.

– ¿Y eso qué es lo que es?

– Pues una cosa de los muertos.

– ¡Alabado sea el Santísimo!

Si hay que celebrar a los muertos, se celebran. Y si hay que celebrar el viernes después de Acción de Gracias (¡cosas!), pues lo celebramos y tomamos los comercios al asalto en busca de esa oferta irrepetible de accesorios para la barbacoa, tengamos o no barbacoa, que esto no es relevante a lo que nos ocupa.

– ¿Black Friday?

– Yes

– Pues ¡Black Friday!

¿A quién jodemos? Pues a nadie.

(Ya celebramos con devoción mariana el día del Pilar: tejemos un manto floral de descomunal tamaño en la plaza del mismo nombre, a más gloria de la virgen de igual advocación, ataviados y ataviadas con el traje típico de cada lugar de procedencia del peregrinaje, desde las siete de la mañana hasta bien entrado el atardecer… y nadie le parece una exageración.)

Un viernes negro con mascarilla es, sin embargo, como un jardín sin flores. Y vende menos, nunca mejor dicho. Así que tenemos buscar regocijo en Isabel Díaz Ayuso discurseando en Barcelona contra el independentismo (¡qué gran azote para la izquierda!) o a favor de la aniquilación de los impuestos, porque pa´ qué.  Y, si no, lamentando en tono mayor la muerte de aquél señor regordete que jugaba a pelota a las mil maravillas y luego fostiaba a su pareja cuando le venía bien y se metía un tiro de farlopa que temblaba el misterio para celebrarlo. El caso es celebrar.

Celebremos. El célebre alcalde de la capital de España (que tiene la estatura en común con la virgen aquella del manto) lo celebra con las luces navideñas y planta (con dos cojones) un kilómetro y medio de bandera de España en versión led Surface Mount Device, dotada de sistema RGB, con un índice de reproducción cromática de hasta el 80% (ya sé que esto del índice de reproducción cromática –IRC para los entendidos– es un dato menor). ¿Quiere parecerse el alcalde de Madrid a Abel Caballero y medírsela con el de Nueva York? No. En realidad solo quiere reafirmar su patrioterismo de opereta y tocarle los huevos al ingente censo de españoles de mal, estos que hace ya mucho rato asumimos de quién era la bandera, a quién representaba y para qué la usaban aquellos que se la apropiaron. Pero igualmente celebramos el acontecimiento, porque las gilipolleces de Almeida (como las de Díaz Ayuso) nos producen un regustillo íntimo que, ‘como un licor suavísimo, nos llena de contento’ (en cita de Pablo Guerrero).

Y ¿cómo celebra nuestra ministra de Igualdad la fecha en la que el mundo clama contra la violencia machista? Pues la ministra llora. Sí.

– ¿Llora?

– Llora.

– Pobre.

– Ya.

La ministra llora

Con toda probabilidad, si su madre la vio por la tele estaría pensando aquello de ‘como vaya yo vas a llorar con razón’. Pero llora. Llora porque en su yo íntimo sabe que el suyo es el ministerio de todas las mujeres, y eso es una cosa de mucho llanto. Y a lo mejor también llora porque esto le garantiza primera plana en todos los medios al uso. El caso es que llora de sus ojos y encoge nuestro ánimo: venga, ministra, que eso no es nada… que las ministras no lloran. (Cómo Sánchez Dragó se ha metido con ella, hago aquí público reconocimiento de las lágrimas de Montero y me solidarizo en ella en el llanto eterno).

Estamos dispuestos, decía, a celebrarlo todo. Urge buscar la fórmula para hacer grande la paliza que dos polis franceses le metieron a un tipo negro por ir sin mascarilla, o el disparo de Taser (una pistola eléctrica con muy mala leche que lanza descargas eléctricas y que no está descrito sirva para inmovilizar jovencitas) que entre tres mossos d’esquadra propinaron a una chavalita que perdió los nervios cuando iba al psiquiatra.

Pero somos gente de buscar cualquier excusa y, sin duda, también la encontraremos para esto.

Celebremos. El mundo está perdiendo el oremus. Así que… ¡celebremos!

El dibujo es de mi hermana Maripepa.


12 respuestas a “Las lágrimas de Irene

  1. Isabel Diaz Ayuso una señora que ataca , ataca y ataca ¿ con fundamento ? es posible que en alguna tenga algo de razon, pero su mision como oposicion al gobierno es atacar con o sin razon.
    De la señora ministra ,no es santo de mi devocion ni ella ni su grupo desde el primero hasta el ultimo, que llora ? mentira, comedia, puro teatro, como no entiendo mucho seguramente estoy equivocado , podemos como socio del gobierno sera necesario para gobernar, pero es la oposicion mas dura del psoe, por eso no me caen simpaticos.
    Y contra la violencia policial una vez demostrada, castigo ejemplar para que los demas se lo piensen dos veces antes de actuar , pero repito que se demuestre que la violencia no era necesaria, que las redes sociales engañan mucho sobre este tema.
    Sobre el black friday no me impresiona , los españoles copiamos todo lo que nos viene de fuera, menos el trabajo y la union entre españoles, por ejemplo los americanos se matan en las elecciones pero despues su pais es lo unico que prevalece y van a muerte con el , nosotros al contrario lo queremos trocear.

    buen domingo

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    1. Un despropósito detrás de otro. Ayusadas, almeidadas, ahora también monteradas… Parece que el sinsentido cotiza en política y, en general en las ciencias sociales.

      Podemos hará mucho daño al PSOE, pero más daño le hubiera hecho tener que volver a convocar elecciones, así que habrá que comérselos con patatas y lidiar con la más fea. Supongo que todo el mundo sabe que Podemos está a la suya, y la suya no es que gobierne el PSOE. Al pobre Sánchez le han tocado todas las feas, porque la pandemia tampoco es de las más bonitas.

      Esto de la violencia policial no sé si no es también del signo de los tiempos. Parece que los nervios de la humanidad están a flor de piel y los polis no son sino seres humanos (qué te voy a contar…). Cierto es que deberían estar especialmente entrenados (ya que les otorgan el privilegio de portar armas de fuego). Pero al fin, personas con sus presiones, con sus opiniones, con sus quemazones… y con poderosos instrumentos para desahogarse.

      El mundo pierde el oremus, amigo. Conservémoslo nosotros por el tiempo que nos lo permitan.

      Un abrazo enorme.

      GRACIAS, COMO SIEMPRE, Juan Carlos.

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  2. Debes andar muy cabreado, últimamente echas mucho mano del lado grueso del diccionario.
    Escuché a la ministra llorando, escuchar no lo digo en modo baladí, ya hace tres años que decidí que mis ojos los preservaba para actividades más útiles, como leer libros, tengo más libros pendientes que vida. El oído junto con el olfato son los sentidos más eficientes. El caso es que ese llanto lo escuché, lo asumí como mío y lo entendí.
    Aquellas famosas lágrimas de Díaz Ayuso ni las oí ni me las creí.
    Aunque por los próceres de ésta España nuestra le dieran un valor muy diferente. Así va la vida, o nadas contra corriente o acabas ahogado en la mediocridad y la inmundicia.
    Todos los días celebramos algo, hoy es el cumpleaños de mi hija, para mí la celebración más importante. El tiempo vuela.
    Feliz día, abrazos.

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    1. Pues, lo primero, muchísimas felicidades por la parte que te toca. Día de celebración de los de verdad, aunque no se pueda llenar la casa de gente…

      A mí no me conmovieron nada las lágrimas de la ministra. Por mucho corazón que le hubiera puesto a la cosa, las ministras tienen que venir lloradas de casa y usar las plataformas que les dan los medio de comunicación para luchar contra las injusticias que tienen adjudicadas. No me gustó… me sonó a estrategia, por sinceras que fueran.

      Esto de la violencia machista da para mucho. Da para muchísimo. Le ministra Motero tiene mucho que hacer. Y muchos estamos esperando que lo haga.

      Fortísimo abrazo, amigo. Tú… ¡a celebrar!

      GRACIAS

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  3. Discrepo contigo.

    Hablemos de la bandera: Los socialistas nunca hemos asumido que la bandera fuera de la derecha, simplemente llevamos cuarenta y cinco años repudiándola. No se la apropiaron. Era de todos y nosotros no la quisimos.

    Hablemos de Irenita. Qué puedo decirte:

    Irene
    tiende sus trapos al sol.
    Y algo en mí
    Se aroma y despereza,
    Jugando a las adivinanzas
    Y a los rompecabezas…

    … No comprendo cómo puede usted
    Pasar y no verla.

    (hace 45 años de estos versos!!)

    Hablemos de religión y celebraciones: ¡Qué bonito el manto del Pilar! ¡Qué bonitas las procesiones de Semana Santa! ¡Qué bonito el Corpus! … A mí me gustaría celebrar que la religión ha salido de las aulas pero parece que ni al antiguo “Partido Socialista Obrero Español”, el de nuestros mayores, ni el actual “Partido Sanchista O… Estatal” les parece importante. Han sido cinco leyes de educación y cinco oportunidades perdidas. En el fondo, a los socialistas nos gusta la iglesia y sus celebraciones.

    Hablemos de la televisión: es una mentira. La violencia policial, las mujeres que matan a niños, los impuestos en Madrid pero no el concierto vasco… fíjate que incluso nos quieren vender que el señor regordete era Dios cuando en realidad era un fulano que una vez jugó al fútbol (eso sí: muy bien).

    La próxima semana… hablaremos del gobierno.

    Por cierto, no es que a Sánchez le haya tocado bailar con la más fea. Reconócelo, Sánchez no es buen bailarín.

    ¡Salud! (por lo del covid) y un fuerte abrazo.

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    1. Sí: discrepamos.

      Se la apropiaron (a mí me importa un huevo) y la usaron para exhibir el peor nacionalismo, el españolista. La peor ideología, la que heredaron junto con los colores que exhiben. No me ofenden: no ofende quien quiere.

      Aquí no discreparemos: la religión fuera de las aulas es, también para mí, la única manera de tratar la asignatura, y tanta complacencia con la derecha no me gusta ni poco ni mucho.

      También lo del concierto vasco me importa lo que me importa. La televisión hace su jugada (cada una en su línea y ninguna realmente aséptica, ni podría ser) y trata de lo inmediato, no forma, no informa, apenas entretiene, que son las tareas básicas de los medios de comunicación. Crea opinión, eso sí y no con buenas artes.

      Irene Montero y el juego de Podemos me parecen peligrosos. Menos que unas elecciones (que hubieran sido las cuartas) pero peligrosos. No la veo tendiendo nada al sol. No veo a Podemos jugar lealmente con la izquierda española… en realidad, no los veo, por más que me fijo.

      Y no. No creo que sánchez sea un mal bailarín: si lo fuera las encuestas no estarían aprobando su gestión y las elecciones vascas y gallegas hubieran dado cuenta de ello. En la peor época de la historia de España está salvando los muebles muy dignamente a nivel de opinión pública. Bailar… ¡baila!

      Un abrazo fuerte, Lorenzo. Desde la discrepancia, claro.

      Gracias por tus comentarios.

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  4. Pues, celebremos, incluso yo iría a más y las nombraría fiesta nacional o autonómica, según el partido de donde venga, por supuesto no laborable, celebremos las tontadas de la Ayuso, las salidas del tiesto de los de podemos, el glorioso bloqueo marítimo contra las pateras, esa por supuesto nacional y a la altura de Lepanto, quitemos cualquier virgen llorona y pongamos una imagen de Irene Montero y saquemosla en procesion. A ser posible estás fiestas que caigan en puente, para poder usar el confinamiento perimetral y como premio a la tontería más gorda, que se instaure una paga como el 18 de Julio.

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    1. Lo de la paga lo discutimos, pero sacar en procesión a Irene Montero en vida es tanto como inspirar un belén viviente, pero al revés, o sea no un belén muriente, sino un Calvario viviente… y bastante Calvario llevamos ya encima…

      Vamos a seguir con las vírgenes dolientes, que eso da mucho de sí. Y las ayusadas… las celebramos en la intimidad aunque sea en castellano.

      Eso sí, a lo de la paga del 18 de julio, nada que oponer: el día de la patera.

      Gracias, amigo. ¿Un whisky?

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  5. Llorar, lloramos todos… ¿Por qué? Pues porque es lo que toca. Llora la ministra, la presidenta y el alcalde. Llora el vicepresidente porque los amiguitos no le han dejado sitio en la mesa del monopoly, llora Inés porque los constitucionalistas ¿? no la quieren como ella, quiere que la quieran, lloran los catalanes que quieren ser, ya que no independentistas, madrileños con barretina, lloran los de siempre en el Psoe por no se que rayas rojas pasadas (no ven todas las, que con ellos, se han pasado y no ha pasado nada, bueno sí, que ya no sabemos quienes somos).
    Lloramos todos por las Navidades, porque no podremos estar con los nuestros, con nuestros mayores, ¡con nuestros mayores!, si con todos esos que olvidamos durante el resto del año….
    En fin, lágrimas de cocodrilo…
    Lloremos, si, pero por ser como somos.

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    1. Lágrimas que valen portadas. Y seguimos pretendiendo fácil lo que es tan difícil.

      Lágrimas de cocodrilo. Lagrimas de mentirijillas. Lagrimas de conveniencia, como algunas bodas. Lagrimas que lloran la impotencia de quién, de repente, se ve con nuestras ojos.

      Pero no son Lágrimas.

      Y si lo fueran… ¡¡tanto peor!!

      Gracias, Ricardo. Siempre atinado. Un abrazo muy grande. Lleno de líneas rojas que ya se pisaron… y así nos va.

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  6. Buenas,
    Yo pienso que la emoción y lágrimas de Irene pudieron ser , o bien por haber tenido algún caso de violencia de género muy cercano a ella o bien por llevar el feminismo al extremo.
    Una amiga que paso por el paseo del prado me comentó la horterada de la bandera luminosa kilométrica y como yo soy de las que se enteran de la fiesta por los bollos del panadero , veo buñuelos y ya se que es el dia de los santos, le dije, sera para la fiesta nacional , y muy exaltada me grito…..nooo, que esa ya paso, lo han puesto por las navidades…
    Perpkeja me quede .
    Payusadas, Almeidadas,voxeradas ciencia ficción….
    En fin, un placer leeros a ti y a a todos.
    Ah, seguimos en la nueva subnormslidad o eso lo han cambiado?

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    1. Seguimos, seguimos… de memez en memez y tiro porque me toca.

      Hay poco que celebrar y, sin embargo, mejor no parar, por si un día nos demos cuenta de todo y de nos viene el mundo encima.

      Sigamos en la nueva subnormalidad. Navidades en familia reducida y luces de banderas, como en las pelis de Berlanga.

      Un beso muy fuerte Pazix. ¡Nos vemos por el barrio! (En cuanto nos suelten)

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