Nuestra gente

Qué delicada armonía desprende Macarena Olona cuando cita a los setenta u ochenta hijos de puta que quieren fusilarnos a veintiséis millones de españoles. “Es incierto –ha dicho– que se trate de un manifiesto. Sí es una manifestación en favor de la unidad de España y, como tal, por supuesto que es nuestra gente”.

Conmueve.

Me permito la licencia de nombrarlos como una cuadrilla de hijos de puta, únicamente, haciendo uso de mi legítimo derecho a tratarlos como a mí me tratan porque, no me cabe duda alguna, yo soy uno de esos veintiséis millones que creen (seguro de buena fe) que tenemos que estar muertos.

Y no es que me moleste.

Produce cierto desasosiego, esto sí, pensar que un atajo de salvapatrias a los que no conozco de nada me quieran ver muerto.

En serio, no me molesta.

El cañón de una ametralladora

Si acaso hará que camine mirando con disimulo hacia los lados, con ese punto de desconfianza que da tratar de adivinar del gabán de qué emboscado emergerá el cañón de una ametralladora. O sea que no es molestarme. Solo me inquieta.

Todo lo demás lo doy por amortizado. Ya sabíamos que la inmensa mayoría de los soldados que consiguieron sus primeros galones durante la dictadura y alcanzaron el generalato entrada ya la democracia, no eran precisamente avanzados espíritus libres, ni defensores del sufragio universal, la igualdad de oportunidades o las conquistas sociales (amigos de conquistas sí, pero de otras). De hecho, sospechábamos que no. Que no, vamos, que no. Amortizado, ya digo. La democratización de los cuarteles (si llegó) debió tardar un rato bastante largo en llegar. Amortizado.

Sabíamos también que hay gente muy bruta, que sueña con matar malos todo el tiempo. Y que hay personas que se ponen cachondísimas con las cosas de la unidad de España y las banderas y los crucifijos. Claro que sí. Y, condescendientemente, nos referíamos a ellos como ‘los nostálgicos’, en lugar de como los hijos de puta que nos quieren ver muertos.

Así que ya no más.

Ya no más, porque lo que no sabíamos es que era ‘nuestra gente’.

Ya no más.

Porque esto no es fruto de la fatiga pandémica, ni consecuencia de la vergüenza ajena que da ver a Isabel Díaz Ayuso inaugurando un hospital sin hospital por dentro. No, no se trata de un ‘brote aislado’ de fanatismo patrio, ni del resultado de haber tenido cuatro años en la tele a Donald Trump.

Lo que pasa es mucho más profundo; late en las entrañas mismas de la patria: de nada sirvieron las denigrantes concesiones que se hicieron al poder que desalojaba entonces los sillones del Estado para comprar una transición pacífica. No sirvió de nada traicionar la memoria de los muertos, blindar al ejército y al rey, hacer como que olvidábamos la barbarie de los vencedores institucionalizando un perdón que nadie les sugirió siquiera que tenían que pedir. Su odio permanece. Y ahora, cuando asoma con la peor de sus caras, nos hacen notar sin pudor que está incrustado en quienes heredaron y exhiben aquella forma macabra de entender el poder que creímos del pasado.

No es casual, no es circunstancial. Es endémico, está en el ADN de los espinosas de los monteros, de las olonas, de los abascales y las monasterios. Por favor, escuche con atención (si logra llegar al final) la arenga de su jefe de filas enardeciendo el chat de estos exmilitares genocidas, protogolpistas. Es la tercera fuerza política del Estado y va creciendo en intenciones. No es ninguna broma.

Usted, yo y otros veintiséis millones más, debemos ser aniquilados para calmar la sed de patria y orden de un grupo de degenerados. Aquel orden de mierda con el que creímos haber acabado, para poder salir a la calle sin mirar hacia los lados tratando de adivinar del gabán de qué emboscado emergerá el cañón de una ametralladora.

En serio, ya no más.

Son genocidas: no es para hacer bromas.

El dibujo es de mi hermana Maripepa.


16 respuestas a “Nuestra gente

  1. Estos generales jubilados firmantes, son aquellos que fueron cachorros en los comienzos de la dictadura, hoy por suerte tenemos ejercitos con gente preparada, culta y con educacion ( casi todos) pero estas reliquias adoradoras de su tiempo de extorsion y aberraciones que produjeron en esos tiempos, por que por dios, un señor militar en los años cincuenta , eso era la ostia por alli donde pasaban, eran peor que el caballo de Atila no volvia a crecer la hierba, el abuso de poder era tan grande, que no era respeto lo que se les tenia era miedo, ,claro no eran todos por fortuna , pero estos del fusilamiento no se salva ni uno, y si alguien piensa que estoy exagerando lo acepto, pero tengo conocimiento de causa de un caso ocurrido en mi pueblo por eso digo que por fortuna no eran todos,

    los chicos y chicas de vox no creo que tengan intencion de fusilar a nadie, se utiliza simplemente para conseguir mas adeptos ( no ineptos) a sus filas para poder seguir viviendo del cuento.
    Ah espero que los 26 millones de fusilamientos no se produzcan, por que si no tendremos que pedir ayuda a el gobierno para aumentar los cementerios, salvo que los privaticen y ademas de matarnos les saquen rendimiento.

    Buen domingo fresquito

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    1. jajajajajajajajaaja
      ¡No des ideas!

      Si descubren que fusilar es un buen negocio, harán buena la intención y se pondrán con ello…

      Lástima que estos exmilitares (que seguro que cobran una pensión del Estado algo más gorda de las que nos van a quedar a ti y a mí) no tengan la vergüenza de quedarse calladitos con sus ideologías de la prehistoria.

      Y lástima descubrir que tienen tan nutrida representación en el Congreso de los Diputados…

      GRACIAS, Juan Carlos.
      Un abrazo muy fuerte.

      (Nos hubiera encantado que contaras el caso al que te refieres que pasó en tu pueblo)

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  2. Trivializar que los discursos de odio siempre preceden a las acciones odiosas es jugar con fuego.
    No es retórica. No es un chat privado. Nada hay hoy en día que sea privado y ellos lo saben. ¿Que diferencia hay entre pensar ser un genocida y serlo?.
    Preocupa y mucho y lo hace porque nos demuestra las dificultades que el sistema democrático tiene para controlar y suprimir estos nuevos fascismos que se extienden por Europa o ese terrorismo incontrolable, sin estructura, creciendo, no como un árbol que identificado puede ser talado o arrancado de raíz, sino como un rizoma que da frutos aquí o allá, sin jerarquía y sin control.
    No tenemos más que ir sumando, no son cosas aisladas, para algunos (¿muchos?), son «nuestra gente».
    Y habrá que ir, claro, mirando de reojo por las esquinas. Es lo que tiene que a veintiséis millones de españoles nos hayan puesto una diana en la espalda, porque sobre eso, no tengáis duda, no lo veremos venir, como siempre será por la espalda.
    Buen domingo

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    1. No; no se pueden tivializar esos discursos, ni podemos seguir refiriéndonos a ellos como ‘los nostálgicos’, como si se tratara de un grupo de abueletes añorando sus primaveras de juventud. No son ellos.

      Han dejado claro quienes son y qué es lo que quieren, y lo han hecho con todas la de la ley, en privado (si como bien dices ese tipo de privacidad existiera) y en público, enviando esas cartas infames al rey y al presidente del Parlamento Europeo con la intención descabellada de ‘ponerse a la orden’.

      Será por la espalda.

      Quiero suponer que la racionalidad aún impera y que no será el genocidio que anhelan, pero será.

      Y me hago la misma pregunta que tú: ¿qué diferencia hay entre sentirse un genocida y serlo?

      No son ‘nostálgicos’. Son lo que son. Y tienen una amplia representación en el Congreso de los Diputados: los hemos votado nosotros.

      Te juro que no entiendo nada.

      Un abrazo enorme, José Ricardo.

      Gracias, como siempre.

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  3. Yo creo que no se nace con ese tipo de demencia. Ese tipo de demencia es aprendida y por lo tanto alguien la enseña. Pensábamos que con la vuelta de la democracia se había dejado de enseñar, pero no ha sido así. Propongo que se identifique a los maestros del odio y, como mínimo, se les corte el suministro.

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    1. Secundo la propuesta.

      Estos maestros del odio cobran pensiones del Ejército Español.

      Los odiadores tienen que estar fuera del sistema. Es lo mínimo que nos merecemos 26 millones de españoles de todos los sexos y todas las edades.

      Gracias Lucifer. Lo dicho: Secundo la propuesta.

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  4. Vamos a hacer números.
    Españoles a fusilar 26.000.000
    Minutos por fusilamiento 5 Total minutos 130.000.000
    Número de horas 2.166.667
    Número de días 90.278
    Número de años 247

    He puesto cinco minutos por fusilamiento, una cosa rapidita, apunten disparen y poco más.
    Aún así esos tarados necesitarían doscientos cuarenta y siete años de tiempo acumulado para cumplir totalmente con su promesa.
    Aparte los problemas de logística y funeraria inherentes al ‘tema».
    Imagino que echarían mano de la experiencia de sus amigos los nazis alemanes.
    De todas formas veo fallos, de momento admiten que los «rojos hijos de puta» los superan en cinco millones de almas.
    Dado el rango que tenían en el ejército, que como el valor, la preparación táctica y técnica, se les supone, dado la cantidad de entorchados que cuelgan de sus medallas, no se les ve capaces de ganar una guerra ni al Risk.
    He escuchado ésta mañana en las noticias que un segundo o tercer comunicado al rey las firmas iba por los cuatrocientos.
    Al parecer al ejército, sin paños calientes, le hace falta una limpieza a la alemana. Su grado de putrefacción democrática está a nivel de un garito un sábado a las seis de la mañana, hace falta mucho salfuman.
    Una de las alegaciones es el de siempre ¡¡¡ España se rompe !!!
    Joder.. nos lo viene a decir los mismos militares que, junto al entonces principe y jefe del estado en funciones, se dejaron robar la provincia cincuenta y tres que ahora, desgraciadamente está tan de actualidad.
    Si.. yo también estoy muy enfadado con éstos parásitos. Que son lo que son y tienen la ideología que tienen, y al que denuncia lo expulsan como pasó con un teniente que había escrito un libro, le entrevistaron en El Intermedio con su uniforme puesto.
    El atrevimiento le costó la expulsión en cero coma.
    No hay más que revisar la votación por manzanas en las elecciones para ver cuál es la ideología de esta gentuza.
    Estos, que son de la promoción de 1969, deberían devolver todo lo que han cobrado desde el siete de diciembre de mil novecientos setenta y ocho ya que se han pasado la Constitución por el arco voltaico.
    Feliz aunque preocupado domingo.
    Abrazos.

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    1. Eran ya generales o estaban a punto de serlo cuando se promulgó la Constitución que ahora, pretendidamente defienden a su manera.

      Desolador.

      No los quitamos. No quitamos a ninguno. Nos pareció bien compartir con ellos aquella sociedad que nacía de su podredumbre. Nos equivocamos.

      Aquellas concesiones, aquel perdón oficial, no sirvió sino para que ellos mismos se crecieran y fueran realimentando su odio a la España que nacía.

      Son golpistas, genocidas, un saco de mierda cada uno de ellos, los 70, los 300. Los participantes, los firmantes, todos los salvapatrias de los cojones que se empeñan en imponernos su manera asquerosa de estar en el mundo.

      Vamos a tener que empezar a decirlo muy alto, porque ellos lo dicen muy alto y muchas veces: ¡NO VIVIMOS EN UNA DICTAURA! ¡DEJEN DE REPETIRLO UNA Y OTRA VEZ! ¡UNA DICTADURA ES LO QUE USTEDES Y SOLO USTEDES QUIEREN! ¡Y LO QUIEREN, SOLO, PORQUE VEN PELIGRAR EL PUTO MOMIO EN EL QUE HAN VIVIDO Y PRETENEDEN SEGUIR VIVIENDO!

      El Gobierno legítimo de España, o eso espero, dará buena cuenta de ello.

      Gracias, amigo. Vamos a repetirlo mil veces.

      Fuerte abrazo.

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  5. Muchos millones me parecen a mí para estos jubilatas ociosos con la pantalla del móvil más infectada que la única letrina de una cárcel yemení; la de babas que acumularán los celulares de esa tropa de nostálgicos cuarteleros con el cerebro a lo gruyere. Están buenos ellos como para sujetar, ya no digo una ametralladora, sino un simple tirachinas, a menos que dejen el trabajo de campo a la Brigadilla de los Cincuentaydós, que por muy suyos que consideren a estos casposos del fajín, no tendrían güevos ni peones suficientes para semejante tarea, así que poco peligran nuestras nucas y el estuco de las tapias de los cementerios con esos vejetes, sus pelayos y la fanfarria mediática que los cobija, alienta y publicita.
    De todas formas, bueno es confirmar lo que ya se sabía sin necesidad de reventar el WhatsApp de nadie.

    A terminar bien el puente, compañero. Y, como siempre, acertado artículo.
    Un abrazo.

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    1. Muchos millones son, sí. Y muchas balas.

      ¿Habrá tantas?

      Sin embargo me aterra, aunque mi nuca esté a salvo, la manera en que han hecho crecer como cierta la patraña de que vivimos bajo una dictadura social-comunista. Ellos no sé si lo creen, pero lo han hecho verdad para muchos.

      Exhalar tanto odio cala. Pesa.

      Sé que son quienes son, pero ¡cuántos detrás los encumbran a la tercera fuerza política del Estado! Estos que nos confirman lo que ya sabíamos (aunque el whatsapp de nadie se hubiera colado por ningún rincón). Esos que saben que no estamos en una dictadura comunista, pero que repiten el cantito sin cesar para que vaya calando.

      No me gusta, amigo. Me da miedo. Su discurso penetra. Su cara dura les da réditos… No me gusta.

      Degenerados…

      Un abrazo muy fuerte.

      Gracias por compartir con nosotros.

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      1. Ya sabemos, amigo Justo, que España se rompe cuando la Providencia -léase urnas- contradice las ínfulas de quienes se creen propietarios por designio divino de estas tierras de María Santísima. No se han enterado que la titularidad de este gran pazo la tiene la ciudadanía soberana, fundamento de la democracia de la que se sirven pero no asumen. ¿Qué el mensaje catastrofista ha calado…? Pues claro, pero fíjate en quiénes. Son los de siempre. Y no sé si enfrente tienen veintiséis millones o treinta, porque nunca me he parado a pensar en el número de ciudadanas y ciudadanos alérgicos al esperpento criminoso de los patriotas por la gracia de Dios y el Fascismo, pero si lo que se pretendía al hacer públicos esos mensajes de whatsApp era concitar más simpatías entre el pueblo llano, dudo que lo hayan conseguido. Los sainetes cuarteleros ya no despiertan miedo sino indignación o, incluso, recochineo. Y la indignación, sobre todo, por algo que tú apuntabas en un comentario; estos carcas que se ciscan en sus compatriotas, tienen unas retribuciones prohibidas para el vulgo que, precisamente por ocupar su tiempo en menesteres más productivos que los de estos mentecatos, no dedican su tiempo sus ratos de ocio en hacer recuento de los enemigos a batir. Eso sí, en Europa se estarán descojonando. «Estos españoles, siempre igual«, dirán.

        Cuidate, compañero.

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      2. ¡No te imaginas hasta qué punto me gustaría darte la razón!

        Seguramente la tienes y la peña esté más ocupada en crear la riqueza que, más que para ellos mismos, sirve para mantener a tanto retirado con honores de difícil comprensión.

        Quiero estar de acuerdo. Quiero pensar que el grado de civilidad de nuestros conciudadanos da para descojonarse de estos mamarrachos y en nada cala más que en la gente que ya, de suyo, pensaba como ellos…

        Pero la intención de voto de quienes les representan en las instituciones crece. Y son votos tan legítimos como cualquiera. No puedo evitar pensar que su estrategia sombría está dando resultado. Y me resulta insoportable como pocas otras cosas en la vida.

        Ya está. Me alineo contigo. Me descojono de estos salvapatrias trasnochados. Haré como cualquier europeo… Estos españoles… ¡siempre están igual!

        Otro abrazo enorme. Y otra vez, muchísimas gracias.

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  6. Yo tambien soy una de esos 26 MM que les gustaria fusilar. Pero me pillan sin miedo. Sin complejos de vencidos que si inculcaron a generaciones anteriores.
    Estoy completamente de acuerdo contigo, en que hay que dejar de blanquear a esta manada de gandules que envueltos en una bandera, pretenden seguir siendo los matones del patio del colegio. Hay que decirselo alto y claro; soy unos fascistas, pero ademas de los venidos a menos.
    Ya veremos que nos va trayendo la pandemia de locos que se sientan en la bancada de la derecha y extremaderecha, del parlamento. Andando y viendo

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    1. Andando y viendo.

      A lo mejor, como comentaba otro compañero, sirve para que nos demos cuenta de a quién representan estos tipos de la derecha y dejemos de votarles en tropel.

      Esto es lo mejor que nos ha pasado: nos pilla sin miedo y nos pilla sin complejo de vencidos.

      Digámoselo alto y claro, como propones: sois unos fascistas venidos a menos. Ya no nos dais miedo.

      Un beso muy fuerte, Petra. Sin miedo.

      GRACIAS

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  7. Señores el odio al hermano es muy español, y solo, por no pensar como el poder designa.

    Sí, el poder, que no ha cambiado, controlado por los de siempre, como bien nos avanzo Franco, «lo dejo todo bien atado».

    Siempre, siempre, que en este país las políticas de izquierdas vuelven, aquí no considero al PSOE de González, se despierta el monstruo, y antepone lo que sea para devolvernos a nuestro redil.

    No, esto no son cuatro viejos, es una forma de ver España, donde existe pánico a que la puesta en marcha de políticas de izquierda triunfen, han utilizado hasta los viejos socialistas, hoy vendidos al poder para recordarnoslo.

    Y delante una crisis brutal, no solo por el Covid, me refiero a la que vendrá, en un país donde el turismo nunca volverá a ser lo mismo, y donde se verán todas nuestras grietas. Con una juventud sin salida, con un endurecimiento brutal para conseguir la pensión a gente que lleva toda la vida trabajando, donde se tendrá que hacer pagar más impuestos al que manda, permitir un volume1n e1norme de inmigración. Alguien cree que cederan?. Que no harán nada?

    No, harán todo lo posible, ríete de los discursos incendiarios actuales. Primero irán a por los tontos útiles, catalanes, vascos, y posteriormente hacia los bolcheviques, los malos.

    Y cuidado, ellos asignan el carnet de malo, y da igual que estés quieto y sumiso.

    Que, no son capaces, darles tiempo y motivos.

    Salut y República.

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    1. Me temo, amigo Jesús, que motivos ya les sobran. Y tampoco necesitan demasiados.

      Las políticas de izquierda se ve que ponen muy nerviosos a los que realmente tienen el poder y no lo han dejado de tener nunca.

      Tal como dices.

      La oportunidad histórica es inmejorable. Tanto descontento y tanto desconcierto serán difíciles de volver a ver juntos. Tienen el escenario perfecto para prender la mecha: el polvorín somos cada uno de nosotros con nuestros problemas a medio resolver o sin resolver para siempre. Se mean en el sistema público de pensiones, en la sanidad universal, en la educación pública, en el salario mínimo vital… Se mean en todo lo que suponga detraer recursos para sus grandes contratos de carreteras o sus planes urbanísticos.

      Ni siquiera necesitan estar mejor organizados de lo que ya están. Ya lo están.

      Y prenderán la mecha que ya andan calentando repitiendo y repitiendo lo del gobierno social-comunista (qué más quisiéramos) y lanzando globos-sonda sobre un pronunciamiento que seguimos tomándonos a broma.

      Tiene mala pinta. Tiene muy mala pinta. Esto tiene realmente mala pinta.

      ¡Salud y república, amigo! Un abrazo enorme.

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