Mequetrefes*

Irrumpen en la cotidianeidad los nativos digitales, estas chicas y chicos veinteañeros, treintañeras, que tienen en las redes sociales una prolongación de sus vidas, cuando no encuentran en ellas su principal espacio de comunicación, juegos o simplemente de confort.

Los líderes en esta nueva manera de estar en el mundo, que han hecho en lo virtual fama y fortuna y se han sustraído de la sociedad en la que viven (me refiero a su portal, a su barrio a su centro de salud), enfrentan a su feligresía a la vieja doctrina del solipsismo, corregida con un cable de fibra óptica (preferiblemente) que abre todas las ventanas imaginables y conecta (tú y tu máquina) todos los rincones del planeta.

Sucede, por lo contrario, que estamos en un tiempo en que la presencia de lo público se ha puesto rabiosamente de moda, ello por mor de la necesidad de las personas humanas de contar con estructuras políticas sólidas, capaces de vencer (con mayor o menor éxito, con mayor o menor celeridad) acontecimientos globales que rompen la vida.

Entendamos esta globalidad como global (la pandemia de SARS-CoV-2, la gran crisis de 2008) o como que afecta a la globalidad de las personas de un territorio acotado (la gran nevada de hace unas semanas).

Buscamos en lo público que una declaración de estado de alarma nos prohíba salir de casa para frenar el contagio, que nos auspicie con un ERTE si la cosa se pone peluda, o que haga desaparecer los 55 centímetros de nieve que se han acumulado entre la entrada del portal de nuestra casa y el Ahorramás en el que necesitamos comprar el pan. Buscamos lo público para que nos traigan vacunas con las que alejar la enfermedad (no solo la de la covid-19, que también, sino la de la misma gripe que cada año se inocula a más de seis millones de personas en España, casi todas ellas mayores de 65 años).

¡Claro! Buscamos lo público en aquellas actividades necesarias para la vida que no podríamos solventar si no es con el esfuerzo colectivo: la sanidad, desde luego, el cole de los niños o la universidad cuando ya no son tan niños, el control del tráfico aéreo, la seguridad en su más amplio sentido, el mantenimiento de la red de carreteras, el alumbrado de las calles, la defensa.

Unos más que otros defendemos lo público en oposición a lo privado, defendemos la justicia (la igualdad) frente a la libertad, aunque dicho así suene feísimo. Solo por resultar gráfico, defendemos la justicia en el reparto de vacunas (primero a los que más riesgo tienen de que los mate el bicho y luego a los que menos), frente a la libertad de comprarla en el libre mercado de los medicamentos (para mí y los míos) si tengo dinero suficiente para ello. Lo público. Lo que garantiza que todos tengamos acceso a lo necesario en condiciones de igualdad.

A nadie se le oculta a estas alturas que el mantenimiento de lo público depende casi en exclusiva de la fiscalidad. De los impuestos. Tampoco se oculta a nadie que el sistema impositivo de los países es una cosa compleja o muy compleja y que, así, por lo general, se contempla en términos de progresividad, esto es que los que tienen mucho pagan mucho más que los que tienen poco y los que tienen muchísimo, aún más.

El sistema fiscal no atiende al mérito. No paga menos impuestos el señor que se lo gana con su ingenio o con sus habilidades deportivas, que el que se lo gana trabajando de meritorio en una notaría. Va más rápido: si ganas más, pagas más, si ganas menos, pagas menos y si ganas muy poco, no pagas nada. Me refiero, como se intuye, a los impuestos directos, esto es a aquellos que gravan la renta o la riqueza.

Y así va esto. Una persona que gana muy poco tributa muy poco, a lo mejor un 2% de su renta. Una que gana mucho paga mucho más. El tope: el 47% de lo que ingresa. Y con todo eso pagamos los coles, las vacunas, el alcantarillado, los guardias y los submarinos.

Pues bien, en las sociedades avanzadas (ahora no se me ocurre ninguna, pero haberlas haylas), se cuidan muy bien de los impuestos que pagan los ciudadanos y los ciudadanos están de habitual muy orgullosos del dinero que ingresan al fisco, pues son conscientes de la importancia que ello tiene en orden al mantenimiento de este que se ha dado en llamar el estado del bienestar.

En las menos avanzadas pagar muchos impuestos nos sabe como mal, como a que no hemos sabido valernos de algún vericueto legal para mermar esa cuota que siempre (siempre) se nos antoja abusiva. Nos sabe como a que somos tontos.

Y esto se incorpora a lo que podríamos llamar la conciencia cívica de las personas.

Un chico muy listo llegando a Andorra.

Si, de pronto, un señor se apea con que «las leyes de Hacienda no estaban preparadas para esta nueva ola de creadores ‘online’. Y siguen sin estarlo» (El Rubius dixit) y con tamaña excusa se las pira a vivir a Andorra para cambiar su 47% de impuestos por un confortable 10%, es que estamos en un lío. No solo por el alto concepto de sí mismo que el tipo demuestra al considerarse, nada menos, que un creador ‘on line’ que ya es bastante (nada menos creativo que lo que le he visto hacer en sus vídeos), sino porque pone de manifiesto que esto lo hemos contado muy mal.

Por decirlo deprisa: si los que ganan muchísimo utilizan (y publican que utilizan) todos los recursos a su alcance para pagar poquísimo, hasta el punto de irse a vivir a uno de estos ‘paraísos fiscales’, so pretexto de no parecerles justas las leyes de Hacienda, es que se lo hemos contado muy mal.

Si las nuevas formas de economía han adelantado a las fórmulas fiscales y permiten esas fugas en los ingresos del Estado y quienes las practican, además, se jactan de ello en público, es que se lo hemos contado muy mal.

Si los chicos que juegan con sus ordenadores, o al balón (a nivel planetario incluso) y levantan más de cuatro millones de euros al año, pueden esquivar con tanta facilidad sus obligaciones con la sociedad, es que lo estamos haciendo francamente mal. Muy mal.

Si además se convierten en referentes… mal.

Las nuevas formas de economía producen nuevas formas de pillaje. El desprecio a la responsabilidad ciudadana, la cultura de la defraudación que preside la forma de contribuir de tantos, son sin embargo los mismos.

*Mequetrefe: persona considerada insignificante en lo físico o lo moral.

El dibujo es de mi hermana Maripepa.


15 respuestas a “Mequetrefes*

  1. La conclusión es lógica, tuve esta discusión el otro día con mi hermana. (yo de parte de Rubius, ella ejercete como economista). En cierto manera me convenció. Pero fallan los detalles. Los detalles son que los que nos fiscalizan roban más que reparten, entonces dan ganas de mandar todo al carajo (siendo finos) Pero encontraremos el término medio… No tengo fe, pero si lo afirmo mil millones de veces, quizás se haga realidad.

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    1. Suena a ‘excusa de mal pagador’.

      Si la corrupción de los unos justifica la corrupción de los otros, estaríamos en un mundo sin solución: nos hubiéramos entregado a la desobediencia civil, so pretexto de desconocer cuál será el destino de aquello que habría de destinarse a cubrir las necesidades de la ciudadanía.

      No creo que el Estado español haya llegado a ese punto de ‘estado fallido’ que justifique no contribuir a las necesidades de la sociedad, puesto que estas están, en realidad, cubiertas en un grado como mínimo satisfactorio y, de hecho, abren las escuelas y los hospitales, funciona el Metro, las carreteras se pueden transitar y los dependientes o los jubilados reciben sus prestaciones, aunque no sean de la cuantía que consideramos correcta.

      Pagar impuestos significa sostener el estado del bienestar que de una manera muy importante (comparémonos con otros países) disfrutamos en España.

      Así que no estoy de acuerdo contigo, aunque sé que muchísimas personas opináis de esa manera (y cuando el río suena…).

      Gracias por aportarnos tu punto de vista. Estoy seguro de que muchos lectores coincidirán con él.

      Un abrazo.

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  2. Asi deberia de ser pero por desgracia no lo es, el señor que gana poco tiene que pagar por cojones sus impuestos ya sean al 2% o al 50% por haberse descuidado un dia el pago de hacienda ( al reves no cuenta, si hacienda te tiene que devolver no tiene plazo y si lo tiene es muy amplio) los que ganan mucho dependiendo el volumen ya se encargan sus asesores de mermar la base que deberia cotizar para que el pago que hagan, repercuta en el total que deberian pagar en un porcentaje si cabe menos que el que gana poco,y si ya nos vamos a los que ganan mucho mas, no quiero ni pensarlo( De acuerdo al mito económico, las SICAV tributan sólo un 1% por beneficios, un agravio comparativo de primer orden si se compara con lo que puede tributar por sus beneficios, por ejemplo, una PYME (media del 19,7%).
    yo por desgracia (o no) me ha tocado estar en el grupo privilegiado del pagar el 2%

    buen domingo.

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    1. Imposible negar que el sistema tiene imperfecciones: las tiene y grandes.

      La voluntad de promover la actividad económica a través de estas fórmulas de captación de capital, unida a la ingeniería financiera de la corrupción, produce resultados monstruosos, sin duda, pero la forma de allegar ingresos de un youtuber tiene poco misterio y ha de tributar como todos los demás, esto es, como tú, como yo y como la inmensa mayoría de los trabajadores.

      El sistema tributario tiene imperfecciones, desde luego, pero la solución no es irse a vivir a un paraíso fiscal en cuanto ganas lo suficiente para permitírtelo ¿no te parece?

      ¡Otro día sin estar de acuerdo! Esto empieza a convertirse en una costumbre…

      Un abrazo fuerte. Gracias por tu punto de vista de cada domingo, ¡por negativo que sea hoy!

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  3. Tampoco es que los nativos digitales con muchos posibles hayan inventado las migraciones dinerarias a patrias de conveniencia para escamotearle su parte a la Comunidad de Vecinos y Vecinas. La única diferencia estriba en que no tienen ningún pudor en explicar la razón única para su traslado, circunstancia que evidencia más la hipocresía (y la jeta) de quienes han hecho y siguen haciendo el mismo recorrido, pero pretendiendo ser más patriotas que quienes residen en España los trescientos sesenta y cinco días del año y aportan lo que les corresponde al fondo común.
    Lo chirriante es que, quienes mantienen su persona y sus dineros en suelo patrio, aplaudan y reverencien a quienes así actúan, aunque luego arremetan contra el presidente de la Junta Vecinal porque no queda remanente para pagar el suministro de gasoil de la caldera de la calefacción.

    La virtualidad va pareja al mundo real, quizás porque son exactamente lo mismo. Si ya lo dicen en mi pueblo: “Con perricas, chufletes”.

    Abrazos.

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    1. Completamente de acuerdo, claro.

      No han inventado nada. Han puesto de manifiesto lo que tantos y tantos piensan (y hacen) con publicidad y sin alevosía: solo diciendo lo que piensan y haciendo lo que creen que deben hacer a la luz del día.

      Por eso mi reflexión es que algo hemos hecho mal (muy mal) sin con tanta ‘educación en valores’ no hemos sabido transmitir algo tan básico como que cuando tienes mucho lo tienes que repartir un poco.

      Son las mismas prácticas heredadas de esta generación en el poder y las anteriores, ahora corregidas y aumentadas por una generación menos cuidadosa con el qué dirán. Aquellas mismas prácticas que ya eran deleznables y lo siguen siendo aunque vengan de la mano de las nuevas formas de economía.

      ‘Creadores digitales’ inmensamente ricos y con una capacidad de comunicación y de influencia brutales, contándole a la gente sin más filtro que es mejor no contribuir que contribuir. Creando escuela.

      Tremendo mal rollo…

      ¡GRACIAS AMIGO!

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      1. Para serte sincero, desconozco el trabajo del youtuber de marras y de dónde le viene el pastizal que, dicen, posee. Y, más sincero todavía: me es indiferente. Eso sí, me sobraba que justificara las razones para irse a pastar a Andorra porque, según tengo entendido, cada cual es libre de acomodarse donde le plazca. Ah, pero lo que me resulta pasmoso es cómo han salido en manada los liberales, que llevan tatuado en la lengua a Blas de Lezo, llevando bajo palio a este joven. ¿Pero que patriotismo de opereta es el de estos chorrolelos que despotrican contra los supuestos rompedores de España y, a la vez, vitorean a quien públicamente reconoce que con él no cuenten para mantener los servicios públicos?

        Salud, compañero.

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      2. Verás: para escribir esta entrada me tragué (literal) varios vídeos de algunos de estos ‘creadores on line’. No lo hagas. Fíate de mí. Son princesas del pueblo diciendo gilipolleces del tamaño de las de la princesa del pueblo PERO con un potentísimo canal de comunicación que los engancha con el mundo.

        Cuando Espinosa de los Monteros dice que el muchacho tiene razón, sabemos lo que dice y sabemos que él lo sabe. Cuando lo dicen cientos de miles de niños y niñas de quince, que ni saben lo que dicen, ni se acercan a saberlo, estamos en problemas.

        Esta sociedad está en problemas; Cuando esto que hacían solo los ricos ya lo hagamos todo, no habrá manera de compran vacunas.

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      3. Me fío, me fío, Justo; no voy a visionar ni a este ni a sus coleguis, que no tengo a mano ningún sobre de Almax para mitigar los ardores de estómago… Ya se sabe que por estos andurriales cibernéticos determinadas sandeces adquieren la forma de proverbios en boca y teclado de lerdos con ínfulas. Lerdos pero avispaos, ojo, y con una influencia de la hostia en gentes que, cuando interiorizaron eso de cultivar el body, olvidaron que el cerebro también está por ahí, unos palmos más arriba de los pectorales y del culete respingón. Afortunadamente, para estos y sus fans, las vacunas las seguiremos pagando tú, yo y la ciudadanía mayoritaria que no sube a Andorra ni a comprar chocolate (del de cacao) porque en el súper de cerca de casa lo hay de todos los colores y países, aunque a muchos nos la sude el himno, la banderica y las cabalgadas de don Pelayo persiguiendo a los moricos medievales.

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      4. Ay, don Pelayo… Eso me recuerda al rey este que tenemos rindiéndole tributo… he perdido un latido.

        Me descojono cuando pienso cómo han cambiado los influenciadores desde nuestros tiempos hasta aquí. No es que diga yo que cualquiera tiempo pasado fue mejor (soy más de Les Luthiers y pienso que fue anterior), pero entre leer a Bakunin y mirar al Rubius… (acojona pensar en la diferencia de seguidores de uno y de otro).

        En fin, seguiremos pagando las vacunas y aconsejaremos que, antes de viajar, se la pongan también los que se van a Andorra. Así está montado este lío. ¡Qué pereza!

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  4. Seguro que lo hemos contado muy mal, cuando los referentes de esta sociedad son los participantes de Sálvame, los triunfitos o esta nueva élite que controla la red… Muy mal contado todo, si los pilares de esta sociedad son personas, o personajes, que su único mérito es la exposición pública.
    Seguramente , no preocupa la mala imagen que están dando estos youtubers, y no nos paramos a pensar, donde nos esta llevando, la falta, de, entre otras cosas, de educación y con ella la cada vez más escasa presencia del pensamiento crítico y aplaudimos, la marcha a Andorra, de un conjunto de trabajadores del ciber espacio, que se sienten maltratados, porque cobrando una millonada de euros, cuando tienen que aportar les aplican tramos altos de tributación, sin darnos cuenta, que nosotros, sus seguidores, nos quedamos aquí, pagando lo que debemos, mientras que, los youtubers, generando cientos de miles e incluso millones de euros, van a pagar la mitad en impuestos. Claro, trabajando, porque si no, el que los que más tienen dejen de tributar aquí, afecta, obviamente, a sus prestaciones, ya que nunca serán mayores, sino hay ingresos suficientes. En fin, para hacérselo mirar.
    Si la libertad, es pagar menos impuestos, es que lo hemos contado muy mal, pero que muy mal. Si la libertad es que lo que tú no pagas porque tienes, lo tienen que pagar los que menos tienen, es que, en este cuento, la bruja nos va a comer cubiertos de chocolate.
    No cabe ya ni el efecto balsámico de la risa, ni siquiera debería servirnos, cuando afrontamos el que será el nuevo paradigma de ciudadano, o sea , un individuo convencido de que su yo esta por encima de los demás, que la única solidaridad es la que se tiene sobre uno mismo, y que aportar a esta sociedad, es una frase construida con un verbo que no saben conjugar.
    No hemos tenido ni la precaución de ir tirando migas de pan para retroceder el camino….
    Lo hemos contado tan mal que, te digo la verdad, el cuento me da miedo.

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    1. El nuevo paradigma de líder carismático (el nuestro era el ‘Che’ Guevara, ahora es la ‘princesa’ del pueblo, que no me acuerdo de cómo se llama) tiene a su disposición una capacidad de comunicar desconocida hasta ahora, y la utiliza para decir gilipolleces y sembrar entre su feligresía una semilla de egoísmo que nos va a costar muy cara.

      Lo hemos hecho muy mal. Hemos sido incapaces de trasladar sentimientos como de de la justicia social a las generaciones que nos siguen (seguramente por eso se montó tanto pollo con aquello de la educación para la ciudadanía: ellos sabían bien lo que no debía inculcarse en los jóvenes).

      Ahora tu líder lo que te dice es que tienes que marcharte a Andorra para no pagar impuestos, y tu hijo de 16 lo ve tan claro como el agua, porque no le hemos sabido explicar que las vacunas se pagan con los impuestos que los defraudadores siguen llevándose fuera.

      No tiene solución. No hay puta manera de que la peña haga lo que tiene que hacer, sin buscar más excusas y sin hacerse más racionamientos patrios que conduzcan a que yo tengo que pagar mucho menos.

      Un día que no tengas nieto al que cuidar, mírate un video de estos tipos, de cualquiera. Verás… Verás.

      ¡Fortísimo abrazo!

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  5. Y llegamos a la cartera. He leído en uno de los comentarios la analogía con una Comunidad de Vecinos, ese es el tema que me ha dado de comer décadas, eso y desarrollar aplicaciones para confeccionar nóminas.
    Vamos a lo primero, una de las cosas que más teme un Administrador de Fincas y que tratará de cortar de inmediato, es el «efecto dominó» (pues si el del sexto tres no paga yo tampoco).
    Cuando tienes una nómina te abstraes del bruto y te vas al neto que es con lo que puedes contar.
    No estoy de acuerdo con esto de los «nativos digitales» hay influencers de todos los tipos y actividades. Desde quien prepara una paella con chorizo hasta una pareja que está restaurando un camión viejo para camperizarlo.
    Hace muchos lustros que ha desaparecido el oficio de molinero y sin embargo seguimos comiendo pan, los tiempos cambian, los oficios también, pero al final el pan se hace con harina.
    Luego está ese payaso que se va a vivir a Andorra y lo explica en su canal, o ese otro wallstreet-nosequé que se va a Andorra para pagar menos impuestos y luego pide un aeropuerto, pensará que los aeropuertos florencen regándolos.
    Esta semana que ha salido el famoso contrato de Messi, aún no me ha quedado claro si los más de 500 millones son brutos o netos, pero su filosofía es esa: x millones limpios en mi cartera y el resto es tu problema.
    Sinceramente pensar que todo lo que ganas es tuyo es de imbéciles, quien se cree eso de la «libertad» sin obligaciones y con muchos derechos más imbéciles aún.
    También hemos tenido a Bárcenas «tirando de la manta» que no ayuda precisamente a cortar ese efecto dominó.
    El Administrador de Fincas lo hará, en teoría, presentando un proceso monitorio en el juzgado contra los dos que no pagan, pero sin olvidar que el moroso de hoy es el presidente de mañana, conviene no olvidarlo. En el Estado es aún mucho más complejo, menos pataz el currito que vive de una nómina y solo mira el: líquido a percibir.
    En teoría, los suscriptores del Rubius deberían haber bajado a un 10%, así le daría que pensar la cifra. Pero.. socialmente tenemos el instinto de supervivencia, el bueno, el que nos hace unirnos socialmente para apoyarnos atrofiado o perdido. Nos queda el otro, el individualista, el egoísta. Una educación donde prima el triunfar sobre los demás y machacar al «adversario» da sus frutos.
    Un poco deprimente todo.
    Un abrazo, feliz domingo.

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    1. La diferencia con los ‘nativos digitales’ es que mientras que de lo que hace el cabrón del tercero se entera solo el del cuarto, de lo que hace un youtuber se entera hasta el apuntador y no solo en el barrio, sino en el planeta.

      Parece que cargamos las tintas sobre estos mequetrefes forrados, pero no es el caso. Cargamos las tintas sobre todo el que tiene la puta manía de estafarnos, y ahora más porque, además, tienen donde contarlo con un altavoz potentísimo: todos los mecanismos para que el efecto dominó se multiplique por mil.

      ¿No molaría más que estos niños estuvieran intentando cambiar el mundo, como hacían antes lo jóvenes, que emputecerlo aún más?

      ABRAZO ENORME

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