Amor a España

Lo de ‘el pueblo unido jamás será vencido’ (Quilapayun) suena mucho mejor que lo de ‘ardor guerrero vibre en nuestras voces y de amor patrio henchido el corazón’ (himno de Infantería). Este es un dato objetivo.

Seguramente este es el motivo de que el aparato de propaganda de la derecha española, eficaz donde los haya, haya rebuscado entre los cantitos de la izquierda, resignificándolos para armar su discurso y poner música a sus concentraciones de cacerolas de marca y banderones con pollo.

Hasta ahí nos parecía inocente. Burlón, pero inocente. Un señor mayor, barrigoncete, con su banderita de España en la mascarilla y en la correa del reloj, entonando brazo en alto cantos revolucionarios, solo mueve a risa.

Luego, ya crecidos por el éxito de sus campañas, se nos vienen arriba y la burla se hace mayor. También da risa, pero un poco menos, que la diputada de Vox Mireia Borrás, sin ni siquiera afinar la garganta con un ‘habrá un día en que todos, al levantar la vista, veremos una tierra que ponga libertad’ (maestro, cantautor indiscutido y diputado nacional José Antonio Labordeta), espete en plena diputación Permanente del Congreso que hoy Federico García Lorca votaría a su formación ‘porque amaba a España’. Tampoco la idea es suya: la estrenó Macarena Olona (otra gran libertaria) en un tuit incendiario con motivo del 85 aniversario del asesinato del poeta a manos del fascismo que Vox representa en nuestros días. No era original, decía, pero responde a la idea de que una soplapollez repetida muchas veces se convierte en una verdad universal. Y les funciona, porque ya seguramente todos los seguidores del partido en cuestión (muchos de los cuales no podrían repetir un solo verso del poeta mancillado por la estulticia y asesinado por el fascismo) estarán seguros de que el voto de Federico García Lorca se sumaría al suyo en esa unidad de destino en lo universal. Todo el mundo sabe que los poetas son muy de votar a quienes les asesinan, sin que con esto quiera yo decir que los cachorros de Vox tengan manchadas las manos de la sangre que sus padres (políticos) hubieran vertido.

Un libertador, ya ven

Y la rueda sigue girando. Ante la pasividad, cuando no el aplauso de la ciudadanía, la maestra Justa Freire desaparece del distrito de Latina de Madrid para devolver su calle al general Millán-Astray. ¡Millán-Astray!, de quien dice el Tribunal Superior de Justicia de Madrid que no está probado de forma inequívoca que participase en el golpe del 36 y que, por ende, la retirada de su nombre de la calle no está amparada por la Ley de Memoria Histórica. Ese gran luchador por las libertades, el glorioso mutilado, vuelve al nomenclátor y recupera el lugar que le arrebatara aquella pedagoga de la República española que, con toda probabilidad, sí está probado que luchara junto al General Franco en el golpe del 36. O a lo mejor tampoco, pero con mucho menos merecimiento que el que fuera general en jefe del Benemérito Cuerpo de Mutilados de Guerra por la Patria. Al cabo, Justa Freire solo fue una enseñante, una de las primeras mujeres en dirigir un centro público, implantadora de técnicas educativas revolucionarias en la primera década del siglo pasado. ¿Cómo no decaer ante quien gritó ‘¡muera la intelectualidad!’? ¿A quién se le ocurrió el dislate de que esto, bajo el gobierno madrileño de Manuela Carmena, sucediera exactamente al revés y fuera Freire la que sustituyera al general amante de la ignorancia?

Menos mal que Almeida (alcalde de Madrid), conocedor, sabedor, después de arrancar de las tapias de la Almudena (cementerio de Madrid) el homenaje a las 13 rosas y los versos de Miguel Hernández, continúa su lucha contra la memoria histórica por mucha ley que la contemple. Y el pueblo lo agradece, se ve.

Y la rueda gira. Y aparece el obispo de Ceuta (Cádiz y Ceuta), puro amor a la patria, girando la cara a la crisis migratoria de mayo y negando las instalaciones de una residencia de ancianos abandonada desde 2018 para el acogimiento de emergencia de los menores no acompañados que habían cruzado la valla por el Tarajal. ¿Por qué? A lo mejor tiene algo que ver que quien fuera su responsable de Fundaciones sea hoy diputado de Vox en el Parlamento. O a lo mejor es solo amor a España y en su bendito afán de librarla del hereje, nos esté protegiendo a todos del bárbaro vecino pobre. El obispo de Cádiz y Ceuta no dio explicaciones, Solo dijo ‘no’, así que no especulemos con las intenciones de su ilustrísima. Los obispos ya se sabe cómo se las gastan en general, pero en particular la cosa de la xenofobia (de otras fobias no es objeto esta reflexión) preserva a la grey de males muchísimo más impíos y nos libra de la invasión de esos personajes oscuros de piel que vienen a quitarnos el trabajo (si mayores) y las pensiones de nuestras abuelas (si menores, acompañados o no).

Entre la resignificación de conceptos, símbolos y lemas tradicionalmente asociados a la izquierda (que parecen funcionar mejor que los suyos, ya algo rancios) pervirtiéndolos para impregnarlos con su ideología (libertad, solidaridad, España unida jamás será vencida…), rascar en los tribunales lo que no pueden obtener del sentido común y dar pábulo a los príncipes (infanzones más bien) de la Iglesia, el fascismo español ha conseguido armar una arquitectura de mensajes bien trabada y ha encontrado la posición institucional precisa para repetirlos hasta hacer verdad lo que es mentira. Así funcionan. Así de bien les funciona.

Pero recapitulemos para dejar claro no que no debe quedar entre dudas:

El obispo de Cádiz y Ceuta es un xenófobo. Ser un xenófobo es una cosa muy fea.

Millán-Astray fue un general fascista, inmediato colaborador del dictador fascista. Justa Freire no lo fue.

Federico García Lorca no votaría a Vox. Ni loco. Ya está.

Las tres cosas son ciertas. Las tres.

Ellos seguirán repitiendo lo contrario hasta hacer que parezca verdad, pero la verdad no se fabrica. La verdad sucede. Por más que tres mil mentiras sean tres mil veces repetidas por tres mil imbéciles.

“ Yo soy español integral y me sería imposible vivir fuera de mis límites geográficos; pero odio al que es español por ser español nada más, yo soy hermano de todos y execro al hombre que se sacrifica por una idea nacionalista, abstracta, por el sólo hecho de que ama a su patria con una venda en los ojos. El chino bueno está más cerca de mí que el español malo. Canto a España y la siento hasta la médula; pero antes que esto soy hombre de mundo y hermano de todos. Desde luego, no creo en la frontera política”

La frase entrecomillada es de Federico García Lorca, en una entrevista al diario El Sol poco antes de su muerte. Por si a alguien le cabía alguna duda.

Y el dibujo, claro, es de mi hermana Maripepa.


8 respuestas a “Amor a España

  1. La estrategia esta clara,repite muchas veces una mentira y al final se convierte en verdad por que hasta el que la dice se la cree, por desgracia la historia politica de España pronto se olvida,
    escuchamos aquello que nos bombardean y lo damos como cosa cierta, por que no llegare a entender nunca como somos tan cerrados de mollera que nos creemos todo aquello que quieren nos creamos, la bandera de España pueden agitarla, pueden llevarla en la muñeca en los calzoncillos si lo prefieren ( o bragas ) ¿ pero estan dificil de entender que la bandera de España es de todos los españoles ? o es mas de la derecha por que la enseñan constante mente? por favor no permitamos que nos confundan, por que estoy seguro que hay mas defensores de España en la izquierda que en la derecha, que solo la usa para sacar redito politico de esta gente ignorante que se cren los salvadores de la patria.

    Con todo mi respeto a la bandera, menos banderitas y pulseras y mas ayudar a los españoles demostrando que realmente quieren a España, no solo usarlas para convencer a esos nuevos defensores que viven de todo lo que creó la izquierda. ( que eso todavia tiene mas delito)

    Buen domingo y adios Agosto

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    1. Esta última reflexión tiene mucha miga, porque da un poco de pudor ver a personas que viven del soporte social que tejió la izquierda para asegurar que nadie careciera de todo votando a la derecha en la creencia (vano afán) de que con ellos serán más ‘libres’.

      Pero es como dices. Abusan de la bandera, abusan de los símbolos, se apropian y le cambian el sentido a las canciones, a los poetas…

      Lo terrible, amigo, es que les funciona y que nadie parece querer darse cuenta del juego macabro que tienen entre manos.

      Un abrazo enorme. Gracias, como siempre, por tu reflexión.

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  2. Beber y navegar es una peligrosa combinación que puede acabar con tus huesos en Lampedusa. Mira Colón por salir a ciegas donde acabó.
    Vi un tweet de una persona que decía que el Bella Ciao era una bonita canción de una serie que nos emocionaba a todos, que no lo polítizáramos. Le cayó tanto que borró el perfil.
    En una de las respuestas le ponía que l’estaca es un tutorial de Ikea para hacer vallas de madera.
    Yo aún conservo una cinta de cassette que incluye Bandera Rossa, La Internacional, Frente de Gandesa y creo que hasta el himno Riego, Bella Ciao también.
    El pueblo unido… eso es lo que cantaban los quintacolumnistas de Núñez de Balboa reclamando su libertad para ir a la tienda gourmet del Corte Inglés, siguiendo el compás golpeando la cacerola de San Ignacio, símbolo en cualquier manifestación de: tenemos hambre.
    De Quilapayun yo me pasé al Canto Final de la Cantata de Santa María de Iquique. No tiene ripios y no admite equívocos.
    Por lo demás te veo muy bien informado ésta semana.
    Ley otro hilo en tweeter de una persona que tenía de invitado a un amigo con sus cuatro hijos y su mujer. Trabajador con algo más de mil euros de sueldo y un alquiler de ochocientos cincuenta, votante de vox, con todas las ayudas que se pueden obtener en esas condiciones. El autor del hilo se desesperaba, no entendía que una persona en esas condiciones vote a la ultraderecha; es muy sencillo, el síndrome de puerta cerrada, si alguien te dice que los emigrantes te van a quitar trabajo y ayudas, no es difícil que ese mensaje cale. O como los emigrantes latinos que votan a Trump y no quieren que nuevos emigrantes abaraten sus salarios y su status.
    La cosa está muy chunga, la gente parece muy aletargada, la prueba es que hay sanitarios en Madrid que votan a la ultraderecha, ellos y sus familiares.
    Disfrutemos del día, que debería ser declarado antitaurino, Manolete, El Yiyo… fueron muertos por un toro un 29 de agosto, creo que hay alguno más.
    Cuidado con la barbacoa, tal día como hoy hubo un incendio enorme en Platja d’Aro en 2004.
    Feliz domingo, abrazos.

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    1. Pues… A Lampedusa. Y que me nieguen el asilo después de comprar un poco más de ron. Eso es el mar, creo.

      Este de los mil euros con ochocientos de alquiler y tres hijos que vota a Vox, está votando revolución. Votando contra lo establecido… Abandonamos la escuela y esto es lo que tiene.

      Día antitaurino y antibarbacoas… no me costará trabajo militar en ninguno de los dos frentes.

      Es un tiempo extraño este. Más nos vale andar atentos.

      Gracias otra vez, amigo. Nosotros que ya escuchamos/la historia que se contó/no seguiremos ahí sentados/pensando que ya pasó.

      Un abrazo enorme.

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  3. Ya chirriaba oír a «la Cospe» decir que el PP es el partido de los trabajadores. Sólo es un ejemplo. Cuando una frase, un dicho, tiene fondo, se sustenta en razones, se convierte en arma poderosa, capaz de mover masas, capaz de unir. Esta derecha española tan alejada de la razón, tan poco intelectual (no hay más que dar un repaso a nuestra literatura, poesía, música, pintura, cine, ciencia … historia) no lo tiene y cuando no tiene roba, se apodera de ello y se lo atribuye o, al menos, lo intenta. Ya lo hizo tras la contienda con bienes materiales sin el más mínimo pudor, ¿por qué no iba a hacerlo con ideas, frases, dichos, canciones, versos, símbolos?
    Perdonad que mezcle a la señorona Cospedal con estos repeinados de camisa abierta pero entenderéis que me confunda, no es tanta la diferencia. No fue Vox quien empezó este jueguecito de atribuirse la rojigualda, ya antes llevaban mucho tiempo en ello los peperos y, como bien sabéis, funciona. Tanto es así que han conseguido (toda fuerza de acción provoca una de reacción) que sus rivales saquen de nuevo a la luz la tricolor, que tiene su historia, que merece su respeto pero que tiene esta batalla perdida. Han conseguido que todo español de
    izquierda arrincone en un baúl su banderita, han conseguido que sólo a ellos les represente (deportes aparte, por supuesto, eso es otro mundo), se han apoderado de ella y nos han dejado al resto sin bandera. No estoy yo muy preocupado por banderas y otros símbolos pero sí me preocupa que por ello se sientan victoriosos. Y fue el PP quien lo inició todo. Una buena mano les echaron también, por razones distintas, eso sí, los Ciudadanos naranjas, extinto grupo ya o ya mismo.
    Lo peor es que estos fachillas del Cara al sol y el Ardor guerrero lo utilizan como primera herramienta (no única) y primer paso (no único) para difundir su xenofobia.
    Por cierto, convendría investigar si hay alguna palabra que defina mejor esto que hoy día llamamos xenofobia. La xenofobia es el odio al extranjero y lo que odian estos fracasados (moralmente fracasados) es al pobre, si es extranjero, mucho más porque esos vienen a quitarnos lo que es nuestro y lo es porque nos lo hemos ganado con el sudor de nuestra frente. Como siempre, unos han sudado más que otros y, normalmente, suelen ser los que menos han sudado los que más ruido hacen y más exigen.
    Lo de soplapollez me ha gustado y el dibujo de Mari Pepa, por supuesto y como siempre, genial.

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    1. Efectivamente: es aporofobia. Mohamed Alí decía: yo también fui negro, ahora soy rico. Y eso lo resume todo. No he visto a la iglesia rechazar el dinero de nadie a mayor gloria de dios; debe ser que los ricos no tienen color.

      Cospedal, la de la indemnización en diferido, la de las cloacas del Estado… bien traída a este mentidero de patrañas en el que se ha convertido la derecha española desde que Fraga Iribarne la encarnó en la transición. Ellos y su bandera y su pollo y sus sacristías… ahora también nos quieren quitar a los poetas.

      Eso tienen. Es su libertad. De nosotros depende que jamás lo consigan.

      Un abrazo fuerte, amigo. Gracias por venir otro domingo.

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    1. (La palabra del año hace dos o tres… recién inventada: aporofobia. Qué fácil les resulta congeniar con los de su clase. Y cómo les cuesta la diversidad, en cualquiera de sus formatos)

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