El equilibrio inestable

Las grandes potencias se la miden en Ucrania. O el futuro de la hegemonía de las naciones se decide entre febrero y marzo.

Ahora a esto de matar gente se le llaman medidas técnico-militares, que viene a querer decir ponerse en guerra, pero más pequeña, para que así la ONU no meta mucha pluma en las declaraciones bilaterales de confrontación. También vale para que los enormes negocios transfronterizos entre naciones hostiles sigan su curso sin miedo a sanciones de una u otra parte (para poner un ejemplo, te sigo vendiendo gas, me sigues comprando gas, pero nos peleamos un poco).

Las medidas técnico-militares, por lo que se ve, funcionan mejor con el suelo embarrado y, por eso, los geostadistas andan mirándose el calendario para comprender cuando Rusia entrará en suelo ucraniano en modo escaramuza, con el piso ya encharcado para evitar que los carros de combate locales y las líneas de suministros se muevan con agilidad por el terreno. Entre últimos de febrero y mediados de marzo.

El Kremlin, se ve, necesita mantener el colchón pro-ruso que constituyen las antiguas repúblicas socialistas por su oeste, porque la OTAN se le acerca demasiado. De camino, va intentando explicar que el modelo de Estado dictatorial de Putin (reinante en todas ellas) es mucho más amable para los pueblos que el modelo democrático que, con cierto éxito, se ha implantado y mantenido en Europa desde las Revoluciones burguesas de los siglos XIX y XX.

Y, además, los Estados Unidos de América, otrora guardián de las esencias de la convivencia mundial, comparecen hoy ante el concierto de las naciones en franca descomposición. Así que el bastión militar de occidente, comandado por un señor muy mayor que se tiró un pedo ante la duquesa de Cornualles, le trata de ganar la partida al enemigo de la guerra fría anexionando territorios típicamente aliados, vendiendo el mito de la democracia y la ilusión del contagio por osmosis del modo de vida europeo.

Del europeo, claro. Porque el modo de vida ruso es un coñazo. No digamos el chino (para los mil millones de amarillos que no son ricos). Y el modo de vida americano (norteamericano) se viene asimilando más con el de un granjero de Wisconsin que con el de un intelectual neoyorquino.

China espera. Con los dos grandes colosos concentrados en la frontera de Ucrania, y así como por lo bajini, se cuela por la Ruta de la Seda hacia Mongolia, India, Irak, Arabia, Siria, Turquía, África, Europa, en busca del gran comercio.

Y Europa seguirá siendo Europa, siempre decadente, desde siempre y para siempre. Si ya fue el gran consumidor del producto industrial alemán (no creo que nadie dude a estas alturas de que esto fue la UE desde su configuración, empezando por  la CECA, pasando por el Mercado Común y la CEE, hasta la pseudo-unidad económica que hoy constituye), China lo convertirá en el gran consumidor de Huawei y Xiaomi, vía Alibaba Group. Y desde Europa, al mundo.

Cada uno a la suya. Nosotros mirando de un lado hacia otro viendo a ver por dónde se decanta el lío. Y tomando parte, no podría ser de otra manera, por el lado de occidente.

Pablo Casado, el pobre, se queja porque lo toman por un mindundi (jejeje) y no le cuentan las cosas de los mayores, como el envío de tropas y material de guerra a Bulgaria o Rumanía, o la anexión del buque Blas de Lezo a la flota permanente que patrulla el mar Negro, como prueba del compromiso de España con la Alianza.

En Unidas Podemos son mucho más rotundas: nada de eso de que si quieres la paz te prepares para la guerra, que eso lo escribió un romano belicista (Flavio Vegecio Renato) allá por el siglo IV y se ha quedado antiquísimo. Porque Unidas Podemos y su actual opinador en jefe, Pablo Iglesias, no están por hacer Estado, sino para arreglar los problemas de la gente, como si fuera posible hacer lo otro sin construir lo uno.

Y aquí aparece, en equilibrio inestable, Yolanda Díaz. Es la heroína de todos en estos días en que la reforma socialista (de la reforma popular) de las normas que rigen las relaciones entre empleados y empleadores, alcanzaba el acuerdo unánime de patronal y sindicatos.

Pero dura poco la alegría en la casa del pobre. Y, de repente, su lado de estadista se ensombrece, primero porque ha de tomar partido con esta cosa horrible de la guerra (cosillas de la gente de Estado) y, luego, porque el Congreso de los Diputados se le pone de manos ante su reforma laboral.

Porque poco dura la alegría en la casa del pobre. Y el triunfo ayuda mucho a la hermosura. Y al venir mal dadas, los semblantes más luminosos se oscurecen y salen, además, unas arrugas muy feas en las que uno ni había reparado.

Sea como fuere, la alegría dura poco en la casa del pobre. En Ucrania las personas van a ser muy pobres cuando las potencias desplieguen su estrategia en modo medidas técnico-militares que, si algo no tienen presente, es la vida.

Una mirada geoestratégica sobre el orbe de la tierra: EEUU, Rusia, China, Europa, Pablo Casado, el pobre, el gas, las vacunas, Ucrania, la Ruta de la Seda, el comercio, las armas. Y algunas personas.

El dibujo es de mi hermana Maripepa


2 respuestas a “El equilibrio inestable

  1. Yo por mi parte espero y deseo, que esto de la guerra se quede en nada, en un echate para alla que llego yo, pero que al final todo se quede como esta ,salvo con algunas matizaciones en el ingreso de Ucrania, por que eso como en todo solo beneficia a el negocio de las armas, porque para los demas nos jodera cantidad, logicamente los mas perjudicados los afectados directamente con muertes y penurias, y a los demas con los problemas economicos que como siempren pagaremos los mismos, los de abajo, por que los de arriba los ricos con todos estos movimientos que arruinan a la mayoria ellos se enriquecen.

    Respecto al señor Casado que se queja de que no le han contado nada, opino que no habia estado mal que sanchez le hubiese comentado algo al respecto puesto que de todos modos se iba a enterar, le habria dejado esa baza de critica anulada, yo en este caso se lo habia comunicado.
    Sobre Yolanda diaz no voy a opinar opor que lo mismo se me dispara el dedo y ofendo algun lector, por que en este pacto de compañerismo no voy a entender nunca como se puede a tener una oposicion interna, aunque en alguna ocasion me lo explicaste, pero no lo entiendo, debo ser un poco corto.

    Buen domingo

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    1. No sé si el esfuerzo tremendo que ha hecho el Kremlin para llenar la zona de material de guerra y hombres para la guerra va a quedarse sin usar así de tranquilamente… Tendrán que gastar un poco de todo eso (vidas incluidas) en alguna escaramuza técnico-militar (como ahora llaman a las guerras) para justificar delante de la Madre Rusia el gasto terrible que han soportado y están soportnado.

      A Casado, el pobre… A Casado, el pobre, ni agua. Que aprenda a comportarse como los mayores (permita la renovación del Consejo del Poder Judicial, deje de contar mentiras en los mítines y en los medios, no lloriquee en el Congreso con sus gilipolleces, no vaya por Europa desprestigiando a su país…) y empezaremos a tratarle como a una persona mayor. De momento no es más que un despreciable accidente de la política y no se merece otra cosa que el desprecio.

      Y Yolanda… ¡Ay, Yolanda! Que guapa estaba cuando era la heroína de todos los españoles de bien, y qué mala cara se le está poniendo ahora que los asuntos de mayores le alcanzan al cuello…

      Política, políticos. Aprendiendo el oficio.

      UN ABRAZO FUERTE

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