Insolidarios

Lo llamábamos cariñosamente solidaridad intergeneracional.

Técnicamente es un poco más complejo: se decía que el sistema de pensiones no es de capitalización, sino solidario; esto es, no recuperas el dinero que invertiste mientras contribuías como trabajador, sino que soportas el coste de las pensiones de quienes están en el sistema mientras tú estás aún productivo.

Algo hay de incierto en esta forma de explicarlo, puesto que, a pesar de no obedecer a una fórmula de capitalización, tu pensión es mayor o mucho mayor según aportes más o mucho más al sistema. Por ende, es menor o mucho menor si tu opción (como autónomo, los trabajadores por cuenta ajena no tenemos esa posibilidad) fue cotizar por la mínima, decisión que puede dar contigo en una vejez francamente precaria.

Bueno, pues ya no.

Las generaciones más jóvenes empiezan a clamar ante la injusticia de tener que soportar con su salario el sustento de sus mayores: ‘millenials’ y ‘zetas’ se rebelan contra ‘boomers’.

¡Cuidado!

Arguyen sin rubor que la indexación de las pensiones al IPC (logro reciente, una vez abolido el ‘factor de sostenibilidad’ de Mariano Rajoy) es una cuestión meramente electoral que nadie se atreve a poner en cuestión por tal de no poner en riesgo el mullido granero de votos que representan las clases pasivas.

¿Por qué tengo yo, que no tengo aún casa y soporto unas condiciones laborales de mierda, que sostener a mis padres o a mis abuelos, que tienen la casa pagada y que no tuvieron que hacer frente a las dificultades del actual mercado de trabajo, la vivienda o la inflación?

Si es verdad que los proyectos colectivos han dado al carajo y el desclasamiento de la sociedad nos ha hecho creer a todos que somos pudientes y que tenemos derecho a acceder, sin mayor esfuerzo, a todos los nuevos bienes de consumo que se han puesto a nuestra disposición (conexión WiFi, SmartPhone de última generación, vehículo híbrido enchufable, thermomix y personal training), es todavía más cierto que los proyectos individuales de vida que algunos de nuestros jóvenes han concebido en sus cerebros esponjados han conducido a la gilipollez.

Me ruborizo al leer o al escuchar a algunos tertulianos y columnistas de última generación, defender, incluso en medios de corte progresista, la especie de que sus mayores no sufrieron ni de lejos las dificultades que los jóvenes tienen ahora para acceder al mercado laboral, a la vivienda o a los estudios superiores. Falaz.

Independientemente de lo putas que tuvimos que pasarlas para salir adelante, entre contratos basura, inflación desbocada, y carestía de la vivienda (en compra o en alquiler) y, aunque apenas pudiéramos costear los primeros dodotis y biberones desechables (método Milton®) con los que alimentamos a estos ‘millenials’ y ‘zetas’ a los que hicimos creer que tenían derecho a todo, aterroriza, subrayo, aterroriza, comprobar en prime time el resultado de nuestros esfuerzos.

Porque ahora lo que viene, lo moderno, va a ser atacar el sistema público de pensiones (complejísimo asunto, por cierto), seguramente a favor de las soluciones público-privadas de moda hace tiempo en países como Austria u Holanda, sin poner en el otro lado de la balanza (claro) las muy diferentes características de sus respectivos mercados de trabajo. Y ello a mayor gloria de la privatización y de la mayor disponibilidad de dinero de bolsillo para esta generación blandita que no está dispuesta a sacrificar nada por nadie. Y el discurso prenderá, como prende el falso discurso de la libertad o el hueco discurso de la patria. Prenderá, este con más motivo, pues se trata del atractivo discurso del dinero.

Cuidado, de verdad, cuidado. Se han roto ya demasiados consensos. Aún no sabemos con qué consecuencias para, por ejemplo, la educación pública o la sanidad universal. Cuando se rompa el de la solidaridad intergeneracional nos quedarán muy pocas cosas sólidas en las que soportar esa suerte de estado del bienestar que, en algún momento, pensamos que se había concebido para todos nosotros, mayores y jóvenes, de hoy y de mañana.

Cotizar en la medida de nuestros ingresos para garantizar el sistema público de pensiones es justicia. ¿Estos chicos no piensan en que van a ser mayores?

Lo mejor que tiene la juventud es que se pasa (pensamiento íntimo). Poner en cuestión un sistema solidario sin ofrecer nada a cambio, por contar con 55 euros más al mes para pagar Netflix y Spotify es una manera muy endeble de encaminar el futuro.

El dibujo es de mi hermana Maripepa.


4 respuestas a “Insolidarios

  1. Buen9, muchos de ellos tendrán que salir de casa e intentar ser autónomos. Si el sostén de muchas familias son los jubilados empobreciéndolos a ellos se empobrece el conjunto de la sociedad de la que estos lúcidos representantes forman parte o quizás ya no, y ese si que es un gran problema, como ya apuntas.
    Esto me parece de perogrullo pero claro, ya se entiende, porque en unos días seré, un trato inútil, vaya, un jubilado.

    Le gusta a 1 persona

    1. Parece que volvemos a las grandes preguntas aquellas de ¿quiénes somos? ¿A dónde vamos? ¿De dónde venimos?…

      Daría un poco de risa si la cosa no fuera de tamaño dramatismo. La inconsistencia de los planteamientos políticos de nuestros días ha dado como resultado la inconsistencia global. Y los planteamientos sociales no han escapado a esta crisis del pensamiento, se ve.

      No sé quién coño somos (¿somos?), pero tengo claro de dónde venimos. Y a dónde vamos… acojona.

      Tú y yo abrazaremos enseguida el honroso estatus de ‘clases pasivas’. Será por lo vivido, pero yo no veo el momento. Y no me va a dar ningún empacho que el sistema público de pensiones garantice esta etapa de mi vida. Aunque mis nietos tengan que aguantar sin Netfilx unos años más.

      Un abrazo enorme, José Ricardo.

      GRACIAS

      Me gusta

  2. Yo llevo diciendo mucho tiempo que algun pesticida para matar la cordura nos han debido de dar, bien en los alimentos, bien en la bebida, es totalmente incomprensible que jovenes que podemos denominar cultos ( que no lo demuestran) salgan con esas gilipolleces , a ver de donde piensa que salen las pensiones? ¿ han caido de un guindo? pues no señores descerebrados si no somos hormiguitas que guardamos con un sistema como pocos paises lo tienen de pensar en la vejez ¿ como pensais vivir? de donde va a caer el ingreso para soportar los ultimos años de tu vida ? ¿ del estado? claro coño que bien.
    De verdad algo esta pasando queremos vivir a la ultima moda eso si sin trabajar que el trabajo perjudica seriamente la salud.

    Señores vagos , vividores y chupopteros de vuestros padres que estais disfrutando gracias a las pensiones de ellos, por que no os poneis a intentar trabajar y no vivir del cuento y del estado? que bonito que me den pagas y ayudas sin trabajar y cuando esto explote que busquen soluciones, mucha culpa de lo que ocurre la tiene el sistema, no se puede mantener tanto vago a cambio de nada, como me dejasen a mi la solucion, esto funcionaba.
    Bueno lo voy a dejar aqui por que me estoy calentando y no quiero poner algo que no deba.

    Buen domingo caluroso

    Le gusta a 1 persona

    1. Ser políticamente incorrecto en esta página está comúnmente admitido, así que puedes decir lo que te de la gana sin miedo a que sea algo que no debas.

      Ese pesticida maldito que tanto bien hace, por cierto, a las clases dominantes (lo que no sea un sistema público será un sistema privado y seguro que a alguien le interesa mucho), lo han debido tirar desde algún satélite muy estratégico, porque afecta casi por igual a todos los pueblos del mundo. O, al menos, a esa parte del mundo en la que no se están matando entre ellos o quitando el hambre a hostias, que estos tienen cosas más importantes en las que pensar.

      Es la sociedad de la opulencia. Esta nuestra. Esta es la que está evolucionando hacia lo más primitivo de nuestros instintos. El más fuerte quiere más. El más débil no nos sirve. Y un SmartPhone de última generación es un derecho inalienable.

      …Se harán mayores. A lo mejor con eso es suficiente. Bastaría con que dejaran de decir gilipolleces.

      Un abrazo enorme, Juan Carlos. Seguimos en ello… Sigamos en ello.

      Me gusta

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s