Universal, pública y gratuita

El Consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid ha encontrado el argumento perfecto para justificar el destrozo que se está haciendo del sistema público de sanidad de la región: ¡es cubano!, alertó.

En la sede del PP del barrio de Salamanca (ambiente selecto), ante un puñado de militantes bien escogido, Ruíz Escudero explicó que nuestro modelo sanitario viene como plagiado del cubano y que es antiguo ya (y medio comunista) y hay que cambiarlo por otro más acorde a los tiempos que corren porque, si tuvo sentido en otros tiempos, ya está pasado de moda.

Habíamos hablado del posneoliberalismo en estas mismas páginas como tendencia económica llamada a sustituir a un neoliberalismo caduco, desigual y generador de una injusticia social que ya no soportan las comunidades mínimamente avanzadas. Un fenómeno para seguir atentamente, pues se va haciendo fuerte, tanto en la doctrina, en lo teórico, como en las prácticas de gobiernos como el estadounidense de Joe Biden y más tímidamente en algunos europeos.

Estas pujantes teorías económicas pasan por la relocalización de los medios de producción (fracasada la mundialización por las dependencias que genera de terceros países y el empobrecimiento de las clases medias trabajadoras) poniendo el foco en el capital humano productivo local, el conjunto de las trabajadoras y trabajadores de cada sitio, cuya capacitación y nivel adquisitivo se vuelven prioritarios para la economía, en lugar de considerarse un mal necesario y caro al que contener.

De igual manera se llega al consenso de que la inversión pública es necesaria, primaria y no residual. Es decir, se aparca la idea de que el Estado solo debe invertir en aquello que el mercado considera no rentable y se legitima la intervención pública, tanto en las grandes infraestructuras, como en el sostenimiento de los servicios públicos esenciales. Se llega así a las conclusiones de que generar igualdad es imperativo, de que solo a través de los servicios públicos universales y gratuitos se puede conseguir y de que el mundo empresarial está obligado a coadyuvar en su mantenimiento e impulso a través de esa responsabilidad social corporativa de la que tanto se habla y tan poco se practica.

Observada la tendencia y los movimientos de determinados gobiernos para adecuar sus políticas económicas a lo que van imponiendo las circunstancias y las culturas sociales (atracción de grandes inversiones que garantizan empleabilidad de alta especialización, aseguramiento de las infraestructuras y las políticas que lo facilitan, acomodación del salario mínimo interprofesional a los salarios medios estatales, etcétera) nos encontramos en España con un movimiento pujante de retrocesión de los derechos de la ciudadanía que afecta (entre otros) a uno de estos servicios públicos esenciales: la sanidad.

Y aquí tenemos al consejero de Madrid liderando, junto con Andalucía, el avance de las políticas neoliberales de prestación de servicios que apuestan por degradar los públicos hasta la categoría residuales y potenciar los privados a mayor gloria (y enriquecimiento) de las empresas del sector.

Madrid, que soporta un empobrecimiento de la sanidad pública que ha sacado recientemente a la calle a doscientas cincuenta mil personas, planea un modelo de asistencia primaria basado en la enfermería y en la video-consulta. Un modelo que abunda en el ya degradado y medio privatizado que mantiene en lo hospitalario y cierra el círculo del estrechamiento del servicio evitando la atención presencial a los médicos y cargando sobre la enfermería la tarea de atender en primera persona la tradicional consulta ambulatoria. Cuando, consecuencia de la barbaridad que esto supone, se colapsen las urgencias hospitalarias, dará el siguiente paso: privatizarlas, como ya pretende hacer el Gobierno andaluz.

El plan estratégico del Gobierno de Andalucía es mucho más ambicioso. Moreno Bonilla acaricia la idea de privatizar, sin más, la asistencia primaria en su conjunto, permitiendo que sean las mutuas (un poner) quienes presten este servicio de primera atención sanitaria. Junto con ello y para rizar el rizo de la insensatez, su otra gran aportación teórica al servicio universal: permitir que los actores de la sanidad privada puedan utilizar las infraestructuras públicas para el desarrollo de su actividad, restando así potencialidades al actual sistema y favoreciendo el uso de la costosísima infraestructura sanitaria pagada con el dinero de todos a estas corporaciones privadas que se empiezan a sobrecargar de pacientes por encima de sus posibilidades. La sanidad privada, que se sobrecarga de pacientes por la constante remisión de estos desde la pública para la práctica de pruebas diagnósticas, podrá realizarlas, así, haciendo uso del material adquirido con dinero de todos, poniendo la guinda del enriquecimiento injusto (y desmedido) de unos pocos a costa de la salud de quienes contribuyeron con sus impuestos a pertrechar el que fuera uno de los sistemas (si no el más) más avanzados del mundo.

¿Cómo es posible debilitar a sabiendas el que seguramente es el servicio público más sensible para la sociedad (junto con la educación), el que más iguala, el que más nos diferenciaba en la calidad del estado del bienestar del que nos habíamos dotado, precisamente, cuando la tendencia de las economías avanzadas y el sentido común más elemental se inclinan por fortalecerlo?

¿Lee poco nuestra derecha o, por el contrario, advertidos de que la tendencia es la que es, se precipita para frenarla con el fin de mantener los privilegios insensatos de quienes se ven inevitablemente avocados a perderlos?

Isabel Díaz Ayuso ha dado con la clave. La baronesa de la libertad ha prohibido la colocación de carteles en los centros sanitarios advirtiendo de la podredumbre en la que se pretende hundir el sistema público de salud. Estas adalides de la libertad parece que patinan un pelín cuando les tocan ‘lo suyo’.

Me sumo, pues, al grito unánime de los doscientos cincuenta mil ciudadanos que se unieron en Madrid contra la política de desmantelamiento de la sanidad pública:

¡Se tiene que notar / a la hora de votar!

El dibujo es de mi hermana Maripepa.


8 respuestas a “Universal, pública y gratuita

  1. Parece evidente que la Comunidad de Madrid ha entrado en una espiral con el asunto de la Sanidad de difícil salida. Un tema que se ha enquistado y en el que parece que no hay vuelta atrás.
    Quizás lo lamentable no sea el posicionamiento de esa Comunidad en lapidar el sistema sanitario público con todo lo preocupante que esto sea. Es claro que lo que es evidente para el común de los mortales también lo es para los responsables políticos madrileños y, por lo tanto, que tienen calculados los costes/beneficios de ese posicionamiento.
    Quizás por todo esto lo más preocupante es la certeza de que saben que van a tener rédito electoral y es ahí donde debemos hacernos las preguntas, ya que lo que , a fecha de hoy no se duda, es que revalidar su mayoría es lo más probable y eso a pesar de posicionamientos tan groseros, por tanto ¿que pasa en Madrid? ¿Es posible revertir esta situación? ¿Cuáles son las claves? ¿El problema es IDA o ella sólo es el síntoma?

    Buen día, amigo

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    1. ¿Saben lo que hacen?

      ¡Desde luego!

      Y no creo que esto les vaya a reportar beneficio electoral. De lo que estoy seguro es de que no les restará ni un voto. Habrá mucha gente, mucha, que no haya tenido que pasar (todavía) por un hospital e ignore de lo que hablamos. Y muchas personas no habrán perdido a un padre o a una madre en el sistema bochornoso de la asistencia pública a la dependencia que mantiene esta señora.

      ¿Es el problema o el síntoma del problema? ¡Yo que sé! Es la consecuencia del problema: la indigencia intelectual en el poder manejada por turbios hilos que no saben quien mueve.

      El problema, el puto problema será si cuando este tipo de análisis se generalicen en la sociedad y esta entre en razón, es ya demasiado tarde.

      Un abrazo fuerte, amigo. GRACIAS

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  2. Firmaría debajo de lo que has escrito pero…
    Pensar que en el PP son idiotas o que Díaz Ayuso es una loca es un inmenso error.
    Ésto es lo que hay y no va a cambiar mucho.
    PARTIDO ESCAÑOS VOTOS. %
    PP 65 1.620.213 44,73 %
    MÁS MA 24 614.660 16,97 %
    PSOE 24 610.190 16,85 %
    VOX 13 330.660 9,13 %
    UP-IU. 10 261.010 7,21 %
    Cs 0 129.216 3,57 %
    PACMA 0 15.507 0,43 %
    EB 0 2.660 0,07 %
    PUM+J 0 2.517 0,07 %
    PA. 0 2.151 0,06 %
    VOLT 0 1.882 0,05 %
    3e en acc 0 1.804 0,05 %
    REC CERO. 0 1.688 0,05 %
    UDEC 0 1.680 0,05 %
    PCTE 0 1.653 0,05 %
    P-LIB 0 1.252 0,03 %
    PCOE-PC 0 1.152 0,03 %
    POLE 0 1.134 0,03 %
    FE l JONS 0 1.129 0,03 %
    PH 0 1.019 0,03 %

    Tomando las décadas que el PP lleva «administrando» Madrid, el «tamayazo» fué la patente de corso que les susurró al oído: puedes hacer lo que te de la gana qué «no pasa nada».
    No hay que olvidar que esos resultados (4 de mayo) sucedió después de lo que hizoel gobierno de Madrid en las residencias, que no solo es dejar morir a 7291 ancianos, el problema ya venía de antes y ha continuado después. Dos millones de votos, por eso «no pasa nada».
    Feliz domingo, abrazos.

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    1. ¿No es una loca?

      … Yo qué sé.

      No me gusta ponerme ‘insultón’ (aunque a veces me salga), pero si algo tengo claro es que esta mujer es imbécil.

      Seguramente quien la asesora sea simplemente un ambicioso superlativo buen conocedor de la naturaleza humana y carente de los escrúpulos necesarios para su buen gobierno.

      Pero es totalmente verdad: no pasa nada. El ‘tamayazo’ nos dio la medida de hasta qué punto es así. Y, desde entonces, se confirma cada día en los hospitales, las residencias, las escuelas…

      No pasa nada. Es así, Pero esta señora, reconozcámoslo, es imbécil.

      Gracias amigo. Un abrazo fuerte.

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      1. Lo de ponerse a insultar lo entiendo y comparto. Pero tú escucha esos remarques, esos picos que aplica cuando quiere resaltar algo, o esa voz suave cusndo interesa.
        Comparala, si quieres, con Feijóo que es un absoluto patán.
        Te gusta el cine y el teatro, estoy seguro, debes saber reconocer una buena actriz.
        Loca sí, pero de poder; vi una foto,no la he vuelto a encontrar, donde estaban Aguirre y Cifuentes hablando, en segundo plano estaba ella, eran aquellos tiempos en que se dedicaba a meter los residuos del perro de Aguirre en una bolsita.
        El motivo principal de la foto eran las otras dos, ella estaba en segundo plano mirándolas, no estaba pendiente de que la estaban fotografiando. La cara (el espejo del alma) era peor que Jack Nicholson en la escena de la puerta del baño en El Resplandor.
        Y no pasa nada.

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