Lo de la barba ha dejado de ser una broma.
Ahora tengo barba.
Desde la ventana se ven los bloques de hormigón que pusimos para aislar la calle. Aquí no había contagios desde hacía ya cuatro o cinco meses, pero sabíamos que la ciudad no estaba limpia. No todos apoyaron la medida.
Los hombres salen por la mañana a recoger los víveres que deja el camión de reparto exactamente a las 6:35. No se sabe quién lo conduce: el brazo de la grúa deja el contenedor azul de acero con el nombre de la calle delante de las vallas de hormigón y lo recoge puntualmente treinta minutos más tarde, a las 7:05, cuando los hombres han distribuido el contenido por los portales. Cada piso tiene su hora de recogida del portal. A mí me toca a las 7:02 pero, en realidad, basta con oír cerrarse la puerta del ‘C’ para saber que es tu turno: 3º B, vía libre. Arroz, sardinas, fruta fresca, pasta, un filete de algo que pudiera ser ternera, dos yogures, sopa de sobre, algo más de comida deshidratada, como de astronauta, ¡dos cervezas! Más que suficiente para pasar el día. Los domingos viene un ‘tupper’ con paella o pollo en salsa. Solo hay que calentarlo. En el ‘A’ viven un ciento de niños ruidosos que se pelean por las escaleras cuando bajan a por el paquete. He visto por la mirilla que el suyo es más grande que el mío. No sé cuántos están en esa casa; deben ser bastantes. A veces los hombres se hacen un lío con los pedidos de internet y nunca ves llegar el tuyo. A mí ya me ha pasado con alguno. No digo yo que se los queden, pero claro, te hace sospechar.
Al principio, los ciudadanos ejemplares colaboraban con la policía a detectar a los infractores. Yo nunca delaté a ningún vecino… me daba como pudor. Después la geolocalización del móvil se perfeccionó y ya se sabía dónde estaba a la gente por su GPS. Estaba prohibido salir a la calle sin el teléfono. Te multaban. Ahora casi no la usan. Después de muchos muertos comprendimos que la cosa iba en serio. Menos mal, porque las redes ya no funcionan durante todo el día: la televisión avisa por el canal autonómico de las horas y localizaciones a las que se activan. Va por compañías y por códigos postales: hoy en mi distrito Movistar de 13:00 a 18:00; Vodafone de 21:00 a 24:00… las demás ni las sé. Muchos se han dado de alta en varios operadores para tener más tiempo. Es legal, pero a mí me parece un abuso. El espacio radioeléctrico se utiliza para la señal de los drones.
Al Ejército ya casi no se le ve. He oído que solo vigilan las entradas principales de las ciudades. Ya no se les ve. Acojonaban. Se comprende que era necesario, pero acojonaban. Sobre todo cuando dejó de ser la UME que se dedicaba a desinfectar residencias y eso, y ya eran soldados armados los que vigilaban el confinamiento. Los drones vigilan ahora. Y también distribuyen las cosas de la farmacia. Y también acojonan un poco, ahora que me acuerdo.
A las 19:00 el Gobierno actualiza los datos del día: contagiados, fallecidos, dados de alta, consumo de combustible, pureza del aire por municipio, emisiones de CO2, actividad industrial por áreas, delincuencia, gasto por habitante en bienes de primera necesidad, ahorro familiar, toneladas de plástico ahorradas y reutilizadas; es una voz neutra, sin tono. Hoy ha habido un repunte en gasolina 95: ha salido el ministro explicando no sé qué de la media de envejecimiento del parque automovilístico y avisa de una posible subida sostenida junto con el correspondiente paquete de medidas… en fin, como siempre. Está lloviendo. Ese ministro tiene muy mala cara; seguro que lo ha pillado.
La semana que viene tenemos que quitar el bloqueo para que pueda pasar el furgón de los test. Viene una vez cada dos meses, de martes a jueves, ambos incluidos. Yo siempre doy negativo. De todas maneras me encanta bajar. El enfermero que te da el pinchazo es un hombre amable y siempre cuenta algún chascarrillo de otras calles. Sus ojos sonríen cuando te ve y te llama por tu nombre. No creo que se lo sepa, supongo que mira la ficha cuando te llega el turno. Yo estoy citado a las 11:15 del último día. A lo mejor me afeito para ir y me la dejo crecer otra vez. Bueno, a lo mejor. Tampoco es para tanto.
A las 21:15, después del parte, me toca bajar la basura. Un día a la semana. No hay más huecos. A los del ‘A’ les han dado más horas, pero ellos hacen más que yo. Para mí es suficiente. Los contenedores están en la avenida, más allá del bloqueo. En la avenida hay algún comercio abierto. En realidad no hace falta porque con el paquete hay más que suficiente y todo demás se puede conseguir por internet, aunque a veces no llegan las cosas, eso es verdad. Debe ser para casos urgentes. En la avenida sí hay policía y se oye que los ciudadanos ejemplares están activos todavía. Y luego están los drones. Hay que tener mucho cuidado al salir a la avenida. En mi calle está uno más seguro.
Tengo ventana de datos ahora con mi compañía. Trataré de hablar con alguien.
Hoy nos has adelantado el comienzo de tu proximo libro, no se que titulo le pondras, pero tienes mucho material para escribir.
la verdad es que si fuesemos todos conscientes no tendriamos que poner muros para facilitar el confinamiento, solo ser responsables y actuar pensando que lo que tenemos encima es muy grave, mas de lo que algun gilipollas pueda pensar, parece como con todo lo que pasa en este pais, al principio nos alarmamos cuando nos dicen que han muerto en España 1.000 personas, ahora eso ya no es noticia ,no causa sensacion, una noticia mas 16.000 bueno a ver mañana.
las excusas para salir a la calle son infinitas, la mejor solucion la que mejor entiende la gente ( lo estamos viendo en mi pueblo) es el palo de bolsillo, aqui parecia que esto no iba con nosotros hasta que la guardia civil a esas personas que se las daban de listas las han sancionado y ahora parece que sea han volatilizado no se asoman ni a la ventana, la mejor medicina, EL MIEDO O LA SANCION.
Esto con la gente de a pie, pero que decimos de esa clase politica rastrera y barrio bajera
que esta aprovechando esta desgracia para arañar votos para las proximas? el calificativo que yo le puedo dar es muy fuerte y me lo reservo, bulos mandados por esta carroñera derecha fascista, que quiere gobernar sea como sea y contra mas muertos tengamos mejor, ahora es momento de arrimar el hombro y no de aprovecharse politicamente y cuando salgamos de esto pedir explicaciones, yo pido una cosa al electorado, guardar todo esto en el disco duro de vuestra cabeza y actuar en consecuencia a la hora de decidir en quien encomendamos nuestro espiritu.
Buen domingo, que me voy a la procesion del encuentro ( un poco de broma por esto del confinamiento.)
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Es curioso que esto despierte lo mejor y lo peor de cada uno… Lo mejor y lo peor. Las conductas más solidarias y las reacciones más bajas…
Pero ninguna comparable a la de nuestros chicos de la oposición, eso es cierto.
Sanciones, vigilancia, seguridad… todo esto está sacando las cosas de quicio. Y lo que vendrá.
Esperemos que los idiotas se den cuenta cuanto antes de que lo son y no fuercen más las cosas: los de la clase política y los de a pie… Esperemos.
Un abrazo fuerte, amigo. Sigue cuidando de tu pueblo… Saldremos.
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Buenos días,
Es verdad que debería ser suficiente la responsabilidad individual para cumplir el confinamiento. Pero también asusta ver cómo incluso en los casos justificados, hay ciudadanos que creen conocer los motivos por los que una persona sale a la calle y le insultan sin piedad por la ventana dando rienda suelta a la rabia por estar encerrado. Me recuerda al experimento de Stanford. Podemos ver cómo también en este contexto de condiciones extremas algunas personas adoptan el rol de «carcelero» y pierden por completo la capacidad de ponerse en el lugar del otro. Como aquella madre que sale a la calle con su hijo autista con un cartel para evitar que la insulten. No necesitamos drones. Nos vigilamos unos a otros
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Este es el mayor de los líos, lo que más asusta. Cómo la gente se defiende de la gente so pretexto de un mal mayor y saca del fondo de su ser ese instinto de supervivencia, de protección, contra todos que lo convierten en egoísmo puro. Tú y tu manada: eso solo importa.
Delaciones, insultos, reproches, sin necesidad de identificar el problema del otro, porque en realidad no te importa un carajo. Sin necesidad de valorar el riesgo que te hace correr… porque tampoco te importa. Asumimos el rol. A algunos nos encanta.
¡…Y da un miedo!
No somos tan solidarios… no, no lo somos. Los instintos afloran. A la mínima.
Es un tiempo raro…
Un beso fuerte, Almudena. Gracias por venir.
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Espeluzna pensar en una situación real pareja en la que se recrearían los boquirrotos radiofónicos (modo Queipo de Llano) que llevan semanas -y las que quedan- haciendo acopio de cadáveres para alimentar sus soflamas. Por momentos, y según crujen las cuerdas vocales del voceras de cupo, no sé si estoy en la Venezuela del probe Guaidó y el malvado Maduro o en la Corea del Kim, hacinado entre macilentos discrepantes, aguardando el tiro de gracia. Y se me vienen in mente ocurrencias irreproducibles, que, en demasiadas ocasiones, la libertad de expresión -la de los de a pie- y los Palacios de Justicia chocan frontalmente y la primera acaba gravemente perjudicada.
Buen recorrido dominical. Y lo de recorrido no va en plan chufla.
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Así, ayudados por los drones que patrullan pilotados por nadie por detrás de los muros. Contando muertos, contando los chivatos de los portales que aplauden a las ocho por la ventana, contando inhumaciones anónimas sin responso ni llanto. Y lanzando el mensaje del miedo por donde otras veces escuchaban los serenos las palmas de ayuda.
Tenemos que beber de otros lados o esto será más largo de lo que por sí va a ser… Pero el augurio es negro. Silente.
Silencio… los drones.
Un abrazo, amigo. De resurrección. ¡Gracias!
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Y de fondo, el desconcierto…. Ahora, vuelta al trabajo de las actividades no esenciales….,¿ seguro?.
Apelamos a la responsabilidad individual, también a la de los empresarios…., sin duda grandes pilares sobre los que asentar una pronta mejora de nuestra sociedad.
Confio en qué lleven razón, no se si somos capaces de encontrarnos dando pasos hacia atrás.
De aquí salimos con responsabilidad, sin duda, pero también con disciplina y sin concesiones a los a aquellos que apuestan por la economía frente a la salud.
Nada me gustaría más que no nos equivocaramos.
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Justo Orwell, cuatro semanas de reclusión y mutaste de la reflexión a la ficción. Ah no. Que no es ciencia ficción estilo Stephen King. Que va es una realidad muy plausible.
Con toda una población recluida en casa, con mucho tiempo libre, aburrimiento, acceso a Internet y soporte técnico (adolescentes) Que ocurrirá, saldremos mas libres de esto o nos espera ese futuro tan «halagüeño» que nos pintas.
He leido un reportaje de lo ocurrido en Italia que pone los pelos de punta.
Veremos.
Lo importante es cuidarse unos a otros.
Abrazos.
Dejo el link.
https://ctxt.es/es/20200401/Politica/31884/Alba-Sidera-Italia-coronavirus-lombardia-patronal-economia-muertes.htm#.XpDV_ycqHU8.twitter
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¡Qué sé yo!
Salud, economía, seguridad, igualdad… todos se pegan con todos. Todos contra todos. Empresarios contra asalariados, enfermos contra sanos, enfermeros contra enfermos y contra sanos, vecinos contra vecinos, partidos contra partidos, gente buena contra gente que también cree que es buena…
Todo está en liza.
¿Acertar o equivocarse? Macabra quiniela de muertos.
Confío. Confío en la proporción, en el conocimiento (en la analogía, más que en este último), en el sentido común, en la cordura… Porque no me queda otro remedio que fiar.
Nada me gustaría más que que no se equivocaran. Nada me gustaría más.
(Que tú y yo nos equivoquemos o acertemos no sirve para nada).
Un abrazo, amigo. Fuerte. Muy fuerte. Como aquellos de antes cuando no teníamos miedo.
¡Gracias!
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Mal panorama pintas .Para tirarse por la ventana. Lo malo es que estoy en una planta baja.De todas formas hay cosas que no me cuadran .¿todo este miedo está de verdad justificado?Un cancer de pulmón tiene mas de un cincuenta por ciento de mortalidad. Y fumamos tan tranquilos . Darte la mano puede causarte una enfermedad que tiene un cinco por ciento de mortalidad .Y nos encierran en casa un par de meses ,como poco.No es la enfermedad ..No .Y,no me creo que sea solo falta de previsión . Hay algo mas .Seguro.
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No es la mortalidad sino la altisima capacidad de propagación lo que nos encierra. El colapso del sistema sanitario mata más que el propio virus, y esto no hay capacidad que permita soportarlo.
¿Algo más? Lo sabremos cuando ya sea tarde. La nueva guerra. Los nuevos guerreros. El control de la tecnología, la globalización de las decisiones más tétricas, la geometría variable del poder… el poder.
Pero no es por darse la mano, no. Ni es por besarse… Nos vamos a enterar.
Un beso fuerte, Chelines. Me encanta verte aquí.
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El miedo no es al colapso .Es a morir y a matar.Y a mí lo que de verdad me da miedo .Es la mentira .La manipulación y todo lo que vamos a perder .libertad ,derechos ,independencia etc.
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Es a morir, lo sé. El colapso mata más que el virus. No poder tratar adecuadamente a los pacientes mata.
Y la mentira, lo que estamos perdiendo… A lo mejor da más miedo.
Otro beso fuerte.
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