¿Para qué sirve un alcalde? ¿Cuánto gana? ¿Qué opina su cuñado al respecto? ¿Qué le han dicho por WhatsApp sobre el particular?
Ya se han convocado las elecciones locales y autonómicas en la totalidad de los ayuntamientos de España, 13 comunidades, Ceuta y Melilla.
Los números son difíciles de interiorizar en las locales (las autonómicas son más abarcables). Ocho mil y pico municipios (8.131 para que el diablo no se lleve la mentira), casi sesenta mil mesas electorales en más de veinte mil colegios, cada una con su presidente, sus vocales, sus delegados, sus representantes de los partidos. Un circo de sesenta mil pistas, cada una con su pequeña historia de personas anónimas que juegan el papel crucial de ordenar la votación, contar los votos, proclamar resultados.
Será el día D. 28 de mayo.
Hasta entonces el baile electoral está servido. Ya ha pasado lo peor. No ha sido fácil encontrar en cada pueblo a las mujeres y los hombres que tienen que formar las listas. Pocos quieren encabezarlas, pero casi ninguno, casi ninguna, se presta para ir debajo. Es un trabajo ingrato y, en la inmensa mayoría de los casos, se hace gratis.
Algún imbécil (seguramente con aviesas intenciones) se empeña en comparar los cargos públicos que hay en España con los que hay, por ejemplo, en Alemania. A simple vista los números indican que somos un país derrochador en la política, pero pocos, aunque lo saben, recuerdan que 67.515 de esos cargos públicos son concejales. Y que de ellos, ni siquiera un 10% llega a cobrar salario alguno.
Sé que es un dato irrelevante, pero la propia ley española establece, según la población, el número de políticos con sueldo que puede mantenerse en un Ayuntamiento. Y se extrañaría de los pocos medios humanos que se permiten para tomar las decisiones que afectan a los presupuestos que se manejan.
Ni es un trabajo fácil, ni está reconocido, ni suele estar pagado. ¿Chorizos? Los hay, seguro. Salen en la tele ¿uno de cada mil? O sea, ¿sesenta y siete y medio? Si puede ser, sí.
El mundo local es un mundo complejo, pegado al barrio, espeso. Lleno de agravios, de favores pedidos, de promesas incumplibles. El mito del 3% murió con Jordi Pujol (que ese sí que sí que). Las obras, los contratistas, los vecinos, los funcionarios, los compañeros de partido, la oposición, los plenos, los presupuestos que la Intervención se empeña en encoger, los planes de empleo, la firma de papeles imposibles, los expedientes, las multas…
¿El poder? No. El poder no está aquí.
Aquí están el agua potable a domicilio que no siempre es bastante, el alumbrado público que ha subido una barbaridad, el polideportivo que cuesta un riñón mantenerlo aseado, los baños públicos, el tráfico, los aparcamientos, los servicios sociales que nunca tienen dinero suficiente para atender a todos, esa maldita obra del puente que reclaman los vecinos y que no hay manera de presupuestar, el Tribunal de Cuentas que exige documentos, el Ministerio de Hacienda que exige documentos, la Hacienda autonómica que exige documentos, y esos endiablados fondos de transformación y resiliencia de Sánchez que no hay quién coño gestione.
Aquí están el paro, las familias que necesitan soporte, los socavones de las calles, la huelga del personal de limpieza, las averías de la red de agua, el polígono industrial que no arranca, el vecino que construyó dónde no se puede construir.
Y ahora toca revisar la gestión de los cuatro últimos años.
Ya se sabe que no es eso lo que vota la ciudadanía. Al hacer la lista ya miramos qué aportaba cada candidato, qué sectores, qué familias. Al designar al candidato ya miramos quién daba mejor en el discurso o entre los jóvenes, los empresarios o los mayores.
Pero toca revisarla y es la reválida más dura, porque explicar la gestión es inútil si, para bien o para mal, su cuñado en la cena del viernes, le explicó esa verdad que él y solo él conoce de las cosas, o por WhatsApp ya le contaron que el actual equipo municipal se lleva millones a casa a costa de la obra pública.

Y, entonces, qué.
Las políticas municipales se ven con demasiado tiempo de distancia. Diseñarlas es el arte de hacer política. El polígono industrial no es una obra de dos semanas. Tampoco la renovación de la red de alcantarillado es una cosa que dé gusto inaugurar.
¿En qué fijarnos?
Eche un vistazo a cómo le va la vida, a si su municipio es o no un sitio amable para vivir, a si los que tienen menos viven un poco mejor, a si nadie carece de todo a su alrededor, a si en el polideportivo dan clases de zumba a las señoras mayores, a si funciona la vivienda tutelada. Recuerde si, cuando su alcalde le dijo que no, se lo explicó de manera razonable a pesar de que le jodiera que no le concediera la dichosa licencia. Descubra si hay un proyecto de pueblo con el que merezca la pena alinearse.
Muchos candidatos lo tienen en la cabeza: es eso que quieren que su pueblo sea. Lo importante no es si gana más o menos. Pregúntele por eso y mire a ver si coincide con la idea que usted se hizo del lugar en el que quiere vivir. Si coincide es su hombre. Si no coincide, no. Y si no tiene ni puta idea de sobre qué le está hablando, intente disuadirle de presentar candidatura: no va a servir para eso.
Vaya a votar. Que al menos se sepa que usted aprueba/no aprueba (táchese lo que no proceda) eso que el candidato ha imaginado para su comunidad.
Tener o no un proyecto. Creer o no en la capacidad de la ciudad para transformarse. Creer o no en usted, es la clave.
Y no: no son contra Sánchez, por más que lo hagan parecer. Aquí está en juego otra cosa. Es su ciudad lo que se está jugando.
El dibujo es de mi hermana Maripepa.
la figura del alcalde es normalmente muy desagradecida, por que por culpa de unos pocos nos condenan a muchos,el trabajado que hacen la inmensa mayoría de alcaldes es trabajar por su pueblo y por su gente a coste cero para el municipio, ponen tiempo y su dinero para llevar a cabo las muchas acciones con el único interés de favorecer a sus ciudadanos , embellecer su municipio, pero no falta aquel o aquella que hartos de recibir favores se le niega un imposible y te ponen a caldo , que tiene sueldo oculto, que si no de donde puede ampliar su negocio, que si no cobrará no iba a estar ahí, y muchas mierda que verter sobre el , el lado bueno es que esos personajillos son pocos, te reconforta saber la opinión que tienen de ti el resto de ciudadanos, y se ve en el resultado electoral,
Pero me pregunto si esos personajillos llegarán a gobernar de forma que estaríamos hablando de otra cosa , gracias a dios o a los votantes estos casos son los menos , si no estaríamos arreglados, yo tengo la conciencia muy tranquila y con total claridad de mis ideas y por eso me presentaré a la reelección para seguir trabajando otros 4 años más sin pensar en el 3% que nos quieren colgar.
Buen domingo sin lluvia
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Sin lluvia, porque llover llueve, pero no es agua.
Llueve esa forma difícil de aguantar de verter bulos imbéciles que llenan las redes (a veces también los medios convencionales) y que calan como lluvia fina en la conciencia de quieres prefieren creer aquello que les cuentan que hacer el esfuerzo de interpretar por su cuenta la realidad que viven.
Pero son los menos. O eso queremos creer, o ese será probablemente tu caso.
La pelea está servida. Luchan dos formas bien distintas de entender el pueblo, aunque parezca otra cosa. Son formas distintas de imaginar el futuro y de conformarlo.
De cuál es la buena o la mala se ocupa la opinión de cada uno. Valdría la pena que la disputa fuera esa, en lugar de ensuciar a los que están para justificar que hay que cambiarlos.
En fin, los intrincados mundos de la política local.
Será en mayo.
Abrazo enorme, amigo.
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Si te lo tomas en serio (si no, para qué hablar), qué difícil es todo esto.
Si vives en un pueblo cuyos verdaderos problemas, los importantes, el progreso, la estabilidad, los recursos, la despoblación, el trabajo, los ingresos familiares, las comunicaciones, los mercados, la industria, los servicios públicos y tantos otros están por encima de la capacidad de gestión de su ayuntamiento, cómo no pensar en Sánchez, Feijoo, Page y todos esos encargados de proveer a tu pueblo de tantas cosas importantes.
¿Cuántos pueblos hay así? Cuanto menos, muchísimos. Máxime en estos tiempos de despoblación rural, en este camino hacia un mundo de macrociudades (horrible mundo). Es uno de los defectos de la democracia (que no solucionaría ningún otro sistema y, de paso digo, no hay más sistema éticamente aceptable), los Sánchez, Feijoo, Page, saben contar, saben dónde están los votos y saben que no están en esos pueblos, por muchos que sean.
Sí, tienes razón, ahora toca Municipales y la teoría es fácil: debes preguntarte quién gestionará mejor los escasos recursos de tu pueblo. Luego viene la práctica: los recursos municipales son tan, tan, tan escasos que no pueden aportar solución a ninguno de los asuntos de importancia.
Vale, también es importante que los mayores puedan hacer ejercicio, que los niños dispongan de instalaciones, que el entorno sea agradable. Cierto. Tan cierto como que todas esas cosas se irán al traste, por pura inercia, si no se solucionan las primeras, las más importantes.
Napoleón decía que para ganar batallas hacían falta tres cosas: dinero, dinero y dinero.
Tres cosas hacen falta para levantar o estabilizar un pueblo: trabajo, trabajo y trabajo. Eso no se consigue con los recursos municipales. Ojalá.
Cuando ves cómo se hunde tu pueblo y cómo sigue hundiéndose gobierne quien gobierne en el ayuntamiento, empiezas a darte cuenta de estas cosas. Y tu conciencia te dice que debes ir a votar, como buen demócrata, convencido de su importancia pero … votar sin ilusión … qué gran desazón, qué pesadumbre. Y no veo solución por ningún sitio, ni en las locales ni en la autonómicas ni en las generales. Podrías pensar por un momento que la solución está en quitar recursos a los poderes centrales para dar muchos más a los locales, más cercanos supuestamente al ciudadano, pero eso ya lo hemos visto: el estado de las autonomías sólo nos ha llevado a reivindicaciones egoístas, afán de protagonismo, tergiversar la historia, peleas fiscales, guerra sin cuartel por la pasta y más chorizos y más desigualdades. Lo único que no cambia es dónde están los más ricos y dónde los más pobres.
Malos tiempos para la lírica. Solidaridad: cero. Empatía: cero. Malas notas estamos sacando.
Y con tan negro horizonte … ¿votar en las Municipales? Sí, vale, bueno, no cuesta nada. Pero nada más. Y “nada más” es muy triste.
Espero no haber aguado la fiesta a nadie.
Pensando en la fiesta de hoy, Domingo de Resurrección, se me ocurre que quizá la solución podría empezar por crucificar a uno distinto cada año y no siempre al mismo. Oye, igual funciona y empiezan a pensar que todos merecemos y no sólo los peces de ciudad.
Un saludo a todos los que piensan por aquí.
P.D.: el dibujo me recuerda a Pepe Isbert en Bienvenido Mr. Marshall, alcalde de Villar del Río. “Como alcalde vuestro que soy os debo una explicación y esa explicación que os debo os la voy a pagar”. Y ahí acababa siempre, nunca dio explicaciones. ¿Ha cambiado algo?
Grande, Berlanga. Grande, Pepe Isbert.
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Difícil no estar de acuerdo contigo y, sin embargo, no lo estoy.
Aparte de que tu reflexión conduce directamente a la melancolía y de que la melancolía conduce a la inacción, creo que obvias circunstancias que son cruciales en este discurso: he visto pueblos desarrollarse magníficamente gracias a una buena gestión municipal y pueblos marchitarse por mor de una pésima. Recuerda que ‘un tonto jodió un pueblo’.
La despoblación es un problema sociológico de primer orden y de difícil solución (si es que hay que solucionarla) desde cualquier esfera de la Administración. Los empleos de calidad están en las ciudades, las universidades también, igual que los centros de ocio y que las escuelas con cierto nivel, las grandes infraestructuras sanitarias, culturales… Vivir en un pueblo es una elección personal que afecta a ti, a tus hijos… no siempre depende de la acción de los poderes públicos.
Por otra parte, lo que se ventila en las municipales es quién gestiona los pocos o muchos recursos que haya. Para elegir a quién deba decidir qué recursos se allegan están las otras.
Pero de la habilidad de un buen equipo de gobierno dependen muchas cosas y de eso hablamos. Elegir las políticas, elegir en qué gastar lo que haya, elegir dónde poner el foco de las ayudas que se solicitan y gestionarlas con acierto, hace que un pueblo se mueva o no.
Así que votar en las municipales, sí. Y todo lo demás también. Porque, en serio, desde el Ayuntamiento se hace muchas, muchas, muchas políticas. Y son cruciales.
Crucificar… a los malos, y de dos en dos. En este caso también resucitan, pero al menos te das el gustazo de verlos con los brazos en cruz un ratito.
Y, sí, el espíritu de Mr. Marshall sigue vivo, lamentablemente. Y no solo en los dibujos de Maripepa.
Gracias, amigo. Interesante reflexión.
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En Mi Pueblo empieza la compra y venta de votos. Así unas elecciones tras otras. Pides el voto por correo. Eso es personal . El cartero jura en hebreo ,cada 4años. La mitad del pueblo vota así. Te lleva los papelitos a casa . Es personal. Y… a partir de entonces ya puedes vender tu voto . Porque ya deja de ser necesario que rellenes tu sobre y lo deposites en el correo. Vas subastar tu voto. El que más pague se queda con tu sobre vacío y YA. Los concejales de los partidos llevan todos los votos comprados a correos .Está muy bien . A mitad de campaña ya saben cuántos concejales tienen .y quien es el alcalde . Asi que ya no necesitan seguir la campaña.Eso si que es de agradecer. Puedes elegir entre favores , empleo o metálico. Este año no sé qué pedir. Necesitaría ayuda .
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¡Pide metálico!
Esa suerte de delito electoral (que es perseguible de oficio) debe ser imposible de evitar salvo poniendo en riesgo la universalidad del voto, es decir, dificultado la tarea a quieres, realmente, tienen la necesidad de hacerlo por correo.
La peor de las inmundicias: burlarse del sistema para falsear el resultado electoral es mearse en la democracia, cosa que, por otra parte, a nadie parece escandalizar en exceso.
Una práctica asquerosa.
Así que elige metálico. Los favores que hagan estos me los paso por los huevos.
Un beso fuerte, Chelines. Gracias por contarnos, aunque sea pornografía dura.
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No es imposible. Solo hay que depositar el voto , personalmente en correos. Igual que lo pides. Igual que lo recibes. El problema es que no interesa.Se acabaría el comercio.
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En completo desacuerdo.
No creo que quien hace la norma esté pensando en el comercio de votos. Antes al contrario, la normativa electoral es un mar de garantías de transparencia.
A lo mejor simplemente está pensando en la integridad de quién solicita el voto por correo y, asegurado que es quien dice ser (esto es vital para que nadie lo pueda solicitar suplantando la personalidad de otro) da por supuesto que no será tan ruin como para venderlo.
Un sistema invulnerable no es posible. El que quiere burlarlo lo puede burlar casi siempre si se pone en el empeño. Es parte de lo bueno y de lo malo del sistema; si no se demuestra lo contrario, tú eres inocente.
Por cierto: si tuvieras que depositar personalmente el voto ante un funcionario de Correos, también te lo podrían comprar. Sistemas los hay, O los inventarían.
Todo es susceptible de mejorar, claro que sí. También la conciencia de la ciudadanía, claro. Pero pensar que si no se mejora es por el interés de quien lo gobierna es desconfiar demasiado. No lo comparto.
GRACIAS OTRA VEZ
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¿Melancolía? No sé, lo que pueda tener de melancolía el pesimismo. No comparto con los que son optimistas porque sí ni con los que son pesimistas porque sí. Soy optimista cuando veo indicios de mejora y pesimista cuando veo lo contrario. Por desgracia es esto último lo que veo ahora. Eso, claro está, hablando de mi propio pueblo. Cuando hablamos de Municipales, lo hacemos refiriéndonos a nuestro pueblo, cada uno al suyo y eso hace que los puntos de vista sean muy diferentes, en ocasiones hasta opuestos.
¿Hay que solucionar la despoblación? En mi opinión, deberíamos.
Deberíamos por respeto a toda la población rural, tanto merece quien vive en un pueblo como quien vive en una ciudad aunque las soluciones a sus problemas sean distintas. La elección personal de vivir en zona rural, en los casos que así sea, que no siempre es así, no puede ser motivo de discriminación. Por supuesto que deberíamos y por supuesto que no va a ocurrir.
¿Esa elección de vivir en pueblo depende de la acción de los poderes públicos? Pues claro que no. No seré yo quien haya dicho eso. ¿Pero la calidad de vida en los pueblos depende de esa acción de los poderes públicos? Por supuesto que sí. Ése es el asunto.
¿Un tonto puede joder un pueblo? Ya lo creo. ¿Un listo puede levantarlo? No sin la ayuda de poderes superiores. Al menos, en las circunstancias actuales. Todo (o casi) candidato pertenece a uno de los partidos políticos que se reparten el pastel (en lo bueno y en lo malo, en recursos y responsabilidades) y sus políticas vienen dirigidas por estos en cuanto el montante requerido pase de unos pocos euros y las soluciones importantes superan ese montante.
Dices conocer pueblos que se han desarrollado magníficamente gracias a una buena gestión municipal. Cada uno habla de lo que ve, claro está. Yo los consideraría excepciones. Si no, no tendríamos el problema que tenemos en la inmensa mayoría de pueblos de este país. No hay más que ver que, por ejemplo, han aparecido ayudas en la declaración de renta a esas zonas, muchas (echa un vistazo a la lista y verás). No hay más que ver cómo ha irrumpido el tema en la política, lo que nos lleva a un montón de promesas que jamás se cumplirán porque esas poblaciones no son significativas en el recuento de votos.
¿Aun así hay que ir a votar? Pues claro. Pero nada más. Ilusión: cero.
Como mucho, podemos echarle buen humor al asunto como hace Chelines. Jajajaja.
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Hablaremos de despoblación.
Pero cuidado: el éxodo rural no es un problema de hace tres semanas. Y las zonas rurales no se vienen vaciando desde hace cuatro días.
Son movimientos poblacionales, migraciones internas que impone la sociología de los países y no tiene que ver exactamente con la calidad de vida (que todos sabemos empeora en las grandes concentraciones urbanas). Tiene que ver con las expectativas, con el comercio, con la industria, con el abandono de la agricultura… con el empleo.
¿Ves a tu hijo montado en un tractor o montado en un avión? ¿Hay empleos de calidad en el mundo rural? ¿Quién los tiene que crear? ¿Es lo mismo una escuela unitaria que un colegio con ocho líneas? Si tu hijo tiene problemas de cualquier tipo ¿sabrá atajarlos el equipo docente con el que cuenta el centro rural?
A cambio ¿tienen la misma autonomía los niños de pueblo que los de ciudad? ¿Se puede compara la calidad de vida que ofrecen uno u otro sitio? ¿La movilidad? ¿El medio natural? ¿La atmósfera?
No es un problema de inversión pública. Es un problema de forma de vida.
¿Concebimos un mundo en el que los estudios de arquitectura se ubiquen en municipios de 800 habitantes? No será mañana.
En mi opinión los grandes avances de la humanidad se deben a la capacidad de intercambio y los grandes facilitadores del intercambio no están en el diseminado. Así los entornos portuarios, las concentraciones de campus universitarios, los think tanks de los que han surgido las propuestas más innovadoras, incluso los nudos ferroviarios, son germen de pensamiento y de evolución. Ese es el éxito de las ciudades. Sin olvidar el empleo, claro, que aunque precario es infinitamente más fácil de encontrar en la ciudad que en el pueblo. Y ¿quién debe generarlo? Porque ¿dónde se concentra el capital humano productivo?
Habrá que hacer más: desde luego. Lo imposible. Pero no creo que se pueda hablar de discriminación, a pesar de la brecha se vuelva a ensanchar. Habrá que hacer de todo, tú mismo lo apuntas: hasta favorecer fiscalmente a los vecinos que deciden no abandonar el entorno. ¿Es discriminación? Sí. Discriminación positiva. Y el resultado es inapreciable.
Interesantísimo debate. Gracias otra vez.
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